악마의 불행 [EXTRA]



Dejar los trabajos a última hora era algo que la peli-celeste no solía hacer, sobre todo en la universidad, pero estaba tan saturada con otras materias que olvidó su trabajo de latín antiguo.

El trabajo consistía en escribir un informe de las antiguas civilizaciones en latín.

Un trabajo que llevó a Dai a tomarse más de cinco cafés y no dormir en toda una noche.

__ Al fin lo terminé_ suspiró la chica aliviada.

Pero una sensación terrible recorrió su garganta, un líquido comenzó a fluir de su nariz.

"Sangre" Pensó la chica, viendo cómo la sangre caía sobre su trabajo recién terminado.

El sobreesfuerzo le había tomado la cuenta, por lo que rápidamente buscó algo para detener el sangrado, botando sin querer el amargo café sobre su ropa.

"Era mi favorita" Pensó la peli-celeste mientras lloraba internamente.

Seguramente fue un demonio quien inventó la universidad, seguramente su sufrimiento era disfrutado por esa persona.

Luego de por fin detener el sangrado, vió como todo su escritorio parecía una terrible escena del crimen por las manchas de sangre.

Su teléfono sonó, mostrando la alarma de su próximo comienzo a clases en tres horas.

Había madrugado por ese trabajo, el cual ahora estaba impresentable.

Tiró su trabajo manchado con sangre a la basura.

__ ¡¡MALDICIÓN!!_ gritó a todo pulmón Dai, para luego comenzar a toda velocidad su trabajo.

Corrigió algunas palabras mal escritas por la falta de sueño y recitó el texto en un latín terrible.

Justo cuando se iba a acostar en su cama para descansar, un fuerte viento la sobresaltó.

Había fuego alrededor de su trabajo en el basurero y justo en el centro de este, se encontraba un demonio.

El demonio era rubio, tenía unos pequeños cuernos y unos ojos color rojo que parecían ver tus más sucios pecados.

"Ese demonio se quiere llevar mi alma" Pensó Dai mientras su cara se ponía azul y una pequeña almita salía de su cuerpo.

__ Tks, di lo que quieres y hace un contrato conmigo_ gruñó el demonio cruzando sus brazos.

__ ¿T-Te llevaras mi alma?_ preguntó la chica aún en shock.

__ No soy una jodida hada madrina que da favores a cambio de nada_ respondió el demonio seco.

__ E-Esto es una equivocacion, y-yo no te invoque_ tartamudeó Dai, temblando de la impresión.

El demonio rubio sacó un pequeño papel de su bolsillo.

__ Aquí dice que hiciste un conjuro y diste una ofrenda de sangre, no me suena a equivocacion_ gruñó el demonio aún más molesto que antes.

La chica a este punto ya no sentía su cuerpo, ella no era la mujer más religiosa, pero una que otra vez iba a la iglesia por sus almuerzos gratuitos, pero ese no era el punto.

__ Y-Yo, hum, disculpa, solo olvida lo que pasó aquí_ suplicó la chica, tragando fuertemente esperando que el demonio se vaya por voluntad.

__ No volveré al reino demonio con las manos vacías, en algún momento querrás algo y harás un contrato conmigo_ suspiró el demonio, moviendo los dedos para hacer aparecer un humo negro.

Dai tosió un par de veces por el espeso humo, para luego dejar ver al demonio con una ropa más "adecuada" del mundo humano y sus cuernitos habían desaparecido.

Su aspecto parecía al de un universitario de esos que te venden en los comerciales, su cabello era de un rubio ceniza que a pesar de su forma, se veía muy suave y brillante, sus ojos habían adoptado unas pupilas de gato, pero su aura era parecida a la de un león hambriento cazando a su presa.

__ Me quedaré contigo, hasta el fin de los tiempos si es necesario_ habló el rubio con un tono amenazante.

A pesar de lo románticas que pudieron sonar esas palabras, solo eran una promesa que los llevaría a ambos al infierno. Literalmente.

Al cabo de unos meses, Dai pareció haberle perdido el miedo al demonio, incluso lo había tratado como un esclavo en la limpieza.

O eso decía él, lo único que la peli-celeste hacia era ir a clases, dejando un desorden en su habitación que el rubio limpiaba sin ninguna orden.

"Esa humana me perdió el miedo, ella es... Interesante" Pensaba el demonio sonriendo de lado.

Ambos se habían acostumbrado a la presencia del otro, sin mencionar que antes de dormir, el demonio siempre preguntaba si ya tenía su petición, alegando que ya estaba irritado de vivir con ella y solo quería que firmara el contrato para irse.

Pero en el fondo, él no quería que ella hiciera un contrato con él.

__ ¿Podrías pasarme la sal?_ pidió amablemente Dai.

__ Yo no hago nada gratis, es un deseo bastante pobre diría yo_ habló Katsuki mientras elaboraba el contrato de que, a cambio de su alma, él le pasaría la sal.

Luego sintió el impacto de un libro en su rostro, el cual sinceramente veía venir.

El demonio era un bipolar sin duda.

• Amé el intercambio de papeles.

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