🍿 | 𝗽𝗼𝗽𝗰𝗼𝗿𝗻 |

Fue un accidente.

Harry nunca pensó en si mismo como una madre que invade la privacidad de su hijo, en realidad había establecido reglas, un ambiente seguro, con comunicación asertiva y de confianza para que Elio pudiese acercarse a ella sin temor de nada, cuando estuviera listo.

Y es así.

Solo que, justo cuando subía con un plato de fruta picada para Elio y Hannah, alcanzó a escuchar un pedacito de su conversación.

— ¿Tu crees que ya estén enamorados?

— No lo se, ¿no hay como una tabla o algo para medir eso? Porque, ¿como se supone que sepas?

— No lo se, Louis duerme en el cuarto de mamá y no se ha ido desde que vino a cuidarnos cuando enfermamos. Y ellos me arropan todos los días, me llevan a la escuela. Se han besado, es decir, ¿eso importa, no? Y Louis siempre le habla con nombres bonitos.

— Bueno, si. Pero es decir, el me abrió la puerta hoy y me dijo amor, así que creo que es solo como habla.

— Si, tienes razón.

— Pero es decir, ¿importa? El ya esta haciendo todas esas cosas de papá. — Escucha a Hannah decir.

Y, oh joder. Es cierto.

Es decir, todo respecto a su relación en las últimas semanas se había sentido tan natural que no, mierda, no se había detenido a pensar en ello. Y aunque asusta terriblemente, no se encuentra molesto con la idea.

Darse cuenta de que, en realidad no está molesto de que alguien esté tan cerca de su bebé, bueno... hace que el miedo se incremente mucho más.

— Si importa — responde, de repente, con mucha efusividad. — Esto no es solo sobre mi, puedo ver a mamá feliz. Y yo quiero que él sea feliz también.

Si, probablemente ya escucho demasiado.

Sintiendo su corazón acelerado, lleva la mano a su pecho para intentar calmarlo. Da unos pasos hacia atrás para repetir su camino y asegurarse de dar pisadas más fuertes para que Elio lo escuche.

— ¿Qué estas haciendo? — escucha de repente, Louis viéndolo caminar en reversa, reprimiendo una sonrisa atrapada entre sus labios.

— Solo llevando la merienda de media tarde. — decide responder. Si Louis nota algo extraño, no lo dice.

En lugar de ello, se acerca hasta el. Es lento y mantiene la mirada fija sobre Harry, es intenso y hace que Harry sienta cosquillas solo con la idea de su cercanía. Su estómago se comprime en emoción y siente el calor subir a su rostro entre más se acerca. Dios, no puede creer que aún no se acostumbra siquiera a verlo. La mayoría del tiempo no se siente real y mierda— ¿es que esta enamorado?

¿Es así como se siente?

Pero Louis no se detiene, se acerca hasta que lo presiona con su cuerpo empujándolo contra la pared. Es ridículo lo sencillo que le resulta a Harry doblegarse ante el.

Solo cuando su cuerpo golpea contra la pared del pasillo, Louis envuelve sus manos para sujetar su cintura y en ese fugaz abrazo, deja un beso en su mentón. 

Harry debe respirar fuerte, sintiendo como todo el aire se le va. Pero inhalar hace que la colonia de Louis llegue a sus narinas y se vea, aun más, envuelto por Louis.

— Eres increíble, cariño. — dice. — Pero ¿seguro que estas bien? Tus ojos, son diferentes... yo aún no puedo descifrar lo que cada mirada significa, pero lo haré, solo dame algo de tiempo ¿si?

Harry abre sus labios, y los vuelve a cerrar. Es tan sencillo que Louis lo deje sin palabras pues Harry no sabe como ser querido.

No sabe lo que es la atención de alguien, no de la forma en la que Louis lo hace. Y todo siempre es tan nuevo alrededor de él, tan nuevo que es sencillo olvidar la brecha de años entre ellos.

