38

Yibo se puso en guardia en cuanto ZanJin metió una mano dentro de su saco. Creyó que tal vez sacaría un arma, por lo que rodeo su mano de energía oscura.

Pero no fue un arma lo que sacó, sino una carta que extendió hasta Yibo.— ¿Eh? ¿Creíste que me iba a poner a pelear? ¿Tienes idea de lo que nuestros poderes provocarían en este lugar?

— Estúpido —libero la energía.—¿y eso que es?

—Se que es muy difícil de descifrar, pero le dicen "sobres" y dentro de el hay una "carta".

—¡Ya se eso! ¿Para que me vas a dar eso?

—Me ordenaron entregártela, es una "carta de amor" para Yibo de parte de HaiKuan-nim.— Wang gruño y extendió su mano, quemando la carta con sus poderes.—¡Yibo! ¿Cómo pudiste? La carta de HaiKuan-nim..

— CALLATE y si ya terminaste, vete a casa.

— Yibo, si sigues así, pronto serás sacado de la lista de candidato para ser rey.

—¿Sigo en esta lista? Que pena.

— Que vergüenza que digas eso. Creí que éramos buenos rivales.

— Que crees eso sí es una vergüenza.

— Como sea, me voy.— abrió un portal— ruego por el día en que Zhan y tú se separen y vuelvas de una vez.— se marchó.

[...]

— H-Hola, buenos d-dias.— Zhan llegó a la sala al otro día, avergonzado por su actuar. Aunque claro, el no tenía control sobre si.

— Oh, miren quien llegó, el muchacho altanero y conteston.— Yibo despego su mirada del libro para dirigirse a Zhan.

— Y-Yibo... Yo no sabía...— el castañito se acercó a el.

—No te me acerques.— volvió su vista al libro.— Tu mismo lo dijiste, yo no podría importarte menos, ¿cierto?— Zhan cubrió su boca, el jamás diría eso.

—¡¡Yo nunca diría algo así!!— salió corriendo y llorando hacia el patio.

— Ay, creí que lo molestaste mucho.— río YuChen.

—Si, pero su reacción fue muy graciosa. A demás, es una lección por portarse tan altanero y patearme.

— Ay, pobrecito de Yibo, sufriste una gran conmoción, ¿lloraste en silencio?

— FUERA DE MI CASA ESTÚPIDO. EL MOMENTO DE LAS BROMAS YA PASO.— Yibo le lanzó el libro hacia la cabeza de Cao.

—¡No! Espera, espera, ya no me pegues. ¡Tengo una idea para animar a Zhan-ssi!

[...]

— Zhanie, levántate, YuChen-nim dijo que te llevará al patio.— Jiyang fue a buscar al menor que se encontraba triste en su cama.

—No quiero ir, Zhan dijo cosas horribles, nadie querrá ver su rostro de nuevo...

—¿Seguro? Porque afuera hay una gran fiesta de té con tematica, yo mismo reparti los trajes y creí que este traje del sombrerero te quedaría muy bien.— alzo una bolsa que traía en sus manos y Zhan se sentó de golpe en la cama.

—¡Una fiesta de té!— dijo más alegre.

Al llegar al patio, los demás ya estaban tomando el té, Jiyang se vistió del gato, Lu era la Alicia, a YuChen le tocó el traje de la reina roja, claro que nada tenia que ver con qué Jiyang repartió los trajes, y Yibo traía un traje negro con un sombrero que portaba orejas blancas, le había tocado ser el conejo blanco.

— Todos, por favor, disculpen mi actitud anterior.

—Ya, ZhanZhan, no te preocupes, estabas fuera de ti en ese momento, no es tu culpa, solo bromeábamos.— Lu sonrio para darle calma.
Zhan asintio.

—No te perdonaré.—hablo el pelinegro, cruzándose de brazos.

Zhan se acerco a el.— YiBoBo, por favor, por favor, Zhan hará cualquier cosa para compensarte.

—¿Cualquier cosa?

—¡Lo que sea!

— Entonces, dame un beso.

—¡¿Wang Yibo, que estás diciendo?!— se alarmó Yu.

—¿U-Un beso?

— No entiendo porque le darías uno a ZanJin y no me das uno a mi.
Hazlo.

—P-Pero eso me haría muy feliz no sería un castigo.

— Está bien, solo hazlo.— señaló su mejilla y cerró los ojos.

—¿E-En serio? Voy a hacerlo...— se acercó más a él y dejo un beso, pero sobre sus labios.

Todos pegaron una bocada de aire y Yibo abrió los ojos rápidamente, encontrándose con una mirada que nunca había visto en Zhan, una bastante penetrante.

— Oye, ¿Quien te dijo que lo hicieras en la boca?— Zhan se alejo todo sonrojado.

—¿Eh? ¡Pero si tú dijiste un beso!

— Las veces con los demás fue en la mejilla, ¿No?

—¡Waaaa! ¡Tienes razón!— cubrio su rostro—¡¿Por qué a ti no te bese en la mejilla?!

—¿Cómo sabría?

—¡¡Perdón!! ¡¡Perdón!!— tomo la oreja del sombrero y comenzó a durar de ella con nerviosismo.

—No te preocupes — lo tomo de la cintura para sentarlo sobre el.— Lo dejare pasar por esta vez.— sonrío.

Perdon por las faltas de ortografía :(

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