.𖥔 ݁ ˖ 𝟭𝟰 - currents of the heart

───── chapter 14 ─────

CORRIENTES DEL CORAZÓN

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JUD CAMINABA JUNTO A TORY, MIENTRAS LOS CHICOS
iban delante, riendo y hablando como si fueran los únicos que sabían adónde iban. A cada paso, la sensación de incomodidad crecía dentro de Jud. Una vez que llegaron al bar, los problemas llegaron tan rápido como el ruido de la música que llenaba el lugar.

Las miradas curiosas no tardaron en posarse sobre ellos. El grupo de Cobra Kai destacaba en medio de la multitud, pero dos pares de ojos en particular captaron la atención de Tory y Jud.

—No puede ser... —murmuró Jud al cruzar la mirada con Robby y Sam, quienes estaban sentados al otro lado del bar.

Tory reaccionó instintivamente, apretándole el brazo con fuerza.

—¡Auch! —se quejó Jud, haciendo una mueca al sentir las uñas de Tory hundiéndose en su piel.

—Perdón... —murmuró la rubia, soltándola rápidamente mientras ambas se dirigían hacia la barra de bebidas, tratando de ignorar las miradas y la tensión en el ambiente.

Jud, sin poder evitarlo, buscó con la mirada a Axel entre las personas del bar. Había una pequeña esperanza dentro de ella, pero la decepción comenzó a apoderarse de su pecho. Axel no era del tipo que frecuentaba este tipo de lugares, algo que ya debería haber asumido.

Zara estaba allí, pero no era quien Jud quería ver. Recorrió cada rostro, cada rincón, esperando encontrarlo. Al final, soltó un suspiro y se dejó caer en un banco junto a Tory, con la decepción marcada en su rostro.

—¿No está? —preguntó Tory, adivinando lo que pasaba con solo mirarla.

Jud negó con la cabeza y pidió una soda en lata. No iba a beber alcohol; no le gustaba, y tampoco estaba de humor para ello. Mientras tanto, Kwon y Yoon ya habían pedido una ronda de shots, riendo y hablando en voz alta.

—Bueno, pero te ves linda —dijo Tory con un intento de animarla, mirando su atuendo con aprobación.

—Ya lo sé, soy hermosa —respondió Jud con una sonrisa juguetona, aunque su tono era algo apagado. Miró a su alrededor y, tratando de distraerse, añadió— La gente murmuró cuando llegamos. Tal vez porque eres el "hada de los dientes". —Soltó una risa ligera.

—Cállate —replicó Tory, dándole un sorbo a su bebida, aunque no pudo evitar sonreír. —Tú también eres famosa, ¿sabes? El dos contra uno de Miguel fue épico, pero lo tuyo... —La miró con una mezcla de orgullo y diversión—. Los hiciste enfurecer en serio.

Jud rio suavemente y se encogió de hombros con falsa modestia.

—Como sea... —murmuró, desviando su atención a la soda entre sus manos.

De repente, una voz familiar las interrumpió.

—Hey.

Jud levantó la mirada y vio a Zara acercándose con paso seguro, aunque su tono al saludar estaba cargado de ironía.

—Miren quién está aquí, la reina cobra —dijo, fijando sus ojos en Jud con una falsa admiración antes de mirar a Tory con evidente desdén—. Y el hada de los dientes.

—Hola —respondió Jud, su tono seco y poco interesado. Zara no era la persona que esperaba encontrar.

—¿Qué tal si grabamos un video para los fans? Ustedes son famosas en el Sekai Taikai, pero fuera de él... —Zara hizo una mueca, como si estuviera evaluándolas—. Puedo ayudarlas a ganar algo de notoriedad.

Jud la miró con incredulidad, mientras Tory rodaba los ojos, claramente irritada.

—No gracias, estamos bien —dijo Jud, llevando la soda a sus labios y bebiendo con tranquilidad, intentando ignorar a Zara.

Sin embargo, Zara no se dio por vencida. Sacó su teléfono con la cámara ya lista y apuntó directamente a Jud, dejando deliberadamente fuera a Tory.

