🌯 | 𝗹𝘂𝗻𝗰𝗵 𝗯𝗼𝘅 |


Despertar siempre es agradable. Lo hace con una caricia.

No importa si es tarde, o si mamá tuvo un mal día. Siempre lo despierta con mucho cariño.

Sus dedos pasan por su mejilla, apenas tocando, temiendo que sea un tacto demasiado brusco. — Eli, es hora. — dice todas las mañanas en un susurro hasta que su voz lo lleva fuera del mundo de los sueños.

Abre los ojos despacio al disfrutar la sensación de sus cobijas favoritas, y estira sus brazos y piernas antes de estar listo para despertar por completo. Puede sentir el peso de su mamá sentado justo a su lado como cada mañana.

Cuando se sienta aún siente sus ojos un poco pegados y debe tallarlos para ser capaz de separarlos, cuando los abre puede ver a su mamá sonriendo con todos sus dientes.

— Buenos días, amor — besa su frente y se ríe con dulzura cuando los rebeldes rizos de su niño le hacen cosquillas. — ¿Dormiste bien, sol?

Elio sonríe también, aun sin estar listo para que mamá se levante. Así que se cuelga de su cuello para abrazarlo un poco más. — ¡Si, mami!

Entonces Harry se pone de pie, abrazando a su hijo para darle vueltas en el aire y hacerlo reír. Las sabanas se caen pero no importa.

Cuatro y seis vueltas antes de que decidan que han tenido suficiente, despues un beso más en su frente. Harry baja a Elio y hace un esfuerzo por peinar sus rizos.

— Voy a servir tu desayuno, amor. No tardes para que no se enfríe. Deje tu uniforme en el cuarto de lavado, lo acabo de planchar así que debe estar calentito. — da sus indicaciones matutinas. — No olvides tender tu cama.

Elio asiente para darse la vuelta y arreglar su cama. En los últimos meses ha tenido más responsabilidades porque ya tiene 12 años. También debe darle de comer y sacar a pasear a la señora coco, su beagle.

Pero el paseo será cuando regrese por la tarde.

Se alista con rapidez. Saluda a su mascota y pone su desayuno en el plato de croquetas. Se viste, abrocha sus tenis lava sus dientes, e incluso revisa meter su tarea y todo lo que necesita a la mochila.

El también está aprendiendo a peinarse solo, pero eso es un poco más complicado. — ¡Mamáaaaa! — grita después de un rato de intentos fallidos: su cabello esta esponjado y un peine se atoro sin remedio.

Harry corre escaleras arriba, dando tropezones con el mandil de cocina por encima de su ropa. — ¿Elio? — llama gritando. — ¿Estas bien, Elio? ¡Elio!

— ¡Baño! — segundos después Harry azota la puerta, su pecho se eleva intentando regularizar la respiración.  Pero el miedo desaparece por completo cuando en su campo de visión aparece su hijo despeinado.

— Oh, cariño. — Harry lleva la mano a sus labios para evitar reír, jamás con burla si no un gesto lleno de ternura. — Sabes que puedes pedirme ayuda, ¿verdad?

— Pero no quiero molestarte.

Harry sonríe acercándose a su niño. Todavía tiene sus facciones infantiles que sólo se ven acentuadas por la maraña de rizos y sus mejillas regordetas. Elio se parece demasiado al propio Harry, y se encuentra tan agradecido por eso. A excepción de sus ojos azules.

El mayor pone sus manos sobre los hombros del niño y lo guía con su tacto hasta el espejo para empezar a mojar su cabello.

— Elio, tu nunca vas a molestarme, y yo siempre siempre siempre voy a tener tiempo para ti. No importa que, cariño. ¿Esta claro? — el niño asiente para sonreír a su madre desde su reflejo. —  Ahora, veamos que tenemos aquí.

