.𖥔 ݁ ˖ 𝟬𝟴 - hard training
───── chapter 08 ─────
ENTRENAMIENTO DURO
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JUD SABÍA QUE TODOS ESTARÍAN DESCANSANDO EN
sus habitaciones, aprovechando los minutos de calma que ofrecía la competencia. Para ella, esa era la oportunidad perfecta de escapar a los gimnasios y entrenar.
Era un hábito que, para bien o para mal, Terry Silver había implantado en su vida. Ya ni siquiera lo cuestionaba; era como respirar. Karate no era solo un deporte, era un reflejo de su existencia. Desde que aprendió a caminar, sus pasos se sincronizaban con movimientos de combate.
Ser la mejor requería sacrificios, y Jud nunca tuvo la opción de elegir cuáles. Había llegado a la cima, pero el precio fue alto: por años, solo fue un cuerpo endurecido por el dolor, una máquina sin alma que no sabía cómo sentir, cómo amar.
Amor. Esa palabra siempre le había parecido ajena, algo que solo existía en películas o libros. Nunca lo había vivido de verdad, ni siquiera con Miguel... o, al menos, no como había imaginado que sería. Porque es injusto iniciar una relación si aún no has superado la anterior.
Silver le había advertido algo sobre el amor y esa advertencia había resonado en su mente mucho después de que él desapareciera de su vida. Pero ¿Por qué habría de escuchar a un hombre que dejó cicatrices en su piel y en su alma, cicatrices que ella aprendió a cargar como si fueran una armadura?
Todo lo que Silver le dio estaba contaminado: su fuerza, su técnica, su estrategia... todo venía con un precio. Un precio que Jud pagó, no solo con su cuerpo, sino también con las marcas que dejó en otros, aunque nunca lo quisiera.
"Arma", "espía", "traidora". Esos apodos la perseguían como sombras. Pero nadie sabía lo que había detrás: una niña rota, obligada a cumplir un rol que no eligió, a callar cuando quería gritar, a ser invisible cuando necesitaba ser vista.
Cuando Silver por fin fue arrestado, las cadenas finalmente se rompieron. Johnny le ofreció una mano para salir del abismo, pero Daniel se mantuvo distante, desconfiado. Y cómo no: Jud había estado del lado de Cobra Kai, había sido la hija del hombre que arruinó su juventud, y casi le rompe una costilla a Sam en el pasado. No era fácil borrar esas cicatrices.
Para Silver, Jud no era más que otra pieza en su tablero. Y para ella, cada golpe, cada movimiento que practicaba ahora era un intento de liberarse de esas cadenas invisibles que aún la ataban.
Frente al saco, Jud canalizaba todo lo que no podía expresar con palabras. Cada golpe era un grito contenido, cada patada una forma de liberar lo que nadie jamás escuchó. Las lágrimas que alguna vez ahogó ahora se convertían en sudor mientras perfeccionaba su técnica, dejando que su cuerpo hablara en el idioma que mejor entendía: el del combate.
Jud entrenó un par de horas más por la mañana, perdiéndose en la rutina del combate. Por un momento, logró dejar atrás el encuentro con Sam y Miguel, enterrándolo entre el sonido de los golpes y la concentración absoluta.
Esa misma tarde, se decidiría la estancia de los dojos en el torneo. Cobra Kai estaba en una posición sólida, pero Jud sabía que confiarse era un error. Todo podía cambiar en un instante, y perder no era una opción.
Sin embargo, también sabía que su cuerpo necesitaba un descanso. Con la maleta colgada al hombro, salió del salón de máquinas de combate en busca de algo que comer. Pero antes de alejarse, unos fuertes golpes provenientes de otro salón captaron su atención.
Curiosa, y con una cautela que parecía instintiva, Jud se acercó. Asomó apenas la cabeza por la puerta entreabierta y observó la escena.
Axel estaba dentro, entrenando con su sensei. Sus golpes eran precisos y fuertes, como si estuviera canalizando algo más que técnica en cada uno de ellos. Su postura era firme, pero había algo en su expresión... algo que a Jud no le pasó desapercibido.
El sensei lanzó un golpe directo, y Axel lo esquivó con rapidez. Pero, aparentemente, no fue suficiente.
—¿Qué estás haciendo mal? —exclamó el sensei con un tono de impaciencia que rozaba la furia.
Axel no respondió, su mirada clavada en el suelo como si enfrentarlo fuera peor que cualquier golpe.
Repitieron el ejercicio, y esta vez Axel reaccionó más rápido. Aun así, el sensei no pareció satisfecho. Su frustración fue evidente cuando arrojó el mitt al suelo con violencia, y, antes de que Jud pudiera reaccionar, comenzó a golpear a Axel directamente.
Jud frunció el ceño, su cuerpo moviéndose antes de que pudiera pensarlo. Tiró su maleta al suelo y entró al salón sin dudarlo.
—¡Hey! —exclamó, su voz firme pero controlada.
Axel levantó la vista al oírla. Sus ojos estaban cansados, pero al encontrarse con los de Jud, su preocupación pareció desbordarse. No por él, sino por ella.
—¿Quién eres? —El sensei, un hombre de porte intimidante, se acercó a Jud con una mirada que buscaba amedrentarla.
Jud no titubeó, mantuvo su posición y, con calma, respondió:
—Soy del equipo de limpieza. —Asintió como si fuera obvio, su tono completamente convincente.
Axel, detrás del sensei, comenzó a negar lentamente con la cabeza, intentando advertirle que no se involucrara más. Pero Jud no iba a quedarse de brazos cruzados.
