🥥 | 𝗰𝗼𝗰𝗼𝗻𝘂𝘁 |
Louis es nuevo en lo que implica el arte de dormir abrazando a alguien, sin embargo esta más que dispuesto a aprender.
Le gusta mucho sentir el peso de Harry sobre el cuando decide usarlo como almohada, ¿la verdad? ni siquiera nota el calor que sus cuerpos producen a mitad de la noche, tampoco le importa que su brazo tenga parestesias por falta de circulación cada vez que sostiene a Harry, y sencillamente adora la manía que el rizado tiene de enredar sus piernas y frotarlas juntas como parte de su arrullo— porque para ser honestos, Louis tiene los pies fríos así que frotarlos le ayuda a mantenerlos calientes, además su chico tiene piernas realmente suaves.
Le fascina lo pegajoso que Harry siempre es, necesitando tocarlo de alguna manera al dormir, porque Louis es pegajoso también. ¿Y cuando se voltea para que Louis lo abrace de cucharita? Oh, es el puto cielo.
¿La forma en la que Harry se gira sobre la cobija, destapando a Louis, por haber estado acostumbrado a dormir solo durante tantos años? No es problema. No cuando la solución es tan sencilla como usar cobijas separadas, no cuando tiene el premio del calor de Harry.
Es completamente devoto a la idea de sentir que sostiene a Harry al dormir también.
Le encanta dormir con Harry y despertar impregnando de la fragancia de sus cremas de noche, y como el cabello esponjado por la noche hace cosquillas en su piel.
Es solo que, bueno, despertar por sentir una mirada fija es una cosa nueva que añadir a la lista. Y es un poco extraño, como abre los ojos solo porque sintió una variación de movimiento diferente a las que Harry suele tener como parte de sus movimientos rotatorios en su ciclo circadiano.
Abre los ojos para encontrar a Harry, recostado sobre su pecho, pero con la cabeza tenuemente elevada y grandes, hermosos, completamente fijos ojos verdes clavados sobre el. Mirarlo desde arriba hace que el gesto sea incluso más intenso.
Solo lo mira. ¿Acaso parpadea?
— ¿Amor? — pregunta con cuidado. ¿Será de esas personas que duermen con los ojos abiertos?
— ¿Sabías que tu piel a veces luce dorada? — suelta de repente. ¡Joder, si esta despierto! Tremendo susto se llevo. — Es como si tuvieras un bronceado permanente, besado por el sol, es una cosa preciosa.
— Oww, gracias bebe.— ¿Harry lo despertó para decirle que es bonito?
Porque, dios sabe que adora a este hombre, pero joder—, es demasiado temprano. Ni siquiera puede abrir apropiadamente los ojos aún.
— Pero ahora mismo estas pálido. — añade de repente. Aún recostado sobre Louis, es demasiada energia. Debe usar toda su voluntad para no cerrar los ojos otra vez. — Estaba viendo a Elio ayer en la cena, esta tan pálido. No creo que haya recuperado color desde que nos enfermamos. Necesitamos vitamina D.
— Uh, ¿okay? — bien, vitamina D, Louis llevo bioquímica en algún punto ¿de que era la vitamina D? El puede ir a la tienda... cierra los ojos. No, no. Si, tienda. Harry quiere vitamina D. — ¿Eso es... qué puedo hacer amor? ¿A donde voy?
— ¿A dónde vas? — se ríe poquito, Louis puede sentir la forma en la que su caja torácica vibra al hacerlo.— ¿Tienes planes para hoy?
— ¿Planes para hoy? — repite. Su mente aún tiene la bruma del sueño, incluso debe tallar con ambas manos su rostro pero no es suficiente. — Hazz, es la madrugada de un sábado. Mi único plan es estar con ustedes.
Louis abraza a Harry, lo envuelve por completo en brazos y piernas, aferrado como un koala, lo aprieta hasta que sus cuerpos colisionan y les da la vuelta. Se gira hasta hacer que Harry se recueste de nuevo apresado bajo el peso de Louis.
Harry suelta risitas en todo momento.
— Duerme otra vez cariño. — pide, buscando acurrucarse en el. Frotando su mejilla hasta perderse de nuevo en el sueño. — Duerme conmigo.
— Hay que salir — dice, emocionado. Louis no cree que vuelva a dormir pronto. — Vamos a la playa, que nos de el sol, será bueno para nuestro sistema inmune.
— ¿Quieres ir a la playa? — responde, comenzando a besar su cuello con ternura, su lindo novio parece derretirse con cada beso que recibe. Louis amaría poder ver su rostro, pero no puede hacer ambas cosas al mismo tiempo. — Iremos a la playa. Puedo organizarlo, solo déjame...
