🥞 | 𝗽𝗮𝗻𝗰𝗮𝗸𝗲𝘀 |
Louis se encuentra disfrutando de la compañía de Elio de una forma bastante grata, y que hasta ese momento, no sabía podía presentar.
En sus años de adolescencia trabajo como niñero algunos veranos, no es como eso. Tampoco es similar a la manera en la que se siente estando con sus hermanas.
Pero pronto descubre que Elio es un niño con muchas cosas por decir, y Louis se descubre escuchando con atención y disfrute cada una de sus palabras.
También descubren que tienen varias cosas en común, lo que puede que ayude a sentir tanta simpatía por el. Al menos, comparten gustos en todo lo importante: como su superheroe favorito, o que equipo de la liga europea es el mejor.
Louis totalmente se encuentra haciendo planes de llevar a Elio a algún partido o próximo estreno; es demasiado tarde en la emoción de su charla para comprender que en realidad nada de eso va a pasar.
Porque este niño no es suyo, no es de su familia. Y Louis asume que llegar a preguntarle a la madre de este niño si puede llevarlo a pasear seria un poco demasiado extraño.
— ¿Louis? — pregunta en cuanto las risas se desvanecen. — No te ves tan adulto como otros adultos. ¿Que edad tienes?
— Oh, tengo 22.
— Esa es la edad de la universidad, ¿verdad?
— Bueno, en realidad no hay edad para cumplir metas, todos manejan un ritmo diferente y eso está bien — la dice. — Pero si, soy universitario.
— ¿Y porque no estas en clases?
— Porque estoy en ese momento incomodo en el que ya no soy un estudiante pero tampoco soy profesional todavía. Debo terminar mis practicas y hacer servicio antes de que de me den mi titulo y poder ejercer por mi cuenta. Pero clases ya no tengo — explica.
— ¿Y que eres?
— Psicólogo.
— ¡Yo veo a uno de esos! La señorita Aidee me ve cada quince días los sábados. Me encanta ver a la señorita Aidee, así que debe ser muy divertido hacer lo que haces, Louis.
— ¡Lo es! Me gusta mucho. — el no deberia de preguntar, no va a preguntar. — ¿Porque ves a la señorita Aidee, es por parte de la escuela...?
— No, no. Mi mamá me lleva a verla. Dice que es bueno para cuidarnos y crecer sanamente, así como me lleva al doctor cada dos meses aun si no estoy enfermo. Todos deberíamos hacerlo.
Elio es realmente inteligente. Y puede notar, esta llevando una crianza bastante buena.
Louis siente mariposas de imaginar el hogar en el que ha crecido, tal vez añora un poco su propia casa.
— Tu mamá suena como una mujer muy inteligente, Elio. Eres muy afortunado. — Elio se ríe, y después da un enorme trago a su nesquik. Pero no explica a Louis la razón de su risa. — No todos tienen tanta suerte como nosotros.
— ¿Tu mamá es increíble también?
— ¡Lo es! Ella es una partera, recibe bebés todo el tiempo. Y ella misma tuvo bastantes, tengo seis hermanos. — Saca su celular y enseña fotografías de su familia. Elio lo mira maravillado, observando la pantalla hasta regresar su mirada a Louis.
De la forma en la que admiras un dulce que jamás has probado.
— Ella es la razón por la que soy todo lo que soy — se ríe. — También la razón por la que soy psicólogo. Yo quería dedicarme a algo de salud, como ella, lamentablemente la sangre me genera mucha repulsión.
— ¡Tu familia es tan grande! — se emociona. — ¿Quien es ese señor con los lentes graciosos?
— Es mi papá, padrastro. — se corrige. — Es el papá de mis hermanos pero me dio su apellido también. No era un Tomlinson antes — confiesa como si fuera un secreto, mira a los lados y se inclina sobre la mesa para susurrar a Elio. — Me cambie el nombre.
— ¿Cómo una identidad secreta? — Louis asiente y Elio se lleva las manos a la boca sorprendido.
— Yo no sabia — confiesa. — Que alguien podía regalarte su nombre, debe ser un regalo hermoso. ¿Es eso de que la familia es más que solo sangre?
— Lo es, ¿lo dijo tu mamá?
Elio asiente orgulloso. Le encanta hablar de su mamá, son bastante cercanos.
— Mujer inteligente. — dice de nuevo, Elio se ríe un poco más fuerte.
— ¿Louis?
— ¿Si, Elio?
— Mi familia esta completa de la forma en la que es. Soy muy feliz con mamá pero... — hace una pausa. — ¿Tu crees que tal vez en algún momento mi familia pueda ser como la tuya? Porque si alguien le regala su nombre a mi mamá y a mi, ¿entonces tendría hermanos y abuelos y tíos y todo eso que tu dices?
