Chapter twelve

❝ Es que míralo, es un bebé inocente y puro. ¿Quién rayos no va a obsesionarse con él? Hasta el más cuerdo se vuelve loco con Felix. ❞

—Habla claro y dime el maldito plan de una vez. —Exigió Chan exasperado ante el montón de palabrería que salía de Seo Changbin, el mercenario quería darse un tiro ahí debido a la tortura que era aguantarlo.

—Tenemos que planear bien cada cosa, tener precisión, Chan. O todo se vendrá abajo.

—Él tiene razón, sólo dinos el plan y les metemos un tiro después. —Mark le cedió la razón al azabache apuntándolo, Changbin negó varias veces nuevamente y Chan hizo el amago de acercarse amenazadoramente.

—Déjate de mierdas.

Changbin no pareció intimidarse ni un poco porque no retrocedió ningún paso atrás, ni siquiera aunque Chan estuviera mirándole como si fuera a asesinarlo.

—Vamos a realizar el plan si queremos a Felix de vuelta, no está a discusión.

—¿Quién te volvió el líder a ti, hijo de puta?—Cuestionó el mercenario con furia, las venas resaltaban por su cuello de lo tenso que estaba.

—Yo mismo. —Le respondió el falso estudiante sacando un arma de su pantalón, no dudó en apuntarle directo al rostro sin titubear. —¿Algún problema?

—¿Crees que te tengo miedo, imbécil? No eres más que un mocoso, podría quitarte el arma ahora mismo y metértela por la garganta. —Le dijo acercándose aún más a Changbin, ambos mirándose a muerte y pensando en mil formas de traicionarse al otro después de obtener a Felix.

—¿Un mocoso? No tengo la edad que aparento, ¿Me veo joven, cierto? Tengo veinticinco años en realidad, es fácil falsificar documentos y fingir ser un adolescente hormonado.

Chan no se sorprendió en lo absoluto, cosas mucho peores le habían sorprendido.

—Chicos, cálmense. No podemos perder tiempo.

Ambos chicos observaron a Mark, Chan bufó restándole importancia al asunto y Changbin guardó de vuelta el arma a su bolsillo.

—Te escuchamos, Changbin. Dinos el plan, ¿Siquiera sabes la ubicación de el par de locos? —Cuestionó el rubio mirándole fijamente, el mencionado negó rotundamente alterando a ambos hombres.

—¿¡Y cómo mierda piensas ir hasta allá si ni tienes la puta ubicación?! —Reclamó Chan cabreado por la actitud relajada del contrario.

—Tú la sabes, sólo necesitas hacer un poco de memoria. ¿A dónde iba tu hermanastro cuando ambos solían ser compañeros de matanza? O como prefieras llamarle a su lazo de asesinos.

El azabache se tocó el puente de la nariz con frustración intentando recordar aunque sea un poco, es difícil ya que el último recuerdo de su hermanastro es haberle roto el cráneo con el bate.

—Puta madre. Tal vez se fue a Busan, solía irse a una cabaña de vacaciones. —Les informó no muy seguro pero era el único lugar que venía a su mente.

—Ahí lo tienes. Nos vamos a Busan.

—¿Entiendes que ha pasado una semana? No sabemos lo que tu hermanastro o Seungmin le hayan hecho a Felix. —Abraham les dijo con seriedad, Changbin asintió dándole la razón.

—Espero que aún esté vivo porque sólo satán sabe que les arrancaré la cabeza y se las meteré por el culo si él está herido o muerto. —Declaró Chan con sed sádica en sus ojos, nuevamente se encontraba tan tenso.

—Lo encontraremos.

—Es hora de falsificar documentos, hasta donde yo sé, Chan está muerto o eso se supone desde hace años. No podrá viajar sin visa y sin documentos.

Mark les miró con preocupación más ninguno compartió esa sensación con él.

—Viajaremos en auto. —Respondió Changbin como si fuera evidente, Mark asintió no muy seguro.

—Aún así falsificaré los documentos por si acaso, no debemos confiarnos tanto.

—Como quieras.

En la semana que Felix llevaba viviendo con ambos chicos era particularmente extraña, le aterraba las actitudes de los dos. En especial las de Seungmin, podía oírlo reírse solo a veces o incluso lamentarse en las noches y eso le causaba pesadillas. Por otra parte, el chico moreno llamado Woojin lo tocaba mucho la cintura y lo miraba de una forma tan depravada. No lo habían dañado esta semana físicamente pero sí psicológicamente.

—¡Es mi turno! ¡Es mi turno!—Gritó Seungmin alterado mientras jalaba del bracito al pequeño pelirrojo de Felix.

Woojin negó jalando también el bracito del chiquillo, éste se quejó del dolor por la fuerza de ambos chicos.

—Por favor, me... duele.

—¡Tú ya lo besaste cinco veces!—Siguió gritando el estudiante con histeria, parecía que le estuvieran matando.

—¡Y tu diez, maldito esquizofrénico de mierda!

