6.
Harry no debería estar tan emocionado con un tal vez.
Realmente no debería.
No cuando, tras meses de intentos, sus decepciones solo fueron creciendo. Sin embargo, no sería capaz de evitarlo.
Tras su viaje a Londres y la gran vergüenza que pasó con su hermana, Gemma y el se habían encargado de buscar todas las posibles alternativas para poder formar una familia.
Todas. Absolutamente todas las opciones.
Desde audios subliminales, desesperado pero ¿quién podría juzgarlo?
Licuados con afrodisíacos y frutas que prometían mejorar la fertilidad, no con el resultado esperando pero aún si no había quejas de por medio.
Hasta el equipo legal de Gemma revisando letra por letra cada uno de sus contratos para ver si la adopción se convertía en un camino posible. ¿A quien engaña? Es un callejón sin salida.
Así que el tiempo había pasado, demasiado rápido.
Y entre sus atareados estilos de vida, con las grabaciones de una película, un álbum debut y su respectiva gira, la composición de otro álbum debut y la interpretación de una serie de singles. Bueno... Funcionaban, tan bien como siempre.
Pero tal vez Harry se encontraba tan agotado en medio de todo aquello que simplemente, todas las decepciones y anhelos parecían haber quedado en segundo plano.
Por esa razón cuando justo antes de subir al escenario recibe un correo de su hermana.
«Encontre algo realmente prometedor. Revísalo bien Harry porque te hice una cita para mañana. Te envío los detalles.»
No puede evitar simplemente no estar eufórico al cantar.
Tenía una corazonada. Y una muy buena.
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Harry sonríe cuando sale de la ducha. Puede sentir sus músculos relajados a causa del agua caliente, y su cabello desprende un agradable olor a flores con cada tenue movimiento. Leer aquel correo simplemente lo había puesto de buen humor.
Había sido uno de esos casos donde conoces al amigo de un amigo del vecino del conocido de alguien más. Gemma había escuchado a una de sus compañeras de podcast mencionarlo y le tomo un par de semanas encontrar todo sobre ello pero finalmente lo había hecho.
Una doctora alemana, ginecóloga obstetra con un doctorado en genética humana estaba empezando un ensayo clínico para mejorar la fertilidad en pacientes que, debido a una patología o procedimiento previo, su útero había sufrido algún trauma severo.
Harry había leído el abstract completo, y aún si no comprendía alguna de las palabras invirtió una buena cantidad de tiempo en buscarlas en internet para no llegar a hablar con la doctora en blanco.
Estaba claro que el difería de las pacientes objetivo de la investigación, pero había hablado con Gemma y al parecer la doctora había accedido a conectarse por zoom para platicar un poco.
No debería estar emocionado, pero si. Lo estaba.
Asi que cuando sale del baño y se pone una cómoda bata para cubrir su piel, solo puede sonreír más al notar como Louis duerme sobre la cama de su hotel.
Había llegado hace unas pocas horas, su horario estaba desfasado tras un largo vuelo y había tenido que registrarse con un seudónimo ridículo.
Pero ahora estaba ahí, con el. Y lo estaría por el resto del tour. Aquello simplemente hace que todo su pecho explote en una cálida sensación.
Y sonríe aún más mientras observa como su cabello cae sobre sus ojos, su rostro -que ya sabe de memoria y que aún así no puede dejar observar se muestra relajado por completo. Sus largas pestañas y sus finos labios.
Hay tanto silencio en la habitación que puede escuchar como respira, tan relajado en sueños. Aún tiene puesta la ropa con la que viajo y su maleta quedó olvidada a media entrada con un par de sudaderas encima.
Toma la maleta y sacude la ropa antes de colgarla junto a su propia ropa. Intentando hacer el menor ruido posible para no despertarlo.
Y en cuanto termina simplemente le mira mira de pie, divertido ante su ya tan marcada rutina, se acerca a él y con movimientos delicados desata las cintas de sus tenis, encargándose de sacarlos sin moverlo e inflando su pecho de orgullo cuando Louis deja escapar un suspiro de alivio, removiendose mucho más cómodo sobre la cama.
Esos son ellos. Cuidándose al otro, aún en los gestos más pequeños.
Y Harry solo quiere acostarse junto a él, sabiendo que de hacerlo sería cuestión de segundos para que Louis le abrace en sueños. Sus cuerpos ya tan acostumbrados al del otro pero su teléfono vibra con la alarma que ha puesto para no llegar tarde a su cita. Toma sus audífonos y sale al pequeño balcón privado.
Su corazón se acelera conforme los minutos pasan, y hay una sensación fría que parece aplastar la boca de su estómago cuando la sesión inicia.
Ve el círculo cargando, intentando establecer una conexión y su garganta se siente seca.
Se ve en la cámara, y mierda, luce cansado. ¿Tal vez debió afeitarse? ¿Dormir un poco más? ¿Vestirse en lugar de usar una bata y calcetines?