— Yo lo haré. — dice, se da la vuelta para ver de frente a Louis. En el silencio de la habitación solo se escucha la forma en la que las sábanas se arrastran con sus movimientos. Harry comienza a acariciar la mejilla de Louis con su mirada de te amo. — Déjame organizar la cita ¿si? Hacer algo lindo por ustedes.
— Ya haces un montón de cosas lindas para nosotros todos los días, amor. — Louis besa su frente, ambos enredan sus piernas en un intento de quedar un poco más cerca.
— Aún así, quiero hacer esto. Consentir a mi novio. — Louis, irremediablemente, sonríe. Sus labios se aprietan y se acerca un poco más a Harry.
Entierra su rostro justo entre el cuello y el hombro de Harry, hace una caricia con su nariz y usa todos los segundos que tiene para inhalar la fragancia que despriende. Le gusta tanto, lo ama tanto.
Este hombre que tiene entre sus brazos y Louis puede enterrar la cabeza cerca de su pecho. Solo para sentirlo.
Joder– esta tan obsesionado con su novio. Su novio. Harry es su novio.
— Dilo otra vez — pide, su voz suena amortiguada contra la piel del rizado, y este comienza a acariciar en círculos la espalda de Louis.
— Quiero consentir a mi novio. — repite. — Y como quiero consentir a mi guapísimo novio y a mi precioso hijo, iremos a playa hoy.
— Mmm, ¿una hora de sueño más? — pregunta. Si Harry quiere irse ahora, que va, es un hombre débil y con prioridades claras, el va a ponerse de pie y conducir a la jodida playa. Pero realmente quiere volver a dormir en este momento. Es imposible no sentir sueño cuando tiene el calor de Harry para arroparlo.
— Una hora de sueño más. — el coincide. Louis aún no se separa de su piel.
— ¿Puedo dormir en tus tetas? — Harry suelta una carcajada, sintiendo como el rostro de Louis cae poco a poco de su cuello hasta su pecho. Aún con la pijama encima, es agradable. Tan agradable.
— ¿Siempre eres así de impertinente en la mañana, cielo?
— Me dijiste cielo — Louis casi llora. Repartiendo besitos contra su piel de nuevo. — Es el primer apodo cariñoso que me das.
— Oh, no... no me había dado cuenta. Se me salio decirlo, lo siento.
— ¡No! Esta bien, me encanta, Hazz. Tu puedes llamarme como quieras, no tienes que pedir perdón, solo me emocione un poco. — hace una pausa. Un fuerte te amo queriendo salir de su pecho. A la mierda, el va a decirlo. ¿Puede decirlo, verdad? — Tal vez si soy un poco impertinente cuando no he dormido mis horas completas.
— ¿Así que son cosas que piensas, constantemente? — pregunta, no obedece decir si esta divertido o enojado. — ¿En mis tetas?
— Tal vez, pienso muchas cosas. Ninguna tan importante como lo mucho que te amo, bebe.
— Bueno saber que me quieres más a mi que a mis tetas. — se burla.
— ¡Hey! Uno viene con el otro. — se ríe, recibe un pequeño golpesito en la espalda por su impertinencia. — ¿Una hora, solo una hora?
— Una hora. — Louis finalmente saca su cabeza, para dejar un tenue beso sobre los labios de su chico y empezar a arrurrarse mutuamente con las caricias que ya son naturales entre ellos.
— ¿Lou?
— ¿Mhm?
— Te amo también.
Harry puede escuchar a Louis sonreír. Un poco de aire escapa de sus labios cuando se curvan intentando contener la sonrisa. Están tan cerca que incluso puede sentir su corazón dispararse en compañía del pulso propio.
— ¿Lou? — el vuelve a murmurar sobre su piel, un poco más dormido que despierto. — Ven aquí.
Harry guía su cabeza hasta que se entierra en su pecho. Louis baja las manos hasta su cintura apretandolo tan cerca como puede, hasta que su nariz se entierra justo en medio de sus pectorales y mueve la mejilla sobre la suave tela de su pijama hasta encontrar su posición para dormir.
Es tan sencillo, amar al otro.
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Harry lo dejo dormir más de una hora.
Estaba tan cansado por una larga semana en el hospital, que se siente un poco mal por no haberse dado cuenta del momento en que Harry se deslizó de entre sus brazos para ir a preparar todas las cosas para su cita en la playa.
