❲el comienzo del caos ✧❳
◤ADVERTENCIAS: cambio de edades, jungkook es mayor que jin, mención al uso de drogas, y/o alcohol, uso de armas de fuego, y/o blancas, zombies, escenas explícitas, lenguaje obsceno, lemon/smut, & M-PREG.◥
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Su vida antes de que el caos comenzara era como un sueño hecho realidad. Hacía lo que quería, cuando quería, y donde quería, haciendo que el nombre, Jeon JungKook, estuviese en boca de todos.
Todos sabían que estar rodeado de su compañía significaba fiestas, y un sin fin de cosas, algunas de ellas ilegales. Siendo, siempre, todo lo contrario a su hermano mayor, lo que les llevó a tener tan mala relación, pero ahora, cuando el mundo parecía ser un completo desastre, tal vez tener al gran idiota junto a él, haría que no se sintiera tan solo.
Su último recuerdo era que estaba en una reunión, probablemente una fiesta, con su grupo de amigos, antes de caer inconsciente, debido a todo lo ingerido
Fue en el segundo que abrió los ojos, y en el que un quejido salió de sus labios, en el que su pesadilla comenzó; había bebido hasta la inconsciencia, al parecer, y ahora tenía mucho dolor de cabeza, la típica resaca después de una buena fiesta, pero más importante aún, no sabía ni dónde estaba, y los ruidos no le dejaban pensar con claridad.
El brillo en la habitación lo cegó por un momento, intensificando el dolor de cabeza, haciéndole sisear, y maldecir en un quedo susurro, haciéndole cerrar los ojos con fuerza, antes de volver a intentar abrirlos, dejándole muy confundido, y realmente pensó seriamente si estaba realmente despierto, o si estaba alucinando.
Sus amigos, aquellos con los cuales pasó gran parte de su vida, estaban peleando entre sí, con heridas que parecían ser de muerte; había sangre por todas partes, y personas comiéndose entre sí... Cómo caníbales.
Se levantó torpemente, teniendo en cuenta que aún había alcohol corriendo por su sangre, terminando por llamar, sin querer hacerlo, la atención de esas cosas, teniendo que correr lejos, fuera de la casa, no sin antes asegurarme de que su arma, aquella que nunca dejaba fuera de su cinturón, estuviera precisamente allí.
No sabía que esperarse cuando, agotado, se detuvo y observó su alrededor, pero cuando observó un movimiento a lo lejos supo que no estaba solo como creía, y que más aún, estaba siendo observado, los sonidos de esas cosas parecían estar en todas partes, cuando comían... Cuando destrozaban un cuerpo, y devoraban sus intestinos.
¿Qué demonios está pasando? se preguntó, sin comprender cómo de la noche a la mañana todo había terminado así; sin comprender como el mundo, o al menos su ciudad natal, estaba en esas condiciones con solo un par de horas.
Desatándose el caos; el pánico, y la confusión peleando por gobernar sobre todas las emociones de quienes pasaban esa situación. Las películas, y series de Zombies se quedaban muy cortas a lo que era su realidad, dejándole completamente ignorante a lo que sucedía en otra parte de la ciudad, donde su hermano, y el novio de este, podrían estar... O incluso donde el lindo chico, de ojos brillantes, que había tomado su corazón desde hacía tanto tiempo atrás, podrían estar.
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Kim SeokJin no era alguien muy sociable, realmente no. Su grupo de amigos era extremadamente limitado, los podía contar con sólo una mano. Y la mayoría, por no decir todos, eran de internet, personas que, estaba consciente, posiblemente nunca en su vida conocería, y estaba bien con eso; en realidad, estaba bien con muchas cosas.
Le gustaba ignorar todo lo que pasaba a su alrededor, sumirse en su mundo virtual sin prestarle verdadera atención a su alrededor, aunque claro, algunas cosas no podía ignorar... Como el vacío que se hacía en su estómago al verse completamente solo.
Vivía con su padre, pero a este casi ni lo veía, sus horarios chocaban cuando él estaba en el colegio, y el tiempo de interacción era prácticamente nulo, muchas veces incluso ni se veían. Este era policía por lo que muchas veces era arrebatado de casa por alguna emergencia que sucedía, y ese estilo; aquello los fue distanciando rápidamente, ahora parecían dos desconocidos en la misma casa, sin ningún tipo de lazo por el medio.