— Yo solo... — respira, la mano de Louis quema contra su piel, quema tan bien. — No quiero interrumpir la conversación de Elio y que crea que estaba escuchando. Intento hacer algo de ruido para que me escuche llegar.

— Oh. — Louis sonríe, dejando un beso más en su mentón, cerca de su cuello. Y después guiña su ojo, justo antes de tomar aire y gritar:— ¡Cariño! ¿Has visto mis tenis? ¡No puedo encontrarlos!

Louis lo mira, abre los ojos y eleva las cejas indicando que siga para mostrar a Elio la cercanía a su habitación.

— Uh... — Harry murmura ¿sus tenis? ¿dónde dejo Louis sus tenis? ¡Oh! — ¡Están bajo el sillón, Lou!

— ¿En serio? — Louis pregunta bajito. — ¿Las vans blancas? — Harry asiente, Louis baja las comisuras de sus labios, un poco sorprendido. — Wow, gracias amor. — se pone un poco de puntillas y deja un casto beso en sus labios. — ¡Gracias! — grita para que Elio los oiga.

Entonces libera a Harry mientras ambos comparten un par de risilllas. Así, Harry camina hasta la puerta de Elio y para cuando se asoma, tanto el como Hannah lo están esperando, grandes sonrisas clavadas en sus rostros.

— Hey, ¿cómo se la están pasando? — pregunta con una sonrisa. Ambos niños recostados sobre la alfombra, el teclado de Elio en el suelo, probablemente enseñándole a Hannah algo nuevo que ha aprendido bajo la tutela de Louis. — Traje fruta picada para ustedes.

— ¡Gracias mami!

— ¡Gracias señora Styles! — responden a coro. Harry extiende el plato que pronto comienza a ser devorado por ambos niños.

Sonríe, siempre es lo mismo.
Les encanta la fruta, pero solo cuando es llevada a ellos lista para comer. Un melón completo en el refrigerador no es igual de apetecible que las lindas bolitas que Harry preparo para ellos.

— Probablemente debería de irme, ¿no? — Hannah pregunta tras unos segundos.

— ¿Irte por qué, linda?

— ¿Porque es su día de cita? Elio me lo dijo. — ella explica.

— ¿Qué? ¿Quién se está yendo? — pregunta Louis de repente, asomando la cabeza detrás de la puerta.

Hannah se ríe, Louis tiene este talento natural para hacer a la gente feliz con su presencia. Él solo se asoma comicamente y tiene a Elio, Hannah y Harry riendo suavemente. — Yo, señor Louis. — responde divertida.

— ¿Entonces qué hago con este otro boleto? — se asoma por completo, cuatro boletos rojos en una mano y sus tenis blancos colgando en la otra. — No creo que la señora coco sea bienvenida en el circo.

Harry sencillamente adora la manera en la que su hijo y su amiga se sorprenden, repletos de emoción. Adora todavía más como fue iniciativa de Louis que Elio llevará una amiga a su salida, como si supiera que eso siempre lo hace mejor a esa edad. La compañía.

— ¡Espera! ¿De verdad? — Elio pregunta. Harry asiente con una sonrisa en sus labios y en solo unos segundos su niño se pone de pie para abrazarlo muy fuerte. — ¡Gracias, gracias, gracias! ¡Eres el mejor, mami!

— Oh cariño, fue idea de Louis. — la sonrisa de Elio se amplia un poco más, y corre para golpearse contra el cuerpo de Louis y abrazarlo fuerte.

Hannah también abraza a Harry, y el se queda acariciando sus largos mechones rubios solo porque sabe que a la niña eso le gusta, buscando abrazarlo un poco más cerca.

— Nos vamos a las siete, no lo olviden. — Louis informa.

Si, piensa Harry, no le molesta en absoluto estar enamorado de este hombre.

・。。・゜🥞 ゜・。。・

Hay algo romántico, casi mágico, al preparse para día de cita estando en el mismo lugar.

Es realmente agradable.

