❲en la comisaría ✧❳

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SeokJin no entendía absolutamente nada; su mente estaba repleta de signos de interrogación, debido a que JungKook venía hablando de que lo traía loco desde cuarto grado, además de un supuesto encuentro al que faltó, pero él no entendía nada.

No hubo ningún supuesto encuentro al que faltó porque nunca era invitado a nada, jamás. SeokJin sólo no entraba en el estima de las personas del instituto, ni siquiera en el jardín de niños, nunca lo hizo, y se resignó a nunca hacerlo.

—¿De qué hablas? –SeokJin preguntó, aplaudiéndose a sí mismo porque su voz había salido firme, y sin un una pizca de nerviosismo.– Te estás confundiendo de persona, JungKook; no es gracioso. –dijo con un ligero temblor en sus palabras, apartándose un poco de él, sintiéndose estúpidamente expuesto ante él—,Te puede parecer muy gracioso burlarte del torpe SeokJin, siendo igual que tus amigos pero, maldición, estamos en el fin del mundo, ¿podrías simplemente, no hacerlo? Tengo la cabeza lo suficientemente jodida para que vengas ahora, teniendo esas actitudes, y diciendo esas palabras, alterando mis sistemas... Simple y llanamente, no es gracioso; corta ya esa mierda. –bufó, frunciendo el ceño, y abultando sus labios sin siquiera darse cuenta, haciendo que JungKook lo sintiera como un baldazo de agua fría.

Incluso hacer el Ice Bucket Challenge hubiera sido más cálido paraque aquello; tan solo le dejó como el mayor imbécil en la historia de los imbéciles, y eso es le jodió. No tenía idea de que fue lo que se pasó por su cabeza, como para creer que, con unas palabras, SeokJin cambiaría su actitud con él; JungKook fue estúpido creer que realmente tenía una oportunidad en aquel lugar.

SeokJin estaba confundido, y nervioso; hacía frío en el lugar, haciéndole estremecerse constantemente, debido a que la noche ya estaba cayendo en el lugar, y se cruzó de brazos tratando de mantener una postura "más seria" o algo así, para demostrarle a JungKook que no estaba jugando con lo que decía, aunque su expresión parecía ser la de un bebé.

—No sé de qué mierda me estás hablando, no sé si es que te equivocaste, o te lo estás inventado todo sólo para burlarte de mí, pero en serio es hora de parar. –bufó SeokJin mirando a otro lado.– Estuve todo el día soportando que te burles de mí, de las reacciones de mi cuerpo, y que saques provecho de eso, pero ahora estás involucrando sentimientos, y eso sí que no te dejaré hacerlo. –le informó, ladeando un poco la cabeza en posición "defensiva".– No es momento para tus jueguitos; tengo hambre, sueño, estoy cansado, y lo que menos necesito es que vengas a tratar de joderme la cabeza con una de tus bromitas, para por favor JungKook.

Las duras palabras de SeokJin solo le hicieron darse cuenta de que nada cambiaría entre ellos, que haber bajado aquellas barreras solo hizo que SeokJin desconfiara aún más de él, y aparte de romperle el corazón, le enfurecía; nunca podía hacer nada bien, siempre lo hacía todo mal, o no creían en lo que decía.

JungKook no dijo nada mientras se alejaba, tomando la botella de vodka, y dándole un último y largo trago en lo que se regresaba al bolso, y finalmente la guardaba, tomando en su lugar una de las mantas que había cargado. Sabía que la estúpida cosa serviría de algo, por lo que se la lanzó a SeokJin, esperando que captara el mensaje.

SeokJin agarró la manta entre sus manos, agradeciéndole mentalmente a JungKook por ello, y la pasó rápidamente por sus hombros, pareciendo una especie de virgen con su velo, pero muy feliz porque estaba con menos frío que antes, a pesar de que la diferencia no era mucha.

—Vamos adentro, ya está oscureciendo, y no querrás tu culo congelado. –dijo JungKook duramente, colgándose su bolso, y tomó el rifle para guardarlo dentro, en lo que miraba al contrario sin ninguna expresión en específico, y ordenó:– Apurate.

A SeokJin nunca le había gustado que lo tratasen con rudeza, prefería que se burlaran de él, y así al menos se reirían, pero que le hablasen tan duramente era algo que le caía como una patada en el estómago, y le hacía sentir mal de inmediato; quiso disculparse por lo que había dicho, pero, sinceramente, él no tenía nada por lo que hacerlo.

¿No había dicho acaso toda la verdad? El único que había mentido era JungKook, y él había actuado bien, poniéndole un alto a lo que sea que estuviese pensando hacer con él, por lo cual, con ese pensamiento en mente decidió apartar sus sentimientos, manteniendo su mirada dura, y su mandíbula apretada siguiendo silenciosamente a JungKook, quien bajó las escaleras más rápido de lo que las había subido, teniendo en cuenta que ya no cargaba el bolso de comida, y se encendió un nuevo cigarrillo ni bien sus pesadas botas militares llegaron al suelo.

SeokJin debió contener las ganas de decirle que tirase el maldito cigarro, porque el olor le daba nauseas, y era malditamente malo para sus jodidos pulmones, pero calló, no queriendo ser él quien rompiese el "tenso silencio", temiendo ser verdaderamente ignorado por el contrario, casi cayendo de culo, nuevamente, debido al bolso que llevaba sobre el hombro, siendo un trabajo realmente duro con la manta y todo.

JungKook estaba fumando más de lo normal, lo sabía, y no estaba seguro de cómo sentirse al respecto; si seguía así sus pulmones se volverían negros con más rapidez. ¿Qué caso tenía intentar ser diferente, y tratarle bien? No había ganado nada más que la desconfianza de SeokJin, así que lo mejor sería subir nuevamente sus barreras, y tratarle como él creía que era, aunque nada de lo que había dicho fuera una broma; había sido siempre sincero con SeokJin a cambio de nada.