Harry le explica los cuidados que debe tener sobre su cabello, le nombra todos los productos y tras unos minutos, la crisis es superada con una cabellera rizada en perfecto orden, solo después de que Harry moldeo rizo por rizo con sus dedos. —¿Te gusta así?

— Si mami, gracias. ¿Ya podemos ir a desayunar?

Harry finge pensarlo por un segundo, mano en la cadera y otra sosteniendo su barbilla.  — No lo se, ¿ya alimentaste a la señora coco?

— ¡Lo hice!

— ¿Y tus dientes?

Elio abre la boca para mostrarlos, responde así incluso si no se entiende.

— ¿La cama?

— Hasta cambie las almohadas, mamá.

— Uhm — Harry finge sorpresa — entonces creo que todo está en orden. Hice panqueques, ¿te apetece?

— ¿Puedo tener miel y salsa? — pregunta con ilusión, aun cuando sabe que su madre no es fan de su combinación especial. Pero el solo sonríe y da una caricia en su barbilla.

— Por supuesto que si, cariño.

Después de muchos años de esfuerzo siendo madre soltera, Harry había logrado establecer una marca de maquillaje, que aunque era relativamente pequeña, lograba darle suficiente libertad y estabilidad económica para compartir tanto tiempo como fuera posible con su hijo.

Y el amaba convertir los grandes gestos en algo cotidiano. Así su pequeño sol crecería sabiéndose como lo que es: especial.

Además siempre le gustó cocinar. Por lo que hacer un gran desayuno todos los días no era precisamente una molestia.

Monta la mesa con manteles y flores al centro, así Elio puede disfrutar del plato con una pila de panqueques, salchichas y huevos, junto a su bowl de frutas y jugo recién preparado con frutas de temporada.

Cada día se toman el tiempo para desayunar juntos. No trabajo y no escuela en la mesa, es una de sus reglas. Por lo que Elio recibe siempre el cien por ciento de la atención de su madre.

Cuando Harry termina su versión vegana del desayuno del día, se para unos minutos, aun escuchando sobre el sueño de Elio, para servirse café y llevar a la mesa todos los utensilios para el almuerzo escolar.

— Y entonces un enorme monstruo salió de la tierra, mami. ¡Eran grandisimo! — abre sus brazos tanto como puede. — Del tamaño de una montaña.

— ¿Y no te asustaste? — pregunta cuando corta las verduras para los wraps de su hijo. Su apetito ha estado aumentando así que guarda una porción de pasta también.

Elio parte un pedazo más de comida con la misma intensidad que platica, lo lleva a su boca y mastica tan rápido como puede para volver a hablar.

— Cuidado amor, no hay prisa. — Elio reduce su velocidad y entonces traga mucho más calmado, después le da un enorme trago a su vaso.

— ¡Ni un poquito! Porque yo tenía superpoderes, así que sabía que estaríamos bien. Como siempre lo dices, mami.

Harry sonríe con la frase, sintiendo masivas oleadas de amor expandirse en su pecho.

— ¿Y que paso después?

— Oh, no lo sé. Desperté pero espero que el monstruo aparezca otra vez esta noche. Así te contaré mañana como termina.

— Asegúrate de pedirlo por favor antes de dormir,  tal vez pueda escucharte.  Ahora — Harry alza dos figurillas de palillo para el lonche de su hijo. — ¿Crees que es día de Batman o es más un día de Spiderman?

Elio lo mira con una gran ofensa en los ojos. — Spiderman, mami.

— De acuerdo, de acuerdo. — Harry se ríe. Entonces toma todos los utensilios con el esquema de colores del héroe y su botella de spiderman para acomodarlo.

Cuando ha terminado, Elio se pone de pie y lava sus platos. Harry hace uso de ese momento para tomar el bloc de notas con cara del héroe para escribirle un pequeño mensajito a su hijo y entonces lo guarda en su mochila.

Elio corre hasta el para abrazarlo con tanta fuerza como puede y planta un beso sobre el abdomen alto de harry. — ¡Gracias por el desayuno mami!