Aun si no viene desde la amargura o melancolía, a Louis se le apretuja el corazón. Casi desearía poder hacer algo para cumplir el deseo del niño, aun si Elio no es consciente de su anhelo.
— Tal vez — responde con una sonrisa. — No todas las familias son tan grandes como la mía, casi nadie tiene tantos hijos. ¿Tu mamá tiene novio? Porque Mark llegó primero así.
— Mamá es muy bonita, pero no. Nunca. La escuche hablar con su amigo Niall, dice que ahora es demasiado grande para esas cosas. ¿Un novio podría hacerle compañía cuando estoy en la escuela? Trabaja mucho y pienso que es feliz todo el tiempo solo por mi, quiero que sea feliz para ella también.
Louis abre la boca sin saber muy bien qué responder, sin embargo para su suerte es el momento en que la señorita Marina aparece para dar la bienvenida y comenzar con las actividades.
Dice un par de palabras demasiado agradables, tanto que a Louis le hierve la sangre por la forma en la que perdieron a Elio hace un rato. Es más, se encargara de poner una queja apenas el día termine.
La mujer de administración termina con su introducción para dar las indicaciones para las actividades.
— Una vez más, muchas gracias a todos por estar aquí. Ahora, dado que se pretende incentivar el tiempo de calidad familiar hemos habilitado la cocina del comedor para que ustedes puedan preparar su propio desayuno. No existen los límites. ¡A cocinar!
Bueno, mierda.
— ¡Me encanta cocinar! — Elio se pone de pie y toma la mano de Louis con emoción para llevarlo hasta la cocina.
No, no, no. La invitación no decía nada de cocinar.
Elio empieza a nombrar todas las cosas que podrían preparar y todos los ingredientes que necesitarían para cada platillo. Louis no conoce la mitad de esas cosas y entre más cerca están del calor de la cocina comienza a sentir algo similar al pánico.
Ahora Elio arremanga su suéter e invita a Louis a hacer lo mismo.
Tal vez no debió anotarse en primer lugar, ¿que le hizo creer que era lo suficientemente bueno para esto?
— Elio, lamento que estés atrapado aquí conmigo para esta actividad porque... — mira alrededor y la forma en la que un tipo de traje saca todo para preparar un gran pastel o ese hombre a dos islas de ellos picando cosas con la maestría de un chef. — Bueno, yo no... no puedo hacer nada de eso.
— Eso es genial porque ¿que clase de desayuno es un pastel? No quiero nada de eso, Louis — sus mejillas se ponen un poco rosas — Solo cocinar contigo... creo que me agradas.
Louis sonríe hacia el niño, deja de resistir el impulso de acariciar su cabello y mete la mano entre los rizos para sacudirlos. Elio parece casi ronronear con su caricia y suelta un par de risitas.
No es el único contento, sus palabras logran disipar la naciente amargura que por unos segundos, contamino a Louis.
— Tu también me agradas, Eli. Ahora ¿como suenan unos panqueques? — Los ha preparado algunas veces con sus hermanas así que espera que eso sea suficiente para impresionar al niño, además a él mismo le gustan los panqueques.
Tal vez demasiado.
— ¡Los panqueques son mis favoritos!
— ¿En serio? ¡Los míos también! Ahora, veamos que necesitamos.
— Debo tener la receta de mamá por aquí, déjame ver. — Elio saca su celular y por unos minutos revisa entre sus notas. Hasta que encuentra la anotación y empieza a recitar los ingredientes a Louis, quien evade los nervios por jamás haber preparado desde cero la harina.
Pero vamos, ¿que puede salir mal?
Louis confía que son excelente equipo. Incluso si no es una competencia, ellos van a ganar esto.
Establecen un sistema donde Elio dicta todas las cantidades y Louis va posicionando de forma organizada cada uno de los recipientes antes de proceder a mezclarlos. Después ayuda a Elio a batirlo todo y tras un poco de problemas para descifrar el funcionamiento de la batidora puede que ambos terminen con un poco de harina en el rostro.
— Estará demasiado cálido en un momento — dice Elio cuando todos empiezan a prender sus respectivos fuegos, aun bate la mezcla y todo su cuerpo tiembla con las vibraciones. Asi que el mayor lo abraza para sostenerlo y cuidarlo mientras baten. — ¿Porque no te quitas tu suéter, Louis? Puedo ver que tienes un poco de calor.
Louis no deja de sorprenderse con lo perspicaz que es el niño.
— ¿No se te escapa nada, eh campeón? — Elio sonríe con un brillo en sus ojos dificil de descifrar— Tengo un montón de tatuajes, no estaba seguro si eso iba a espantar a alguien aquí.
— No pasa nada — asegura el, apagando la batidora — ¡Mamá tiene de esos en todo el cuerpo! Cuando crezca quiero hacerme algunos también. Mamá dice que puede ser mi regalo de cumpleaños número dieciocho.
