viii. por favor, quédate.
ZARA ABRIÓ SUS OJOS CON un susto gigante al escuchar mucho bullicio fuera de su cuarto. Intento pararse de la cama pero unos brazos le impedían hacerlo, rodeaban sus cintura con fuerza no queriendo desprenderse de ella, definitivamente Richie.
¿Cómo habían llegado ahí?
Pues la noche anterior decidieron que se quedarían a dormir en casa de Zara, ella accedió, no tenía mucho problema con eso.
La mayoría durmió en el suelo, obviamente con sábanas por debajo, pero el pecoso insistió en dormir con la castaña.
No era la primera vez que dormían juntos así que no hubo mucho problema con que ella accediera.
Recorrió con la mirada su habitación, notando que solos quedaban ellos en esta, soltó un gran bostezo y talló sus ojos queriendo volver a dormir.
Pero el escándalo que había en la planta de abajo no facilitaba las cosas.
Con mucho cuidado de no despertar al chico, quito sus brazos de encima y fue asearse primero, arrastraba sus pies, demostrando que tenía muchísima pereza de hacerlo.
Antes de querer cruzar la puerta de su habitación, escuchó unos murmullos a su espalda.
— Hey...
Miró al pecoso adormilado, mantenía sus ojos entrecerrados y el pelo alborotado, más de lo normal, no llevaba los lentes y podía apreciar mejor su delicado rostro.
— Hey, buenos días —se acercó a la cama sonriéndole al chico.
Se sentó en la orilla de la cama y siguió observándolo, este puso una mano en su pierna palmeándola suavemente.
— Ven acá, abrázame.
Ella sin rechistar lo hizo, disfrutando de la calidez que emanaban aquellos brazos conocidos, ambos sonrieron cerrando sus ojos mientras disfrutaban del momento.
— Creí que despertaría viéndote en la cama.
Hablo con la voz ahogada, ya que esté tenía su cara en el cuello de ella, le robó un gran suspiro erizándole la piel. El chico sonrió al notarlo y la apretó más hacia el.
— Lo siento, es que escuchó mucho ruido allá abajo, necesito saber que hacen, escucha.
Y si, los chicos hacían mucho bullicio y eso la tenía desesperada. Richie rió aún manteniendo su cara escondida en el cuello de la fémina e inhaló haciendo que el aroma de ella inundara sus fosas nasales.
Desprendía un olor dulce y fresco, le encantaba.
— Déjalos, quédate aquí conmigo ¿si?
Mientras le decía aquello, llevó su mano a la espalda de Zara y comenzó a trazar diferentes figuras, un gesto muy común en él pero que lograba erizar fuertemente su piel.
— Está bien, un rato más —se apegó más a su cuerpo— Pero mientras más rápido mejor, me tienen preocupada ¿y si incendian mi casa?
Soltó una risa ronca emitiendo un sonido de negación, soltando aire caliente en su cuello, erizando la piel de la chica nuevamente, la hacía sentir increíble.
Después de unos minutos, Zara abrió los ojos asustada cuando escuchó un grito en la parte de abajo, miró a Richie, este también se había despertado gracias a eso.
Corrieron con dificultad a la cocina, casi tropezándose en las escaleras, encontrándose a los chicos peleando entre ellos, Bill, Stan y Eddie.
— ¡HEY!
— ¡Yo lo iba a hacer, y tú lo tiraste, mendigo!
— ¡Te dije que mejor yo, zángano!
Nada.
— ¡Oigan ya, sepárense!
— ¡Tu comida sabe fea, Bill! —el mencionado abrió su boca con indignación.
— ¡Pues tú comida sabe a fierro, maricon!
Eddie pateo la pierna de Stan, este se quejó y le jaló el cabello, Bill tomó el pelo de Stan y jaló, no tan fuerte pero si lo suficiente para que volteara a mirarlo con enojo y siseara.
— ¡Stan, no eres un gato y ya suéltense, carajo! —se tomó la cabeza entre las manos.
Zara no tuvo más remedio que entrometerse en aquella pelea infantil, no sabía la razón por la que discutían pero los haría separarse.
Jalo sus orejas y los llevo a la sala, ellos se quejaban a lo bajo y no rezongaron, si lo hacían la castaña les sacaría las entrañas con una cuchara, les asustaba.
— ¿Por qué tanto escándalo?
Se miraron entre ellos y se señalaron.
— Su culpa.
— ¿Podrían ya comportarse, por favor? —cerró sus ojos y bufó.
La pelirroja del grupo se hizo presente en la conversación.
— Yo fui a hablarte pero los vi muy cómodos y no quise interrumpir, lo siento.
Zara le sonrió despreocupada e hizo un ademán.
— No te preocupes, es común que estos hagan sus escenas.
Los mencionados se encogieron en su lugar sintiendo la mirada intensa que la castaña les daba, se sobaron sus orejas.
— Lo sentimos...
— Yo cocinaré —se dió la vuelta dirigiéndose a la cocina pero volvió a mirar a sus amigos— Pero estaba muy cómoda, así que para la próxima aprendan ustedes a cocinar.
Zara desapareció de sus vistas y ellos inmediatamente miraron con grandes sonrisas en sus rostros a Richie, que estaba detrás del sillón, parado, viendo el espectáculo.
Miró a los chicos con extrañeza y se dirigió a un sofá aún sintiendo sus miradas en él.
— Dejen de mirarme tanto ¿quieren?
— ¿Qué hicieron? ¿Le diste un besito?
Llevó su mirada hacia ellos al instante.
— ¿Eh?, aún no, pero si estábamos muy cómodos.
Ellos suspiraron con decepción, creo que les desesperaba más a ellos que a él.
Richie les había confesado que gustaba de su mejor amiga, que literalmente le robaba el aliento con solo verla, ellos sospechaban que ocurriría algo así y han estado intentado que terminen juntos, sin que la chica lo sepa.
— Creía que no saldrían de su habitación nunca.
— Que exagerado, no es tan tarde.
— Son casi las 12 pm, Richie.
— ¿Tanto dormimos?
— Nosotros no, ustedes si —le señaló Beverly.
— Dejen ese tema, ahora Richie.
Este miró al que le había llamado, Bill.
— ¿Cuándo planeas decírselo? —susurró.
Al parecer el de anteojos se había colocado algo nervioso, jugó con sus manos inquieto.
— Em, bueno yo, no tengo idea... —apretó sus labios— Pero quiero que se enteré lo antes posible.
— Invítala a algún lugar, sonso.
— No me hables así porque lloro.
— No seas ridiculo, confiésate, ella te quiere también ¿sabes?
— Pero, ¿y si le da la gana de rechazarme?
El pecoso se dejó caer completamente al sofá abriendo sus piernas y brazos con exageración.
— Deja de ser tan indeciso, debes ser seguro, ya te dije que ella te quiere.
Pasaron minutos debatiendo sobre ese tema, hasta que llegaron a un acuerdo, les pareció fantástica la idea que había propuesto Stan.
— ¡Vengan ya comer!
Richie, Bill, Stan y Eddie corrieron al comedor, peleándose por las sillas, y el otro par de adolescentes los seguían con diversión.
Zara negó viéndolos con una sonrisa imposible de ocultar, fueran necios o no, le hacía gracia.
AUTHOR'S NOTE:
nuevo cappp, ojalá lo disfruten,
subiré más en el transcurso del día
y noche, ya que estaré haciendo
mis deberes. Cualquier duda
háganmela saber, corazones !!
¿qué les va pareciendo el camino que lleva la historia por ahora?
Zara tratando de hablarle a los chicos:
-renilvskoo © 27/02/23
( editado )
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