49 La Despedida


Yibo y Zhan se despidieron del rey demonio cuando esté se marchó en el carruaje, dejándolos solos.

— YiBoBo...

—¿Hm?

— Dije que quería ser tu esposo, pero... Solo olvídalo.— Yibo se volteo a mirarlo con sorpresa. ¿Que estaba diciendo?— Um...¡Um! No exactamente olvidar, ¡quiero que recuerdes que te amo! Pero de qué mientras este así de pequeño tu no me verás de esa forma.
Así que un día, cuando sea un poco mayor, te lo pediré de nuevo, ¿De acuerdo?

— Así que... ¿Se pospone?

—Eh... Si.

— Entonces estaré esperando.

Ambos se sonrieron.

[...]

—¿En medio año?— la peliazul se oyó preocupada .—¿Vendrá en medio año?

—Para en ese Entonces, debo despedirme.

Lu se paró de su asiento —¡No lo acepto!

— Estoy de acuerdo con el.— opino el peli-rosa.

—¿¡Yu?!

—Los humanos deberían vivir con los humanos, todo lo ocurrido hasta ahora ha Sido anormal. Nosotros y Zhan-ssi somos de mundos diferentes.

—¡¿Cómo... Cómo puedes decir eso ahora?! ¡Los has ayudado un montón de veces!

— Eso no cambia el hecho de que esto es lo correcto.

—Lo mejor será que viva con los humanos.

La demonio lanzo una almohada a la cara de Yibo, sorprendiendo a ambos.

—¡Tu y YuChen...! ¡¿Que más podría ser mejor para el que estar contigo?! ¡La candidatura al próximo rey, los agujeros abiertos, otros podrían encargarse de eso, pero la felicidad de Zhan, solo tu se la puedes dar!

—Xuan Lu...— saco la almohadilla de su cara.— El "podrían" es el problema. El mundo de los Demonios está a punto de caer en ruinas. No hay lugar para un quizás.

— Entonces eso sigue...¿Que ustedes ni siquiera tendrán una oportunidad?

[...]

—¿Yibo-nim?— cuando Cheng Xiao abrió la puerta esa tarde, nunca se imagino la petición que Yibo le haría.

—¿Y ya has hablado de esto con Zhan?— el silencio de Wang le hizo entender que no.— Hay algunas cosas que quiero entender, ¿cuando tiempo tardarán en cerrar esos agujeros o lo que sean?

— Probablemente dos o tres años.

— Entonces debes darte prisa y decírselo al niño. Podrá no ser un adulto todavía, pero no es niño que no entienda nada. Estoy segura de que el notará la atmósfera rara últimamente. Notará que hay algo que no estás diciéndole.
Cuídate de el durante estos tres años, pero recuerda que no soy un reemplazo para ti.

Yibo sonrío.— Solo prométeme que lo cuidadas bien hasta que pueda hacerlo por si mismo.— se levantó del asiento.

— Querrás decir... Hasta que vuelvas...

— Debo irme.— hizo una reverencia y se despidió.— Gracias por este gran favor.— se fue.

Cheng Xiao quedó confundida. ¿Acaso el no pensaba volver?

En los siguientes días, Yibo paso más tiempo con Zhan, incluso dejaba que vaya seguido a la casa de Yubin o permitía que este viniera a la casa a quedarse. Si, realmente Zhan estaria bien, tenía a más gente que cuidara de el.
Cómo Cheng Xiao advirtió, Zhan noto el cambio de Yibo hacia el y sabía que algo pasaba, por eso se puso algo nervioso cuando Wang llegó a el algo más serio de lo últimamente acostumbrado.

—¿Yibo? ¿Pasa algo malo?— Zhan lo miro desde abajo, estás sentado cerca del rosal.

Wang se sentó a su lado.— Zhan, yo voy a regresar al mundo de los demonios.— miraba las flores para no ver la seguramente misma de tristeza en Zhan.— Al rededor del invierno parece ser el límite. Enormes agujeros están abriéndose allí, si los ignoramos, el mundo de los demonios, probablemente desaparezca. Nosotros, los de clase alta, debemos suprimirlos.

—¿Entonces... Cuánto tiempo... Tomara?

—... Al rededor de tres años...

—Tres...

No, no vayas, YiBoBo.

— Mientras tanto vas a quedarte con Cheng Xiao.

No vayas.

Zhan desvio la mirada hacia el lado contrario de Wang.— Bo... Entiendo, buen viaje.— Yibo lo miro sorprendido.

— Pensé que harías más encandalo.

—¡Ya no soy un niño! ¡Así que voy a estar bien durante esos años!— su voz flaqueaba. Yibo sonrío.

—¿Oh, enserio?— tomo su mento y lo hizo mirarlo. Las lágrimas inundaban sus mejillas.

—¡Malo!— grito al verse expuesto.—¡Voy a estar bien! ¡Tengo el collar que me diste!— Zhan apretó su dije de flor.

—¿Así que mientras lo tengas no me olvidarás?

—¡No sigas siendo malo! ¡Sabes que no hay forma de que me olvidé de ti!

—Ven aquí, Zhan.— Wang estiró sus brazos y no pasó mucho para que Zhan lo abrazara fuertemente.

— Estaré esperándote, así que asegúrate de regresar... Bo, te amo.










Los días continuaron pasando alegremente, sin embargo durante esos días, las estaciones continuaron cambiando y una mañana fría, al comienzo del invierno...

— Buenos días Yibo-nim — Jiyang llegó a la habitación para despertarlo, pero este ya estaba sentado en su cama.— Tienes que prepárate.

... El día de partir llegó.

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