𝟎𝟑: 𝐢𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚, 𝐇𝐞𝐞𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠.
—Te ves horrible, hombre —Yeonjun había dicho burlesco apenas abrió la puerta de su departamento.
Heeseung le envió una mirada de muerte antes de empujarle con su hombro para hacerle a un lado, entrando como si fuese su propia casa.
Caminando por los pasillos con las manos escondidas en los bolsillos de su enorme sudadera escuchándole cerrar la puerta y sus pasos seguirle.
Al llegar al salón principal se detuvo a penas vio el desastre que había; los cojines del sofá tirados por el suelo, la televisión encendida, una caja de pizza vacía llena de salsa y migajas, y lo mejor de todo: aquel sostén azul bebé tirado sobre el televisor.
—Woah, mely y tú tuvieron una noche loca —se burló mirándole de manera sugerente mientras se detenía frente al sofá— ¿Follaron aquí?
—Bueno...
—Sólo dime dónde no sentarme —le miró con una ceja alzada caminando hacia el sofá individual sentándose sin dejar de mirarle.
Yeonjun sonrió apenado apuntando el sofá individual con las mejillas coloreándose de a poco, Heeseung entendió de inmediato y se levantó de un salto soltando un quejido asqueado.
—¿Dónde sí puedo sentarme?
—Bueno... —miró el salón entero antes de sonreír con inocencia—Aquí no.
Heeseung formó una mueca con sus labios.
—Maldito bastardo asqueroso —golpeó su brazo burlesco—Sí que se divirtieron anoche.
Yeonjun estaba por responder, pero una dulce y cálida voz femenina venir desde la cocina les interrumpió.
Pues una chica entraba al salón principal con un plato lleno de galletas recién horneadas, deteniéndose al ver a los dos muchachos mirándoles con las cejas alzadas.
La chica frunció el ceño y bajó la mirada hacia su cuerpo, notando que sólo se encontraba con una enorme camiseta de Yeonjun cubriendo apenas sus muslos.
—Yo... No tengo ninguna excusa —había dicho encogiéndose de hombros y caminando despreocupada para dejar las galletas en la mesita de centro, acercándose para abrazar a su novio y dejando un besito en su mentón antes de mirar a Heeseung— Hola Heeseung.
—Heeseung oppa —corrigió agachándose para tomar una galleta y llevarla a su boca.
—Podrás ser mi oppa, pero sabes que no te diré así.
—Mocowsa irrewspetuwsa —pronunció con la boca llena.
Yeonjun rió en voz baja dejando un beso en la frente de la chica, para dar un paso al frente y cubrirla con su cuerpo, mirando a Heeseung con una pequeña sonrisa.
La chica abrazó su torso por detrás y se asomó por su hombro un poco para mirar a Heeseung, teniendo que ponerse de puntitas y estirarse todo lo que podía para lograr verle.
Pues era considerablemente más baja.
—Oye bonita, ve a vestirte ¿sí? —le dijo dulcemente a lo que la chica asintió para darse vuelta y caminar a pasos rápidos perdiéndose en la primera habitación del pasillo.
Heeseung le miró irse antes de regresar a Yeonjun, quien miraba el mismo camino por donde se había ido mordiéndose el labio inferior.
—Enfermo —golpeó su pecho sacándole un respingo sorprendido— le mirabas las piernas conmigo aquí.
Yeonjun se encogió sonrojándose avergonzado.
—Entonces... Déjame ver si entiendo —Yeonjun cruzó los brazos sobre la mesa de la cocina mirándole con los ojos achicados—Jay-ah te ha dejado caliente dos veces y en esas dos veces ha cortado el rollo en pleno toqueteo.
Heeseung asintió sin prestarle mucha atención, demasiado concentrado en comer las deliciosas galletas con chispas de chocolate que la novia de Yeonjun había preparado.
Joder, la chica era realmente una diosa de la cocina.
—Y luego rechazó tu oferta...
—Sí... Joder, ¿cómo le hace esa mocosa para que sus galletas queden tan malditamente ricas? —cuestionó con la boca llena levantando una galleta frente al rostro de Yeonjun—¡Son la gloria!
Yeonjun rodó los ojos quitándole la galleta para llevarla a su boca, sonriendo bobamente ante el delicioso y crujiente sabor.
—Mi bebita es buena haciendo galletas, ¿qué puedo decirte? Me saqué la lotería.
—Sí, te envidio maldito bastardo —achicó sus ojos hacia él haciéndole reír con fuerza.
