13.
Harry ha colgado un calendario, para contar los días hasta poder confirmar que esperan un bebé.
Está seguro de que si. Que a pesar de no poder sentirlo aún, un pequeño cúmulo de células ya había comenzando a fusionarse para dar origen a lo que sería su bebé.
Tenía que estar en estado. Louis y el lo habían estado intentando a cada momento, cada día por lo que fue el resto de sus vacaciones.
Tenía que estarlo porque el lo sentía. Había una sensación al fondo de su pecho, incrementando a cada latido que... Simplemente tenía que estarlo ¿verdad?
Una madre sabe de esas cosas. Anne se lo había dicho, varias años atrás. Así que si el lo sentía era por qué lo sabía ¿Cierto?
Aunque, técnicamente, Harry no era una madre.
¿Eso cambiaría su percepción sobre si ya estaba cargado con un bebé o no?
Harry muerde su labio, divagando. Y frente se frunce en un pequeño gesto denotando preocupación. No había prisa, eso lo sabía. Es solo que nadie podría culparlo por estar emocionado ¿Cierto?
- Oh, ¿tienes algo interesante que compartir, Harry? - pregunta Jeffrey en cuanto lo nota distraído. Casi instintivamente, Harry cruza sus brazos sobre su abdomen, intentando proteger algo de lo que todavía no está seguro de tener y sin embargo sus latidos se disparan, levemente asustado. - ¿Algo que hayas hecho en vacaciones? Curioso que estes aqui sin tu chicle. Comenzaba a creer que no podían existir sin el otro.
Por un segundo, la idea de responder «Louis está muy bien. Me follo tanto en vacaciones que terminé derramando su semen» es tentadora. Pues sabe lo incómodo que su manager se pone ante la sola mención de alguien no siendo heterosexual.
Sin embargo, se contiene. Cierra los ojos un segundo y se permite recordar su última conversación con Louis.
Tienes que ser bueno, amor. - Louis había dicho. - Cuidarte mucho y escribirme cada que puedas. ¿Si? Llamaré cada noche. - un beso a su frente y un largo abrazo tras ello, y entonces susurró a su oído - Odio tanto dejarte, Hazz, solo estaré en U.K. unas pocas semanas para dejar todo el lanzamiento listo. Regresare justo cuando tú calendario marque la fecha en la que podremos saber si hay algo de nosotros creciendo aquí - toca con cariño su plano vientre y sonríe antes de unirse en un beso - Pasará demasiado rápido. Y entonces tú y yo nos tomaremos un año sabático. Solo ten cuidado. Tenemos que ser inteligentes.
Se convence de que si su voz había temblado al hablar, apenas lo suficiente para denotar su preocupación. Y que si sus ojos se habían vuelto de ese azul más tenue que solo tiene que cuando está preocupado... Entonces por algo tendría que ser. Y Harry solo puede obedecerlo. Después de todo, Louis siempre había sido un poco más inteligente que el para comprender como funciona el mundo.
- ¿Y bien? - Jeffrey pregunta. Harry aún protege su vientre.
- Lo de todos los años, cena familiar en Inglaterra. Mi mamá preparo una cena enorme y estuvimos con todos los hermanos de Louis. El se ha quedado allá, está por debutar como solista y tiene que dejar todo listo. Gracias por preguntar Jeff, incluso he tenido tiempo para pensar en los conceptos para los vídeos musicales. Solo hemos filmado Adore You, y tenemos partes de tpwk , realmente quiero terminar con esto de una vez, no importa si los liberamos conforme avanza el año. Traje unos tabloides.
- De acuerdo, nos hemos puesto productivos. Creo que las vacaciones te sentaron bien Harold. - Jeffrey junta sus manos en un sonoro aplauso, llamando la atención de todo el equipo presente. - Veremos esos tabloides tuyos antes de que pases a ensayar con la banda. Pero antes, Jenni, cariño. - una pequeña mujer rubia, apenas en sus veintes que trabaja asistente del sello discográfico se acerca con premura. Tropezando un poco al entrar a la oficina.
- ¿Si, señor?
- Café a todos. Tenemos una larga tarde - Jenni asiente, sacando una pluma de su pantalón y anotando en un post it los pedidos de todos. Entonces se acerca a Harry con una tímida sonrisa y un tenue sonrojo en sus mejillas.