SeokJin se quejó, nuevamente, de dolor ni bien bajaron de la azotea, lanzando el bolso, porque, había sido tan imbécil que lo puso justo en la zona afectada, teniendo, ahora, que pasar por las consecuencias.

—Ya voy, ya voy. ¡Espérate! –gritó SeokJin, dándose cuenta de que JungKook había comenzado a caminar, dejándole atrás, batallando con el bolso tan pesado; tratando de no tambalearse, manteniendo el equilibrio como podía, pero JungKook parecía no prestarle atención, simplemente con el cigarrillo en la mano—, ¿Cómo vamos a entrar? –preguntó confundido, deteniéndose a mitad de camino debido al gran peso en su hombro; diablos, estaba herido, y JungKook solo se quedaba allí, viéndose malditamente sexy ahora llevando su chaqueta de cuero por encima de la sudadera, en lo que él se moría en la incertidumbre, porque, no tenían llave, y no creía que estuviese abierta la comisaria.

Con su arma en mano, JungKook bufó, y rodó los ojos, deteniéndose debido a SeokJin, y le miró seriamente, cada gesto que hacía, hasta que, dando una larga calada a su cigarro, se inclinó, tomando el bolso del contrario, y se lo colgó al hombro como si nada.

—Como los dos idiotas que están en la azotea; por la puerta, duh. –dijo JungKook como si no fuera obvio, sabiendo que eso irritaría a SeokJin, pero importándole una mierda en ese momento.

Y vaya que lo hizo.

SeokJin apretó sus manos, volviéndolas puños, y arrugó sus labios en una mueca que expresaba un claro disgusto al trato que estaba recibiendo por el contrario. Tenía muchas dudas, y, ¿acaso era un delito preguntar? «Por el tono con el que JungKook se dirigió a ti es algo obvio.» le dijo aquella voz en su cabeza, pero no, ¡no era algo obvio! Era normal que preguntase cómo carajos iban a entrar a un lugar que posiblemente esté cerrado, y del cual no tenían llaves.

—Ten tu arma en mano, uno de estos bastardos todavía puede estar vivo. –prosiguió JungKook,  interrumpiendo cualquier respuesta que el rubio hubiera querido darle, y tal como había pensado, una de esas cosas emitió un sonido, indicando que todavía estaba vivo.

La bala había impactado en su barbilla, dejándola colgante, y sangrando, por lo cual apuntó, y disparó, haciendo que la sangre llegara a salpicarle un poco; solo debían cruzar la maldita calle, no tenía que ser demasiado difícil, pero al parecer lo era, eso claro si tenían en cuenta que estaban rodeado de esos zombies, y no podían asegurar que estuvieran todos muertos. Tal vez lo mejor era hacer una bomba Molotov, o algo, para hacer arder aquellos cuerpos.

Hizo una lista de "cosas pendientes", en su cabeza, y lo dejó apuntado.

SeokJin tomó, como pudo, su arma poniéndola entre las manos, realmente esperando que apareciese otro caminante para, él, dispararle, pero no se creía capaz de ni siquiera alzar el brazo para apuntar; solamente quería llegar de una puta vez al destino para descansar.

Podía sentir que sus párpados estaban empezando a pesar, y él tenía un pequeño problema; muchas veces le había pasado que, cuando llegaba, más o menos, el cansancio a su cuerpo, se quedaba dormido, estuviese donde estuviese. Si estaba cansado, su cuerpo podía dormirse incluso en una cama de clavos; no quería estar caminando, y que el cansancio se hiciese dueño de él haciéndole caer en el piso.

—Se donde guardan las llaves, SeokJin. –dijo JungKook, para luego devolver el cigarrillo a sus labios, y reanudar su caminata.– Pasaba más tiempo aquí que en mi propia casa, creí que eso también lo sabías, como todo lo demás, por lo visto. –susurró lo último más para si mismo que para el contrario, pero tal vez lo hizo demasiado alto, encogiéndose de hombros sin darle importancia realmente.

Estaba enojado, a la mierda todo lo demás.

—Si tú dices que sabes dónde están las llaves, entonces te creo. Tienes razón, pasabas más tiempo aquí que en tu hogar, así que de seguro sabes perfectamente donde está todo allí dentro. –respondió SeokJin igual de ácido, tomando la misma actitud que tenía, JungKook, con él; estaba empezando a ser demasiado arisco debido al cansancio, y agradeció infinitamente cuando pudo ver la entrada la comisaría frente a ellos, además de la zona despejada.

SeokJin soltó un gemido de alivio, sentándose un minuto, en el suelo, estirando sus cansadas piernas en lo que decía: —Bien, búscalas, ya quiero entrar, y poder dormirme. –casi podía sentir la suavidad inexistente de una cama de las de celda, nunca había estado en una pero debían ser cómodas, ¿no?– Oye, ¿las camas de las celdas son cómodas? –preguntó, sabiendo que si alguno de los dos tenía conocimiento sobre eso, definitivamente, era JungKook, quien le miró con cierta incredulidad.

—Tan cómoda como una cama de clavos, pero servirá por ahora, y de todas formas, no es como si pudiéramos quejarnos. –JungKook murmuró, pasando por alto la manera en que SeokJin le habló, e inclusive, ignorando todo lo demás.

El pelinegro guardó su arma de regreso a su cinturón, y dejó ambos bolsos en el suelo, junto al rubio, antes de caminar al rededor de la entrada. Había estado allí lo suficiente como para descubrir donde guardaban algunas cosas, así como la llave, por lo que empujó la puerta, asegurándose de que estuviera cerrada con llave, antes de seguir su camino.

