.𖥔 ݁ ˖ 𝟭𝟵 - under her control
───── chapter 19 ─────
BAJO SU CONTROL
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EL DOLOR DE CABEZA HABÍA SIDO UN COMPAÑERO
constante durante toda la noche, un recordatorio punzante de los eventos que no podía dejar de revivir. Era raro, molesto, pero sobre todo doloroso. << ¿Por qué intenté besarla? >>, pensó mientras se sentaba al borde de la cama, sus dedos masajeando las sienes en busca de alivio. El arrepentimiento se le pegaba al cuerpo como una sombra imposible de sacudir. Se sentía como un tonto.
Jud le gustaba. No, más que eso: estaba enamorado de ella. Por semanas había creído que Jud sentía lo mismo. Había interpretado cada mirada, cada palabra entre líneas, como señales que confirmaban su esperanza. Pero ahora, todo parecía un espejismo.
Era la tercera vez que intentaba levantarse de la cama, pero cada vez que lo hacía, su espalda parecía rendirse, regresando al refugio de las sábanas suaves. Era como si intentara borrar el recuerdo de anoche con la fricción contra el colchón. Pero no podía. Esa imagen seguía ahí, grabada en su mente: Jud alejándose de él después de su torpe intento de besarla.
—Soy un idiota... —murmuró, con la mirada fija en el techo. Sus pies apenas tocaban el suelo, como si ni siquiera tuviera energía para sostenerse por completo.
El golpe en la puerta lo sacó de su ensimismamiento, un sonido seco que retumbó en sus oídos como si alguien hubiera amplificado el eco. Frunció el ceño, sintiendo el peso de cada paso al arrastrar los pies hacia la entrada.
<< ¿Quién demonios es ahora? >>
Tomó aire antes de abrir la puerta, como si prepararse mentalmente le ayudara a lidiar con lo que sea que estuviera del otro lado.
—¿Qué quieres? —preguntó al ver a Zara, quien lo miraba con su típica sonrisa inocente, esa que siempre escondía intenciones menos amables.
—Ah, alguien se levantó de mal humor. —Zara levantó una ceja, como si disfrutara del desgano de Axel.
—No, de hecho estaba feliz hasta que te apareciste en mi puerta. —El sarcasmo goteaba en su voz, pero Zara no parecía intimidada. Simplemente sonrió de forma exagerada y entró a la habitación sin esperar invitación. —Sí, claro, adelante. —murmuró Axel, cerrando la puerta con un suspiro.
—¡Acabo de pasar la mejor noche de mi vida! —exclamó Zara mientras se sentaba en la cama de Axel con una expresión triunfante.
Él cruzó los brazos, apoyándose contra la pared mientras trataba de fingir interés. Solo quería que se fuera.
—¿Robby, recuerdas? —continuó Zara con emoción.
Axel asintió con un gesto distraído, pero su mente ya había abandonado la conversación. Volvió a vagar hacia Jud y esa noche que no podía olvidar.
—Pues anoche nos acostamos y...
—¡Sin detalles! Entendí. —Axel levantó una mano, interrumpiéndola antes de que continuara.
—Bien, pues eso es todo. —Zara cruzó las piernas, claramente disfrutando de su relato.
—¿Viniste a interrumpir mi tan tranquila soledad solo para contarme que estuviste con ese tipo? —preguntó Axel con una mueca, sintiendo cómo el mal humor regresaba.
—Sí. Bueno, también porque Tory y Jud me vieron con él esta mañana. Hubieras visto la cara de la rubia.
Axel tensó la mandíbula al escuchar el nombre de Jud. Era como si cada mención de ella lo golpeara en el estómago, recordándole su torpeza.
—¿Qué? —Zara frunció el ceño al notar su expresión.
—Nada. —Axel trató de sonreír, pero falló miserablemente. —Solo... ¿Qué ganas con eso? ¿Te gusta siquiera?
—Es lindo. —Zara se encogió de hombros, como si hablara de algo sin importancia. —Pero hay muchos como él en los demás dojos. —Se levantó, pero luego le lanzó una mirada astuta. —Aunque, al parecer, Jud no fue suficiente para ti.
Axel sintió una punzada en el pecho por sus palabras.
