16.
Harry se siente inseguro.
De verdad, que intenta no hacerlo, jura que si. Es solo que se siente realmente receptivo al entorno y cada pequeña cosa parece influir sobre sus emociones.
Había sido un buen día, habían visto a sus bebes por primera vez, y habían pasado toda la tarde en compañía de las mujeres Styles. Su mamá compartiendo los secretos para sobrevivir al embarazo mientras ocasionaba un desastre en la cocina al intentar enseñar a Louis la receta de las galletas. Mientras Gemma y el ordenaron un gran cargamento de ropa personalizada en linea de sus marcas favoritas. -¿sus amigos diseñadores reconocerían la tarjeta? espera que no, pues ¿Cómo explicaría que había cambiado tan sorpresivamente los grandes pedidos de trajes elegantes por ropa de tallas más grandes y líneas de maternidad?-
Aquello lo había preocupado un poco. Y algo tan pequeño termino por convertirse en una bola de nieve, creciendo a cada segundo, en cuanto se metió a la ducha.
Tener dos bebes implicaría que su cuerpo cambiaria mucho más, ¿no es cierto? Y luego estaba ese otro asunto, y ¿Qué tal que Louis decidía que ya no le gustaba más? Si su piel se fraccionaba, si perdía su firmeza y sus tatuajes lucían raros. ¿Qué tal que cambiaba tanto que dejaba de verse atractivo?
Así que llora un poco mientras se baña, sintiéndose culpable ante algo que debería ser tan bonito, odiando que sus bebes puedan sentir esa maraña de emociones en la que se ha convertido y acumulando el sentimiento de verse patético cuando inicia con su rutina de cuidado de la piel en su rostro y tratamiento sobre su cabello. -Por que, vamos, ¿para que lo intenta si su destino seria ponerse feo y solo?
Cuando se pone su pijama, Louis lo recibe con una sonrisa, emocionado. En sus manos sostiene toda una caja adornada con las cremas y aceites que tanto disfruta aplicarle a Harry, su sonrisa se amplia y dice -¿Listo para tu masaje, bebé?
Es entonces que Harry tiene emociones encontradas.
Asiente, acostándose sobre la cama en una rutina marcada. Y Louis le sigue para ponerse en horcajadas en la cama, listo para trabajar con agilidad.
Comienza con sus muslos, untando las cremas hidratantes y aceites relajantes. Sonríe a cada momento, tan metido en su labor que poco se percata del como a Harry le cuesta respirar, intentando contener los remanentes de su llanto. Baja por sus piernas, tocando con suavidad cada tramo de su piel y aumenta solo un poco la presión cuando ha llegado a sus pies. Añadiendo aquella otra loción que utiliza para aliviar el dolor en la zona, pues sabe que para Harry comienza a ser cansado.
- ¿Has ordenado con Gemma zapatos también, amor? Tus tacones tendrán que esperar por ti unos meses. Solo un poquito. Pronto nuestros bebes serán muy grandes como para cargarlos en puntillas y me gustaría que estés cómodo.
- Uh, no. Eso no hemos pedido.
- Bien, eso es algo que si podremos ir a comprar juntos mañana. Estoy seguro de que encontraremos opciones que te agraden, de tantos colores para que los combines con todo lo que has pedido. ¿Qué tal tus pies, Hazza, duelen aun?
- No, ya siento las cosquillas de la loción. Hace efecto
- Bien - entonces Louis sube de nuevo por sus largas piernas hasta llegar a su vientre. Pide permiso para levantar su camisa de pijama y sonríe aun mas. - Hola bebes, aun no escuchan pero pondré mis manos encima para cuidar la piel de su papi, tenerlos ahí dentro es mucho trabajo y hay que consentirlo. - Entonces prosigue con su masaje, provocando suspiros de alivio en Harry, sintiendo el corazón enternecido con sus palabras.
- ¿Lou? - se atreve a preguntar tras minutos de silencio. Un nudo se forma en su garganta. - ¿Tu crees que soy bonito?
- Siempre has sido hermoso, bebe. - responde sin dudar, aun masajeando con cuidado el pequeño vientre. Alzando con cuidado su cuerpo para aliviar también su espalda baja.
- Pero, ¿en este momento? Es decir, con... uh, ¿todos los cambios en mi cuerpo? ¿te sigo pareciendo bonito? - pregunta, cierra uno de sus ojos apenado de obtener una respuesta. Pero entonces Louis se detiene y le mira directo a los ojos con el semblante serio.
- Harry, te amo. Y he amado cada parte de tu cuerpo desde que tengo dieciocho. - mueve la caja de cremas y se sube sobre el, apresándolo bajo su cuerpo pero sin cargarle ni un poco de su peso, simplemente se acerca con la intención de volverlo lo más intimo posible. Ve sus ojos, pupilas dilatadas y el verde brillando, sus labios se rozan cuando el habla de nuevo y siente sus respiraciones combinándose.
Y cuando sabe que le ha puesto nervioso es que continúa hablando.