Seungmin se apresuró a jalar con más fuerza al pelirrojo y una vez en sus brazos le tomó del rostro. Lágrimas bajaban por su cara, estaba aterrado. Sin embargo eso no le importó a Seungmin porque de inmediato estampó sus labios con los de él en un beso inexperto, la saliva del mayor se mezcló con la de Felix en un beso húmedo.

—Once. —Le dijo el estudiante dirigiéndose al moreno tatuado mientras se recuperaba del agitado beso. —Ha sido maravilloso. Es que míralo, es un bebé inocente y puro. ¿Quién rayos no va a obsesionarse con él? Hasta el más cuerdo se vuelve loco con Felix.

—Púdrete, lo has besado más de la cuenta.

—¿Y eso qué me importa?

—El hijo de perra de Lee me ha prohibido tocarle siquiera un mechón de cabello. —Respondió derrotado mientras observaba a Felix una vez más con lujuria y frustración.

—¿Cómo que te lo ha prohibido? ¡¿Qué has hecho?—Exigió saber parándose de golpe, tomó de la mano a Felix poniéndolo detrás de él.

—Negocios, sólo negocios. Lee me pagó una gran cifra en cuanto le dije que lo tenía yo, en unas horas se lo entregaré vivito y coleando.

Woojin soltó una risa burlona cuando notó que Seungmin se aferraba al cuerpo del chiquillo pelirrojo.

—¡Hemos batallado para conseguirlo y tú vas a entregarlo por una puta cifra de dinero, idiota!

De un momento a otro, Woojin enfureció tomándolo del cuello con fuerza. Seungmin no soltó de la mano a Felix en ningún momento, ni siquiera cuando comenzó a jadear por aire.

—Cuida como me hablas. Y vamos, te tocará una parte del dinero. Es mejor a que te asesine y te quedes sin nada. —Le dijo soltando su cuello por fin mientras regresaba a su característica sonrisa. —Además no quería que mi hermanastro lo obtuviera, sé que vendrá por él y no los quitarán como un dulce a un niño así que se lo puse difícil con Lee.

—Quiero ir a casa, por favor. —Logró articular el chiquillo muy apenas ganándose una mirada inexpresiva de Seungmin.

—Yo no te ayudé para esto, se supone que nos quedaríamos con él. —Reclamó Seungmin mientras comenzaba a respirar de manera agitada, casi como si estuviera a punto de tener alguna crisis de demencia y Felix se encontraba sufriendo por la presión ejercida en su manita.

—Kim Woojin.

Una dura voz alertó a ambos, Lee Minho se encontraba en la puerta de pie maravillosamente vestido de traje y con gafas, dos hombres altos armados hasta los codos posando detrás él.

Felix estuvo a punto de gritar por ayuda pero algo le decía que ese tipo no vendría a ayudarlo ni mucho menos a sacarlo de su tortura.

—¡Lee, compañero! Es una alegría verte. Entra, adelante. —Saludó el moreno invitándolo a pasar, Minho esbozó una mueca de desagrado cuando entró al lugar.

—Esto es una pocilga, espero que con lo que te pague al menos puedas conseguir un lugar decente para esconderte.

Seungmin frunció el ceño mirándolo fijamente y mantuvo al pelirrojo detrás de él en todo momento. Claro, eso fue hasta que Lee posó sus ojos en él.

—Te dije claramente que no quería que lo tocaran.

—Bueno, tenemos algunas dificultades que resolveré rápido.

Woojin se acercó peligrosamente hasta donde se encontraba Seungmin, el chico se tensó ante lo que probablemente ya sabía que vendría.

—Dámelo ahora, Seungmin. Lee espera por él.

—¡No te daré nada, imbécil!—Le escupió en la cara el estudiante antes de brindarle un golpe en el rostro y comenzar a correr con Felix.

El pálido les hizo un ademán a sus hombres que de inmediato apuntaron con el arma.

—No sean estúpidos, joder. No quiero que mi mocoso salga herido. —Ordenó Lee cabreado, los hombres asintieron corriendo detrás de Seungmin.

Seungmin abrió la puerta trasera agitado por correr tanto, los hombres estaban a nada de alcanzarlos pero él cerró la puerta atrancándola.

—Lo siento, Lixie. ¡Yo no quería que pasara esto! ¡Y-Yo sólo quería tenerte y darte besitos y cuidarte por la eternidad!—Le dijo al pelirrojo que no paraba de llorar, a Seungmin le afectó un poco pero luego lo apretó del brazo en una de sus crisis de histeria. —¡No llores, joder! ¡No te he hecho nada!

—Qué malos modales, Kim Seungmin. ¿Eso te han enseñado en la preparatoria?

Seungmin alzó su cabeza encontrándose con el rostro sonriente de Han Jisung, Felix se estremeció ante el hombre que rondaba por su casa anteriormente acosando con sus cartas.

—Hola, manzanita prohibida. He pecado para tenerte.

ola si, ¿cómo se deja de sentir del ojete? I need to know

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