A Louis le gusta la manera en la que puede escuchar a Elio mostrar opciones de ropa frente a Hannah, y como ella le ayuda a elegir creando a su paso una pasarela de modas improvisada. Le gusta también como Elio tiene la delicadeza y la técnica para trenzar de forma compleja el cabello de su amiga.

Le hace pensar que Harry solía usar sus rizos mucho más largos, un tiempo atrás.

Adora lo que es vestirse en la misma habitación que Harry y aún así sorprenderse con lo bello que luce. El aroma frutal que llena la habitación cuando Harry se llena de sus cremas y lociones corporales.

Puede que Louis se distraiga un poco, quedándose sentado en la cama con solo un calcetin, la boca abierta mientras ve a Harry peinarse frente al espejo y aplicar una tenue capa de maquillaje, productos de su marca, en su piel. Es etéreo.

— ¿Se te perdió algo? — pregunta Harry, pintando sus pestañas. Louis puede ver su reflejo sonreír.

— Mi corazón, ¿no lo tienes por ahí? — se le sale decir. Harry sonríe y niega con su cabeza.

Louis no cree que alguna vez los pensamientos plagados de cariño dejen de escurrirse de sus labios, incluso si suenan como coqueteo barato.

Pero su parte favorita, es tal vez, cuando Elio toca a la puerta pidiendo permiso para entrar y después le pide a Louis ayuda para estilizar su cabello.

Elio quiere que Louis lo peine.

Debe mirar a Harry, buscar en su rostro alguna señal de que le moleste que sea él quién haga eso. Pero no encuentra nada más que adoración.

Sobre todo, porque Harry no queda desplazado del momento. Con Elio sentado entre las piernas de Louis mientras moldea cada uno de sus esponjosos rizos, Eli dice que es uno de esos días donde quiere un poco más, y le pide a su madre que si por favor por favor por favor puede enchinar sus pestañas y poner un poco de brillo en él.

Así que Louis lo peina mientras Harry, hincado al pie de la cama, maquilla a Elio solo un poquito. Louis encuentra su corazón en ese momento, latiendo fuerte entre ellos.

Más tarde, Hannah pide tímidamente si a ella también la pueden maquillar. Harry sonríe antes de darle uno de sus abrazos de mamá y ponerse a elegir un tono sutil para sus labios.

Cuando están listos, Harry hace que todos merienden un poco antes de irse, pues el show durará cerca de dos horas y aunque puede que compren algunos bocadillos, el quiere asegurarse de que tengan algo nutritivo en sus estómagos primero. Y eso, incluye a Louis también.

Sus días de cenas congeladas y botanas cada tarde han quedado tan atrás. Em definitiva, no es una vida que extrañe, así que obedece masticando tan rápido como puede la merienda de Harry.

Además le da tiempo para que su entrega pueda ser realizada. Pues mientras Harry supervisa que los niños coman sus platos, el timbre suena. El rizado frunce su frente, y ambos niños parecen confundidos: ellos no esperan la visita de nadie. Louis les guiña un ojo y alienta a Harry a ir a abrir la puerta.

Un par de minutos después, Harry regresa cargando un ramo de girasoles, tiene otras pequeñas flores blancas y otras amarillas que Louis no sabe como se llaman pero que cree que se ven bonitas en conjunto.

Harry tiene una sonrisa enorme en sus labios, muestra sus adorables dientes de conejo y el par de hoyuelos que adornan sus mejillas. Aún si se está volviendo un gesto usual entre ellos, Harry sonríe igual que la primera vez.

Y Louis se va a encargar de perpetuar ese gesto, de la misma manera que ahora sabe, a Harry le encanta adornar la mesa con las flores que le da, por lo que hace la silenciosa promesa de mantenerlas siempre frescas.

— ¿Lou? — dice Harry, sus cejas curvadas pidiendo una explicación.

— ¡Hey! — Louis le sonríe. — Que este aquí no signfica que no pueda sorprenderte. Las flores no pueden faltar en una cita, amor.

