Chapter thirty-six

❝ El dolor es el sentimiento más real que puedes tener, el único que no te abandonará. ❞

Catástrofe. Todo es una catástrofe en la mente de Christopher, ese sentimiento de rabia combinado con dolor es la peor mezcla que podría suceder en aquellos sádicos pensamientos. Se repite en su cabeza constantemente y le atraviesa casi como una bala en el pecho, ¿Qué tan jodido puede estar si se dejó manipular por un simple niño? Debió de asesinarlo desde el primer momento, pudo haberle hecho cosas terribles y después asesinarlo para uno de sus próximos vídeos en la red oscura.

Pero no lo hizo.

Christopher arremete en contra de la pequeña lámpara que se posa en la mesa, nada evita que él la destroce en cuestión de segundos con violencia. Nada puede calmarlo y joder, deberían agradecer que nadie estuviera cerca o probablemente ya estaría muerto de la manera más inhumana posible.

Felix lo dejó, no lo pensó tanto antes de largarse con Mark. Pero la maldita culpa al igual que la rabia están en su cuerpo, la frecuente pregunta se instala a cada segundo en su ser. ¿Por qué lo dejó ir? ¿Por qué lo permitió? Pudo asesinar a Mark con facilidad pero no hizo nada, incluso le rogó. ¿Había algo malo en él?

Christopher se desmorona dos minutos después en el suelo, está en la esquina de la oscura casa de Seungmin. No se ha animado a encender las luces después de lo ocurrido, la casa está hecha un desastre. Un montón de vidrios rotos, madera en pedazos y sangre en su camiseta a consecuencia de haberse cortado por error al golpear los cristales.

—Lee Felix. —Susurra entre el crudo silencio como un niño pequeño rogando por tener un dulce, abraza sus piernas con fuerza luciendo tan vulnerable, llevándolo al recuerdo de las muertes que tuvo la desgracia de observar en su corta edad. Le duele pero le da rabia, lo ama pero también lo odia hasta el punto de querer terminar con su vida. —Vuelve, Felix.

Y el silencio como respuesta a su petición termina con la poca capacidad para pensar que le quedaba, se permite desahogarse entre lágrimas amargas y de desesperación. Sabe que lo necesita, sabe que depende de Felix de una manera tan escalofriante hasta para él mismo.

Sus manos arden porque no puede tocarlo, la imagen de su sonrisa se desvanece. Felix es suyo, sólo suyo. Y no importa como pero quiere tenerlo consigo, lo tendrá a su lado de cualquier forma.

Channie hyung.

No es necesario, Christopher.

Gracias por protegerme, Channie.

¡Déjame sola! ¿No lo entiendes?

Christopher se pone de pie bruscamente con los recuerdos llegando dolorosamente, los recuerdos de ella se mezclan de alguna forma con los de Felix.

Ella de nuevo.

FLASHBACK.

Los quejidos de Woojin eran tan placenteros para él, la sangre escurriendo de su boca como los ríos de Babilonia.

—Espero que te duela tanto, hermano. Tanto como a mí que la tocaras.

Woojin soltó una carcajada dejando que el líquido rojizo cayera de una manera bizarra alrededor de su barbilla y ropa.

—Nada va a compararse a tus llantos de nena cuando la asesiné, ¿Tanto la amabas o sólo era otro de tus caprichos? Supéralo, ya han pasado cinco años, deberías estar buscándote a otra y no intentando matarme. Ella se cansó de rechazarte, ¿Qué mierda te importa si cogió conmigo? ¡Deberías agradecerme! Después de que ella accediera a tener sexo conmigo, la maté. ¿Notas que pensé en ti?

Christopher le sonrió con ironía antes de impactar el bate en su cráneo con fuerza, sin arrepentimientos.

—Era mía, no importa si no quería.

Woojin se tocó la zona afectada de su cráneo con urgencia, si le volvía a pegar probablemente estaría muerto por pérdida de sangre.

—¿Por eso estás tan molesto? Eres un enfermo.

—Oh, Woo. —Susurra con cautela poniéndose de cuclillas para visualizar mejor a su hermanastro en el suelo, sostuvo el bate con tanta fuerza que el moreno creyó que lo quebraría. —Nadie se mete con mis cosas y no somos diferentes, ¿No lo crees? Estás tan enfermo como yo.