Cuando Louis finalmente abre los ojos, es recibido por la agradable vista de Harry usando una larga falda de cuadros y una camiseta rosada con un estampado de oso enojado. Ha rebajado su barba y usa una pinza justo a mitad de su cabeza para sostener el cabello que suele caer en sus laterales.
Es un reflejo, para ser honesto, Louis no cree que alguna vez pueda ver a Harry y no sonreír.
— No me despertaste, cariño. — dice en cuanto baja las escaleras. Harry apenas le da una mirada para seguir empacando el resto de las cosas. — Pude haberte ayudado. ¿Puedo hacer algo por aquí?
— Quería que durmieras un poco más, se que con tus evaluaciones finales, la certificación y el hospital ha sido demasiado. — le dice, apenas se acerca se dan un beso de buenos días y Harry se queda peinando los cabellos rebeldes que despertar trae para Louis. — Ya casi termino aquí. Solo debo subir las cosas al auto.
— Vale, eso lo puedo hacer. — sostiene su cintura, es natural como sus manos siempre aterrizan ahí. Esa falda solo hace que este mucho más marcada. — Te ves hermoso, amor, me encanta esta falda.
— ¿Si? — aun bajo el tacto de Louis, Harry se separa un poco para ver el movimiento que la tela tiene. — Quería algo fresco para el día.
— Me encanta. — Louis besa sus labios una vez más. — Voy a subir esto. ¿Tu auto o el mio?
— El mio, así podre poner alguna película para Elio en el camino.
— De acuerdo. Ya vuelvo. ¿Hay algo más que deba empacar?
— Nada — Harry sonríe, completamente satisfecho consigo mismo. — Me encargue de todo, y aquí esta tu té de la mañana. — el se estira para ofrecer un termo a la temperatura perfecta.
Louis no cree que alguna vez se canse de todo lo que el cuidado mutuo implica, son las pequeñas cosas. Siempre son las pequeñas cosas.
— Que hombre afortunado soy. — murmura para si, flotando por completo en la burbujeante sensación que Harry le provoca.
El sube las maletas en cosa de nada.
Vestirse también es bastante sencillo, considerando que no debe de tener mucha ropa encima. Solo un par de bermudas y camiseta blanca. Pero ¿despertar a Elio? Eso es una tarea más difícil.
Abre los ojos apenas un segundo para murmurar algo totalmente incomprensible y caer de nuevo sobre sus suaves almohadas. El viernes de frituras debió dejarlo completamente agotado pues no puede levantarlo.
Ni siquiera cuando murmura que están por ir a la playa.
La solución, por supuesto, es que Harry empaque todas sus cosas en una mochila mientras Louis lo carga entre sus brazos para recostarlo en el auto. Harry pone una almohada para viajes en su cuello y Louis abrocha su cinturón antes de envolverlo en una de sus cobijas. Seguridad primero.
Ellos llevan también a la señora coco, un miembro más de su familia que se rehúsa a despertar un sábado por la mañana.
— ¿Quieres que conduzca? — Louis pocas veces se ha subido a la camioneta de Harry, pero le gusta lo familiar que el auto luce.
Su novio deja un beso más en sus labios antes de que cierren la casa y se decidan a emprender su viaje. — Tal vez de regreso.
Louis siente pena por todas aquellas personas que no tienen a Harry en su vida. Pues el logra convertir un viaje en carretera hasta West Wittering en dos horas y media de completa comodidad.
Tiene el clima del auto perfectamente templado, una agradable y tranquila caricatura se reproduce en las pantallas para mantener a Elio arrullado, y puede que Louis se encuentre entretenido por los dibujos animados también. Harry y Louis pueden tararear una playlist que parece diseñada específicamente para ese viaje improvisado. Y en el momento en que Louis apenas menciona sentir algo de hambre, su chico solo señala la pequeña hielera conectada al auto donde tiene refrigerios de viaje.
Louis puede ver los años de experiencia de su maternidad. Y puede que se enamore solo un poquito más al notarlo.
Anhela esto que ahora posee. Quiere esto que tiene con Harry, con Elio. No comprende como puede desearlo tanto aún cuando es su presente.
Es como si no pudiera tener suficiente.
Cuando finalmente llegan a la costa, ellos alquilan una habitación en un pequeño hotel para pasar su fin de semana, descargan las cosas del auto y cuando Louis se dispone a cargar a Elio, parece que finalmente esta listo para despertar.
— ¿Louis? — pregunta tallando su ojo.
No puede tenerlos abiertos por mucho tiempo. — Hola.
— Hola, amor. ¿Ya quieres despertar o prefieres dormir un poco más?
Elio se abraza a Louis, y deja caer su cabeza en su cuello para dormitar un poco más, pero no cierra los ojos.
