───── chapter 11 ─────

LA MIRADA DEL AMOR

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LA FASE DE ELIMINACIÓN DEL SEKAI TAIKAI 
había comenzado, y la tensión era palpable tanto en Miyagi-Do como en Cobra Kai. La presión no solo recaía en los combates, sino también en demostrar qué dojo era superior.

En los vestidores de Cobra Kai, Kim Da-Eun se plantó frente a su equipo con su habitual intensidad.

—Esto apenas está comenzando. —Sus palabras resonaron en el reducido espacio—. Sea lo que sea, estamos muy lejos para caer por una estupidez. —Su mirada afilada se movió de un rostro a otro, como una amenaza silenciosa—. Tercer lugar no es suficiente, necesito ver ese primer lugar.

El equipo entero se levantó de inmediato, como si un resorte los impulsara.

—¡Sí, sensei! —gritaron al unísono.

Jud y Kwon se cruzaron una mirada rápida, como si ambos compartieran un pensamiento: si algo salía mal, recaería en ellos.

Kreese, con su tono grave y su presencia imponente, se unió a las palabras de Kim.

—No nos iremos hoy, ni mañana. Miyagi-Do está por caer, y aunque esa era una de las metas, que Cobra Kai gane... ese es el verdadero trofeo. —Su voz, cargada de intención, llenó el silencio—. ¿Listos para demostrar quién es Cobra Kai?

—¡Sí, sensei! —repitieron todos, aún más alto.

Jud bajó la mirada hacia el suelo. Por mucho que aparentara confianza, las palabras de sus sensei resonaban de una manera que le incomodaba. Ella sabía que estaba diseñada para ganar, pero estar en Cobra Kai, en el Sekai Taikai, le hacía sentir como si estuviera cumpliendo los planes de su padre, alguien de quien había intentado alejarse durante tanto tiempo.

Mientras todos salían de los vestidores, Tory se quedó atrás, notando la inquietud en Jud.

—¿Estás bien? —preguntó con un tono de preocupación poco común en ella.

Jud levantó la mirada y sonrió, aunque su expresión se veía algo tensa.

—Sí, solo que... aunque él no esté aquí atormentándome, aún lo escucho susurrar en mi mente. —Suspiró, su voz cargada de cansancio.

Kwon, que pasaba a su lado, no perdió la oportunidad de lanzar un comentario.

—Oye, eso ya está mal. Deberías checarte. —Su tono burlón no pasó desapercibido.

Jud giró hacia él con una chispa de agresividad en los ojos.

—¿Crees que estoy loca? —le espetó, dando un paso hacia él.

Kwon, sin inmutarse, se inclinó un poco hacia ella con una sonrisa burlona.

—Oh, sí, súper loca. Solo falta que veas cosas que no están allí.

—Lo que me falta es patearte la cara. —Jud avanzó otro paso, pero Tory la detuvo con rapidez, colocándose entre ambos.

—Guarda eso para el equipo que vamos a eliminar hoy. —Le señaló la salida antes de irse con una risa ligera.

Jud apretó los dientes y soltó un resoplido frustrado.

—Tranquila. —Tory le dio un apretón suave en el brazo, intentando calmarla—. Kwon es un idiota.

—Ya lo sé, ya se supo y ya se lo dije. —Jud cruzó los brazos, aún molesta—. Hasta el día que muera, seguirá siendo así.

Tory se echó a reír y se alejó hacia la puerta.

—Te dejo para que te calmes. —Sonrió de manera cómplice y salió de los vestidores.

Jud se quedó sola, mordisqueándose las uñas mientras intentaba controlar su rabia. Por un momento, el estrés parecía insoportable, pero entonces, algo inesperado cruzó por su mente. Pensó en Axel. Su mirada seria, su sonrisa contenida, su forma de estar en silencio pero siempre presente.

Un suspiro escapó de sus labios, seguido de una pequeña sonrisa que se dibujó inevitablemente.

<< ¿Qué mierda? >>, pensó al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Sacudió la cabeza y rápidamente salió de los vestidores, tratando de enfocarse en lo que venía.

Cuando Jud llegó junto a su equipo, las reglas del enfrentamiento ya estaban siendo explicadas. Todo parecía simple en teoría: la tabla de clasificaciones determinaba los enfrentamientos, y Cobra Kai se mediría contra Polarslaget, el equipo de Suecia.

—Suecia, "Batalla Polar". —Jud pronunció el nombre del dojo mientras todos sus compañeros giraban hacia ella—. Peleé contra la capitana en un evento anterior. Fue sencillo.

—Yo luché contra el capitán. No son un equipo muy unido... será fácil. —Kwon habló con confianza, y Jud asintió en señal de acuerdo.