Sería muy estúpido buscar las llaves, y que la puerta estuviese abierta; era una completa pérdida de tiempo. JungKook tanteó a ciegas una parte oculta en la entrada, en una pared de cemento con el centro hueco, hasta que las encontró.

—Ajá, te lo dije. –medio gritó en dirección a SeokJin, manteniendo una leve sonrisa en sus labios, en lo que agitaba las dichosas llaves, y proseguía a abrir la puerta, notando como SeokJin parecía estar quedándose dormido desde el segundo en que se sentó.– De todas formas debes tener cuidado.

JungKook tomó los bolsos, y le arrastró dentro antes de dirigirse donde el contrario, parándose justo frente a SeokJin, y con un pesado suspiro, buscando fuerzas en alguna parte de su cansado cuerpo, cargó a SeokJin sobre su hombro, haciéndole parecerse a un cavernícola; ese pensamiento le hizo reír de gracia mientras ingresaba a la comisaría.

SeokJin chilló asustado, e incluso forcejeó un poco con él, antes de simplemente dejarse llevar; no se había dado cuenta que sus párpados se cerraron solos hasta el momento en que sintió como lo elevaban, y abrió sus ojos asustado, chillando por la impresión, porque, ¿en qué momento su cuerpo simplemente se había desconectado de la realidad, como para, él, no ser consciente de que JungKook se acercaba a él, y lo ponía sobre su hombro, como si pesase menos que un saco de papas?

—Realmente no pesas nada... De hecho, creo que el bolso pesa mucho más. –bromeó JungKook. SeokJin forcejeó un poco, antes de simplemente dejarse caer nuevamente; no estaba en posición de pelear, y JungKook, a pesar de estar musculoso, era realmente cómodo... Lo cual era muy curioso.

¿Cómo un chico que tiene marcado todo puede ser cómodo?, no había lógica. Era como comparar una roca con una almohada, prácticamente eran antónimos, pero la mente de SeokJin estaba lo suficientemente cansada como para aceptar lo que sea que le viniese, y le permitiese, dormirse de una vez; había sido un día muy ajetreado, y no se veía, acostumbrándose, a este ritmo de vida, nunca.

—Ja ja ja, muy chistoso. –SeokJin respondió, rodando los ojos, y aflojando su cuerpo casi dejándose caer nuevamente. Cuando estuvieron dentro de la comisaria quiso llorar de alivio, se sentía seguro en esa zona, y, mientras no hiciesen demasiado ruido, lo estarían.

Aquellos zombies podían fácilmente derrumbar la puerta si se enteraban que dentro había lo que para ellos era "comida", pero no había indicios de que quedase algún caminante. Sólo había una soledad que le dio un poco de escalofríos; aunque su padre fuese un policía, y pasara la mayor parte de su tiempo metido en un lugar así, él seguía teniéndole cierto disgusto, y lo peor es que, terminó fijándose en un hombre que dormía más en esas camas que en la suya propia.

Ya puedes bajarme... –SeokJin pidió en un murmullo bajito, sonando somnoliento, algo que JungKook escuchó, pero no hizo, gustándole demasiado tenerle sobre su hombro.– ¿Cómo dormiremos? –cuestionó, un deje de nerviosismo recorriéndole la columna en pensar que, posiblemente, deban compartir cama, en lo que bostezaba tiernamente.

En realidad, SeokJin no conocía mucho la comisaría, debido a que, las veces en las que fue habían sido, como mucho, dos veces, y no pasó más allá de la recepción, cuando buscaba a su padre, por lo que, obviamente, no sabía ni dónde estaba parado.

Lo primero que JungKook hizo al pasar las puertas, fue tomar ambos bolsos por las correas, arrastrándolos junto a él, escuchando atentamente al contrario, y sonriendo ante su tono adormilado. Eran momentos como esos en los que entendía como su hermano había caído perdido por BaekHyun; los hombrecitos tenían su toque, en especial cuando eran tan malditamente adorables como el que tenía en brazos.

Debías pasar por una de las puertas al final de aquella entrada, y caminar por un pasillo antes de finalmente encontrar las celdas, donde sin dudas dormirían, y cuando lo hizo, se vio buscando las llaves de repuesto en uno de los cajones del escritorio que estaba allí.

Las camas eran, en realidad, colchonetas, de esas que les entregaban en educación física, sobre unos esqueletos de camas, herméticas como las de una funeraria, pero estarían bien. Había dos camas por celda, y claramente no entrarían los dos en una sola, aunque él podría hacer sus modificaciones, claro está.

Podía escuchar un que otro sonido proveniente de las celdas del fondo, y esperaba que SeokJin no les escuchara, al menos no por ahora; necesitaba descansar, ambos lo necesitaban, y fue así que, ni bien abrió la puerta de su celda, dejó los bolsos a un lado, y bajó SeokJin sobre una de las camas.

—Cubrete con la manta, éstas camas suelen ser frías, pero puedo conseguir otras para abrigarnos. –murmuró JungKook cerca de su rostro, tomando la manta que cubría a medias al más bajo, y le rodeó la espalda con ella, antes de recostarlo.

SeokJin realmente se veía agotado, y a pesar de las cosas hirientes que dijo en la azotea, él seguía preocupado por su hombrecito; estaba más que seguro que SeokJin se sentiría adolorido al día siguiente, y a pesar de que no dijo nada al respecto, sabía que el viejo Kim debía estar muerto.