— ¿Dónde está mamá?
— Aquí, sol. — Harry aparece, acariciando el cabello de su niño, con un par de bolsos en cada brazo. — Buenos días. Estamos en la playa.
— ¿¡La playa?! — grita en el oído de Louis, aturdiendolo. Bueno, ahora todos están muy despiertos. Casi puede sentir la emoción del niño recorriendo como electricidad su cuerpo.
— Primero nos instalamos, tomamos el almuerzo y después vamos a jugar, ¿si? — Harry le explica, cerrando la puerta del auto con su cadera.
— ¡Si mami! — Elio grita de nuevo, tal vez con demasiada efusión. Pero esta bien, el no es el único emocionado.
Después de todo, es el primer viaje familiar de Louis también. No puede esperar a ver que trae el día para ellos.
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Después de tomar un desayuno en el restaurante del hotel, recorrer con emoción la habitación que rentaron y cambiarse todos por sus bañadores, ellos salieron a jugar en playa.
Dios bendiga a Harry por su tendencia a madrugar, ellos alcanzaron a tener un muy buen lugar en playa para montar su picnic y rentar una red de voleyball para jugar un rato. Aunque, Harry tiro su pelota un par de veces. — Lo siento, mi error. — diría apenas la pelota se resbala de sus manos. El de rodillas en la suave arena intentando juntarla.
Louis pronto comprende que este precioso hombre no es precisamente el ser más coordinado.
Apenas se cansaron de jugar con la pelota, tomaron un par de bebidas y sacaron un disco volador que sin duda les sacó muchísimas risas, sobre todo cuando la señora coco interceptó todos sus ataques.
Y pese a que el agua del océano es bastante fría, cumple a la perfección su función de refrescar cuando el sol llega a su punto máximo. Sin embargo, solo llegan a unos pocos metros después de la orilla, Elio aún esta aprendiendo a nadar y a ninguno le apetece exponerse mucho a las corrientes marinas.
Louis incluso tiene algunos problemas para decidir que parte del día se convierte en su favorita. Si sostener la barriga de Elio para intentar enseñarle a flotar en el mar, o cuando las olas revolcaron a ambos y Harry los regaño mientras les ayudaba a enjuagarse la arena.
Tal vez el momento en que finalmente vio a Harry salir del mar con olas detrás, su camisa con estampado pegada a su piel y cortos shorts amarillos que dejan ver el tatuaje en su pierna.
A media tarde, Harry desapareció unos pocos minutos para volver al hotel y regresar a la playa con un montón de bolsas de tela rebosantes de– Louis no sabe que– cosas.
Por supuesto que Harry armó un picnic. Él tiene la bonita canasta tejida y todo eso. Botella de un suave vino, flores en canasta y montón de bocadillos.
— ¡Ta-daa! — dice en cuanto termina de montarlo. Todo perfectamente acomodado en una enorme sábana sujeta para evitar que se llene de arena. Él abre sus brazos señalando su obra de arte y tiene una sonrisa que hace que Louis desee apretar sus mejillas. — ¡Está es mi cita!
— Creí que todo el día aquí era nuestra cita amor. — Louis le responde. — ¿Trajiste todo esto desde casa?
— ¡Lo hice! Uhm... ¿si te gusta?
— ¿Bromeas? ¡Nunca había tenido un picnic en la playa! Eres increíble, cariño. — Louis le sonríe. No puede contenerse y se lanza hasta para el para sostenerlo de la cintura, abrazarlo fuerte y elevarlo unos pocos centímetros para hacerlo reír. El ama tanto el sonido de su risa. — Me encanta.
Apenas lo baja se encarga de frotar ambas narices en un pequeño cariñito.
— Ven aquí, amor, es hora de tu re-aplicación de protector solar. — Harry dice apenas se separan. Elio, como el niño obediente que es, se aleja de la orilla donde juega con la arena, y corre con la señora coco dejando sus huellas impresas.
— ¡Oh! ¡Los picnics de mamá son los mejores! — dice en cuanto ve lo que ha montado. El cierra sus ojos y aprieta su nariz en cuanto la blanca e incomoda crema es esparcida por las manos de su madre. También le reaplica en todos sus hombros y espalda. — Mami, en realidad, sigo lleno del almuerzo. ¿Puedo tomar un mini sándwich y volver a jugar? — pregunta mientras Harry lo pone en sus piernas también. — Estoy buscando conchitas con la señora coco.
— ¿Seguro que no quieres nada más cariño?