- ¿Señor Harry, algo para usted? - pregunta bajito. Harry le sonríe ampliamente sintiendo un hueco en su estómago.
- Una papas fritas - pide con una sonrisa. Jenni le mira confundida.
- ¿Está seguro, señor Harry? No suele salirse de su dieta de esa forma - pregunta preocupada. Harry asiente sin darle mucha importancia. - ¿Grandes entonces?
- Por favor. Oh, y una malteada. De chocolate. Extra crema batida.
- Si señor Harry.
- Con caramelo.
- Si señor Harry.
- Oh, y Jenni. Unos nuggets de estrellita también. Gracias Jenni - y entonces la rubia abandona la sala pensando en el repentino cambio de gustos de su jefe.
El final de enero llega con extrema lentitud.
El paso de los días se había convertido en algo tortuoso. Pero ya no más.
No cuando Louis llegaría justo a tiempo para su cumpleaños. Y ellos podrían finalmente hacer la prueba de embarazo.
Harry simplemente se deleita ante esa idea. Hay algo en su pecho que late con firmeza y unas tenues pero siempre presentes cosquillas en sus estómago al pensar en lo bien que embona todo. De lo perfecto que sería haber concebido a su bebé en el cumpleaños de Louis, y enterarse de su presencia en el cumpleaños de Harry.
Cumpliría veintiséis y apenas se sentía como como un parpadeo cuando habían comenzado todo el tratamiento para llegar hasta ese momento.
Así que con la emoción en casa parte de su piel, como importa que sea su día. Tras hablar horas con su mamá y hermana por teléfono y responder más felicitaciones de sus pequeñas cuñadas Harry limpia cada extremo de la casa -de por si ya impecable. Antes de decidirse a cocinar algo especial para Louis.
No tarda en preparar la mesa, listo para recibirlo y tener una velada romántica. Y saca de sus cajones un montón de sus velas aromáticas preferidas, escogiendo las rojas porque sabe que son las que más le gustan a Louis.
Prepara con agilidad guarniciones, pide a domicilio un postre helado, y pone a enfriar un poco de jugo de manzana.
Si estaba esperando un bebé no podía beber alcohol, sin embargo un brindis en sus copas elegantes podría ser igual de significativo.
Mete el plato principal al horno y sube a ponerse lindo para recibir a Louis. También aprovecha para hacer la prueba, sin embargo no la ve. Es enseguida que la mete a una cajita que compró con anterioridad para poder saber los resultados junto a Louis.
Se baña y pasa un largo tiempo perfumando su piel. Siente sus músculos relajarse ante su toque y una sonrisa se expande en su rostro al imaginar cómo luciría la sonrisa de Louis al enterrar su nariz en cada parte de su cuerpo antes de llenarlo de besitos.
Pasa sus largos dedos por su inmenso guardarropa, aún con una toalla en sus rizos con tratamiento, buscando el atuendo perfecto para aquella noche.
Se decide por una simple camisa blanca y un cárdigan estampado que podría complementar con sus accesorios favoritos. Esta tan contento escuchando música, cantando melodías, expectante de lo que sería su velada que poco se percata del trabajo que cuesta subir hasta la cintura sus pantalones de vestir.
Se coloca sus collares y prueba diferentes aretes antes de decidirse por unos que hacen juego con su collar de perlas. Anillos llegan a sus manos, todos ellos regalos que Louis le ha hecho, y observa si debe retocarse el esmalte de sus uñas antes de aplicar perfume en su cuello.
Se observa dos y tres veces hasta que se convence que es suficiente y mira el reloj sonriendo con orgullo cuando sabe que es el tiempo justo. Louis no tardaría en entrar por su puerta principal.
La emoción que la espera trae consigo comienza a reflejarse en el sonrojo de su rostro o el color rosado de sus labios. Un poco lastimados de tanto morderlos por los nervios.
Así que decide bajar a ver que ningún cubierto este fuera de orden, cuando a mitad de trayecto el olor del horno lo golpea. Le marea, creando una nubosidad alrededor de su cabeza y debe apoyarse de la pared para bajar más escaleras.
¿Acaso había cocinado mal? ¿No se dijo en las fechas de caducidad?