— Son preciosas. — Harry abraza su ramo, lo abraza tal vez con la misma cantidad de amor que cuando abraza a las personas y esa es una de las muchas razones por las que Louis se encuentra cayendo por él, la manera en la que se entrega tanto a todo, es fascinante.

— Tú eres preciosa, amor, mereces cosas preciosas. — Louis le dice, acercándose para besar su mejilla y sostenerlo cerca en la cintura que cada vez se amolda más a él. — Mi chico precioso.

Harry sonríe, cierra los ojos y se deja hacer a los cariños que recibe. Sintiendo vibraciones emerger dentro de él, como si el cariño pudiera extenderse hasta calentar la punta de sus dedos.

¿Cómo siquiera, es esto, real? ¿Cómo Louis llegó a sus vidas?

— Ahora, niños, ¿terminaron su plato? Es hora de irnos. — Louis dice, sonando las llaves entre sus dedos.

Dejando el ramo en agua, todos salen de casa emocionados de llegar a su destino.

・。。・゜🥞 ゜・。。・

El acto resulta ser, bueno, es bastante hermoso para ser honestos. Y Louis adora las caras de impresión que genera en sus acompañantes. 

Él recuerda, de forma muy vívida, como hace algunos años cuando era aún un niño, su madre consiguió algunos cupones 2x1 en un circo que visitaba Doncaster. Louis quedó tan maravillado por las luces, la magia y las magníficas acrobacias que solo pudo pensar en crear un recuerdo igual de especial para su pequeña familia.

Y funciona.

Elio aprieta fuerte su mano cada vez que observa a los trapecistas volar y caer en su red de protección cuando se lanzan al aire. Ama también la manera en la que Harry aprieta en puños la tela de la camisa de Louis cuando ve a las contorsionistas doblarse por su cuello. Y adora como Hannah se sorprende con los mágicos cambios de vestuario para empujar el hombro de Elio y preguntar si vio lo que sucedió.

¿El payaso? Bueno... el show del payaso fue bueno. Excepto que, como parte de su acto, pretendió caerse y lastimarse para hacer reír al público y justo después, el reflector alumbró a Harry.

Desconcertado y sin saber porque, el payaso se acercó con lágrimas fingidas pidiendo un beso en su mano, justo donde su "lesión" estuvo. Eso fue divertido.

Después, regreso al escenario para continuar con sus trucos y entonces golpeó su cabeza. Todos se rieron cuando el reflector alumbró a Harry de nuevo, y Harry río también resignado a formar parte del show y usar su instinto materno para besar la frente del payaso.

Y luego, el payaso fingió caer de nuevo, provocando aún más risas en el publico esperando que Harry lo bese de nuevo. Pero cuando el golpe está vez llegó sobre sus labios y camino hacia él con los labios alzados.... ya no fue divertido.

No fue jodidamente divertido. ¿Porque todos se ríen?, Louis piensa, ¡no!

Cuando se acerca, el payaso puede notar la manera en la que Louis se tensa, y se divierte el y divierte a todos los demás provocandolo. Sin hablar y haciendo señas pregunta que si vienen juntos, Louis solo puede atinar a poner su brazo  frente a Harry, bloqueado el paso. — No lo creo, amigo. — el dice.

El público se ríe, joder que no es divertido.

El payaso se acerca más y Louis mantiene su mirada fija. — En serio: no.

Un paso más. Entonces Elio interviene. — ¡Hey! ¡Aléjate de mi mamá! 

El payaso finge un llanto más, los efectos de sonido aún más fuertes. Y mira a Harry con ojos de cachorro, el solo se encoge de hombros. — Ya escuchaste a mis chicos.

Más risas, y entonces cambia de acto.

¡Eso es! ¡Payaso 0 : 1 Louis! Es bueno saber que cuenta con el apoyo de Elio aquí.

Si Louis pone, protectoramente y tal vez un poco cargado de celos, su brazo sobre los hombros de Harry el resto del show... bueno, es algo que todos los espectadores notan.