El viejo nunca le permitió estar muy cerca de SeokJin, siempre quejándose con él por la manera en que vivía, tomando, muy extrañamente, una parte muy importante en su vida; JungKook había ocupado ese lugar de consejero, y hasta amigo, dándole apoyo en sus inseguridades, durante años, a cambio de nada.

SeokJin admite que la cama no era la más cómoda de su vida, realmente igual de dura que el piso porque el acolchado servía sólo de adorno, pero en ese momento, parecía como si estuviese en un colchón de agua con sábanas de seda, y almohadas gruesas. El cansancio hacía estragos en su cuerpo, sólo pensaba en dormir, quería descansar; ya de por sí era flojo, nunca haciendo nada, siempre durmiendo, y que, con un poquito de actividad en su día, quedaba reventado hasta el día siguiente.

—Gracias. –murmuró SeokJin tímidamente, en agradecimiento por todo lo que había hecho, y subió la manta hasta taparse un cuarto de la cara, sólo quedando a la vista desde sus ojos hacia arriba, los cuales cerró, esperando retomar el sueño que había echado sin darse cuenta en la entrada de la comisaria; la manta era corta pero se acomodó en la dura cama lo suficientemente bien como para que le cubriese el cuerpo protegiéndose del frío que, a pesar de estar dentro del lugar, y que no hacía tanto frío como afuera, igual había una que otra ráfaga de aire que hacía su piel enchinar, teniendo unos leves temblores.

Frunció el ceño, obligándose a sí mismo a dormirse, y odiándose porque justo en ese momento parecía como si todo el sueño de su cuerpo se hubiese esfumado. Bufó, exasperado y abrió nuevamente los ojos, observando la figura JungKook aún con él, y estiró su mano derecha hacia su dirección.

—¿Tú vas a dormir también? –SeokJin preguntó, con la voz baja y un cuarto más aguda de lo normal, lo que revelaba que estaba somnoliento, cansado, pero ahora no se podía dormir.

—De hecho... Pensaba dormir en la que está ahí detrás. –JungKook dijo, señalando con su pulgar hacia su espalda, donde estaba la otra cama, en lo que SeokJin negaba con su cabecita.

—No hagas eso. Para que sea más cómodo podríamos... –el rubio bostezó cerrando sus ojos y luego continuó.–, unir los colchones, y así hacer una verdadera cama pero improvisada. –murmuró, encogiéndose en su lugar por el frío que le recorrió nuevamente el cuerpo, en lo que JungKook consideraba la propuesta.

No era una mala idea; hacía frío, y probablemente su hermano bajaría tarde o temprano de la azotea, por lo que JungKook asintió y se dirigió a la cama libre, tomando el colchón, y acercándolo más al centro de la celda, tomando nuevamente a SeokJin entre sus brazos, y hacer lo mismo con el otro colchón.

—Busca algún analgésico en la bolsa, bebé, o va a dolerte todo el cuerpo mañana. –JungKook murmuró, teniendo la imagen de él abrazándose a un dormido SeokJin, y compartiendo la "misma cama" pasando fugazmente por su cabeza, gustándole tal vez demasiado, en lo que observaba la soñolienta carita de SeokJin, y debió morderse el labio inferior con fuerza, ¿que tan malo sería lanzarse sobre él como un cavernícola?

Es decir, ya había cargado a SeokJin sobre su hombro como si fuese uno, y la verdad, estaba tentado a darle un beso desde que lo encontró horas atrás; estaba siendo tentado por sus labios rosados, parecíendo el brote de una rosa, viéndose igual de suaves.

—Deberias, uhm... Comer algo. –balbuceó nervioso el pelinegro, alejando las imágenes que se reproducían en su cabeza.– Yo voy a buscar otra manta, y tú debes de estar con el estómago vacío...

—Está bien... –SeokJin balbuceó tiernamente, encogiéndose de hombros, y frotando uno de sus ojitos, en lo que empezó a "caminar", más bien arrastrar los pies, en dirección a los bolsos, que agradecía, tan solo estaba a unos pasos, viendo como JungKook salía en busca de más cosas.

Su estómago rugía pero era lo de menos en ese momento, lo que realmente le preocupaba era su brazo, SeokJin  podía sentir dolor todavía en la zona de su hombro, y cuando echó un rápido vistazo a la zona afectada podía darse cuenta que estaba roja, e hinchada, muy posiblemente mañana le dolería hasta moverlo.

«Sí ya eras inútil, herido lo serás aún más.» le dijo aquella voz en su cabeza, haciéndole gruñir por tener ese tipo de pensamientos, conteniéndose de golpearse la cabeza contra la pared, y sólo se dedicó a revisar la bolsa que JungKook le había mencionado.

Con los analgésicos en mano SeokJin buscó una botella de agua de las que había agarrado en el súper, tomando finalmente, con ella los analgésicos rogando para que el día de mañana su hombro no doliera, cuando escuchó unos sonidos raros viniendo de las celdas del fondo de la comisaría, haciéndole fruncir el ceño, y palidecer al reconocer aquellos sonidos; al ver a uno de ellos.

SeokJin había estado esperando que uno de los caminantes apareciese, y así dispararle para sentir nuevamente la adrenalina corriendo por sus venas, pero no así, eso fue cuando estaban en el aire libre, ¡y ahí estaban encerrados!; no podía disparar porque, el fuerte sonido que hacían las armas, llamaría la atención de más caminantes.

No se creía capaz de pelear cuerpo a cuerpo, y no quería que JungKook se arriesgara, porque había un noventa y nueve por ciento de probabilidad que le rasguñase, o algo peor, por lo que regresó nuevamente a la celda, donde ya se encontraba Hun, caminando obviamente esta vez rápido, su sueño y flojera quedando muy en el pasado.