— Tal vez un coco, realmente quiero un coco. — suelta al aire. Louis que hasta ese momento solo veía con una sonrisa como Harry le aplica el bloqueador solar, se pone de pie para agitar su ya revuelto por las olas, cabello.
— En camino, amor. ¿Quieres la bolsita o quieres tu fruta y tu bebida en la cáscara?
— ¿Puedo tener todo el coco? — pregunta con un poco de asombro.
— ¡Por supuesto! Solo si prometes no dejar basura.
Elio se ríe antes las palabras de Louis. — Eso es obvio, Louis.
— De acuerdo, de acuerdo. Me olvide de que hablo con el niño más inteligente del planeta. — el usa su pulgar para esparcir un poco más del protector en su rostro, desapareciendo el acumulo blanco de su nariz. — Ya vuelvo.
Louis corre para alcanzar al señor de los cocos.
— Es un lindo picnic, mami. — comenta. — Me gusta que hayamos venido a la playa.
— Creí que nos hacia falta un poco de sol, ya sabes, después del bicho que tuvimos. — él termina de aplicarlo en sus brazos. — Todo listo, amor. ¿Te estas divirtiendo?
— ¡Muchísimo! Realmente disfruto de estar aquí con los dos.
— Escucha, sol, se que Louis ha estado mucho tiempo cerca de nosotros últimamente. Y yo solo quiero asegurarme de que todo está bien contigo.
— Mamá, soy feliz. ¿Tú estas feliz?
— Si.
— Entonces todos felices. Me gusta que Louis este aquí, ¡yo lo conocí primero, mamá! Y me gusta que te haga feliz también.
— Eres el niño más dulce de la existencia. — Harry se toma un momento para abrazar a su niño. El momento se transforma en minutos pero no le apetece soltarlo. — Te amo mucho, sol.
— Te amo más, mami. Disfruta tu picnic con Louis, ¿si? Yo te traeré conchitas bonitas.
— Revisa que sean conchas vacías. Si están cerradas aún hay un animalito viviendo ahí, puedes admirarlas y conversar con ellas pero asegúrate de regresarlas con cuidado a su hogar, ¿está bien?
— Lo haré mami. — su abrazo se rompe. — ¿Mamá?
— ¿Si, amor?
— ¿Tu crees que Louis se quede para siempre?
La pregunta lo toma desprevenido, creando un surco en su pecho.
— No lo se amor, yo espero que si.
— ¿Qué sea familia? ¿Porque es más que solo sangre?
Entonces ambos ven a Louis correr de regreso. Lleva una sonrisa que parece permanente en el rostro, su cabello se eleva por correr en dirección opuesta al aire, lentes de sol oscuros sobre sus ojos y ambas manos sosteniendo el coco de Elio.
Ambos sonríen al verlo.
Creo que ya lo es. Harry piensa, no llega a responder
— Aquí, ten cuidado porque es un poco pesado. — Elio recibe su coco y deja un corto besito en la mejilla de Louis como agradecimiento, antes de tomar su sándwich y regresar a la orilla en compañía de la señora coco.
Elio se divierte muchísimo haciendo bromas sobre su fruta y su mascota. Aunque su beagle en realidad no entienda el origen de su nombre.
— Ahora estoy listo para este picnic, amor.
— Ah, ah, ah. — Harry niega. — Ya estas rojo, momento de bloqueador para ti también.
— Si quieres verme sin camisa puedes decirlo, cariño. — Louis se burla, pero aunque de hecho, se sienta en la manta y se quita la playera aún húmeda para que Harry aplique protector en su espalda, nada más sucede.
Es solo el cuidadoso tacto de Harry.
— ¿Te aplico también? — pregunta al terminar.
— Por favor. — Harry se da vuelta, pero a diferencia de Louis no saca su camisa. Solo se inclina para levantarla en la espalda sin mostrar otros tramos de su piel. Louis disfruta observar la manera en la que su piel reacciona cuando lo toca. — No estoy realmente cómodo quitándome la camisa. — explica tras unos segundos.
— No tienes que justificar nada, amor. ¿Es por algo que he dicho? ¿Por lo que dije en la mañana...? Yo– estaba jugando, en realidad.
— ¡No! — se apresura a corregir. — Estoy cómodo contigo, en todo sentido. A veces estoy tan cómodo que me asusta un poco. Y — el calor llega hasta las mejillas de Harry, aún si Louis no lo ve. — me gusta que digas cosas así, de vez en cuando, me hace sentir deseado por ti. Solo no estoy listo. No ha existido nadie en mi vida desde... bueno, lo obvio. Y incluso eso, no fue malo– solo ser dejado así...