Harry suelta una risita por las cosquillas que le da. — Anda, ve a lavarte los dientes de nuevo. Y dejé tu celular en la mesilla de tu cuarto, no te olvides de tomarlo. Tu autobús no tarda en pasar.

Pocos minutos después, Elio se encuentra abordo del transporte escolar, listo para un nuevo día.

Se siente como un buen día. Sobre todo porque es día de practica de fútbol, y realmente le gusta jugar: sobre todo cuando su escuela realiza partidos y su mamá siempre va con un letrero para el.

Saluda a su amiga Hannah cuando sube unas cuadras después, apenas esta en las escaleras Elio quita su mochila del asiento doble y con una sonrisa la rubia se sienta junto a él.

— ¡Hola, Eli! — Saluda tan animada como siempre. Pero Elio no puede evitar notar las ojeras bajo sus ojos. Así que saca la caja de jugo y una manzana rebanada para ofrecerle a su amiga. — Gracias.

— ¿Noche difícil?

— Estaban peleando otra vez, papá salio de la casa y no ha regresado. Su closet estaba vacío esta mañana.

— Oh.

— Si. — ella da un largo sorbo al jugo.

— ¿Quieres dormir un poco? Te despertaré cuando lleguemos.

— Si Eli, gracias. — Hannah se acuesta sobre el hombro del rizado, y entonces Eli juega con uno de sus mechones para ayudarla a dormir.

Siempre fueron su mamá y el, Elio no puede imaginar lo que su amiga está pasando.

Pero puede hacerle compañía, que al final, mamá siempre le dice que eso es lo importante. Elio también se pregunta si su mamá tendrá a alguien para acompañarle cuando el no está en casa.

O cuando está triste y cree que nadie lo ve.

・。。・゜🥞 ゜・。。・

El día es, en realidad, bastante agradable. La primer clase es biología y esa siempre es la favorita de ambos mejores amigos.

Sobre todo porque el salón de biología tiene de esas mesas compartidas y pueden sentarse juntos. La clase siendo tan divertida como siempre logra distraer bastante a Hannah.

Para la hora del almuerzo, se han juntado en su mesa predilecta con el resto de sus amigos.

Ellos llevan un juego de cartas para pasar el rato después de terminar de comer pero Elio esta más interesado en su caja de lonche. Le gusta mucho como su mamá prepara tantas cosas para el.

Cuando abre la lonchera roja encuentra una nota que Harry dibujo, deseándole un bonito día y que por favor anote un gol para el en su practica. Elio adora la pequeña telaraña en la esquina de la nota y va a amar dedicarle un gol a su mamá, incluso si no está ahí para verlo.

Harry es su persona favorita para dedicarle goles.

— Uhm, ¿Elio?

— ¿Si, Jhony?

— ¿No estás un poco grande ya para seguir comiendo lo que tu mamá te da? Es decir, todos compramos en la cafetería. — El rizado mira a su alrededor, grados más grandes tomando casi todo el espacio y mira la enorme fila que le tomaría la mitad de su descanso completar, con opciones de comida que en ese momento no le apetecen.

— Pues yo no lo creo. — responde con seguridad. Sobre todo porque es precisamente gracias a lo que su mamá empaca que puede compartir con Hannah, quien nuevamente no lleva nada para comer.

Aunque sus mejillas se ponen un poco coloradas por las figurillas de spiderman que tiene su comida. Sin embargo aparta esa sensación tan pronto como puede.

Afortunadamente llega uno de sus monitores a interrumpir. Salvado por la campana, Elio. Piensa para si.

La monitora llega junto con ambos directivos y la señorita Marina que se encarga de todos los proyectos divertidos que hace la escuela. Como esa vez que su Harry horneo un gran pastel de chocolate para una recaudación de fondos.