—¡JungKook! –SeokJin exclamó bajito, aún sin divisar al pelinegro, queriendo atraer su atención.– ¡JungKook! –volvió a decir, exasperado.– ¡Hay un caminante en las celdas del fondo! –avisó, mordiéndose el labio inferior, y acercándose, tal vez, mucho a JungKook para poder hablar, ya paranoico de que afuera escuchasen el mínimo sonido, y quisiesen entrar.– No podemos dispararle porque causaría mucho ruido, ¿ahora qué haremos?

Ni bien dejó la celda, JungKook regresó a donde estaba el escritorio, y los cajones de expedientes apilados como su fueran una pared. Siempre se había preguntado porqué guardaban aquello junto a las celdas, pero por más que se preguntara aquello, jamás encontraría la respuesta, por lo que, encogiéndose de hombros siguió su camino, y abrió uno de los cajones de abajo, encontrando las mantas que necesitaba, también abriendo una de las celdas vacías, y cargó ambas colchonetas, antes de regresar a su celda, y prepararla de modo que pareciera una verdadera cama.

En todo momento había escuchado a SeokJin moverse, no era como si hubiera otra persona allí, además del caminante al fondo del pasillo, y maldijo en silencio cuando SeokJin llegó rápidamente donde él informándole lo que ya sabía.

—Lo se, bebé, pero no pasará nada, yo tengo las llaves, ¿recuerdas? –dijo JungKook con calma, enseñándole las llaves para demostrar que estaban a salvo, aunque por la expresión del contrario en su bonita carita, parecía que no estaba haciendo muy bien su trabajo, así que suspiró pesadamente, y guardó de regreso las llaves en su bolsillo.– Lo oí cuando llegamos, pero cálmate, no saldrá de allí, está encerrado, y de todas formas cerraré esta puerta, así que no entrara. –murmuró, apoyando con cuidado, ambas manos en los hombros de SeokJin.—Todo estará bien. Tengo mi navaja, y uno, o dos, silenciadores allí dentro. –prosigió, señalando el bolso con su cabeza.– Todo estará bien... –insistió el pelinegro apartando sus manos, sintiendo como picaban ante la falta del contacto, y se giró, regresando a su trabajo inicial, terminando de arreglar la cama.

—Tú... ¡¿Oíste que había un caminante y no me dijiste nada?! –gritó SeokJin ni bien salió de su asombro, sintiéndose aliviado de momento porque ya se veía tirado en el piso con un charco de sangre rodeándole, mordido por todos lados, y a punto de convenirse en uno de esos malditos zombies.

SeokJin inhaló y exhaló, su corazón latiendo de prisa al darse cuenta de que JungKook le había llamado "bebé". Sentía su rostro caliente, y odiaba ese efecto que tenía Jeon en él, porque podía tratarlo mal de un momento a otro, luego simplemente decirle bebé, mirarlo a los ojos, y apoyar sus manos sobre sus hombros como si nada, ¡y no era justo!; ¡No era justo que él se quedase tranquilo sólo porque Kook le decía!, y bufó, molesto consigo mismo, acercándose al pelinegro, tomándole del ante brazo, y girándole para encararlo, porque, no entendía nada.

No entendía por qué JungKook le trataba bien, luego mal, luego parecía que quería algo con él, y luego simplemente pasaba de él como si nada,¡todo en menos de una hora!, o que luego se llegaba a molestar si le decía que sólo jugaba con él, para después seguir diciéndole bebé, haciendo lo que se le viniese en gana con él, y finalmente, dejarlo como si no le importase, dejando muy en claro las intenciones que tenía JungKook con él.

—¿Eres bipolar acaso? –SeokJin cuestionó, arqueando una ceja; normalmente no tenía tanto carácter, o quizás sí, pero la falta de sueño le dio valentía.– Pensé que estabas molesto conmigo. –le dijo, frunciendo el ceño y abultando sus labios.– ¡Eres muy raro! –exclamó, encarando a JungKook, que estaba en completo silencio, sin entender ni la mitad de las cosas que estaban sucediendo, antes de rodar los ojos.—¿Sabes qué? –prosiguió.– Mejor olvídalo, esto es por la falta de sueño no me tomes en cuenta. –suspiró, caminando hasta la cama, queriendo olvidar lo que había hecho porque, ¿qué le estaba reclamando a JungKook?

Diablos, si SeokJin le pedía una explicación se dejaría en evidencia; le demostraría que estaba cayendo ante su tonto juego, y no era así... No quería demostrarle eso, quería mostrarse como una persona fuerte, por primera vez, y no le daría paso a JungKook para que se burlara de él como si estuviesen en la secundaria; no en el maldito apocalipsis.

JungKook le gustaba, sí, pero no le gustaba la actitud que tenía, creyéndose que con una de sus hermosas sonrisas arreglaba todo, cuando no era así; le había hecho cargar el puto bolso, sabiendo que tenía un hombro herido, sólo porque estaba molesto por dejarle en claro que no quería que se mofase de él, y ahora JungKook le decía apodos cariñosos, tomándole de los hombros para que se relajara, haciéndole ver que tenía todo bajo control.

SeokJin pisoteó fuerte, sintiéndose frustrado, y confundido con el pelinegro, ¡era demasiado para un solo día!, así que, frunciendo aún más el ceño, se fue en dirección al tumulto de colchones que, hora sí, parecía una verdadera cama, se quitó sus zapatos, y se acostó sobre los colchones, poniéndose la manta igual que antes de modo que le tapara los ojos, y cerró los ojos, esperando caer dormido, algo que claramente no pasó.