Su mirada se deslizó hacia la tabla de clasificaciones, donde Iron Dragons figuraba en primer lugar, algo que no le sorprendió. Sin quererlo, su atención fue directo al equipo, buscando entre ellos a Axel. Para su sorpresa, él ya la estaba mirando. Ambos compartieron una sonrisa breve antes de volver su atención a sus respectivos equipos, intentando disimular.

La presentadora retomó su discurso con entusiasmo.

—Volverán a enfrentarse en una plataforma. —Señaló detrás de ella, donde una estructura comenzó a descender desde el techo—. Esta plataforma.

La estructura, mucho más grande que en las rondas anteriores, quedó suspendida a varios metros de altura, lo que generó un murmullo entre los asistentes.

—Pero esta vez, dos peleadores de cada dojo competirán al mismo tiempo. Si uno de sus peleadores cae, queda fuera. —La explicación provocó que Jud hiciera una mueca al imaginar el impacto.

—¿Caer? Podríamos rompernos el cuello. —comentó con preocupación, observando la altura.

—Ojalá. —Kwon se giró hacia ella con una sonrisa burlona—. Serás la primera en caer.

Jud rodó los ojos, optando por ignorarlo mientras la presentadora continuaba.

—Si un compañero cae, otro puede subir para reemplazarlo. La pelea nunca se detiene. Si tu compañero queda solo contra dos, debes subir rápido. No lo dejen vulnerable. —Hizo una pausa para asegurarse de que todos comprendieran—. Cuando todos los peleadores de un dojo sean derribados, el equipo quedará eliminado.

Con las últimas instrucciones dadas, la bocina resonó anunciando el inicio del evento. La tensión en el aire era casi tangible, como una cuerda estirada al máximo. Aunque el equipo sueco no parecía un rival particularmente complicado, el formato del enfrentamiento y la intimidante plataforma colgante añadían un peligro que ninguno de los competidores podía ignorar.

Iron Dragons fue el primero en competir, enfrentándose al último equipo en la tabla. Jud, en silencio, observaba cada movimiento desde su lugar, pero su mirada se anclaba continuamente en Axel. Aun desde esa distancia, era imposible apartar los ojos de él.

Axel y Zara, los capitanes del equipo, se movían con una sincronía impecable. Cada oponente que subía a la plataforma no duraba más de unos minutos antes de ser derribado. Era como si estuvieran leyendo el flujo de la pelea antes de que ocurriera, siempre un paso adelante. Sus movimientos eran letales y precisos, pero también fluían con una gracia que hacía parecer todo absurdamente sencillo.

Jud no pudo evitar sonreír. El magnetismo de Axel en la plataforma era innegable, y aunque muchos en los otros dojos también aplaudían el espectáculo, ella sabía que lo suyo era diferente. No era solo admiración. Había algo más profundo, algo que se encendía en su pecho cada vez que lo veía.

Cuando Iron Dragons se aseguró otra victoria aplastante, los aplausos se intensificaron en la arena. Jud fue la única de Cobra Kai que se unió al entusiasmo, aplaudiendo con genuina emoción, sin importarle lo que pudieran pensar los demás. Pero entonces, mientras Axel permanecía en la plataforma, giró la cabeza hasta localizarla entre la multitud.

Sus miradas se encontraron.

Todo lo demás desapareció. Los gritos, las luces, la plataforma colgante a metros de altura... nada importaba. Era como si el mundo entero se hubiera detenido solo para ellos dos.

Axel sonrió, y el gesto fue tan genuino, tan cargado de algo que Jud no podía poner en palabras, que sintió cómo se le aceleraba el pulso. Su respiración se volvió un poco más rápida, y aunque quería disimular, sabía que era inútil.

Axel asintió ligeramente con la cabeza. Tal vez era un saludo, tal vez una despedida o un agradecimiento, pero en sus ojos había algo más. Sus miradas se decían lo que ninguno de los dos podía pronunciar en voz alta, un lenguaje silencioso que compartían sin esfuerzo.

Jud le devolvió la sonrisa, intentando mantener la calma, pero su corazón ya había perdido el control. En ese momento, no importaba que estuvieran en bandos opuestos, ni los peligros que el evento les reservaba. En ese instante, la distancia entre ellos era insignificante.

Porque la mirada de Axel le decía todo lo que necesitaba saber: ella era especial. Y aunque le costaba admitirlo, Jud sabía que para ella, Axel también lo era.

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by Eli_fanfic / Lizzie Arellano

☪︎ 🐉˚‧⁺. • ○ ● 🐍☆

NOTA: cortito pero
bonito, el siguiente
ya será más extenso
y literalmente, juntos 😌☝️.