24.

¡Feliz onceavo aniversario de 1D!

______________________________________


Poco antes de llegar al hospital, una segunda contracción golpea a Harry. 

— ¡Mierda, mierda! — grita justo cuando Louis ha dado una vuelta en el auto, encontrándose un embotellamiento. Una ráfaga de dolor intensificándose en todo su vientre, su espalda baja. Y otra más que se extiende a su pelvis y sus piernas. 

Grita de nuevo. Esta vez incapaz de formar un vocablo, se agarra con brusquedad de la puerta de su lado y sus nudillos se ponen en blanco. Intenta a contar hasta diez, pero la contracción no desaparece. 

Es más larga, más intensa. No se desvanece. 

— Me duele, me duele, me duele. — Es todo lo que puede decir cuando sus largas pestañas se han mojado con lagrimas. Su frente se muestra aperlada al cubrirse por el sudor que el contener el dolor ha provocado y sus labios rojos de morder. 

No quiere llorar.

Pero duele, y  lo hace. 

Lo hace contra todo esfuerzo y tal vez su corazón se rompe un poquito al sentirse incapaz de soportarlo. 

—  No puedo... — confiesa en un susurro, tiene las mejillas mojadas y su respiración se ha vuelto errática. — Me duele mucho, Lou. 

Louis lo mira y siente su pecho explotar con la imagen frente a él. La frustración invade cada fibra de su ser, molestando hasta en la punta de sus dedos. Golpea con insistencia el volante y pero no puede hacer más porque apenas han avanzado un metro en los últimos minutos. Harry esta sufriendo y el no puede hacer más que mirar

—  Si puedes bebé, falta poco lo prometo. — dice, intentando limpiar sus lagrimas pero más son derramadas en cuanto el rostro de Harry se contrae de nuevo ante una nueva oleada de dolor.  El no sabe como cumplir esa promesa.

Tal vez lo siguiente que hace, no es lo más sensato. 

Pero él esta por convertirse en papá, y tiene al amor de su vida llorando en el auto. 

Así que gira sin reparo alguno el volante y pisa a fondo el acelerador. El resto de los conductores solo puede observar como una Range Rover negra se sale del camino para avanzar en sentido contrario. 

Y si llegan al hospital con un movimiento de aparcamiento a medio concluir, entrando por la puerta principal donde cualquiera puede verlos y con más insultos de transeúntes de los que puede recordar, nada de eso le importa a Louis. Solo quita las llaves y se baja corriendo para abrir la puerta de Harry y tomarlo en brazos para entrar a urgencias llamando por Ellie.  

—  Esta bien Louis, yo lo tomo desde aquí. — ella había dicho. El como fueron rodeados por un cuerpo de enfermeras se siente difuso entre las paredes esterilizadas, sin embargo Louis no escucha. Se encuentra demasiado concentrado en mantener a Harry en sus brazos, los rizos del menor pegados a su frente por sudor, manchando solo un poco la camisa del hombre que lo sostiene en un intento de regularizar su respiración. 

Tal vez y de forma inconsciente, aferra con un poco más de firmeza su agarre. Temeroso del perderlo de vista, de soltarlo o dejarlo caer. 

— Hay que poner a Harry en la silla de ruedas para que pueda prepararlo para cirugía. Sera rápido. Y apenas este listo saldremos a darte indicaciones para que estés en todo el proceso ¿si? Justo como lo habíamos planeado.  — ella informa, haciendo un sutil gesto a las enfermeras de que ella lo controla. Se quita el estetoscopio para guardarlo en la bolsa de su bata, dejar sus manos libres y es así que da un paso más cerca. —  Esta bien Louis —  ella repite, tocando su hombro. —  Déjame a mi cuidarlos.  

Es entonces que Harry se remueve un poco, mucho más calmado; estira su mano para acariciar la barbilla de Louis y es tras un par de toques que sus miradas se encuentran. Harry le sonrie, sobre todo al observar la mirada cargada de angustia que Louis le dirige, sus ojos un poco menos azules y sus facciones tensas incapaz de relajarse. 

— Esta bien, Lou. Ya ha dejado de doler, lamento haberte asustado. 

— No bebe, hemos tardado mucho en llegar y yo no podía hacer nada...

— Tampoco puedo hacerlo yo,  ya no más. Ellas estan listas para salir y eso solo puede hacerlo Ellie. Ya puedes soltarme amor, estaremos bien. — el deja un besito sobre su barbilla, la barba de días acumulada. 

Louis finalmente asiente y otro enfermero se acerca con la silla de ruedas. Solo toma unos segundos para que Louis lo deje en la silla, una ultima caricia a su vientre y un beso en la frente después lo alejan de él. 

—  ¡Estaré contigo en un minuto! — grita. 

— ¡Lo se! — y su figura siendo empujada, se aleja por el pasillo. Ellie le sonríe y camina tras de el. 

________________________________

Así que una media hora había pasado.