—¿Que demonios...? –JungKook susurró para si mismo, finalmente saliendo de su asombro, viendo SeokJin alejándose; si, era consiente del cambio de humor que tuvo hacía unos minutos, pero no aceptaba que el rubio le dejase con la palabra en la boca, y confundido como el demonio.– Oye, espera un maldito segundo. –gruñó, y siguió su paso, frunciendo el ceño; esperando el momento en que se acostó, solo para tumbarse junto a él, y destaparle lo suficiente como para dejarle al descubierto el rostro.—A ver, SeokJin, ¿como querías que te dijera nada, si se supone que estabas durmiendo? –cuestionó duramente, acomodándose en los colchones, y terminando sobre el contrario, sin llegar a aplastarle con su peso; ¿le decía bipolar, cuando él estaba entre tratarle como la mierda, a agradecerle, para después pasar de furioso a un hermoso muchacho todo sonrojado, y avergonzado?

SeokJin soltó un chillido agudo, de la impresión, al sentir como JungKook se ponía encima de él, sin aplastarlo; le había sentido tumbarse junto a él, y lo había escuchado hablar pero le estaba ignorando, y claro está, que no esperó que este se pusiese encima de su cuerpo.

Su respiración se agitó, y SeokJin abrió los ojos bien en grande, demostrando que estaba claramente sorprendido, entrando en una especie de shock por lo cerca que tenía al contrario. Demonios, sí, había estado cerca de él antes, pero esto sobrepasaba todo tipo de límites.

Literalmente, su respiración se había hecho una sola debido a la cercanía de los dos cuerpos, su cuerpo se había llenado de pequeños temblores, y sus manos estaban moviéndose como si tuviese Parkinson, o algo así; estaba completamente tenso, los latidos de su corazón eran erráticos, golpeando fuertemente contra su pecho, y maldijo a JungKook, porque en un día había logrado agitar su corazón como nunca antes, creyendo así que, en algún momento, podría sufrir un paro cardiaco debido a lo rápido que su corazón estaba latiendo.

—Si, estoy malditamente enojado por la mierda que dijiste en esa azotea. –admitió JungKook acercándose aún más a su rostro, casi haciendo morir a SeokJin debido a los nervios, sin apartar la mirada de sus brillantes ojos de ciervo.– ¿Por qué a cada cosa cariñosa que te diga reaccionas tan mal?, ¿tanto asco te doy?, ¿o es que realmente crees que, a pesar de estar en este "fin del mundo", estoy jugando contigo? –cuestionó rápidamente, como si temiera ser interrumpido por el rubio, y pasó su diestra en dirección a la nuca contraria, ejerciendo solo un poco de presión, para que no pudiera mover su cabeza.—Nada de lo que dije fue una broma, SeokJin; en ningún momento jugué contigo. –suspiró, y se acercó a un más, acortando de a poco la distancia entre sus rostros, hasta apenas rozarle los labios con los propios.– Realmente me gustas, Kim SeokJin. –susurró para finalmente juntar sus labios en lo que él esperaba, fuera el primero de varios besos, dejándole en completo shock.

SeokJin escuchó todo lo que JungKook le dijo, joder, claro que lo hizo, pero había algo en su mente que le impedía creerle al chico, podía verlo ahí, hablándole tan serio, y tan decidido, diciéndole aquellas cosas, sin vacilar incluso podía notar que había un brillo de sinceridad en los orbes de Jeon pero... Se le hacía imposible creerle. Era demasiado irreal para él; que él, SeokJin, le gustase a alguien como Jeon JungKook...

«Buen chiste, ¿dónde estaba la cámara escondida?, por Dios.»  bufó. Ellos simplemente no podían, no podían congeniar, no había manera alguna; SeokJin, por ser como era, estaba condenado a simplemente amar, y admirar desde las sombras al contrario, porque era imposible que alguien como JungKook estuviese con alguien como él, eran demasiado distintos.

Mientras a JungKook le encanta salir de fiesta, él prefería estar metido en su cuarto, jugando videojuegos. JungKook fuma, él odia el olor a cigarro. JungKook ha pisado más veces la comisaría que su propio hogar, mientras que él, incluso teniendo un padre oficial, había pisado pocas veces el lugar. ¡Era tan malditamente cliché que quería reír!, y siguiendo lo cliché de las historias, todo debía ser una broma, porque el hecho de que, verdaderamente, JungKook gustase de él, no pasaba ni en películas; todo esto debía ser una especie de broma o alguna mierda de ese estilo.

Pero claro, JungKook no le había dado chance a decir algo, intentar hacerle entrar en razón, que algo como eso era imposible, o que al menos dejara de jugar con él de aquella manera, porque inmediatamente se había lanzado sobre él besándole. Fue efímero, un simple roce de labios, que le había dejado en blanco, en completo shock.

SeokJin nunca había besado a nadie, puesto que, si se ponía a temblar, cual gelatina, cuando alguien sobrepasaba el límite, y se ponía demasiado cerca, mucho menos iba a besar, o ser besado, por lo cual, no sabiendo que hacer, se apartó, mirando hacia otro lado, poniendo sus manos sobre los hombros de JungKook para apartarlo un poco más.

—Yo, mhmm.... –comenzó SeokJin a decir, poniéndose completamente rojo apartando la mirada de la contraria.– No sé besar. –confesó, bajito, mirando a los orbes de JungKook, los suyos propios humedeciéndose de la vergüenza.– Maldición, soy tan patético. –murmuró escondiendo su rostro en el cuello de JungKook, dejando salir unas cuantas lágrimas; era un completo perdedor, no podía siquiera corresponderle un beso al chico que le gustaba, porque no sabía cómo hacerlo.

Y eso le hacía sentirse tan mal, hiriendo a JungKook sin siquiera saberlo.