Tras unos minutos consiguen la atención de todos los estudiantes. Dan un par de frases introductorias como lo hacen cada lunes y comienzan a recitar el itinerario de la semana.

— Ahora, como todos saben hace unos meses tuvimos una semana dedicada a realizar actividades con las mamás de la escuela para reconocer todo su arduo trabajo. — dice la señorita Marina, Elio comienza a sentir cosquillas de emoción creyendo que podrá pasar más tiempo con Harry de nuevo. — Así que es el turno de papá, por lo que el día viernes llevaremos a cabo el evento de desayuno de papá. Sus maestros de tutorias les entregaran el folleto con toda la información y enviaremos un correo a sus padres al final del día. Eso es todo. Disfruten su desayuno.

Papá.

Su boca se siente seca. Elio no tiene uno de esos.

Para ser justos, solo son su mamá y el. Sin abuelos ni más familia. Y esta bien, en realidad. Solo que la palabra papá hace que su pecho se sienta extraño.

Mira a Hannah con algunas lagrimas en los ojos. Y después mira a su caja de almuerzo, de repente ya no siente hambre.

— ¿Y que vas a hacer el viernes? — pregunta sentado sobre la grada antes de la práctica, ambos ajustan sus agujetas. Ha estado evitando ese tema todo el día pero necesita saber que hacer antes de volver a casa.

Solo una vez le pregunto a su mamá por su papá. Harry explicó algunas cosas pero a Elio le dio la impresión de que su mamá se puso triste algunos días después así que jamás indagó de nuevo.

La mayoría del tiempo olvidaba ese detalle.

— Le diré a mi mamá — responde Hannah. — No creo que papá quiera o pueda, así que solo faltare ese día. ¿Que le vas a decir a tu mamá?

— No lo se. No quiero ponerlo triste, creo que no le diré.

— ¿Y el correo?

Elio lo piensa unos minutos. Su mamá usa dispositivos diferentes cuando es horario de trabajo, así que tiene una oportunidad de que no lo haya visto hasta que ambos regresen a casa.

— ¿Quieres hacer una fiesta de té conmigo? — pregunta en su lugar. Hannah se muestra confundida por un segundo.  — Así puedes distraer a mamá en lo que entró a su cuarto y borro el correo. Y el viernes me quedaré en la biblioteca hasta que la actividad termine.

— Si, claro. No quiero llegar a casa aún. ¿Podemos ponerle un moño a la señora coco para la fiesta de té?

— ¡Claro! — el entrenador suena el silbato y ambos corren para empezar con el calentamiento.

Más tarde, su mamá los recoge a  Hannah y a él después de la practica y con los calcetines llenos de tierra, aún así, Harry lo llena de besos y sacude su cabello cuando lo recibe de nuevo.

Después abraza a Hannah y le da vueltas en al aire en lo que a Elio le gusta llamar abrazos de mamá.

— Mami, ¿Hannah puede venir a tomar el té con nosotros hoy?

— ¡Por favor, señora Styles! — Hannah alarga la o de su por favor y Harry sencillamente no puede negarse con dos pares de bellos ojitos mirándolo así.

El es débil.

— Claro que si, sol. Vamos a casa, ¿si? Y cuéntenme todo sobre su día.

Ambos niños intercambian una mirada. Tal vez omiten un par de detalles.

Y cuando Hannah ayuda a Harry a preparar el té, Elio logra completar con éxito su misión, después de todo la contraseña de mamá es su propio cumpleaños, lo es siempre en todos sus equipos.

La señora coco se vuelve su cómplice cuando Elio le da los inusuales restos de su lonchera. La beagle ladra contenta, sin saber que recibe comida diferente gracias un día complicado para Elio.

Pero esta bien, con un poco de suerte Harry no se enterara del evento del viernes. Es solo una semana, estará bien. ¿Cierto?

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nota. un poco de la vida de elio y harry solo porque adoro escribir a H como una mamá dedicada. en el siguiente capítulo aparece louis.

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