Cuando todo el caos comenzó, estaba desayunando. El día parecía completamente tranquilo, aunque claro, la falta del sonido de carros por la zona era algo preocupante, sin embargo, no hizo mucho hincapié en aquello, y siguió comiendo, hasta que su padre entró a su casa, con una cara que reflejaba completa preocupación, y tenía la respiración errática, asustada, con sus manos agarrando fuertemente el arma, reglamentaria, que estaba entre ellas, y parecía un poco paranoico.
Lo demás pasó demasiado rápido; la ventana de su casa fue destruida, y un chico estaba entrando a su hogar. Bueno, "chico" por decirle de alguna forma, porque su cuerpo estaba descompuesto, pedazos de carne le faltaban, no parecía capaz de formular una oración, y caminaba con dificultad, pero parecía tener una gran fuerza puesto que apenas tomó entre sus brazos a su padre, este no se pudo escapar por más que luchó para aquello, dejándole escuchar los gritos de dolor, y ver el cuello de su padre con una gran mordedura.
Lo único que podía estar consciente era del "huye" que le gritaba repetidamente su progenitor, y, agarrando el arma que este le había lanzado mientras estaba siendo devorado, salió disparado del lugar, dándose cuenta de la horrible realidad.
No entendía nada, sólo podía ver la extrema soledad del lugar, cómo todo lo que ayer estaba normal hoy parecía estar putrefacto. Los seres descompuestos caminaban por las calles, soltando balbuceos sin sentido. Estaba asustado, su corazón latía frenéticamente contra su pecho, y corrió; corrió hasta lo que sus delgadas, y poco atléticas, piernas le permitieron, y luego, después de un buen rato, frenó en seco para descansar, jadeando desesperadamente en busca de aire, descansando sus manos sobre sus rodillas, para apoyo.
Estaba solo en un lugar desconocido; el silencio era ensordecedor, ni siquiera se escuchaba un mísero animal, ni pájaros, ni grillos, nada.
Absolutamente nada.
Quería llorar, despertar de aquella pesadilla tan vívida en la que estaba. Porque todo debía ser un sueño, no podía ser verdad lo que estaba pasando. Él... No pudo haber visto morir a su padre, porque no sucedió realmente, ¿cierto?
Un ruido le hizo ponerse alerta y pararse erguido, mirando a su alrededor para saber de dónde provenía el sonido, teniendo el arma que temblaba en sus manos, casi resbalosa; no sabía si aquel sonido venía de parte de uno de esos "caminantes", como había decidido ponerle, por lo que se acercaba cauteloso al sonido, y luego, un sentido de supervivencia nació en él.
¿Y si no era uno de esos caminantes?, ¿y si era un humano como él?
— ¿Quién anda ahí? –preguntó SeokJin al aire, gritando, poniendo el arma en alto, apuntando a la nada, pero estando en modo de defensa por si no era lo que él pensaba. Y luego lo vio, de espalda. Una espalda ancha, y una ropa intacta; no parecía ser un caminante pero parecía estar entero, aunque, de igual manera, no era de fiarse. – He dicho, ¿quién anda ahí? –repitió, esta vez más fuerte para obtener la atención del desconocido.
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El sonido de una voz, más bien un grito, que le era dirigido a él, le hizo girar lentamente la cabeza en su dirección. Era obvio que no estaba solo, pero más importante, no era una de esas cosas; un caminante. Reconocía la voz, estaba más que seguro de ello, pero no podía recordar de donde, y su cabeza dolía demasiado como para querer ayudarle.
JungKook debía parecer un idiota mirándolo en su dirección, sin emitir sonido alguno, como si fuera uno de esos tipos disfrazados de estatuas que trabajaban por un par de monedas, pero no era muy agradable el estar siendo apuntado por un arma, ni bien escapó de una casa llena de caminantes, o como sea que se llamasen.
Aún estaba intentando regular su respiración cuando alzó ambas manos sobre su cabeza, tomando una posición muy conocida para él cuando era llevado a la comisaría, y finalmente se giró, observando fijamente a la mirada del contrario; fácilmente podría desarmarlo, pero no quería jugar con fuego, al menos no de momento, maldiciendo en silencio al momento de reconocerlo.
— ¿SeokJin?, ¿es en serio? –cuestionó JungKook bajando ambas manos, riendo sin gracia alguna. No podía creer que, de todas las personas que conocía, justamente tenía que encontrarse con el hijo del policía que más veces le llevó a la comisaría; con el chico lindo de ojos brillantes.
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✧ la historia no es mía, su autora me dio la autorización para adaptar está maravillosa historia, obra original de: Vin_iiarYG.
✧ hay mención del sebaek y nammin.
espero la disfrutes. ❣️
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