— ¡Eso fue divertido! — dice Harry al salir. Lleva a Elio de la mano, y el lleva a Hannah de la mano también. Todo mientras Louis sostiene la espalda baja de Harry para guiarlos a todos como una pequeña, pero hermosa cadenita.  — ¡Me diverti!

— ¡Fue increíble! — Elio responde. — Pero no me gustó el payaso, mami. No creo que sea divertido exigir besos de la gente, un no deberia ser suficiente.

— Tienes razón, amor. — Harry explica. — Un no es una frase completa por su cuenta, y puedes decirlo cuando quieras.

— Y una razón suficiente. — añade Louis. — Sin dar explicaciones de más.

— Además, ¿por qué pedir besos de alguien si no sabes si quiere hacerlo? ¿O si querías, mami?

A Louis le interesa esa respuesta.  — ¿O si querías, Harry? — repite el. El mayor los mira, divertido y algo sorprendido del complot que han armado aquí, mira a Hannah en busca de un poco de ayuda pero ella solo se ríe.

— ¡Claro que no! Solo hay una persona en la que estoy interesado en besar.

— ¡Genial! — Louis responde. — Solo para dejarlo claro, ¿soy yo, verdad?

Harry suelta una carcajada, girandose para sostener las mejillas de Louis y dejar un corto besito sobre sus labios. — Si, eres tú.

— Ya sabia. — dice, haciendo reír a los niños. — Ahora, ¿quién quiere palomitas?

Después de comprar una caja típica de franjas blancas y rojas para cada uno, y un par de algodones de azúcar para Elio y para Hannah, ellos caminan por la feria, subiéndose a algunos juegos y ganando algunos premios.

En algún momento, justo cuando recibe el mensaje de confirmación, Louis se las arregla para preguntar de la forma más casual que puede. — ¿Quieren ir a la rueda de la fortuna?

— ¡Oh! Nunca he ido a una de esas. — Harry dice, sosteniendo la mano de Louis.  Le encanta como se siente cuando entrelazan sus dedos.

— ¿Creí que íbamos al carrusel? — pregunta Elio. Louis frunce su ceño apenas un segundo, pero Hannah lo nota.

— ¡Podemos ir al carrusel después! — propone. — Yo también quiero ir a la rueda, señor Louis. Tampoco me he subido a una antes.

— De acuerdo, vamos entonces. ¿Podemos subir nuestras palomitas? — Elio pregunta.

— Estoy seguro que si, amor. — Louis responde, cambiando su rumbo hacia la rueda siendo capaz de sentir como su pulso cardíaco incrementa a cada paso.

Ellos permiten solo dos pasajeros en cada cabina. Apenas Elio y Hannah se suben, Harry se espanta un poco revisando que sus cinturones estén bien sujetados. Es una rueda realmente grande, y aunque sus luces son hermosas, espanta lo masiva que luce de cerca.

— ¿Es esto buena idea? — pregunta de repente.

— Lo es, ellos estarán bien, ¿verdad? Nada de sacar los brazos o asomar la cabeza. Ni quitarse el cinturón ¿entendido?

— ¡Si Louis!

— No se preocupe, señora Styles. Yo cuido a Elio. — Hannah dice, haciendo que Harry se ría. Él solo puede inclinarse para besar la cabeza de ambos antes de dejarlos ir.

— Cuídense uno al otro, ¿si?

Ellos dicen adiós con sus manos apenas se elevan unos metros en el aire, segundos después la siguiente cabina llega y Louis abre la puerta para Harry, extendiendo su mano para servirle de soporte al subir.

Pero incluso estando sentados, ninguno suelta su mano. En realidad, sus pies se enredan y Louis se encarga de mantener a Harry cerca y abrazarlo tanto como los cinturones de seguridad les permiten.

Es agradable solo estar en silencio y darse tiempo de existir junto al otro, sentirse. A la espera de que el juego mecánico arranque su motor y comience a girar.

