𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗤𝗨𝗜𝗡𝗖𝗘.

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ϙᴜɪɴᴄᴇ: ᴇʟ ᴅᴇʙᴇʀ.
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——— Venus. ————————

Formé la masa de shinsu en mis manos, proseguí a apuntar a los globos que yacían levitando en el aire. Mis compañeros miraban atentamente cada uno de mis movimientos que hacía sin dificultad.

Disparé, dándole a dos de los globos y haciéndolos explotar con brutalidad.

— Excelente. La próxima vez estoy seguro de que podrá reventar tres, Yeon. —la bola de arroz me felicitó.

— Muchas gracias. —sonreí agradecida por sus palabras.

Llegué hasta Ho, Baam y Lauroe, últimamente me llevaba muy bien con ellos tres, a pesar de que Ho parece no saber decidirse si ser nuestro amigo o no.

— ¡Venus, eres genial! Yo apenas pude reventar dos. —Baam me alentó una vez que nos sentamos al rededor de una mesa. Lauroe decidió acostarse en el suelo con toda su manta extendida.

— Pronto serás mejor. —sonreí sin despegar mis labios.

— Eso espero. ¡Al principio solo podía explotar una, y con mucha dificultad! ¡Pero mi avance es gracias al señor Lauroe!

— ¿Ah, de verdad? —no dejé de sonreír, y sólo continué escuchándolo hablar así de emocionado. Era muy tierno.

— ¿Gracias al señor Lauroe...? ¿Le diste clases en secreto al señor Baam o algo así? —Ho miró de reojo al dormilón.

— Bueno, de vez en cuando. En realidad, encontró mi almohada el otro día, así que decidí ayudarle. —bostezó.

— Que fácil es sacarte favores. —reí en bajo.

— Esta fue una excepción y un descuido mío.

— Sigo pensando que fue genial. —Ho sonrió—. El señor Baam y Lauroe van a tomar la misma prueba y está ayudando a su oponente...

— Me da igual, sé que pasaré la prueba.

Ho rió, — Tienes... razón.

Es muy arrogante con su capacidad del shinsu, pero no lo juzgo, está bien que confíe así de él mismo. Me gustaría ser igual de buena que Lauroe.

— ¡Hey! ¿Se enteraron de lo que pasó? —Khun caminó hacia nosotros a paso tranquilo.

— Mm... Me tengo que ir. —Ho se disculpó y se puso de pie.

— ¿Estás bien? —pregunté con preocupación.

— ¡S-sí! Tengo cosas que hacer. ¡Nos vemos la próxima clase! —se fue corriendo.

— Oh... —Baam lo vio irse.

— ¿Qué le pasa? —Aguero se mantuvo de pie frente a nosotros.

— No lo sabemos. —el de ojos dorados miró a Khun.

— Bueno, ¿se enteraron?

— ¿De qué? —pasan muchas cosas para saber una con exactitud ahora mismo.

— ¿De qué la señorita Endorsi y la señorita Anaak están a punto de reprobar? —dijo el castaño con una bebida en sus manos.

Eso no me lo esperaba.

— Sí. Sé que suena absurdo, pero es cierto. Oí que no pueden ni caminar. —se sentó.

— Pero, ¿cómo pasó? —la curiosidad me estaba ganando.

— Dicen que tuvieron una pelea. Sin ningún motivo.

— P-pero, son hermanas, ¿no? —Baam no comprendía.

— La familia Zahard puede llegar a tener complicaciones dentro de esta. —le informé, mirándolo directamente a los ojos. Él abrió los labios formando una “o”

— Exacto. Pero se me hace irónico que las princesas de Zahard pelearán entre ellas y estén a punto de reprobar. —Khun sorbió la pajilla de su bebida.

Mis ojos viajaron a mis manos blanquecinas que se reposaba en la mesa circular plana. Llegaba a cuestionarme el tema de las princesas y la familia Zahard. Antes de subir la torre tenía planeado decirle a mi mamá que quería subir la torre siendo una princesa de Zahard, pero nunca me atreví por las trabas que me pusieron tanto Yuri como mi madre. Era irónico, Yuri siendo una princesa siempre me lo impedió, me avisó que tenía muchas por perder si calificaba como una.

Venus paseaba por el jardín con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, estaba viendo las flores que recientemente había plantado Gyeong con la ayuda de su hija mayor; Aurora. Ahora mismo tenían visita en la finca de la familia Storm-quer, así que la progenitora de ambas rubias decidió organizar una pequeña comida en el patio frontal con sus niñas presentes.

— Es un gusto verla por acá, princesa Yuri. —la voz de Gyeong era relajante, como una melodía para los oídos de la Ha.

— Extrañaba verlas a las tres, hacía tiempo que no venía a darles sus regalos. —tomó una galleta de chocolate del frasco que estaba en el medio de la mesa.