Realmente le partía el corazón el ver llorar a SeokJin, lo había visto una o dos veces en el pasado, pero viéndolo, o escuchándolo, hacerlo enfrente suyo era mil veces peor, en especial cuando él era la causa de ello; era consciente de que probablemente sería el primer beso del rubio, y lo dice porque SeokJin nunca mostró indicios de que le gustara una persona en particular, aparte de él, ni salía con nadie realmente.

SeokJin siempre estaba solo, y una pequeña parte de él estaba brincando de felicidad por haberle besado, pero por la otra parte, lo único que quería hacer era abrazar a SeokJin, y llenar su bella carita de besos, siendo justamente eso lo que hizo; tomó las mejillas contrarias con sus manos, y limpió sus lágrimas inútilmente en lo que veía como caían una tras otra, antes de besar castamente su frente, ojos, y nariz, inconsciente de que al rubio le daba una vergüenza tremenda estar actuando de esa forma frente a él.

Ni un niño pequeño se comportaba tan nervioso, y temeroso como SeokJin, pero no podía evitarlo. En serio que no podía, su cuerpo reaccionaba por sí solo cuando una persona estaba demasiado cerca de él, como en las multitudes, y cuando se trataba de alguien que le gustaba, como JungKook, era mucho peor, porque se ponía el doble de nervioso, lo que, por ende, significaba ser el doble de torpe, e infantil.

Nunca le gustaba que las personas viesen el cómo se ponía él cuando tenía cercanía con alguien más, pero con JungKook era imposible evitar mostrar ese lado de él, menos cuando el chico parecía tener una fijación en estar veinticuatro-siete a su lado.

—Sabes... Yo tranquilamente podría enseñarte. –JungKook murmuró, y depositó un rápido beso en sus labios, haciéndole sonreír muy levemente, fijándose en sus bonitos ojos.– No estoy jugando a nada, tú realmente me gustas, desde hace mucho tiempo en realidad. –suspiró, y se presionó aún más cerca, si era posible, deseando quedarse así, con SeokJin, por siempre; JungKook se sentía demasiado bien de tener al rubio entre sus brazos, y no tenía ganas de soltarle nunca.

—B-Bueno, muchas gracias... Por sugerir que puedes enseñarme. –SeokJin balbuceó, con sus mejillas ardientes, sintiendo como la vergüenza le consumía.– Yo... Mhm, no estoy muy cómodo cuando las personas están extremadamente cerca de mí, así que podrías, por favor, ¿darme un poco de espacio? –cuestionó haciendo una mueca de incomodidad.—No es nada personal, es sólo que yo... Es difícil de explicar, pero a veces siento que me falta el aire cuando alguien está demasiado cerca de mí, y no lo puedo controlar. –explicó rápidamente, para que JungKook no se ofendiese ni se molestase con él.– Podríamos seguir esto en un rato, ya sabes, tú y yo... –hizo un ademán con las manos señalando, muy torpemente, a los dos.– P-Pero ahorita necesito calmarme. –pidió, rogándole con los ojos que se hiciese a un lado, lo cual hizo, después de asentir muy lentamente, teniendo una enorme duda en su mente.

—Cuando estábamos en cuarto grado, yo escribí una nota en anónimo, y la dejé donde sabía era tu lugar, pero nunca fuiste... –susurró JungKook sin poder evitarlo, frunciendo levemente el ceño cuando cuestionó:– ¿Por qué?

Su cara cambió completamente cuando escuchó las palabras recitadas por JungKook, ¿de qué mierda hablaba? Estaba diciendo prácticamente lo mismo que en la azotea pero estaba vez explicándole un poco más, aunque claro, no terminaba de entender a qué se refería.

—Kookie... –le llamó, sin darse cuenta, realmente, que había usado el diminutivo de su nombre, casi provocando un colapso mental, en JungKook; salió espontáneo.– Te lo dije en la azotea, no sé realmente de qué me hablas; creo que te estás confundiendo de persona. –le repitió lo mismo que le había dicho anteriormente, completamente confundido por lo que el pelinegro le mencionaba.

«¿Acaso morí, y caí en el cielo a pesar de todos mis pecados?» se preguntó JungKook a si mismo, aún sorprendido por la manera en que fue llamado. "Kookie", fue inconscientemente, pero SeokJin acababa de llamarle Kookie, y él no podía caber en su felicidad, estando de su ladode la cama.

SeokJin, por su parte, empezó a recordar, a buscar entre sus recuerdos eso que JungKook le decía pero no llegaba nada. Cuarto grado no fue realmente el mejor grado para él, «Como si alguno lo hubiese sido.»bufó; había estado más solo que nunca, porque fue cuando recién había perdido a su madre, y también su mascota había muerto. Era todo lo que recordaba SeokJin, sin embargo, no recuerda ninguna nota, por lo que decide creerle, momentáneamente, echándose la culpa de que su memoria de pez, y trata de buscar en su mente si aquello realmente pasó.

SeokJin tenía un lugar, aquel lugar donde pasaba los recesos, solo, a la espera de las clases, donde estaba mayormente alejado de las personas, algo típico en él luego de ver que no encajaba, y aunque encajara, su problema de nerviosismo no le permitía hacerse unido a la gente sin que tuviese un colapso nervioso por hablar, pero no recuerda haber recibido una nota allí, mucho menos una nota que le citase a un lugar como para él faltar.

JungKook lanzó sus botas militares a un lado, junto con su sudadera, antes de acomodarse en los colchones, y cubrirse con las mantas, a pesar de que no sentía nada de frío, y podía sentir el calor corporal del contrario.

