05. 𝖱𝗎𝗇 𝖠𝗌 𝖥𝖺𝗌𝗍 𝖠𝗌 𝖸𝗈𝗎 𝖢𝖺𝗇
—C H A P T E R F I V E—
Corre Lo Más Rápido Que Puedas.
El movimiento brusco de su cuerpo, ante la adrenalina, el miedo, pero sobretodo por el recuerdo del acontecimiento "paranormal" en el museo le hizo rodar en su cama hasta caer sobre la alfombra turquesa que escondía el frío suelo grisáceo de la habitación.
La oscuridad reinaba en la recámara de la fémina, quien observaba cuatro números rojos sobresaliendo en el lugar: 03:03 a.m.
En sus muecas y quejidos de dolor, una sensación de resequedad se instaló en su garganta, mientras que su dispositivo móvil emitía una melodía, que indicaba que alguien le estaba llamando, y que a su vez comenzaba a irritar sus tímpanos.
Cerró sus ojos sólo para encontrarse con la imagen de "Steven" en su traje blanquecino encargándose de que perdiese el oxígeno vital para respirar al igual que la conciencia, a su vez ignorando por completo sus súplicas por dejarla en libertad. Gruñó por ello con impotencia antes de aferrar sus manos a la tela debajo de ella.
—Thomas tenía razón, siempre tuvo razón—Susurró, regañándose a sí misma en el proceso y soltando una risa nerviosa por el yacente, e imperceptible, terror que aún permanecía en ella—¡Idiota!—Exclamó, su labio tembló ante el coraje y la rabia.
Dio media vuelta sobre sí misma, observando el techo avellana mientras se mordía el labio inferior en un intento de reprimir las inútiles, según ella, lágrimas que amenazaban con salir; completamente ajena al hecho de que un ser desconocido le observaba desde la puerta de la habitación.
Decir que estaba molesta era poco comparado con la furia y el rencor que sentía, pero sobretodo la decepción y la vergüenza que se instalaba en ella. El mundo era peligroso, ¿por qué confiar tan rápida y ciegamente en alguien que sólo tienes un par de semanas conociéndole? La respuesta era simple, rápida y seguramente causaría el infarto de su hermano mayor. Ahora más que nunca se negaba a aceptar dicha realidad.
¿O no?
Con ayuda de sus manos y la movilidad de su cuerpo quedó sentada en el suelo, observando ahora una de las ventanas de la habitación por donde el fresco aire atmosférico fuera del lugar se adentraba y meneaba las delgadas cortinas blancas.
Cegada por la ira, se levantó del suelo, tiró de la cuerda de la lámpara que yacía en un mueble al lado de su cama, dejando que esta brindara luminosidad al lugar y dejara a la visibilidad la misma vestimenta que portaba con anterioridad a excepción de sus zapatos, donde sus calcetines de pequeños dinosaurios verdes eran visibles; buscó con su mirar su mochila, donde procedió a sacar todos los utensilios y artefactos a utilizar para su "minuciosa y pequeña" venganza a la que más bien había denominado como "Lección sobre por qué no debes meterte con una mujer que tuvo de entrenadores a los Vengadores".
Marc, en su apartamento, pasaba sus manos por su rostro con frustración y molestia gracias a su acción anterior de la cual no se sentía para nada orgulloso. Si bien, había sido—y seguía siendo—un mercenario despiadado, tenía ciertas limitaciones en sus acciones y aptitudes.
—¿Y qué?—Preguntó a la deidad que recién hacía acto de presencia en el lugar—¿Me dirás que le arranque la tráquea y esconda el cuerpo para que no se vuelva un problema?
—Ya la asfixiaste—Ironizó, dando a entender que la interrogante no era una mala idea, o eso interpretó Marc.
El azabache le observó con indignación e incredulidad—¡Pues no! ¡No quiero hacerlo!—Elevó el tono de su voz—Ella no tiene nada que ver en esto. ¡Deja de meter y amenazar a personas inocentes en esto!
Estaba furioso, ya había alejado a personas de su vida. Ello incluía a una fémina de cabellos cortos y rizados de nombre Layla a la cual el torpe de Steven había llamado el día anterior.
—Te salvé la vida.
—Pues ojalá no lo hubieras hecho, me tienes har...
Su hablar se vio interrumpido por un estruendoso ruido en la puerta de mármol del apartamento, lo que ocasionó como reacción que su mirada se dirigiese en dicha dirección.
