otto.
Las dos semanas siguientes fueron un infierno. Desde el momento en que la puerta se cerró tras Jungkook aquella noche, el silencio se instaló en mi vida con una brutalidad que no había anticipado. Esperaba que me llamara, que me mandara un mensaje, que hiciera cualquier cosa para romper el abismo que se había creado entre nosotros. Pero cada día que pasaba, mi esperanza se desvanecía un poco más.
El primer día, revisé mi teléfono compulsivamente, esperando ver su nombre aparecer en la pantalla. Pero no hubo nada, solo un vacío que se hacía más grande con cada minuto que pasaba. Intenté convencerme de que él solo necesitaba tiempo, que lo que había pasado había sido demasiado intenso y que eventualmente me buscaría. Pero esa certeza se desmoronó con cada día que pasaba en silencio.
Los primeros mensajes que le envié fueron cortos, simples intentos de abrir una puerta que él había cerrado de golpe.
ㅡJungkook, lo siento mucho por lo que pasó. No quise decir esas cosas. Por favor, hablemos.
No hubo respuesta.
La ansiedad creció dentro de mí, haciéndome sentir como si cada segundo que pasaba sin escuchar de él me arrancara un pedazo más de mi alma. Mi mente no dejaba de dar vueltas, imaginando lo peor. ¿Estaba con ella? ¿Estaba enfadado al punto de no querer verme nunca más? ¿Había terminado todo entre nosotros?
ㅡJungkook, sé que estás molesto. Por favor, no me ignores. No sé qué haré si me dejas así. Eres lo único que tengo.
Cada mensaje que enviaba era como un grito en la oscuridad, una súplica desesperada que nunca obtenía respuesta. Me sentía como si estuviera ahogándome, atrapada en una marea de emociones que no podía controlar. El dolor de su silencio era más profundo que cualquier cosa que hubiera sentido antes. Me torturaba pensar que tal vez, después de todo lo que habíamos pasado, él ya no me quería.
Los días pasaban y mi desesperación solo crecía. No podía concentrarme en nada más. Mis pensamientos estaban consumidos por él, por la posibilidad de que me estuviera alejando para siempre.
ㅡJungkook, por favor, no me abandones. Sé que he cometido errores, pero estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para arreglar las cosas. Te prometo que seré más paciente. No puedo soportar que me dejes así.
El silencio continuaba. Empecé a cuestionarme todo, a preguntarme si había sido demasiado egoísta, demasiado exigente. Me culpaba por haber presionado tanto, por haberle hecho sentir que lo estaba forzando a elegir entre dos mundos que él no podía reconciliar.
Cada mensaje que le enviaba era más desesperado que el anterior, cargado de una angustia que ya no podía contener. La incertidumbre me consumía por dentro. No podía dormir, no podía comer, no podía pensar en nada más que en él y en cómo lo había arruinado todo.
ㅡJungkook, lo siento tanto. No quise hacerte sentir atrapado. Por favor, perdóname. No puedo soportar esta distancia entre nosotros. Me duele tanto que me ignores. Me duele pensar que ya no me amas.
Las lágrimas se convirtieron en mi constante compañera. Lloraba cada vez que miraba mi teléfono y no veía su nombre. Lloraba cada vez que pensaba en cómo habíamos llegado a este punto. Lloraba al imaginarlo con ella, amándola como nunca podría amarme a mí.
Me preguntaba si él pensaba en mí, si sentía mi ausencia con la misma intensidad que yo sentía la suya. ¿Le dolía tanto como a mí? ¿O simplemente había decidido que era más fácil seguir adelante sin mí? La incertidumbre me destrozaba. Me sentía pequeña, insignificante, como si todo lo que habíamos compartido no significara nada en comparación con los años que él había pasado con ella.
ㅡ¿Me extrañas, Jungkook? Porque yo no dejo de pensarte ni un solo segundo. Me duele tanto tu silencio. Me duele tanto pensar que tal vez ya no sientes lo mismo por mí.