— Hey — Louis hace una pausa. Deja de tocarlo en su espalda para pensar un segundo bien sus palabras. — Yo entiendo. Lo hago. Y Hazz, te deseo todos los días, cada día. Despierto anhelando por ti y cuando voy a dormir estás en mis sueños. Ni siquiera tienes que preocuparte por eso– porque te amo. ¿Si? Y amo lo íntimos que somos, nada de eso incluye algo remotamente sexual.
Louis baja su camisa y besa su hombro. — ¿Podemos acurrucarnos aquí y comer bocadillos?
— Amor, has definido mi cita perfecta.
Se alimentan mutuamente de las uvas, quesos y fresas que Harry preparo en una tabla. Beben de sus copas de plástico y se ríen entre tragos para volver a acariciarse y peinarse cada tanto tras los estragos que la brisa marina provoca en sus peinados. Mientras observan a Elio y lo cuidan a distancia, sentado en la orilla jugando con la espuma en sus pies hablando con todos los pequeños animales que encuentra.
Harry lo ve, lo mucho que ha crecido y no cree estar listo para que su pensamiento mágico desaparezca así que estos momentos lo son todo; no sabe cuantos más de ellos tendran.
Cuando mira a Louis recostado a su lado, lo descubre mirando a Elio también con un gesto en el rostro bastante similar al de él. Curva sus labios solo un poco, antes de regresar a acariciar el pecho de Louis, delineando con los dedos el borde de sus tatuajes, sintiendo el tenue borde donde inicia la tinta.
— Me gusta esta parte, parece un sketchbook. — dice en cuanto llega a su brazo.
— Era ese niño que dibujaba sobre sus libros hasta cubrir el texto por completo, cuando descubri que podía hacerlo en mi piel también fue solo consecuente. — rie conforme cuenta la anécdota, pero cierra los ojos disfrutando de las caricias que Harry le da.
— ¡Tienes una brújula! — se sorprende al bajar un poco más, pasa sus dedos por todo el dibujo. — Yo tengo un barco.
— ¿Lo ves, bebé? Creo que has sido mi otra mitad todo este tiempo. — Apenas lo dice Harry se encuentra besando sus labios, y luego otra vez.
Se siente tan bien, solo estar acurrucado repartiendo besos porque puede y quiere hacerlo, a plena luz del día en una playa familiar.
— ¿Siempre eres así de romántico? — pregunta antes de otro beso. Aún con sus labios presionados juntos, puede sentir a Louis sonreír.
— Solo contigo, amor. — un beso más. Entonces Harry sigue con su labor de explorar los tatuajes de Louis. En algún punto llega a su tic tac toe, el color rojo es mucho más vivo en ese que en otros.
— Este luce bastante bien. ¿Cómo has mantenido el color?
— ¿Que? — Louis abre los ojos para mirar lo que Harry señala. — Oh, es por que es nuevo. Elio jugo ahí con un marcador y quise conservar sus x's.
— ¿Te tatuaste algo que Elio dibujo? — se separa un poco, sostiene el peso de su cuerpo con sus antebrazos sobre la sábana. — ¿Cuando fue eso?
— Uhm, tal vez la semana después del desayuno en su escuela. — antes, en realidad. Le apena un poco confesarlo, que lo extrañaba tanto y sus deseos por mantener ese recuerdo intacto fueron tan grandes que apenas salió de su casa ese sábado, y terminó con sus pendientes en el hospital, fue con su tatuador local.
— ¿Por qué...?
— ¿¡Dónde mierda están los padres de este niño?! — un hombre grita, interrumpiendo su conversación, el resto de las familias se quedan en silencio. El tenue bullicio de fondo desaparece por completo, quejando sólo el oleaje.
Es inmediato como ambos se giran, y toma menos de una fracción de segundo hasta que ambos están corriendo a la orilla. Harry siente el corazón bombear en sus oídos.
Es Elio. El niño del que está hablando es Elio.
El hombre, que tal vez no puede pasar de los cuarenta, sostiene detrás de su pierna a un niño de tal vez 10 u 11 años, y llora fuerte mientras se abraza al bañador de su papá.
Elio aún esta en la arena, abrazando fuerte a la señora coco y su balde de conchitas derramado en la arena mientras las olas comienzan a llevarse su colección.
Harry ni siquiera piensa en el hombre o el otro niño, el corre directo a su hijo.
Se arrodilla en la arena y comienza con una rápida inspección, esta asustado, lo sabe, tiene lágrimas en sus ojos que lucha por contener y la señora coco tiembla contenida en sus brazos.