Observando con molestia y desapruebo a su "jefe", caminó hasta la puerta con su semblante neutro. Al tirar de la perilla de mármol, su cuerpo fue empujado sin gentileza alguna haciéndole tambalear mientras retrocedía y cruzaba sus pies en una pésima coordinación.
Al reincorporarse, observó a Mara con sus ojos y rostro llenos de ira, inclusive llegó a imaginar como sus azulados ojos oceánicos flameaban un sinfín de llamas intensas que lo extinguían sin intención de detener su acción. Tragó saliva por ello.
La fémina hizo un movimiento de muñeca que activó las pulseras que rodeaban las mismas. Avanzando y cerrando la puerta detrás de ella con su pierna derecha, sin dejar de observar al londinense, apuntó en su dirección.
—Слабоумный—Le insultó.
—Me lo merecía—Apoyó él ladeando su cabeza. Detrás de la fémina, Konshu le observaba mientras negaba con su cabeza—¿Y tú que pajarraco? ¿No piensas hacer nada?
Extrañada y sintiéndose ofendida al creer que el "insulto" iba dirigido a su persona, avanzó por completo lanzando el primer golpe con su puño derecho, que fue esquivado con rapidez por el azabache; después de ello, el puño izquierdo de Mara se lanzó con la intención de golpear su mejilla del mismo sentido, cosa que Marc detuvo sin esfuerzo alguno.
—Deberíamos hablar y quizás...
Múltiples balbuceos y sonidos se escaparon de sus labios al momento de sentir una pequeña, pero letal, esfera eléctrica golpear contra su estómago y exparsir toda aquella energía por su cuerpo.
—¿Así como tú tuviste tiempo de hablar conmigo?—Preguntó sarcástica antes de por fin brindarle un golpe en la cara y empujarlo contra el suelo—No gracias.
Marc escuchó una ligera risa de parte de la deidad, la cual seguía detrás de la fémina; doblado sobre sus rodillas e intentando reducir el dolor en su mejilla izquierda, observó con molestia y rareza a la deidad.
Quitando con mucho esfuerzo la esfera incrustada en su vientre, y arrojándola a la lejanía, se levantó de su lugar y encaró a Mara—Escucha, no quiero...
—No quiero escucharte.
—Yo sé que no—Afirmó, sus manos se extendieron hacia los lados en un intento de representar no ser una amenaza y no querer seguir con este asunto—Escucha, no quiero golpearte.
—Uy si, y está muy creíble—Habló sarcástica.
—Te lo digo de verdad.
Mara nuevamente se acercó a él, lo que le hizo soltar un bufido de cansancio antes de imitar su acción. Prediciendo que ejecutaría el mismo modo de pelea, detuvo sus golpes tomándole por las muñecas y pasando su pierna derecha por detrás de las suyas haciéndole perder el equilibrio; a la par de ello, la fémina trató de reincorporarse y librarse de su agarre, lo que finalizó con ambos en el suelo.
La oji-azul se encontraba contra el suelo mientras sus muñecas eran sostenidas por encima—y a los costados—de su cabeza; por otro lado, el ojos avellana se encontraba sobre ella, con sus rodillas sirviendo como soporte para establecer cierta distancia entre ambos.
—Escúchame.
—¡Que no!—Le alzó la voz ella mientras forcejeaba.
—¡Escucha a Steven, él confía en ti!—Le gritó ya harto de toda la situación.
—¡Tú eres Steven!—Obvió ella en el mismo tono.
—¡No, yo soy Marc y estoy atrapado en un maldito problema donde el mundo puede acabar por culpa de un fanático psicópata que quiere traer de regreso a una diosa igual de psicópata que él!—Soltó de golpe. Extrañamente, se sintió más ligero—Y si quisiera matarte, ya lo habría hecho—Añadió.
Soltó una maldición al momento de sentir un golpe en su entrepierna antes de ser arrojado al lado derecho de la fémina, la cual, con ayuda de sus manos y piernas, se levantó con rapidez del suelo.
La idea era descabellada, demasiado si se lo tenían que preguntar, pero sólo eso explicaría el por qué del traje que portaba, el por qué en sus investigaciones se hablaba de una deidad que tenía relación con la Luna, pero sobretodo explicaba el por qué Steven estaba siendo seguido y por qué un chacal egipcio había aparecido místicamente en el museo.
Todo era una locura.
¡Pero vamos! Estaban en un mundo donde los alienígenas, hechiceros y magos eran reales, las personas desaparecían en cuestión de nanosegundos y una cierta cantidad de personas eran obligadas y vueltas sumisas por una bruja de sokovia con la finalidad de acatar sus órdenes. Todo era posible en ese universo.