—Jud es la chica más hermosa, divertida y excepcional que he conocido. —Las palabras salieron antes de que pudiera detenerse, cargadas de honestidad. Bajó la mirada, sintiendo que la confesión lo hacía más vulnerable. —Fui yo el idiota que trató de besarla.
Zara abrió los ojos con sorpresa, sin saber qué decir por un momento.
—¿No quiso? —preguntó finalmente, levantando una ceja con curiosidad.
Axel negó con la cabeza, apoyándose contra la pared como si la conversación lo hubiera agotado aún más.
—Fue mi culpa. Creí que era mutuo. Y no quiero hablar de eso, vete. —Señaló la puerta con un gesto firme.
Zara levantó las manos en señal de rendición y se dirigió a la salida, pero no sin dejar un último comentario.
—Tranquilo, eres famoso en el Sekai Taikai. Solo busca otra y ya. —Abrió la puerta, pero antes de salir, se detuvo. —Por cierto, ¿vas a entrenar?
—Hoy no hay evento. —Axel cerró la puerta tras ella con un golpe seco, terminando la conversación.
Con un suspiro pesado, apoyó la frente contra la puerta, cerrando los ojos como si eso pudiera bloquear el mundo exterior. Luego, arrastró los pies de regreso a la cama y se dejó caer de pecho sobre el colchón. El peso de la noche anterior todavía presionaba contra él, y aunque deseaba escapar, sabía que no sería tan fácil.
Su tranquilidad, o lo poco que quedaba de ella, fue interrumpida de nuevo por el insistente sonido de golpes en la puerta. Ahogó un gruñido frustrado contra la almohada antes de levantarse de golpe, sintiendo que la paciencia se le escurría entre los dedos. Se lanzó hacia la puerta, listo para desatar una tormenta de palabras dirigidas a Zara por no dejarlo en paz.
Abrió la puerta de golpe, con las maldiciones ya formadas en su lengua, pero se congelaron al instante. No había nadie. El pasillo estaba completamente vacío, ni rastro de Zara ni de cualquier otra persona que pudiera ser el responsable. Su ceño se frunció de confusión. Dio un paso fuera, o lo intentó, pero un ruido suave y familiar bajo su pie lo hizo detenerse.
Bajó la mirada y allí estaba: un pingüino de peluche tirado en el suelo junto a una pequeña nota doblada. Su estómago se apretó al reconocer el objeto. Era ese peluche. La conexión entre ellos, un recuerdo que había guardado con tanto cuidado.
Se agachó despacio, recogiendo tanto el peluche como la nota. La confusión seguía rondándolo, pero su corazón empezó a latir con fuerza. Sabía quién había dejado eso. No necesitaba confirmarlo, pero aun así, una parte de él temía lo que podía significar. ¿Estaba devolviendo el regalo?
Con dedos temblorosos, abrió la nota, y al leer las primeras palabras, la tensión que lo había invadido desapareció como una nube disipándose bajo el sol. Era su letra, la inconfundible personalidad de Jud se reflejaba en cada trazo de tinta.
" Las ballenas siguen siendo mejores
que los pingüinos, pero Eve te necesita.
¿La alimentas? Creo haber visto una máquina expendedora cerca del pasillo de abajo.
¿Podrías ayudarla con un snack?
¡Ah, y no te olvides de pagar tú! ;) "
Una sonrisa tonta y cálida se dibujó en el rostro de Axel. Todo el peso del rechazo, la incertidumbre y el dolor de la noche anterior desapareció de golpe. El alivio lo envolvió como una manta cálida, y por un momento, incluso tuvo que morderse el labio para no reír de pura emoción.
Sin perder tiempo, regresó a su habitación. Metió el peluche en el bolsillo de su chaqueta, tomó su cartera y salió apresurado hacia las escaleras. Bajó los escalones casi corriendo, su ansiedad transformada en anticipación.
El pasillo del piso inferior estaba vacío, pero sus ojos no paraban de buscar, recorriendo cada rincón como si estuviera en medio de un combate. Finalmente, localizó la máquina expendedora. Su reflejo en el vidrio le devolvió una sonrisa, pero lo que captó su atención fue una nota pegada a un paquete de galletas en el interior.