Una amable enfermera lo había conducido a la sala de espera, sin embargo sus nervios no se desvanecieron. Sabe que todo esta bien, pero ello no logra relajarlo. Así que mueve de forma constante su pierna y truena sus dedos de forma reiterada aunque ya los ha tronado antes y ahora no los aplasta en un patrón desigual. Incluso se ha quitado y puesto su gorra en un habito tedioso. 

Los siguientes quince minutos son un poco menos malos. Anne y Gemma han llegado corriendo y tras ellas Mark y Lottie tambien. Todos le miran con ojos expectantes y entonces resume de forma torpe como han llegado hasta ahí. Entonces Anne le abraza, negándose a dejarlo ir bajo la excusa de que los nervios son menos cuando se esta en los brazos que uno ama. 

Apenas se percata cuando la enfermera sale de nuevo. 

— Señor Tomlinson, puede acompañarme. —  un cálido apretón más y es conducido a un cuarto esterilizado donde le hacen limpiarse. Sostiene su cabello en una corta coleta y se mete en un traje quirúrgico azul antes de entrar al cuarto de Harry. 

Sonríe en cuanto lo ve, casi sin darse cuenta. 

Se encuentra sentado y tiene la espalda expuesta al ser cubierto solo por una fina bata. Incluso una amable interna le ha trenzado su cabello. 

— Miren nada más, que papi tan guapo — Harry dice y Louis ríe a carcajadas. Camina con las piernas abiertas porque no le gusta el sonido que la ropa hace, y sabe que en realidad, luce ridículo. 

—  Esta bien, esta bien. Lo entiendo, pero tu si que te ves hermoso. Tal vez no es la mejor selección de palabra viniendo de ti, amor. ¿Cómo te sientes?

  Excelente. Me han puesto una epidural. Estaba tocando mis piernas, o intentando, pero no siento nada. Estan preparando el quirófano y en unos pocos minutos podrán llevarnos para que estas niñas nazcan.  —  la sonrisa de Louis se ensancha y se acerca para tomar su mano, besando sus nudillos. 

— No sabes cuanto te amo.  —  Harry lo mira, sus grandes ojos brillando de emoción e inclina su cabeza al sentir la caricia que Louis propicia.

—  Creo que lo se. — susurra. Louis besa sus labios.

— ¿Estas listo para convertirte en su mami?

— Junto a ti, claro que si.  Por favor sostén mi mano, aun tengo un poco de miedo. 

— Siempre amor, siempre. ¿No es un poco pronto? Nuestra cesárea era hasta dentro de tres semanas. 

— No.  Bueno, si. Pero 35 semanas está bastante para un embarazo gemelar, sobre todo en consideración que no tengo todas las estructuras. — da una media sonrisa, marcando su hoyuelo de un solo lado. — Ellie ha revisado que todo esté en orden. Dice que la ruptura prematura de fuente suele presentarse en casos de mujeres con un cervix corto. No tengo cervix. — se ríe. — Pero Halle y Leigh están listas para salir, es lo que ha provocado todo esto.

— Son unas pequeñas impacientes. — Louis comenta.

— Justo como su padre. —  Su pecho se infla y sus labios se aprietan en un fallido intento de contener su felicidad. — Tenían que querer nacer un 28 de agosto. Honestamente Louis ¿Qué clase de trato tienes con el universo?

 El abre la boca para replicar en el momento que Ellie entra a la habitación.

— Estamos listos, ¿y ustedes? —  ellos se miran entre si. 

— ¿Mamá está aquí? — Harry pregunta. 

— Lo está. Los demás no tardan en llegar. — Entonces sonríe y toma con más fuerza la mano de Louis. 

— Entonces, si. Vamos a dar a luz. — Ellie sonríe enternecida, y le recuesta con el botón de la cama hospitalaria antes de empezar a empujar hacia el quirófano. Un par de médicos auxiliares se suman para conducir la camilla.  

— ¿Cómo estamos? —  pregunta. No hay ningún rastro de la mujer que han conocido durante el ultimo par de años. Con la pijama quirúrgica de azul oscuro, cubierta desde sus pies hasta la punta de sus dedos, su rostro protegido y todo su cabello rubio en una cofia con formas de nubes y estrellas. Pero sus ojos marrones se muestran tan cálidos como siempre. —¿Nerviosos?

— Más emocionado —  confiesa Harry. Con Louis a su lado y sintiéndose seguro bajo el manto de Ellie no hay más temor. Solo un calor en todo su pecho, bombeando para ser liberado apenas tenga a sus hijas en brazos.

—  Bien, esto será un procedimiento rápido. Una media hora, soy muy buena en lo que hago. — ella se ríe. —  Los veo en un momento. Voy a lavarme. 

Entonces entran al quirófano, y aunque todo es helado ellos no sienten frio. No hay miedo de observar todas las luces o la galería vacía que se siente tan lejana. Ni siquiera es extraño el ser conectado a tantos equipos o la manera en que parece ser observado por un equipo medico de seis personas. 