—Tal vez me confundí de lugar, o tal vez alguien leyó la nota antes de que pudieras verla. –murmuró JungKook mirando fijamente el techo, intentando recordar esos años, sin conseguir nada en absoluto.– Lamento lo que te hicieron pasar los idiotas de mis amigos; ahora probablemente todos están muertos, pero no siempre fueron unos bastardos. –suspiró, observando al rubio de reojo, sonriendo levemente al sentir aún sus labios, y se acomodó de lado, haciendo una mueca ante el dolor en la zona de las costillas.

—Si llegas a tener frío, siempre puedes ponerte un poco más cerca de mi. No me molestaría darte un poco de calor, realmente. –ofreció JungKook, riendo un poco, antes de sisear, y maldecir por lo bajo; realmente, el tatuaje parecía ser una muy mala idea para ese momento, y se maldijo por ello, pero aquel era el último tatuaje de su mejor amigo: TaeHyung.

Fue en medio del silencio, donde SeokJin se sonrojó terriblemente por el doble sentido de sus palabras, o por haberlas malpensado, sobre aquello referente al calor, debido a la manera peculiar en que lo dijo, y en que su mente trabajó por sí misma, que simplemente se echó a reír, cautivando a JungKook, manteniéndose quieto en su lugar, no creyéndose capaz de apegarse al cuerpo del contrario.

—Deberíamos dormir ya... –murmuró SeokJin obligándose a cerrar los ojos, dándole la espalda al contrario apretando sus manos alrededor de la manta, cuando un recuerdo cayó en su mente como un meteorito; ¡ya sabía de qué estaba hablando JungKook!, recordaba claramente una nota escrita, bien fea, y con unos cuantos errores, que había encontrado en el suelo del lugar al que frecuentaba en los recesos.—¡Ya sé de cuál nota me hablas! –exclamó emocionado por haber recordado, sentándose de pronto, y casi dándole a JungKook un paro cardíaco.– ¿Me habías citado a algún lado? Es que... Yo no entendí qué era lo que decías. –sonrió tímidamente mirando de reojo a JungKook. – Lo siento si alguien no te lo había dicho antes, Kookie, pero escribes horrible. –se mordió el interior de la mejilla reprimiendo una sonrisa.– Oh, bueno... Para ese entonces lo hacías. –añadió, tratando de no hacer sentir mal a JungKook.

SeokJin era un lector nato, desde siempre, se tragaba libros enteros en menos de un mes, y realmente creía que no había algo que él no pudiese leer. Al menos así fue, hasta que se encontró ese papel arrugado en el suelo; no tenía ningún tipo de sentido, y como él creyó en ese momento que, o era una broma, o era una equivocación, había pasado de ella, y ni se acordaba de aquello, pero justo en ese momento se estaba odiando por no haberle prestado la atención necesaria.

—Oye, estaba nervioso cuando la escribí, y la hice muy rápido, por eso se veía tan mal. –JungKook mintió vilmente, porque, la verdad era que si, hace unos cuantos años escribía para la mierda, pero bueno, eso había mejorado lo suficiente como para arreglar problemas ortográficos, y que sus letras no pareciesen jeroglíficos.

Una mirada en dirección a la puerta le recordó que debía asegurarla con llave; sabía que los caminantes no entrarían, y no le preocupaba, pero no quería que, en caso de que hiciera algo con SeokJin, su hermano apareciera así como así, y les arruinaría el momento.

JungKook quedó apoyado sobre su codo, observando atentamente el sonrojo del contrario antes de que le diera la espalda nuevamente, y dijera: "Realmente deberíamos dormir ya...", una vez más. «Si, claro, ¿como hacerlo ahora?» pensó; no podía simplemente dormir sabiendo que SeokJin estaba allí, solo a un pequeño espacio de distancia, siendo por ello que se acercó un poco más hacia él, rodeándole la cintura con su mano libre, llevando sus labios al oído contrario.

—Cerraré la celda, y volveré justo aquí; me gusta tenerte entre mis brazos... –admitió JungKook en suave susurro, y besó brevemente la mejilla contraria, antes de levantarse, estremeciéndose ante la rápida falta de calor, y tomando las llaves, quedándose observando fuera, en el pasillo donde había escuchado la voz de su hermano.

Esperaba que siguiera de largo, realmente deseaba seguir con aquella extraña paz con SeokJin, quien parecía ya haber caído en un profundo sueño, y su hermano solo lo arruinaría, siendo algo que confirmó al ver la gran sombra dirigirse hacia ellos, siendo seguido por una más pequeña; SeHun estaba preparado para apretar el gatillo, dispuesto a proteger a BaekHyun por sobre todas las cosas, cuando vio que la sombra, en la puerta de una de las celdas, se movió, y sin dudarlo, apuntó inmediatamente a JungKook en el punto vital: la cabeza.

—¿Quien eres? –gruñó SeHun, su potente voz grave haciendo estremecer a su pequeño novio, quien, tembloroso, se escondía a sus espaldas, consciente del semblante serio que tenía SeHun en esos momentos; no podía ver bien a la persona, o lo que sea, que estaba enfrente a él por culpa de la maldita oscuridad que había en la habitación, por lo cual dijo nuevamente:– ¿Quien eres?

—¿Cuantas veces me has apuntado con tu arma? –cuestionó JungKook en su lugar, bufando al ver como el mayor claramente no estaba solo, queriendo demostrar su obvio disgusto por verle allí, pero sintiendo como un peso le era liberado al momento de verle con vida.– ¿Cinco, seis veces? –chasqueó la lengua, ignorando el hecho de que estaba siendo apuntado directamente en la cabeza, y sonriéndole como el jodido bastardo que era, escupió:– Que emotivo reencuentro, hermano mayor...

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gracias x leer, ¿Cómo te está pareciendo la historia? :o

shebeJJ_ aquí tienes. ❣️

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