Soltó una risa baja, maravillado. << ¿Cómo demonios logró meter eso ahí? >> Se hizo la pregunta, pero no tenía tiempo para respuestas. Sacó un billete de su bolsillo y lo deslizó en la ranura, viendo cómo el paquete caía al compartimento inferior.
Tomó las galletas y rápidamente arrancó la nota. La abrió, y el simple acto de leer esas palabras lo hizo negar con la cabeza entre risas.
" Suerte que estas galletas saben mejor
que los dulces de ayer o habría vomitado...
¿Pero sabes qué me causa más asco?
El gimnasio después de las 12 del día.
Tal vez la combinación de mi
candado esté con Victoria.
Ah, sí, así le puse a nuestra
mantarraya. :) "
Axel dejó escapar una carcajada suave, dejando que la alegría se filtrara en cada fibra de su ser. Jud tenía esa forma única de meterse bajo su piel, de retarlo incluso en los momentos más inesperados.
Guardó las galletas en su chaqueta, junto al pingüino, y miró el pasillo como si ella pudiera aparecer en cualquier momento. El simple hecho de imaginarlo hizo que su sonrisa se ensanchara. Sabía que ella estaba jugando con él, tomándose muy en serio el control que parecía tener sobre él.
Pero lo más curioso era que Axel no podía estar más feliz de dejarla hacerlo.
Axel corrió hacia los vestidores del gimnasio del hotel, el lugar donde la mayoría de los dojos solían entrenar. Era justo como lo esperaba: el reloj marcó las 12 en punto, y los alumnos comenzaron a salir en un flujo constante. Aprovechó la oportunidad y se deslizó hacia adentro, disfrutando del momento de soledad que había buscado.
El lugar estaba casi completamente vacío, salvo por el eco de sus pasos y el suave zumbido de las luces. Sin embargo, sobre una de las bancas, algo llamó su atención: una maleta con el nombre bordado en letras pequeñas pero nítidas: "Judith S."
Su corazón dio un vuelco. Claro, tenía que ser de ella.
Sin perder tiempo, se acercó y abrió la maleta con cuidado, como si manipulara algo frágil. Dentro, encontró la mantarraya de peluche que le había regalado después de esa "Victoria" que tanto habían celebrado juntos. Una sonrisa cruzó su rostro mientras sus dedos acariciaban el suave material. Ahora entendía por qué la había llamado Victoria.
Debajo del peluche, un trozo de papel asomaba. Lo tomó, y en él vio una combinación de números escrita junto con la indicación del locker correspondiente. Sintió que la adrenalina aumentaba mientras buscaba el casillero en cuestión.
Al encontrarlo, sus dedos temblorosos colocaron uno a uno los números en el candado. Al escuchar el clic de apertura, suspiró aliviado y lo retiró, abriendo el compartimento con cuidado.
Dentro, encontró otra nota. Pero esta vez, había algo más: un sujetapapeles de alambre con puntas afiladas que parecía sacado de una papelería cualquiera. Axel entrecerró los ojos, claramente confundido por la elección del objeto. Lo tomó con cuidado y abrió la nota, buscando respuestas.
" Demasiado lento, pingüinito.
Suerte que estás cerca de encontrarme,
pero necesitarás hacer algo de ruido,
sabes que me gusta llamar la atención...
Ve al lobby y busca una nube voladora.
No olvides el sujetapapeles.
Spoiler: hay que reventarlo
para conseguir la pista. "
Axel dejó escapar una carcajada suave mientras se dejaba caer en la banca, aún sosteniendo la nota. Su sonrisa no había desaparecido desde que había encontrado el primer mensaje.
Se guardó la nota junto a las otras, secándose el sudor de la frente con la manga de su chaqueta. Negó con la cabeza, incrédulo de lo que estaba haciendo. ¿En qué momento se había involucrado tanto en esta especie de búsqueda del tesoro diseñada por ella?
Y aun así, una certeza lo golpeó con fuerza, tan clara como el día.
Lo haría todo por ella.
❝ WATER FOUNTAIN ❞ just in Wattpad
by Eli_fanfic / Lizzie Arellano
☪︎ 🐉˚‧⁺. • ○ ● 🐍☆
NOTA:
Neta no puedo
con el amor que es Axel 😭.
Jud te amo también
gracias por querer al niño 🧎♀️.
(Lo publique sin querer,
lamento la notificación falsa 😝)
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