El tiempo se volvió una tortura, y cada segundo que pasaba sin una respuesta suya se sentía como una eternidad. Me encontraba mirando su perfil en las redes sociales, buscando cualquier señal de que todavía pensaba en mí. Pero no había nada. Era como si hubiera desaparecido de mi vida, dejándome sola en la oscuridad.
La culpa se apoderó de mí. Sentía que lo había perdido por mi propia impaciencia, por haberle exigido más de lo que podía dar. Y aunque sabía que no estaba bien, seguía esperando, aferrándome a la pequeña esperanza de que algún día respondería.
ㅡJungkook, por favor. Te lo ruego. No me ignores más. No sé cómo seguir adelante sin ti. Eres lo único que tengo. Por favor, perdóname por todo lo mal que he hecho.
Cada mensaje era una herida abierta, una súplica que quedaba sin respuesta. Me consumía la angustia de pensar que tal vez, después de todo, no significaba tanto para él como él significaba para mí.
Las noches eran las peores. Me quedaba despierta, mirando el techo, preguntándome si él estaba con ella, si le decía las cosas que una vez me había dicho a mí. Me preguntaba si alguna vez había pensado en mí durante esas dos semanas, si alguna vez había sentido la necesidad de mandarme un mensaje, de romper el silencio que nos separaba.
ㅡPor favor, Jungkook. Solo dime algo. No puedo soportar este dolor. No puedo soportar pensar que ya no me amas.
El silencio era ensordecedor. Cada día sin una respuesta me desgarraba un poco más. Y a pesar de todo, seguía esperando, porque no sabía cómo hacer otra cosa. No sabía cómo dejarlo ir, cómo seguir adelante sin él.
El sufrimiento se había convertido en mi única constante. Cada mañana despertaba con la esperanza de que él hubiese cambiado de opinión, de que el silencio que nos había envuelto durante días se rompiera finalmente. Pero la realidad me golpeaba con una brutalidad fría y despiadada: no había mensajes, no había llamadas, no había ninguna señal de que aún le importara.
La soledad se sentía como un peso insoportable, y mis pensamientos se volvían cada vez más oscuros. Imaginaba a Jungkook con su esposa, la mujer a la que le había prometido amor eterno, compartiendo momentos de intimidad, riendo juntos, viviendo la vida que yo nunca podría tener con él. La idea de ellos dos juntos, de que él pudiera estar abrazándola, susurrándole las mismas palabras que una vez me dijo a mí, me desgarraba el alma.
❝ Eres solo la amante, tienes que aprender tu lugar. ❞
Esas palabras resonaban en mi mente como un eco interminable, una sentencia que me recordaba constantemente la realidad de nuestra situación. Era su amante, la otra, la que debía aceptar lo poco que él podía ofrecerme. No importaba cuánto me doliera, cuánto quisiera más de él; al final del día, yo era solo una sombra en su vida, un secreto que debía mantenerse oculto.
ㅡ¿Es esto lo que soy? ¿Es esto todo lo que puedo ser para él?ㅡ Me preguntaba mientras las lágrimas caían sin cesar.
Mis pensamientos se convertían en una espiral de autodesprecio y desesperación. Quería ser más para él, quería ser suficiente, pero las palabras de Jungkook eran un recordatorio cruel de que nunca lo sería. Y aún así, me aferraba a la idea de que, si me esforzaba lo suficiente, si era la chica perfecta, tal vez, solo tal vez, él me amaría de la manera que yo lo amaba a él.
❝ Tengo que ser mejor para él... Tengo que ser la mujer que él quiere, la mujer que no le cause problemas, la que acepte su vida tal como es. ❞
Pero, ¿cómo podía ser mejor cuando todo lo que sentía era dolor? ¿Cómo podía aceptar mi lugar cuando mi corazón gritaba por más, cuando cada fibra de mi ser deseaba ser su única y verdadera compañera?