La puerta de la cocina fue abierta por la protagonista de su conversación, quien alzó ambas manos en son de paz caminando rápidamente hacia la nevera, agachándose para abrirla y sacar un plato con una rebanada de pizza, cerrarla y volviéndose con la intención de salir de la cocina, eso hasta que Heeseung le interrumpió a medio camino.
—Mely~ mi mocosa favorita~ ven aquí~ —la chica se giró lento, mirándole con los ojos achicados en desconfianza—. Eish, sólo ven.
Miró a Yeonjun como si estuviese pidiendo permiso, a lo que asintió con una sonrisa tranquila.
El chico caminó hasta sentarse junto a Heeseung dejando el plato en la mesa comenzando a comer tranquilamente.
—mely, ¿tú querrías follar conmigo?
La susodicha se atragantó comenzando a toser mientras Yeonjun le daba palmaditas en la espalda, fulminando a Heeseung con sus ojos.
—¿E-eh?
—No literalmente, obviamente. Sabes que soy gay —encogió los hombros—. Digo que si tú fueses hombre, ¿te gustaría follar conmigo?
Pareció pensarlo cuidadosamente, estirando una mano para tomar el vaso con agua de Yeonjun tomando un largo sorbo, aclarando su garganta y mirando directamente los ojos de Heeseung antes de decir:
—Follaría contigo si fuese hombre—cruzando los brazos sobre la mesa— aunque yo sería el de arriba.
Heeseung frunció rodando los ojos.
—¿Por qué serías el de arriba?
—Es que mira tus piernas Heeseung, ¡tan delicadas y bonitas! Hasta yo te tengo envidia, ¡incluso me dan ganas de marcarlas!
—Hey —Yeonjun reclamó celosamente, haciendo un pequeño puchero.
Melyssa le miró con una sonrisa dulce, aplastando sus mejillas y dejando un rápido beso en sus labios que le hizo sonreír como estúpido.
—Lo siento Yonnie, pero Heeseung tiene bonitas piernas. Incluso tú me lo has dicho.
—¿Me has visto las piernas, asqueroso de mierda?
La chica rió con ganas al ver el rostro de su novio enrojecer ante la acusación.
No era mentira, pues Yeonjun aceptaba mirarle una que otra vez discretamente.
Pero, ¿quién no miraría esas delicadas piernas suaves a simple vista?
Jay tenía tanta suerte de tenerlas a la vista las veinticuatro horas del día, teniendo el privilegio de tocarlas cuando se le diera la gana.
—De todas maneras, ¿a qué se debe la pregunta?
—Jay quiere follarme el culo, ¿puedes creerlo? ¡Ese enano quiere hacerse de activo! —levantó una nueva galleta sacudiéndola con ojos enorme antes de morderla como si tuviese la culpa de todo— Perow mew rewhúso a dejawrle sewrlo, nadiew tocaw estew cuwlo.
—Pero anoche se lo habías ofrecido...
—¡Porque estaba caliente! —cerró los ojos con fuerza sacudiendo sus dedos para quitar las migajas—Y quería sexo, fue una medida desesperada.
—¿Y sí lo dejarías follarte? —la chica preguntó curiosa comiendo de la pizza.
Heeseung soltó un suspiro pesado, abultando ligeramente los labios y frunciendo el ceño.
Lo pensó durante un largo, muy largo rato donde negó lentamente sin siquiera mirarles.
—Oh vamos, sólo imagina, Heeseung... —Yeonjun se inclinó un poco para empezar a murmurar: —Jay besando tu cuello, creando chupetones mientras acaricia tus piernas... Metiendo sus dedos en tu interior para prepararte, pegándote a la pared comenzando a embestirte con fuerza y sin piedad...
—A Jay le gusta jugar rudo, así que posiblemente te haga gritar y enterrar tus uñas en su espalda...
—Tú pidiendo por más, gimiendo alto mientras sus gruesos labios toman tus tetillas y empiezan a jugar con ellas...
—Y sus manos tomando tu miembro masturbándote al ritmo de las fuertes embestidas...
—Él como un lobo salvaje ~
—Y tú un indefenso gatito ~
—Ambos gimiendo con fuerza al haberse venido, él en tu interior...
—Y tú sintiendo su caliente esencia llenándote y bajando por tus nalgas, escurriendo por tus delicadas pier-
—¡Ya, entendí, entendí! —les calló levantándose de golpe, sintiendo la temperatura de su cuerpo subir de inmediato al haberse imaginado todo eso—. ¿Me prestan su baño?
—En el pasillo a la izquierda —hablaron al unísono apuntando al mismo tiempo la misma dirección.
Heeseung no perdió tiempo y se apresuró a llegar, encerrándose para bajar la dolorosa erección que el imaginar a Jay follando su culo había provocado.
Santa mierda.
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