—¿Qué quieres? ¿No ves que estoy entrenando a mi estudiante? —gruñó el sensei, su tono cargado de irritación.
Jud, manteniendo su fachada, fingió una disculpa y esperó un momento antes de responder:
—Lo siento, señor... —Hizo una pausa, dándole espacio para que completara la frase.
—Wolf. Sensei Wolf. —Su voz era autoritaria, casi amenazante.
Jud sonrió, una sonrisa pequeña y calculada.
—Señor Wolf, lamento interrumpir, pero necesito limpiar esta área. Ayer uno de los estudiantes se sintió mal y... bueno, vomitó justo ahí. —Señaló un punto cercano a donde Wolf estaba parado, añadiendo un toque de asco a su expresión.
El sensei frunció el ceño y retrocedió de inmediato, claramente disgustado.
—¿Qué? Agh... más te vale limpiar bien. —La señaló con el dedo antes de salir rápidamente de la colchoneta, evitando pisar el supuesto lugar contaminado.
Axel, aún sorprendido, dejó escapar una sonrisa. Miró a Jud como si no pudiera creer lo que acababa de hacer, sus labios curvándose en un gesto genuino que suavizó su agotada expresión.
—Y tú. —Wolf señaló a Axel con un dedo acusador antes de marcharse.— Más te vale no hacerme perder el tiempo otra vez.
Cuando finalmente se fue, Jud suspiró con alivio, asomándose por la puerta para asegurarse de que no volvería. Su mano temblaba levemente, pero no dejó que Axel lo notara.
—¿Sabes qué me ofende más? —protestó Jud, mirándose de arriba a abajo con fingida indignación.— Que realmente creyera que soy de limpieza. —Luego lo miró, con una ceja alzada y una chispa de humor en los ojos.— ¿Tan mal me veo?
Axel soltó una risa tímida que pronto se volvió más genuina mientras negaba rápidamente con la cabeza.
—No, no... te ves bien, digo... linda. Bueno, no solo linda, pero... ya sabes... —Empezó a tropezar entre las palabras, y su nerviosismo solo hizo que las mejillas de Jud se sonrojaran ligeramente.
Jud rio, algo apenada, pero también divertida por su evidente incomodidad.
—Bueno... vaya que entrenas duro, ¿eh? —comentó, cambiando el tema con naturalidad, aunque su tono insinuaba que aún pensaba en lo que había visto.
Axel se tensó al instante.
—Lo que viste no fue...
—No vi nada. —Jud levantó una mano para interrumpirlo, con una sonrisa tranquilizadora. Su tono era ligero, pero su mirada mostraba sinceridad.— Nada de nada.
Axel asintió, relajándose un poco.
—¿Lista para la ronda de eliminación? —preguntó, intentando cambiar el foco de la conversación.
Jud soltó aire, fingiendo una confianza desbordante.
—Pan comido. Podría hacerlo con los ojos cerrados. —Su sonrisa orgullosa iluminó su rostro.
—Claro, como cuando bloqueaste mi patada. —Axel respondió con una ligera broma, sorprendiéndose a sí mismo por su atrevimiento.
Jud abrió la boca, fingiendo estar profundamente ofendida.
—¡Oh, ya veo cómo es esto! —dijo, llevándose una mano al pecho con dramatismo exagerado.
—Ok, ok, lo siento. No lo mencionaré más. —Axel levantó las manos en señal de rendición, pero su sonrisa traicionaba lo mucho que le divertía verla así.
Jud fingió ignorarlo, dándose la vuelta mientras inspeccionaba sus uñas con aparente desinterés.
Axel se quedó en silencio por un momento, pero finalmente se animó a hablar.
—Oye, escuché sobre un café cerca de aquí... ¿te gustaría ir?
Jud alzó la mirada, sorprendida.
—¿Me estás invitando?
Axel asintió, encogiéndose de hombros con una sonrisa dulce.
—Sí, lo hago.
Jud levantó una ceja, claramente intrigada por la invitación, pero no tardó en responder.
—Bien. —Entrecerró los ojos, adoptando un tono juguetón.— Pero si vuelves a mencionar la patada...
Axel levantó las manos con inocencia.
—No lo haré, lo prometo. —Pero antes de que pudiera añadir algo más, tomó la mano de Jud con delicadeza, bajándola cuando ella intentó señalarlo en modo de advertencia.
Ambos se miraron en silencio. Jud podía notar un ligero sonrojo en las mejillas de Axel, probablemente por el entrenamiento... o tal vez no.
Ella sintió algo extraño en el estómago, pero rápidamente apartó la mano, tratando de ignorarlo. <<Es solo hambre >>, se dijo.
—Vamos, tengo hambre. —Desvió la mirada y salió del salón con paso firme.
—Claro. —Axel la siguió de inmediato, sonriendo mientras intentaba mantenerle el paso.
Mientras salían del gimnasio, ambos se aseguraron de que nadie los viera. A pesar de que no lo decían en voz alta, sabían que pasar tiempo juntos, siendo de equipos rivales, podía causar rumores innecesarios entre los demás. No querían arriesgarse... al menos no todavía.
❝ WATER FOUNTAIN ❞ just in Wattpad
by Eli_fanfic / Lizzie Arellano
☪︎ 🐉˚‧⁺. • ○ ● 🐍☆
NOTA: Si yo fuera
Jud me meo si
Wolf me habla así.
Jud: amor paternal
y miedo son dos
cosas que no tengo 😈.
Aquí con capítulo a
las 2 de la mañana porque
al parecer en el anterior
extrañaban a Axel 😔💗.
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