A Louis le gusta mucho oír a Harry respirar, su cabello haciendole cosquillas en el cuello por la forma en la que se acurrucan, y la manera en la que Louis usa su pulgar para repartir caricias en la mano de Harry.

— ¿Por qué haces esto? — Harry pregunta tras unos segundos. No hay reclamo en su voz, ni un atisbo de inconformidad.

— ¿Hacer qué, amor? — Louis pregunta, sin romper las caricias entre ellos.

— Estar con nosotros — dice, solo se escucha expuesto. — Estar conmigo.

— ¿Qué?

— Es solo que, sigo pensando, todo el tiempo. Eres joven, Louis... podrías no se, tener a quien quieras en lugar de jugar a la casita con alguien que es mucho más grande que tu, esto... no es tu responsabilidad, y yo— dios, solo tengo tanto miedo todo el tiempo de que decidas que ha sido suficiente.

— Hey, amor — Louis lo aprieta más fuerte, inhala el aroma a coco que se desprende del cabello de Harry y deja un largo beso en su frente, comenzando a acariciar su cabello. — No pienso irme a ningún lado, si me quieres para siempre entonces estoy para siempre aquí. No estoy jugando a nada.

— Soy una madre

— Si, eso lo se desde el inicio Hazz. Me quedo, me quedo tanto tiempo como tu decidas tenerme. ¿Si tengo suerte? Entonces es para siempre.

— ¿Cómo puedes decir eso? Es demasiado, la maternidad es demasiado y yo—

— Te quiero. — confiesa. — Estoy jodidamente enamorado de ti, Harry, por si no te has dado cuenta. — se ríe un poco. — Me tienes comiendo de la palma de tu mano, y yo haría todo, todo por ti Hazz. Solo pídelo y te daré todo mi mundo, Harry.

Hace una pausa. Intentando respirar que la forma en la que su pecho se aprieta en cada latido no ayuda, se pregunta, si el corazón de Harry late igual que el suyo.

— Me quedo porque te quiero, y no solo te quiero a ti. Te amo, y amo tanto a Elio. Quiero todo lo que viene con ustedes, amor. Los quiero a ustedes.

— ¿Nos amas? — su voz suena quebrada.

— Mierda, los amo muchísimo.

Harry lo abraza, deseando pegar y fundir sus cuerpos mucho más. Casi puede sentir el corazón de Louis latiendo fuerte, mostrándose sobre la tela.

— ¿Y Hazz? Podre ser un poco más joven que tu, pero aún con las responsabilidades que tienes, eres joven también. ¿Si? No es gran cosa, realmente no lo es, porque soy un adulto independiente que esta tan listo para asumir mucho más. Quiero que ustedes sean mi mucho más.

Puede sentir un par de lagrimas mojar su camisa. No importa, nada de eso lo hace, porque la rueda gira y entonces ellos están en el aire.

— ¿Amor? Vamos, levanta tu cabeza y mira hacia fuera, ¿si?

Harry obedece, alzando la mirada sin separarse de Louis y se sorprende con la vista que los recibe. Es hermoso como pueden admirar la ciudad y la forma en la que parece estar dormida mientras ellos están ahí.

La luna hace que solo sea mucho más hermoso.

— Eso es... wow, yo–

Estar en las alturas o dejarse querer, nada de eso asusta cuando está junto a Louis piensa.

— ¿Sabes porque les llaman ruedas de la fortuna? — Louis pregunta en un susurro, aun cuando solo son ellos. Hace que todo se sienta mucho más íntimo y cercano. Harry niega, sin separar la vista de la ciudad. — Es porque no sabes en qué lugar vas a terminar, después de dar la vuelta. Es pura fortuna, ¿pero yo? Se exactamente donde voy a estar.

— Louis...