Louis debe mirarlo con un poco de sorpresa, siente tal vez demasiada curiosidad por la madre de Elio, sorprendiendose cada vez un poco más con los comentarios que Elio suelta sobre ella.
Un fugaz y risible pensamiento aparece en su mente por dos segundos. Le ha agradado tanto Elio que casi piensa en salir con su madre solo para poderlo frecuentar; una pena que en realidad a él no le gusten las mujeres.
Tan pronto como llega, esa idea se va así que sin darle vueltas accede a quitarse su sudadera beige quedando con una de sus tanks negras.
— ¡Tienes un montón! — exclama emocionado, intentando explorar los dibujos en la piel de Louis. Toca sus brazos con algo cercano a la admiración en el rostro.
Louis sonríe de nuevo, sintiendo los músculos faciales tensos de tanto repetir aquel gesto. Pero toma una servilleta de tela y con cuidado limpia los restos de mezcla en el rostro del niño.
— ¿Te parece si te cuento de ellos después? — propone. — Primeras cosas primero, hay que hacernos un desayuno. — Elio asiente y entonces Louis prende el fuego.
Están tan cerca de sentarse a desayunar.
— ¿Louis?
Ambos admiran la sarten.
— ¿Porque nuestros panqueques son verdes?
— Porque los primeros siempre salen feos, duh. Es el cáliz en lo que el teflon se calienta correctamente. — responde. El en realidad no tiene ni idea.
Elio los aparta en un plato para llevárselos más tarde a la señora coco. Pero entonces la segunda tanda sale igual de plana.
— ¿Louis?
— Ya lo se. — Louis ha empezado a morderse las uñas. Joder que no sabe que esta haciendo, ¿como va a alimentar a Elio?
— No, Louis es que...
— No digas nada, ya se, soy pésimo en esto. — Piensa, piensa. ¿Que decía su madre al hornear? Siempre hay una forma de arreglar la mezcla, pero por una mierda tiene el cerebro en blanco.
— Louis — llama tirando de su camisa — Es que me olvide del polvo para hornear.
Elio sostiene el pequeño bote de polvo blanco e imita el mismo rostro de preocupación que el adulto a su lado. Se miran unos segundos y después al pobre panqueque chamuscado, ambos rompen en carcajadas.
Deben sostenerse la caja torácica ante la falta de aire y se doblan sobre si cuando las risas no paran. Lagrimas llegan a sus ojos y hay un momento en que todo el peso de Elio se apoya en Louis para evitar caer.
Tras haber creado un cómico recuerdo, recuperan el aliento con un trago más de sus chocolatadas jumbo. Arreglan su mezcla y solo unos minutos después caminan con una torre de esponjosos panqueques recién hechos y montón de complementos.
Ellos son también el primer dúo en sentarse a comer.
— No es sobre ganar o perder, pero para que quede claro: nosotros ganamos — dice al resto de la cocina, Louis se rie demasiado fuerte y debe tapar con su mano su boca para amortiguarlo. Pero ellos chocan cinco para concretar la victoria.
Se sientan en su mesa cada uno con una torre monstruosa de panqueques, salchichas, huevo y tocino.
— Oh, traje jugo para ti también. ¿Quieres naranja o fresa? — Louis busca en su mochila de nuevo.
— ¡Naranja!
— Genial, porque no traje de fresa. — entrega su botella ganando una risa más. — Ahora, siempre debes empezar tu día con una buena porción de carne. — Louis le dice, Elio escucha con atención. Ambos levantan sus cubiertos. — ¿Y estos? Joder, olvídate de estos.
Louis baja sus cubiertos. No los avienta pero si los aparta con desdén y Elio lo imita.
— Mi manera es mejor. Debes tomar tu panqueque, le pones el tocino y un poco de huevo — instruye paso a paso mientras Elio va siguiéndolo. — Entonces tomas la salsa y la miel de maple y lo bañas a tu gusto. Pero que quede bien distribuido.
— ¿La salsa y la miel de maple? — pregunta en un tono que Louis no comprende. Louis diría, casi embelesado.
— Confia en mi. Sabe bien. Entonces lo haces como un taco. Y eso es todo. A disfrutar. — Louis le da una gran mordida y hace una seña con sus dedos para indicar el excelente gusto. El pequeño Styles lo sigue derritiéndose en cada bocado, nunca estuvo tan contento de comer panqueques como en ese momento.
Ahora Elio no tiene mucha experiencia en desayunos con papás, pero esta seguro de que este es el mejor de ellos.
・。。・゜🥞 ゜・。。・
— Gracias por pasar el día conmigo hoy, me hizo muy feliz conocerte.
— A mi también campeón, creo que voy a robarme la receta de los panqueques. Son los mejores panqueques que he probado. — Louis pasa el brazo por el hombro de Elio para guiar su paso y acompañarlo hasta la salida. — ¿Te vas en transporte escolar o...?