—Vamos, será rápido. Tal vez les ayude a ganar seguidores. No creo que duren mucho en el Sekai Taikai de todos modos. Mis miles de seguidores podrían...

Jud dejó la soda sobre la barra y se levantó lentamente, caminando hacia Zara. Sus ojos estaban fijos en ella, y su voz salió firme y fría.

—Lamento que dependas de un montón de gente detrás de una pantalla para validar lo buena que eres. Sí, eres excelente en la lona, pero fuera de ella... —Jud la evaluó de pies a cabeza—. Eres solo una niñita presumida que necesita pisotear a los demás para sentirse especial. Así que, aparta esa cámara de mi cara. Yo no necesito comentarios de señores divorciados de 30 años para saber que soy increíble. Porque lo soy.

Con cada palabra, Zara retrocedía un paso, claramente intimidada.

—Como sea —respondió finalmente Zara, rodando los ojos. Antes de girarse para irse, dejó caer un último comentario— No entiendo qué tienes de emocionante para que Axel te mire tanto, y por cierto, no vino ni vendrá.

Jud se quedó inmóvil, procesando sus palabras mientras Zara se alejaba.

—¿Ya te dije que te amo? —bromeó Tory entre risas, aún sentada en su banco.

—No, pero deberías —respondió Jud, sonriendo apenas. Sin embargo, sus pensamientos estaban lejos de ahí. Las palabras de Zara la habían golpeado de manera inesperada.

—Voy a tomar aire —dijo finalmente, levantándose y caminando hacia la salida.

—Hey. —Una mano la detuvo antes de que llegara a la puerta. Jud se giró y vio a Kwon, su mirada un poco perdida por el alcohol. —¿A dónde vas?

—Afuera —respondió con simplicidad, soltándose de su agarre y cruzando la puerta, dejando que el sonido de la campana anunciara su partida.

—Ahí va de nuevo... —murmuró Kwon con fastidio antes de volver a sentarse junto a Yoon.

Jud respiró profundamente al salir, dejando que el aire fresco despejara la neblina en su cabeza.



























Con la soda en mano y el popote entre sus labios, Jud caminaba por las bulliciosas calles de Barcelona. La ciudad, ruidosa pero llena de luz, parecía más vibrante que nunca en la cálida noche.

Sentir la arena bajo sus tenis fue un alivio. Había decidido alejarse del caos urbano y ahora estaba a unos metros del mar. Caminaba despacio, disfrutando de la brisa refrescante que contrarrestaba el calor. El vestido que Tory le había prestado resultó ser una elección perfecta, aunque en ese momento no podía evitar extrañar a Axel. Por extraño que sonara, lo hacía.

El mar estaba oscuro, con la luna y las luces de la ciudad reflejándose en su superficie. Las olas rompían suavemente en la orilla, creando una imagen tan hermosa que Jud se detuvo a admirarla.

Mientras sorbía los últimos restos de su soda, divisó a lo lejos una figura alta y musculosa. Apenas distinguía sus movimientos en la penumbra. Su sonrisa se ensanchó al reconocerlo. Axel estaba entrenando, completamente concentrado en una kata. Dibujaba círculos en la arena y lanzaba golpes precisos al aire.

Jud se acercó con pasos lentos, observándolo boquiabierta. Sus ojos recorrieron cada detalle, y quizá fue porque Axel no llevaba camisa, pero sintió su rostro calentarse. Negó con la cabeza rápidamente, intentando disipar esos pensamientos, y se acercó un poco más.

Axel lanzó un golpe recto, y solo cuando su puño quedó a centímetros de Jud, se percató de su presencia. Ella no retrocedió ni un paso. En cambio, sonrió, desarmándolo por completo.

—Perdón —dijo él, bajando su puño apresuradamente.

Jud asintió, divertida. Axel la miró de pies a cabeza, y aunque trató de disimularlo, no pudo evitar tragar saliva. Lucía perfecta con ese vestido. Sin embargo, apartó la mirada casi de inmediato, como si no tuviera derecho a observarla por tanto tiempo.

—¿Entrenando tan tarde? —preguntó ella.