— ¿Qué paso? ¿Estás bien? ¿Alguien te hizo daño? — Harry lo abraza de inmediato, y apenas se encuentra entre sus brazos su llanto se suelta.
Harry solo se queda ahi, en la arena, consolando a su niño. El resto del mundo queda en espera.
Pero para Louis sigue girando.
— Le estabas gritando. — afirma hacia el hombre. Ni siquiera lo piensa cuando da un paso al frente, bloqueado lo que sea que esté hombre estaba haciendo, interponiendose entre él y Harry y su niño.
— No es mi culpa que sea tan sensible. Apenas dije una palabra y comenzó a llorar. — suelta al aire. Louis inhala intentando contener el coraje que se extiende en todo su cuerpo, pero el sollozo detrás de él haciéndose más fuerte lo desconcentra. — No hice nada.
Es un jodido martilleo que calienta su sangre.
— Le estabas gritando. — afirma de nuevo. Esta vez, mas pausado, mas fuerte. Por una mierda, el sabe de esto. Es su trabajo. Sabe como se ve cuando a un niño le levantan la voz. — ¿Qué tienes en la cabeza que crees que puedes levantarle la voz a un niño? ¿Eh? ¿Cuando ni su madre ni yo lo hacemos? Tienes que ser un maldito adulto, y decirle a mi niño que sientes haberle gritado.
El hombre se ríe, como si disculparse con un niño fuese la cosa más ridícula que escucho alguna vez.
— ¿Quieres hablar de adultos? — el hombre se cruza de brazos. — Bien. Tráeme a un puto adulto, porque no estoy hablando con un niño como tu. Trae al padre del niño para que pueda decirle como criar a su hijo.
— Yo soy su padre y tu no estas diciéndome una mierda. — da un paso al frente, y sabe que esta armando un escándalo, sabe que la gente en la playa los observa pero sencillamente no le importa.
— ¡El golpeó a mi hijo!
Louis se ríe, y Harry hace el intento de ponerse de pie porque no hay forma de que Elio haya..
— Eso es tan fal...
— Lo hice. — confiesa bajito. Aferrándose a su madre aún sin estar listo para que se separe de él.
Tanto Louis como Harry se giran sorprendidos hacia él. Bueno, mierda. Entonces él tuvo una razón, piensa.
— ¿Cariño, que sucedió? — Harry pregunta suavemente, acariciando su mejilla para calmarlo.
— ¡Sucedió que este niño es un jodido malcriado que golpeó a mi hijo solo porque si!
— No estamos hablando contigo. — Louis se gira hacia Harry y Elio, ignorando por completo al hombre que sigue diciendo cosas y narrando como sucedió el incidente.
— El se acercó a jugar con mis conchitas, le dije que podíamos juntarlas juntos pero que estas eran para ti mami. Entonces empezó a jalar mi cubeta, y yo se que no tuve que hacerlo, mami, pero jale la cubeta de nuevo hacia mi y cuando todas cayeron al agua empezó a molestar a la señora coco jalando su cola y sus orejas. A ella no le gusta que le toquen la cola. Y yo intente– yo intente decirle que la soltara. Pero la estaba lastimando y.... puse mi puño en su nariz.
— Oh dios. — escucha a Harry murmurar.
— Claramente no le enseñaron a compartir.
— ¿Acaso no lo escuchaste? El podía compartir su juego. El solo se defendió cuando fue agredido con tu hijo.
— ¡Debió haberle dado su balde! ¡Mi niño es más pequeño!
— ¡El no tiene porque compartir sus cosas con nadie si no quiere! — finalmente estalla, elevando la voz también. — Y ni tu ni tu hijo tienen derecho a tomar las cosas de otras personas. Si tanto quiere un balde, comprale uno amigo. Ahora, Elio va a pedir disculpas por haberlo golpeado si tu y tu hijo piden disculpas por haberlo agredido. Y todos felices.
— ¡No vamos a pedirle disculpas a nadie!
Su disputa continua, escalando cada vez más y más y Harry puede ver a la seguridad de la playa acercarse lentamente. Su corazón late rápido y la presión en su cabeza niebla un poco su pensamiento, pero si a este hombre no le importa discutir frente a su hijo es su problema, no el de Harry. — Cariño, ¿puedes ir a nuestro punto? Junta tus cosas y lleva a la señora coco contigo.
— ¿Estoy en problemas?
— Hablamos en el cuarto. Ahora solo quiero que estés a salvo. Louis y yo arreglamos esto, ¿si, sol? — limpia un par de lagrimas rebeldes y besa la cabeza de su hijo antes de mandarlo lejos del conflicto y los gritos.