Intenta correr a apagar el horno pero el olor es demasiado denso. Siento algo quemar por su garganta, lastimando mientras sube. Y apenas siente el sabor en su boca cambia su dirección, corriendo hacia el baño.
Apenas llega cuando ya ha vomitado sobre el inodoro. Pero ningún alivio llega. Una segunda arcada lo lástima, y luego otra. Siguiendo una tras otra, obligándole a permanecer con la cabeza recargada sobre el asiento del baño y sus manos apenas sosteniendo su cuerpo que se dobla con violencia.
No sabe cuánto tiempo pasa hasta que ya no hay nada más que vomitar y un líquido amarillento es lo que sale de su boca, quemando también su nariz.
Esta demasiado agotado cuando escucha pasos entrar a la casa. Una voz le llama pero su garganta duele mucho como para intentar hablar y lágrimas han salido de sus ojos al no soportar el esfuerzo físico que el malestar ha provocado.
- ¿Hazz, amor? - Louis llega corriendo. El ramo de flores que le ha conseguido y la pila de regalos han caído al piso metros antes. Se tira de rodillas a su lado, comenzado a tomar sus signos vitales. Su corazón latiendo con rapidez a causa de la preocupación y el temor. - Sh, shh. Amor - el acaricia su espalda - ya terminó, ya estoy aquí. Le ayuda a incorporarse. Jalando todo su cuerpo hacia si, de forma que la espalda de Harry queda apoyada sobre el pecho de Louis, y entonces, este se dedica a limpiar el sudor de su frente y los rastros de vómito en sus labios. - Ya estoy aquí para cuidarte - besa su frente. - ¿Cómo te sientes?
Pero las lágrimas no desaparecen cuando ya ha empezado a sollozar de nuevo, sintiendo su cuerpo temblar con cada pequeño movimiento.
- Lo siento, lo siento - llora desconsoladamente, intentando sorber su nariz - Yo quise recibirte con una cena - hipa - quería verme bonito para ti - llora con un poco más, Louis acaricia su cabello - y me has encontrado todo asqueroso, aquí, tirado en el suelo. Lo siento, lo siento. Teníamos que cenar y darnos muchos besitos y decirnos cuánto nos habíamos extrañado antes de ver la prueba y... Y... yo lo arruine, Lou. Lo arruine.
- Está bien, está bien - el continúa con sus caricias, masajeando suavemente el estómago de Harry, intentado aliviar el dolor. - No has arruinado nada, te ves tan hermoso como siempre.
- ¿Aún con vómito encima?
- Aún con vómito encima. Así de hermoso eres. Tomaremos una ducha juntos, te ayudaré a limpiarte y haré que te sientas cómodo de nuevo. Y si te sientes bien entonces cenaremos en la bonita mesa que has preparado, nos daremos muchos besitos y... ¿Harry has dicho que ya has hecho la prueba? - el asiente, aún con ojos llorosos.
- Oh, Harry. - Louis sonríe. Poniendose de pie y corriendo en busca de la cajita que Harry ha descrito.
Pronto regresa al baño, sosteniendo a Harry de nuevo, y sus manos tiemblan mientras sostienen la prueba.
Harry ni siquiera ha terminado de llorar cuando sus manos se encuentran al borde de la caja.
- ¿Juntos?
- Juntos. - entonces le abren en sincronía y es Louis quien sostiene la prueba antes de darle la vuelta.
Es tan claro que deben de verlo dos veces antes de hablar.
Dos rayas rojas se iluminan en el pedazo de plástico y entonces el llanto los envuelve a ambos.
Es positiva.
- Te sientes así porque nuestro bebé te ha enfermado Harry - el dice, lágrimas mojando sus mejillas. - Estás embarazado, vamos... Oh Dios, Harry vamos a tener un bebé.
- Louis - Harry llora un poco más fuerte, incapaz de contener su sonrisa.- Lou, voy a tener a tu bebé. Esta dentro, creciendo.
- Lo está, bebé, lo está. Vamos a ser papás, te amo tanto. - y entonces lo besa.
Un beso que está muy alejado a ser romántico. Con sabor a vómito, lágrimas y mocos, y que, de alguna forma aún tendidos sobre el piso del baño, parece ser el auge de su felicidad.
Un beso cargado de amor.
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