- Ame tocarte y memorizar tu piel, blanca, suave, pequeña cuando tenias dieciséis. - el acaricia su rostro, hablando un poco más despacio - Y después ame la manera en la que tu rostro se endureció marcando estos lindos rasgos faciales tuyos - deja una linea de besos sobre su mentón. Entonces sus caricias abandonan su rostro y comienza a descender por su cuerpo.
Tocando cada parte menciona, sin nada más que ternura y dulzura desbordando de cada palabra, de cada toque.
Ni siquiera tiene que mirar para saber dónde posar sus manos. Es un cuerpo que conoce de memoria.
- Lo ame al mismo tiempo que tus piernas se alargaron, que tu espalda se ensancho y tus muslos crecieron, haciéndote más alto y grande que yo. Y entonces ame la manera en que la tinta conto historias sobre tu piel. Te he amado con cada peinado y con líneas apareciendo en tu rostro - besa con diversión alrededor de sus labios, en aquel lugar donde sus hoyuelos y paréntesis de forman al reír - porque se, se amor, que han sido por tantos momentos felices que hemos pasado. Y sin detenerse ame cuando te pusiste a entrenar y la suavidad desapareció haciendo crecer tus músculos.
Vuelve a acariciar su rostro, esta vez juntando las frentes.
- Y entonces, Harry, amo memorizar cada pequeño cambio en tu cuerpo, como tus caderas han crecido y tus muslos tambien. Amo como comienzas a verte tan lleno de mi. Y lo seguiré amando, deseando, adorando cada día, sin importar que. Porque cada cambio me da la oportunidad de memorizarte de nuevo, y es que bebé, tú cuerpo está hecho para pertenecer al mío. A mis ojos, cada día despierto y estás más hermoso. - deja un casto beso en sus labios - Así que si, Harry. Pienso que eres bonito con mi bebé dentro de ti, y cada pequeña cosa que eso le ha hecho a tu cuerpo.
Un tenue sonrojo aparece en sus mejillas y su corazón late con tal calidez que parece borrar cada idea previa del no ser suficiente.
- Te amo.
- Yo también, Hazza. Voy a comerte a besos de lo bonito que eres, carajo. Me encantas, me encantas, me encantas. Eres el más bonito, siempre. - dice, ambos ríe y Louis comienza a dejar besos con pequeñas explosiones de aire sobre su piel. En su cuello, sus clavículas, su abdomen. Jugando, haciendo reír a Harry.
- Basta, basta, me hace cosquillas - ríe, faltandole el aire. Entonces solo se miran, perdiéndose en el otro por lo que se sienten minutos. - ¿Lou?
- ¿Que pasa, amor?
- Duele. - confiesa apenado. Louis se asusta e intenta revisar si le ha cargado algo de su peso.
- ¿Que duele?
- Es... Uh. Raro. - baja la mirada antes de hablar. - Ha dolido por unos días y crei que desaparecía pero... No. Sigue doliendo.
- ¿Que duele amor, puedo ayudar? - Harry asiente.
- Es que me duele el pecho. - Louis debe usar toda su fuerza de voluntad para no reaccionar ante ello. - Y Ellie me ha revisado y ella ha dicho que nuestros bebés y la elevada producción de hormonas... Bueno. Ahora hay glándulas mamarias empezando a trabajar y me duele. Porque mi piel se estira y la tela parece lastimar con un roce... Y es raro porque van a crecer pero esto es bueno, ¿es bueno, no? Porque hay tantos malos comentarios sobre las fórmulas para bebés y siempre he creído que las opciones orgánicas son mucho mejores, y más sanas. Y he estado leyendo y tiene tantos beneficios para la salud del bebé. ¿Y esto es bueno, verdad?
- Lo es Harry - lo besa, conteniendo la emoción - Es tan bueno. te vas a ver tan hermoso alimentando a nuestros bebés.
- ¿Si?
- ¡Si! - Junta sus narices, rozandolas en un tenue contacto. - Ahora, mi hermoso novio tiene que quitarse esa camisa para que yo pueda aliviar un poco de ese dolor. Y después me voy a dedicar a comerte a besos hasta que toda duda desaparezca. ¿Suena como un buen plan, amor?
- Si Lou.
Harry se quita la camisa, revelando como sus pectorales se han hinchado solo un poquito. Se sienten más suaves y muestran un color más oscuro.
Louis muerde su labio antes de comenzar a masajear su pecho también. Lo hace con cuidado, casi temiendo el tocarlo, pues apenas un roce termina por provocar una ligera molestia.
Harry suspira de alivio, sintiendo su cuerpo relajado, tan atendido. Se siente flotando en las nubes cuando Louis termina con su masaje y entonces cumple con su promesa.
Y es en los brazos del otro, largas piernas enredadas en la acentuada cintura de Louis,
sus cuerpos unidos en un marcado vaivén y
con mordidas de amor marcando todo su cuerpo, es que Harry se siente tan hermoso como los ojos de Louis le ven.
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