— Aunque, en realidad, es solo uno de sus muchos nombres. — continua con la explicación como si su confesión fuera nada. Como si no hubiese provocado suficientes reacciones en Harry ya. — Algunos les llaman norias, o a veces ruedas de observación. Eso es un nombre muy evidente pero certero en este caso, así que amor, ¿puedes mirar a ese edificio alto, por favor? — Louis señala con su brazo.

Lo miran unos segundos y entonces, las luces de las ventanas del complejo departamental comienzan a iluminarse.

— ¿Es eso una q? Parece una q.

Las luces pronto cambian y muestran una u.

— ¿Louis?

— Sigue mirando, amor.

Tras unos minutos, las luces formulan una pregunta que es más clara que el agua, o que las lágrimas que Harry derrama cuando descifra el mensaje.

"¿Quieres ser mi novio, H?"

— ¿Y bien, amor?

— ¡Si! — se ríe pero cada risa suelta consigo una lágrima más. Louis sostiene su rostro para limpiar un poco de su llanto. — Si, Lou. Quiero eso... quiero ser tu novio.

— Oh, gracias a dios — Louis se rie, besa un segundo sus labios solo para deshacerse de la tensión acumulada. — Porque hubiera sido un incómodo viaje de regreso.

Ambos se ríen, abrazándose hasta que sus pechos se juntan y sentirse es todo lo que hay.

— Eres un idiota.

— Si, bueno, pero ahora soy tu idiota, bebe.

Harry sonríe, acariciando el cabello naciente en la nuca de Louis. Respirando justo sobre su cuello.

— Bebe, me gusta. — dice, colando lo que su mente grita por decir, el inicio de todo. — ¿Cómo hiciste eso?

— Con un muy buen amigo, cuya abuela convenientemente vive ahí y convenció a un grupo de abuelitos de ayudarme. Practicaron toda la semana, son unos románticos sin remedio.

— Louis... yo– — silencio. No sabe que decir. ¿Qué se puede decir cuando está se está sintiendo todo?

Harry alza un poco sus manos, pasando sus caricias de la nuca de Louis hasta sus mejillas, y Louis sabe lo que este gesto significa, Harry siempre lo hace y está tan contento de tener la suerte de saberlo, porque siempre lo sostiene así cuando está por besarlo.

— Tienes esa mirada otra vez. La que no puedo descifrar.

Por primera vez en la noche Harry sostiene su mirada sobre la de Louis, aun hay algunas lagrimas mojando sus pestañas y no sabe si es la luna o las luces de la rueda pero sus ojos brillan tanto.

Es mi mirada de te amo. — confiesa de vuelta, justo antes de besarlo.

Esta vez, estando solos, es sencillo dejarse llevar, introducirse al otro y explorar.

Es sencillo dejar de temer.





Cuando la rueda finalmente baja, Elio no duda en lanzarse hasta sus padres, habiendo visto el espectáculo de luces que sabe, Louis monto.

Y los observa, con el labial de su madre esparcido en todos los labios de Louis.

Lo sabe. Tiene que serlo.

Pega brincos al preguntar. — ¿Dijiste que si, mami? ¿Dijiste que si?

— Lo hice, amor. — responde, recargando su cabeza sobre el hombro de Louis. Lo abraza con fuerza, sosteniendo su cintura como ahora sabe, lo hará el resto de su vida.

— ¡Si! — el festeja, lanzándose a abrazar a Hannah en un gesto que ni Louis ni Harry comprenden. — ¿Están enamorados?

Ambos se ríen.

— Yo lo estoy, ¿y tu amor? — Louis sonríe al preguntar.

— Estoy enamorado.

— ¡Si! — Elio y Hannah chocan cinco, ambas manos alzadas en el aire. Elio no puede esperar a llegar a casa y marcar la casilla del paso número seis.

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nota. capítulo un poquito más largo, ¡fue muy divertido escribirlo! ojala les haya gustado montones y el flujo de emociones se haya plasmado de la forma correcta.

me encanta la miel que desprenden todos aquí. ♡ y todes sabemos que hannah es la verdadera mente maestra detrás de todo esto.

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