¿Y si no se veía como suficientemente bueno?
- Mierda... Uh-oh ¿Hola? - dice cuando la doctora aparece en pantalla.
Es rubia, apenas un poco mayor que el. Tiene ojos marrones y un tenue color rojo en sus mejillas. Su cabello luce en una coleta despeinada, Harry supone que debe haber salido de algún turno en el hospital o algo así.
¿Siquiera que hora es en donde ella está? ¿Esta siendo desconsiderado?
- Hola - saluda en un inglés quebrado, con una pequeña sonrisa asomándose en la comisura de sus labios. - Soy la Doctora Ellie. Gemma me habló de ti, tenía muchas ganas de conocerte, Harry. ¿Esta bien si te digo Harry?
- Oh, ¿en serio? si, si. Harry está bien.
- Si... Debo admitir que su música en One Direction me ayudó bastante a no dormir durante mis guardias en la residencia. Gemma lo hizo ver cómo un favor pero en realidad es algo de dos sentidos, una versión más joven de mi grita de emoción por poder hablarte.
- Doctora Ellie es usted demasiado amable. Solo estoy contento de que hayamos ayudado, aunque sea un poco.
- Más que un poco. Así ¿supongo que estás familiarizado con mi trabajo? Es aún nuevo y está en la etapa experimental, definitivamente no listo para salir al público.
- Si, leí un poco sobre ello pero mentiría si digo que lo entiendo del todo. No se cómo funciona.
- En una versión simplificada, es una terapia genética a partir de hormonas para restaurar los órganos reproductores en mis pacientes. Es como ... Engañar a un sector muy específico de tu DNA para que trabaje como su estuviese en un desarollo embrionario. Y es muy difícil, no todos los organismos pueden ser trabajados de esa manera pero he tenido avances muy buenos.
- Entiendo, ¿y... Uh, usted cree que...?
- Puedes preguntarme Harry, soy una Doctora, no voy a juzgarte ¿de acuerdo? Es mi trabajo. - Harry sonríe, pensando en lo realmente cálidos y seguros que los ojos de Ellie parecen.
- ¿Usted cree que pueda hacerme eso a mí? ¿Cómo para que yo tenga un bebé? - finalmente pregunta. Su voz suena cortada y debe desvíar la mirada aún cuando sabe que no la tiene enfrente. Sin embargo la Doctora sonríe.
- Tu caso es muy diferente a lo que he trabajado. Pero si vienes a mi clínica y tras unos análisis tu salud parece estar bien, yo ... Puedo intentarlo. - el corazón de Harry deja de latir.
O al menos, se siente como eso.
- ¿En serio? - el aprieta sus labios, los nervios molestando en toda su piel y un pequeño brillo, apenas presente, resurgiendo en sus ojos. Ellie asiente con una enorme sonrisa. - ¡Dios si! Voy a-voy a despejar mi agenda. Iré en cuanto puedas recibirme.
- Bien. Te haré llegar mi agenda para que puedas acomodarte Harry. Solo que... Bueno. Es parte del protocolo que alguien te acompañe en el proceso. Puede ser un familiar pero es recomendable que sea alguien que esté contigo en todo momento, casi todas vienen con su cónyuge.
Oh.
Harry muerde su labio, desviado la mirada de la pantalla de su celular solo para encontrar a Louis descansando frente a el, con sus facciones fruncidas molesto de extender su brazo y y no encontrar el cuerpo de Harry junto a el.
Harry sonríe hasta que... Mierda. Tendría que decirle.
Tendría que decirle.
Sentirlo tan cerca de ser posible se sentía aterrador.
Pero trata saliva y regresa la vista, asintiendo. - Cónyuge será.
- De acuerdo, déjame tomar nota. ¿Así que debo esperarte a ti y a...?
- Louis Tomlinson.
- Jodidamente lo sabía.
- ¿Perdón?
- Que enseguida les saco una cita. De acuerdo Harry, estamos en contacto. Cuídate mucho.
Y la llamada termina.
La sonrisa de Harry se ensancha aún intentando procesar todo lo que han hablado. Tambaleante deja atrás el balcón para acostarse junto a Louis.
Es solo cuestión de segundos para que la mano del castaño se deslice por su cintura, atrayendole un poco más cerca.
Adormilado, Louis pasa su nariz por el cabello de Harry, inhalando profundamente y dejando un corto beso.
- ¿Dónde estabas? - su voz se ahoga con la almohada.
- En la ducha, amor.
- Mm, tardaste mucho. - le abraza más cerca, hasta que la espalda de Harry puede sentir el tenue movimiento de la respiración de Louis. No pasa mucho para que el mejor también comience a sentir sueño.
- Lo siento. - Louis pasa la pierna sobre Harry, atrapandolo. Enredándose juntos.
- Mio - murmura. - Te esperaré siempre.
- Te amo. - susurra, con sus hoyuelos marcandose junto antes de perderse entre sueños.
Si. Estaba emocionado.
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