Y lo siguiente fue el bate estrellándose repetitivamente sobre su cráneo recordando las mismas palabras que alguna vez le dijo a su hermano menor, Woojin si terminó por arrepentirse pero por desatar a aquél monstruo peor que él.

FIN DEL FLASHBACK.

—Al carajo con esa perra. Jamás va a compararse a lo que me hizo sentir Felix únicamente con su estúpida sonrisa y sus ojitos llenos de inocencia, él es mío.

El mercenario apretó su mandíbula ignorando las palabras de ella en su cabeza, no más. Por fin dejaría esa porquería, soltaría de una vez por todas el recuerdo de aquella chica que solía creer que amaba. Felix era el dueño de su oscuro corazón en una bizarra forma de amor según él, una forma que sólo ambos sabían y que sentían mutuamente.

El sonido de la laptop que Christopher traía consigo en su mochila lo alertó, con extrañeza se dirigió para tomarla y lo que vio no le gustó para nada.

Era él, era su muñequito.

Felix y Mark en vivo, ambos en aquella casa ajenos a que estaban siendo grabados.

El título del vídeo era escalofriante y miles de espectadores estaban viendo el vídeo como su próximo entretenimiento.

" Dos pequeños pájaros de un tiro. "

Desconocido: ¿Podrás salvar al inocente Lixie? ¿Realmente podrás? La muerte lo está observando justo ahora, Bang Christopher Chan.

Christopher lanzó la laptop contra la pared con furia, tomó sus cosas y salió desesperado de la casa.

—No puedo creer lo lejos que ha llegado, oficial Jisoo.

La rubia le dedica una sonrisa satisfactoria antes de responderle.

—Cálmate, Yibo. Le hice un favor a sus padres al deshacerse de él, no cargarán más con el loquito. —Respondió encogiéndose de hombros mientras observaba fijamente como Seungmin era amarrado con una camiseta de fuerza a pesar de que se encontraba tranquilo.

—Está loca.

—Como no tienes idea.

—Usted es quien debería estar en el lugar de Seungmin. —Le dice el castaño con enojo negándose a observar la cruel imagen, los señores Kim entre lágrimas también veían como subían a su hijo a la camioneta en donde lo llevarían al sanatorio.

—Lo que digas, Yibo. Déjame disfrutar de mi momento, ¿De acuerdo?

Yibo se retiró del lugar pasando a un lado de Hyunjin quien también veía la escena con culpabilidad.

¿No había hecho mal al callarse, cierto? Seungmin se lo merecía por acosar a su mejor amigo y por negarse a dar la ubicación, era lo menos que merecía.

Jisoo soltó una carcajada inconscientemente cuando la camioneta se fue dejando devastados a los señores Kim, la rubia se llevó las manos a la boca riendo en silencio.

—¿Qué pasará con él?—Le cuestionó Hyunjin inquieto, rascaba con nervios sus brazos.

—Si tenemos suerte jamás saldrá de ahí, la esquizofrenia es algo complicado y Seungmin ahora tiene antecedentes de ser cómplice de un asesino. Dudo que salga.

—¿Por eso está tan feliz?

—Estoy tan feliz porque finalmente metí uno a la cárcel, no exactamente al que quiero pero Felix estaría feliz de ver a uno de esos asquerosos enfermos tras las rejas. —Le contestó con tranquilidad mirándolo a los ojos, Hyunjin le sonrió ante la mención de su pequeño.

Ambos dejaron la charla cuando notaron que los padres de Seungmin se dirigían hacia a ellos.

—Oficial, tengo algo importante que decirle.

—¿Qué sucede?

El hombre miró a Hyunjin dudando en hablar frente a él.

—...No se preocupe, señor Kim. ¿Quiere contarme en otra parte?

—No, no. —Negó rápidamente pidiéndole con la mirada al universitario para que se quedara. —Creo que es importante que tú también lo sepas, muchacho.

—Hable por favor, ¿Qué sucede?

—Mi hijo me ha dicho algo.

Jisoo abrió sus ojos con sorpresa, Hyunjin sintió sus ojos cristalinos ante sus palabras. Había esperanza de encontrarlo, ¿Se trataba sobre su Lix? Rogaba a los cielos porque así fuera.

—¿Qué le dijo exactamente, señor Kim?

—Dijo que Felix se encuentra en nuestra cabaña para vacacionar, me lo dijo antes de irse.

Felix volvería a casa.

Finalmente lo haría.

El próximo capítulo estará intenso

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