— No. Mamá pasa por mi pero todavía falta un poco para mi hora de salida.
— Entonces te espero.
Elio se apena de nuevo.
— No... es decir, no quiero... no quiero molestarte Louis. Ya estuviste toda la mañana conmigo, seguro tienes otras cosas que hacer.
— Por supuesto, esperar contigo. Ven, vamos a sentarnos. — ambos caminan hasta la banca en la que Louis se sentó en la mañana, se siente mucho mejor ahora.
— Gracias
— No es nada, Eli.
— Sigues llamándome así. — dice, cierra sus ojos y recarga su cabeza en el respaldo de la banca. Apenas puede sostener su barriga de tanto que comió, y se ve somnoliento. Por supuesto que Louis va a esperarlo, aunque puede que el quiera quedarse dormido también. Ambos comieron demasiado y sus chocolatadas aún están en sus manos.
— Lo siento — Louis dice. — ¿Te molesta? Debí haber preguntado.
Elio sonríe. — No, es solo que solo mamá me dice así. — un poco del cansancio le gana y la cabeza de Elio cae sobre el hombro de Louis. — Es lindo, Lou. Gracias por estar conmigo hoy. — dice de nuevo.
Louis lo abraza hasta que el niño parace fundirse contra el, acaricia su brazo para arrullarlo un poco más y todo respecto a ello hace que Louis se sienta un poco triste.
— El placer fue mío Eli, nunca había sido papá voluntario, espero no haber estado tan mal.
— ¡El mejor papá voluntario! — Elio lo abraza más fuerte, siempre ha sido un niño cariñoso y no quería quedarse con las ganas de abrazarlo.
Es diferente a abrazar a mamá, lo aprieta fuerte y es distinto pero reconfortante. Como... bueno, tal vez un abrazo de papá, Elio piensa.
Cuando abre sus ojos, aun no listo para separarse pero temiendo agobiar a Louis, descubre que en su antebrazo el hombre tiene un juego de gato sin completar.
— ¡No puede ser! ¿Juegas con esto? ¡Eso es asombroso!
— ¿Quieres jugar? — Louis propone divertido sacando dos marcadores de su mochila, uno negro y uno rojo,
— ¿De verdad?
— Totalmente, vamos te dejaré empezar. — Elio toma el marcador rojo y dibuja sobre la piel de Louis una x, se siente como cuando era más pequeño y se sentaba sobre la barriga de su madre para pintar su mariposa. Sonríe con cada trazo.
Eso se convierte en el juego de tic tac toe más rápido y humillante que Louis alguna vez jugo. Sus o's mal hechas no pudieron contra los grandes trazos de x's de Elio.
— Eres un niño bastante impresionante, Eli. — sonríe y sacude su cabello solo una vez más, Elio vuelve a recargarse en el.
Cuando Louis levanta la vista encuentra al hombre más hermoso de la existencia bajando de un auto. Rizos perfectamente acomodados bajo unos lentes de sol, camisa de rayas, pantalones de color brillante con textura y una chaqueta verde con bordado. Lleva tantos accesorios encima que combina perfectamente y hace que lo veas, porque joder, merece ser visto.
Se mueve como una clase de modelo, y puta mierda esta caminando hacia Louis.
Esta caminando hacia Louis.
Le sonríe, alza la mano y saluda y entonces Elio agita su mano también.
¿Elio agita su mano también?
El hombre hermoso no viene hacia Louis. Mierda.
— Creí... — su garganta esta seca. — Creí que dijiste que no tenias...
— ¿Papá? — Elio se ríe. — No. Esa es mi mamá.
Esa es la mamá de Elio. El hombre hermoso es la madre de Elio.
Louis abre la boca y los ojos bastante ofendido. Y toma a Elio con fuerza fingida bajo su brazo y lo atrapa para agitar con su puño su cabello para revolverlo por completo. — Tu pequeña mierda te has reído de mi todo el día — dice con cariño mientras Elio se carcajea.
Louis nunca conoció a un portador antes* Se siente tan estúpido por asumir cosas, joder por supuesto, por supuesto que el hombre más hermoso de la tierra tenía que haber hecho al niño más especial de la tierra.
No sabe si embelesarse con la risa de Elio o con la espectacular caminata que el hombre da, pero Louis siente los ojos volverse corazón y ni siquiera va a intentar ocultarlo.
Es solo que, bueno, el hombre hermoso golpea con su bolso negro la cabeza de Louis.
—————————
nota. finalmente sucedió el desayuno con papá. ¿no son adorables estos dos juntos?
pero bueno con esto termina la parte introductoria ya que l y h finalmente se conocen, o algo parecido.
* portador de útero. mpreg como evento natural en el mundo, solo no lo suficientemente común.
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