No lo hace porque tiene a Louis acariciando su cabello, y aunque ahora su cara porta un cubrebocas, su rostro es todo lo que puede ver. 

No querría que fuese de otra manera. 

Porque con caricias constantes y los colores de sus ojos combinándose, se siente tan amado como al estar en sus brazos. Como en el momento en que las concibieron, como en el momento en que se conocieron y cada día después de ello. 

Cuando Ellie entra, confirma que la anestesia este en orden e inicia, calmada y precisa, con la intervención. Platican un poco entre ellos, sobre todo intentando mantener la mente de Harry de ocupada. Pronto descubren que su doctora es del tipo de cirujanas que informa a su paciente de cada paso que toma. Y de vez en cuando Louis se pone de puntillas para supervisar como va todo, aunque no entiende que es lo que observa más allá de un montón de capas de piel de Harry expuestas. 

—  Mira eso Hazza, eres tan hermoso por dentro como por fuera — Louis intenta bromear. Harry y el resto del equipo se carcajean sin querer.

— Eres un tonto — es todo lo que el rizado puede responder. 

— Vamos, soy tu tonto —  el replica. Ellie se ve obligada a detenerse un segundo, incapaz de ignorar la escena frente a ella. Encontrando como Louis frota sus narices juntas. Ella sonríe siendo atrapada por su instrumentista y entonces vuelve a su labor. 

 Ella sigue trabajando unos minutos más antes de detenerse y decir —Bien, ¿estan listos? 

Se miran y parece que sus respiraciones se detienen. 

— Lo estamos. 

Un par de movimientos más, y un llanto es escuchado. Harry tiene lagrimas en los ojos y Louis siente que puede caer de lo tembloroso que se siente, porque Ellie sostiene una pequeña figura que mueve los brazos perezosamente. Y es el llanto más hermoso que alguna vez han escuchado. Patea y mueve su cabeza en busca de su hermana, lento y con miedo... casi como si la hubieran despertado. La doctora la revisa rápidamente y la extiende hacia Louis. 

Louis reacciona con los ojos nubosos, y toma a su primer hija en brazos. Su llanto disminuye al sentirse en brazos de su padre y Louis simplemente siente que el mundo se congela en cuanto la observa. Ve cada pequeña arruga que el estar rodeada de liquido ha provocado y como sus dedos parecen ser tan pequeños.

—  17:42, bebe uno.  

— Louis, Louis —  Harry llama. Las lagrimas mojan por completo sus mejillas y algo de moco se ha deslizado de su nariz. —  Déjame ver a Leigh. Déjame verla —  pide entre sollozos.  Su voz volviéndose un hilo. Entonces el mayor se acerca y con cuidado deposita a su hija en brazos de Harry. 

El acaricia sus pequeñas facciones y no sabe de donde ha salido tanto amor. Pero entonces un segundo llanto es escuchado, uno mucho más ruidoso. 

—  17:44, bebe dos. —  ella dice, la rutina se repite. Pronto se la extiende a Louis y esta vez la sujeta con menos temor. La observa sintiendo sus ojos volverse de corazón y la pone en el pecho de Harry tambien.  

Sus llantos no cesan hasta que ambas pequeñas manitas se enredan entre si. 

Louis no sabe en que momento ha empezado a llorar tambien. Solo se acerca para juntar sus frentes y dejar repetidos besos en el rostro de Harry. 

— Hola, soy mamá... Yo, oh dios, las tengo aquí conmigo y... 

— Dios, míralas. Míralas Harry —  el llora. Tal vez un poco de sus lagrimas caen sobre el rostro de su novio, pero a ninguno le importa. 

Tienen la piel demasiado pálida, demasiado roja. Aun estan en suciedad, envueltas en liquido amniótico y sangre. Un poco hinchadas y demasiado arrugadas. Pero son pequeñitas, tienen un botoncito por nariz y son un par de niñas buenas. 

Porque apenas han  tocado el pecho de mamá y juntado sus manos han dejado de llorar. Leigh lleva un dedo a su boca y Halle se mueve con intensidad, demasiado despierta aun estando sujeta a su hermana.

— Son perfectas y son nuestras. 

—  Lo son. Realmente lo son. —  tiene la voz entrecortada — Mira lo que has hecho, las has hecho tu, Harry y ellas-ellas....

— Papá — Ellie interrumpe. — ¿Le gustaría cortar el cordón? Para poder cerrar. 

Louis asiente abrazando con la mayor fuerza que puede que la posición le permite a su pequeña familia y van Ellie sintiendo las piernas de gelatina. 

El resto parece ser historia, porque sus pechos explotan. Enamorándose a cada segundo con la mayor intensidad. 

El quirófano sigue frio, pero no importa. Porque ellos estan en familia. 

En casa. 

 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top