Axel se limitó a encogerse de hombros, sus ojos fijos en los de Jud a pesar de que aquello lo ponía visiblemente nervioso.

—Siempre hay tiempo para entrenar —respondió, dándose la vuelta para agacharse y recoger una camiseta sin mangas.

Jud notó algo que la hizo fruncir el ceño. Los moretones rojos y recientes que marcaban la espalda de Axel parecían golpes dolorosos.

—Hey —dijo, acercándose preocupada—. ¿Qué te pasó en la espalda?

—Me quedó de la competencia —respondió con una sonrisa inocente mientras se ponía la camiseta.

—Mentiroso. Nadie ha logrado marcarte un punto. —Axel bajó la mirada, tratando de evadir el tema.

—Entonces, ¿has estado observándome? —bromeó con una sonrisa ladeada que apenas delataba su emoción.

—No es cierto —replicó Jud rápidamente—. Solo digo... Además, estás aquí entrenando sin parar, y Zara me dijo que no irías al bar, así que...

Axel la interrumpió con una ligera sonrisa.

—Y, por lo que veo, también preguntando por mí.

El rubor en las mejillas de Jud fue inmediato.

—No cambies de tema, grandote —acusó, cruzando los brazos—. ¿Vamos a ignorar lo que pasó con tu sensei?

Axel suspiró, sintiendo la mirada de Jud perforarlo.

—Mi sensei quiere que sea el mejor —trató de justificar.

Jud negó con la cabeza.

—Hay otras maneras. Te lo dice alguien cuyo cuerpo lleno de cicatrices y huesos maltrechos sabe lo que es vivir eso. —Se encogió de hombros—. Y tú eres increíble. Tu dojo es genial.

Axel se sonrojó, dibujando una sonrisa tímida.

—No se compara con lo que hiciste hoy. Peleaste contra dos tú sola y no caíste. Eres... wow. —Parecía no encontrar la palabra adecuada.

—Bueno, sí, pero caí, y créeme, caer desde cinco metros es doloroso. —Jud hizo una mueca que provocó una risa ligera en Axel.

—Solo caíste porque un grandote te lanzó.

—Agradezco no haber caído de cara. ¿Te imaginas? —bromeó, negando con la cabeza.

—No dejarías de ser bonita.

Las palabras escaparon de Axel antes de que pudiera detenerse. Jud lo miró sorprendida, y aunque él desvió la vista, no parecía dispuesto a retractarse.

—¿Por qué me estabas buscando? —preguntó rápidamente, intentando desviar el tema.

—No te estaba buscando —contestó Jud con evidente nerviosismo—. Solo pensé que irías al bar.

Axel asintió con una expresión que dejaba claro que no le creía.

—Y bueno... si te veía, quería agradecerte por el peluche.

—Lo mereces. Y mereces más, pero es difícil conseguir cosas así cuando te vigilan tanto.

Jud rodó los ojos, divertida.

—Solo quería tomar aire y estar sola, sin karate.

—Sé que querías estar sola, pero... —Axel apretó la sudadera que llevaba entre las manos—. ¿Puedo quedarme contigo?

Jud lo miró, algo confundida.

—¿Quedarte conmigo?

—Pasear. Juntos —aclaró—. Sé que hablar con el dojo rival está prohibido, pero...

—Oh si, vamos. —Sonrió.

Comenzaron a caminar juntos, en silencio por un momento.

—Por cierto, te ves... linda. Bien. Digo, el vestido te queda bien. —Axel tropezó con sus propias palabras, sus mejillas teñidas de rojo. Jud sonrió, más relajada.

Ambos se miraron y compartieron una sonrisa, mientras la brisa del mar acariciaba sus rostros, calmando los nervios. Era un momento sencillo, pero cargado de algo que los hacía sentir más cerca, aunque ninguno se atreviera a ponerlo en palabras.



































































WATER FOUNTAIN ❞ just in Wattpad
by Eli_fanfic / Lizzie Arellano

☪︎ 🐉˚‧⁺. • ○ ● 🐍☆

NOTA: te amo Axel
Kovacevic 🧎‍♀️💗

Feliz navidad y
feliz año nuevo ☃️🤍.

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