Entonces se pone de pie. Acercándose hasta Louis, algunas de sus palabras suenan como eco en su cabeza. Son demasiadas cosas.
Toma su muñeca. — Lou tal vez deberíamos irnos.
— Si, váyanse. — el hombre da otro paso, empujando a Louis cuando lo hace. — Huye como el cobarde que eres, vaya padre eres, eh, con razón el niño...
— ¿Esta es la manera en la que quieres enseñarle a tu hijo que se resuelve un conflicto? ¡Bien! Pero te diré una cosa, ¿me llamaste niño? Excelente, no seré yo quien piensa esta pelea, pero no puedo decir lo mismo de tus rodillas o tu espalda, tu asquerosa mierda.
Y Harry cierra los ojos. Creyendo que un impacto está listo para ser lanzado. Nunca vio a Louis se esta manera como si estuviera listo a atravesar el fuego.
Entonces, un grito más. Esta vez de Elio.
Ha caído en la arena y llora sosteniendo su pie. Gritos de completo terror.
— ¡Papá!
Ahora, ese es el momento donde nada más importa.
El semblante de Louis cae por completo y todo se detiene. En otro tiempo tal vez, nunca escapo de una pelea pero ahora sus prioridades son diferentes.
Él tiene un hijo ahora.
Y Elio esta llamando por él.
No debe pensarlo dos veces, y corre hasta donde su niño se encuentra.
— ¡Me duele! — llora, un cangrejo aferrado a la delgada piel de su tobillo. Elio intenta sacudir su pie pero el animal no cede apretando más fuerte y rasgando su piel. — Quitalo, quitalo. Papá, por favor.
— Está bien amor. — Louis nunca se vio en la necesidad de arrancar un cangrejo de la piel de alguien antes, pero cuando lo consigue sin hacerlo sangrar lo toma un éxito lanzando al animalito lejos de ellos. — Ya está. Ya terminó todo. Se fue. Estas bien, Eli. — le asegura. Lo toma entre sus brazos para cargarlo y llevarlo al hotel.
Ya podrá revisar su pie dentro y atenderlo como debe. Pero ahora mismo necesita estar tranquilo.
— Estás bien, sol. Papá está aquí contigo.
Es solo cuando están dentro de la habitación. Elio sentado en la encimera de la cocina con Louis limpiando su herida, que el mayor se percata de como Harry entra cargando todas las cosas de playa.
Luce tan consternado. Sus labios abiertos, rojos de morderlos y lágrimas en sus ojos.
— Él esta bien, solo un curita y sanara en unos días. — intenta explicar, pero no es eso lo que a Harry le abruma.
— Lo llamaste papá. — dice. Es bajito, apenas un murmuro como si temiera pronunciarlo.
Louis no se da cuenta de la secuencia de eventos hasta que Harry lo menciona. Solo lo hace mucho más real.
Elio lo llamó papá.
— Mami, yo...
— Y tú– tú le dijiste a ese hombre que era tu hijo. Lo defendiste y lo llamaste tu hijo. — Las lágrimas de Harry caen, Harry no les permite ser. Apenas se derraman se encuentra apartandolas con sus manos.
— ¿Es... uhm, muy pronto? ¿Te molestó? Yo, lo siento, tal vez tuve que...
— ¿Muy pronto? ¿Estas preguntándome eso ahora mismo? — sus palabras tiemblan al hablar. — Yo– después de que... — suspira. Louis comienza a temblar también. — ¿Es muy pronto?
— Tal vez, pero lo que siento no se siente como pronto.
— ¿Quieres esto?
— Sabes que si, bebé. ¿Lo quieres tú?
— Si
— Yo... no entiendo. — Elio los mira confundido. Lagrimas secas en su mejilla. — ¿Están discutiendo? ¿Es porque te llame papá, Lou? Lo siento– se me salió y no quería asustarte.
— Oh, no amor. No, nada de eso. — Louis se sienta junto a él en la encimera. Mira a Harry una ultima vez, solo para confirmar que están en la misma página.
— Entonces, uhm — Elio mira a su madre y después a Louis que esta abrazándolo. — ¿no estuvo mal que te dijera así?
— No, sol. No esta mal, tu puedes llamarme como quieras Eli, y si quieres decirme papá esta perfecto, amor, porque soy tu papá.
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nota. probablemente el capitulo más largo y más importante para la historia. ojalá se haya podido reflejar eso. ♡ y les haya gustado.
¿que tal? dejen reporte de su estado mental después de leer.
gracias enormes a mindidihtv por ayudarme con esta idea, este capítulo es para ti.
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