Cada noche, mientras intentaba conciliar el sueño, mi mente no podía evitar volver a esos momentos en que él me hacía sentir especial, deseada, como si yo fuera la única en su mundo. Recordaba cómo sus ojos se suavizaban cuando me miraba, cómo su voz se volvía suave y cálida cuando pronunciaba mi nombre. Pero esos recuerdos solo intensificaban mi angustia, porque ahora me daba cuenta de que, aunque yo quería creer que esos momentos significaban algo, para él no eran más que un escape temporal, una ilusión que podía abandonar cuando regresaba a su verdadera vida.
Los mensajes que le enviaba se volvieron cada vez más desesperados. Sabía que no debía seguir insistiendo, que mi necesidad de una respuesta solo lo alejaría más, pero no podía detenerme. Era como si cada palabra que escribía fuera un intento frenético por mantenerme a flote en un océano de desesperación. Si no me respondía, si no me daba alguna señal de que aún pensaba en mí, sentía que me ahogaría en la oscuridad que nos separaba.
ㅡJungkook, lo siento tanto. Haré lo que sea necesario para que estemos bien. Solo dime que aún me quieres, que aún hay algo por lo que luchar. No puedo soportar la idea de perderte.
Pero no había respuesta. Las horas se convertían en días, y los días en noches interminables de insomnio y lágrimas. Cada segundo que pasaba sin una respuesta suya era un golpe más en mi ya frágil corazón. Y cada vez que mi teléfono sonaba, una pequeña chispa de esperanza se encendía en mi interior, solo para apagarse de golpe cuando veía que no era él.
ㅡJungkook, sé que tienes tus razones para mantener la distancia, pero por favor, no me dejes en este silencio. Me está matando. Haré lo que me pidas, seré la mujer que necesitas que sea. Solo dime qué debo hacer para que no me abandones.
El vacío seguía creciendo, devorándome por dentro. Empecé a cuestionarme si alguna vez había significado algo para él, si alguna vez había sido más que una distracción. Me torturaba pensando que quizás, mientras yo me desmoronaba por dentro, él estaba con su esposa, compartiendo una vida que yo solo podía soñar. La imagen de ellos dos juntos era como un veneno que se esparcía por mi mente, consumiéndome poco a poco.
ㅡ¿Me has olvidado, Jungkook? ¿He sido tan fácil de reemplazar? No puedo soportar la idea de que ya no sientas nada por mí. Dime que aún piensas en mí, que aún me extrañas, aunque sea un poco.
Pero el silencio era implacable. Y cada día que pasaba, mi esperanza se desvanecía un poco más, dejando en su lugar una tristeza abrumadora que no podía sacudir. Me miraba en el espejo y apenas reconocía a la persona que veía. Los ojos hinchados por las lágrimas, la piel pálida y sin vida, una sombra de lo que solía ser. Me preguntaba si él alguna vez había visto este lado de mí, si alguna vez se había dado cuenta de cuánto lo necesitaba.
ㅡJungkook, por favor. Estoy dispuesta a aceptar lo que sea, siempre y cuando sigas siendo parte de mi vida. No me importa ser la otra, no me importa si no puedo tener todo de ti, solo necesito saber que aún me quieres. No me dejes en este vacío.
Las palabras empezaban a perder su significado, se convertían en un reflejo de mi desesperación, en una súplica vacía que no obtenía respuesta. Y aunque sabía que probablemente estaba perdiendo lo poco que me quedaba de dignidad, no podía detenerme. El miedo de perderlo para siempre era más fuerte que cualquier otra cosa.
ㅡPor favor, Jungkook... No me dejes. No sé cómo vivir sin ti.
El silencio continuaba, implacable, ensordecedor. Y con cada día que pasaba, me hundía más en un abismo de tristeza y desesperanza. El mundo se volvió gris, vacío, carente de significado sin él. Me sentía como una marioneta rota, sin dirección ni propósito, atrapada en una rutina de sufrimiento que parecía no tener fin.
Y aún así, seguía esperando, porque no sabía cómo hacer otra cosa. No sabía cómo dejarlo ir, cómo aceptar que tal vez, para él, yo no era más que un capítulo que ya había terminado de leer.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top