Observó a Marc sentado en el suelo de madera y haciendo múltiples muecas de dolor, sonrió por ello antes de volver su semblante a uno serio.
—Supongamos que ya no quiero asesinarte y que creo tu cuento—El azabache la observa con el ceño fruncido—¿Por qué?
Él suspiró, no tenía muchas opciones a su favor—en realidad sólo tenía la de su líder—y no estaba dispuesto a ejecutarla, así que, ¿qué podría perder al hacerlo?
Su contraparte supuestamente "feliz" confiaba en ella y al final de todo eran la misma persona. ¿Qué era lo peor que podría pasar?
—Tu nombre ya no es Steven, es Marc. El sujeto que seguía a Steven se llama Arthur Harrow y quiere traer de regreso a Ammit. Tienes un trastorno de personalidad múltiple y sirves a una deidad egipcia de nombre Konshu que te da ciertas tareas a acatar y te transformas en una... ¿Momia? ¿Te caíste de un lugar muy alto o algo así? ¿Por qué estás relacionado con él? ¿Puedo verlo?
Bueno, eso fue lo supuestamente lo "peor" a lo que se pudo haber enfrentado: un interrogatorio que prefería evitar gracias a una mujer absolutamente curiosa. Pero bueno, fue su culpa desde un inicio permitir que Mara se involucrara en todo este conflicto.
Además, nunca lo expresaría verbalmente, pero le agradaba el hecho de tener con quien "conversar" sobre esa situación y no sólo tener que escuchar la voz de Konshu diciéndole cómo debe asesinar a alguien o cómo Steven es un estorbo.
—No, no es una momia. No, no me caía de ningún lugar. Es difícil de explicar y no creo que puedas verlo—Respondió.
—¿Y cómo explicas que vi a ese chacal?—Cuestionó ella con una ceja alzada, recargando su codo contra la mesa redonda de madera y recargando su mentón sobre la palma de su mano.
Marc abrió su boca con la intención de emitir la explicación coherente, pero no la había.
Al menos no por el momento.
—No tengo idea—Sinceró, restándole importancia al asunto—Recuerda, esto nunca sucedió y tu comunicación con Steven sigue siendo la misma. ¿Entendido?
—Tengo que aparentar con Steven que no sucede nada y contigo que sucede todo—Hizo una mueca burlesca—Además, tengo que ayudarte a que el hombre del bastón no logre su cometido. Lo tengo.
—No, no, no. Tú no vas a ayudarme con nada.
—Tarde—Musitó ella levantándose de la silla—Eso te enseñará a ser más precavido cuando se trata de ocultar secretos—Se burló mientras se dirigía a la salida del lugar.
—¿Qué? ¿Eres experta en ello?—Cuestionó con el mismo tono burlesco pero aún con sus seriedad, también levantándose de su lugar pero permaneciendo allí mismo.
Mara, con su mano sobre la perilla metálica y dorada de la puerta ya entreabierta, observó a su nuevo compañero de complicidad antes de dar una sonrisa que sólo confundió al azabache al no saberla interpretar.
—¿Eso es un sí?—La fémina rió por lo bajo antes de ubicarse en el pasillo del edificio—Mara—La nombrada siguió riendo antes de hacer un ademán de despedida con su mano y cerrar la puerta.
—Esta mujer es rara.
—No más que tú—Aseguró Konshu, haciendo que el azabache diere un brinco en su lugar.
Pasada de las nueve de la mañana, ello gracias a la profundidad con la que se sumió en su anhelado sueño, Mara realizó sus actividades rutinarias: Desayunar, asearse, lavar sus dientes, ordenar su apartamento y llamar a su hermano.
Cuando terminó sus labores, decidió que era correcto anotar ciertas interrogantes que aún tenía para Marc y buscar alguna posible información sobre el antagonista de esta reciente historia, acciones que se vieron detenidas gracias a unos toques en la puerta de su apartamento.
Sin duda fue una idea pésima abrir esta, puesto que al hacerlo, no tardó en recibir un golpe que la aturdió y un sedante que la inmovilizó.
Vaya lío en el que se había metido por tratar de cumplir una promesa que quizás no lograría ejecutar.
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¿Quién ya miró el episodio cinco de Moon Knigth para llorar juntxs? No le hagan spoilers a quienes aún no han podido hacerlo.
Gracias por leer <3♥️♥️♥️
Televisa_Telenovelas mi confiable y amada persona que adoro mucho, gracias por tu apoyo y ocurrentes comentarios en esta y mis demás historias, loviuuuuuu♥️
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©-mandaloriana76
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