— ¡¿Regalos?! —rápidamente las hermanas corrieron, meneando sus lindos vestidos largos, al igual que los cabellos rizado de cada una bien cuidados y relucientes.

— ¡Sí! —tragó la galleta y abrió un bolso—. Esta es mi nueva mochila. Ahora caben muchas mas cosas que en la anterior. —sonrió de manera vanidosa, recibiendo así una pequa risa de la Yeon mayor.

— ¡Quiero una! —pidió Venus, colocando ambas manos en el posabrazo de la silla de Yuri.

— ¡Tranquila, Venus! ¡Tal vez nos dé algo mejor que esa mochila! —Aurora se puso al otro extremo.

— Niñas, no agobien a Lady Yuri... —pidió con voz de reprendimiento, sin embargo, las niñas solo rieron como respuesta.

— No te preocupes, Gyeong. Tus hijas son un amor, no son ensimismosas como otros niños insoportables. —sacó dos cajas con envoltorios y se los entregó a sus respectivas autoras—. ¡Abranlos!

Se sentaron en el pasto sin dejar de mostrar gozo en cada una de sus acciones al destrozar los envoltorios con figuras llamativas, el par de hermanas adoraban recibir vestidos costosos por parte de las princesas de Zahard, eran las favoritas de aquella familia. Aunque esto de alguna manera incomodaba a Gyeong, igualmente dejaba que las princesas llegaran hasta su finca, ya que no se les veían dobles intenciones hasta el momento.

La de hebras doradas y la menor de la familia Storm-quer había recibido una caja un tanto grande, la abrió con un brillo en sus ojos y le sacó la tapa que escondía el contenido de la caja. Lo primero que consiguió sacar, fue algo que jamás había visto, y que no esperaba más que un vestido. Se trataba de una esfera brillante que mantenía un flujo de shinsu en su interior, la niña se quedó embobada mirando como fluía lentamente los colores del shinsu.

— ¿Eso para qué es, Yuri? —preguntó Gyeong, colocándose al lado de la menor para observar con ella la esfera. La mujer se hacía una idea, pero no estaba totalmente segura.

— La vez pasada que vine, Venus y Aurora me contaron que querían subir la Torre juntas, —mientras hablaba acariciaba el cabello de las niñas que la observaban atentas— así que les traje un artilugio de rango A para que ambas tuvieran comunicación dentro de la Torre, de esta manera siempre podrán reencontrarse. Además, tiene una funciones extrañas que no he probado, sirven para protegerlas de cierto nivel de shinsu. —sonrió.

— ¿Por qué les das algo que no has probado? —sonrió Gyeong con una gota de sudor fría resbalando en su sien.

— ¡No es difícil de entender! —se excusó avergonzada.

— ¡¡Muchas gracias, princesa!! —Venus se le tiró encima, entregándole un cálido abrazo que la azabache no dudó en corresponder—. Eso quiere decir que Aurora también tiene uno, ¿no?

— ¡Así es! También les traje unos vestidos del costurero que tanto les gusta. No solamente les traería un artilugio a mis chicas favoritas. —jaló una mejilla de Venus, y le hizo una seña a Aurora para que se acercara más a ellas—. ¿Te gustó el regalo, Aurora?

— Me gusta. —sostuvo la esfera con una mano, pero se le veía un poco más seria que cualquier otro día—. Gracias por el regalo, princesa Yuri.

La susodicha se le hizo extraña la actitud de la hermana mayor, pero lo pasó por alto cuando Venus habló.

— ¿Me podré convertir en una princesa como usted, Lady Yuri? —la niña seguía abrazada a la de ojos escarlata, en cambio esta, y las otras dos chicas presentes, se asombraron con la repentina pregunta de la niña—. Sueño en ser como usted, y las demás princesas me apoyarían, pero quiero saber lo que usted opina, porque es mi mejor amiga.

— Venus... —su madre la llamó—. Ven acá.

La Ha relajó sus facciones, y sonrió contenta, esto desconcertó a las Yeon, menos a Venus.

— Venus... Puedes transformarte en alguien igual de fuerte, o aún más que yo. —acomodó los rulos grandes de la ojidorada—. Pero hay algo que debes aprender con el paso del tiempo, y es que la familia Zahard no es lo que tú piensas que es. Es por eso que evitaré que te conviertas en una princesa más, no soportaría verte siendo una.

Esas palabras tocaron fuertemente en el corazón de la menor. Sus labios se entreabrieron y achicó sus ojos por las ganas de llorar. Sin previo aviso, salió corriendo de ahí.

— ¡Venus! —Aurora la persiguió enseguida. Dejando a solas a las mayores.

Gyeong bajó la mirada, y tomó un poco de su café.

— Gracias por haberle dicho eso. —dijo la Yeon, una vez que terminó de beber—. Tampoco le permitiré que se transforme en una princesa de Zahard, ahora no es consciente de lo que significa ser una. Solamente quiere seguir tus pasos porque tú en realidad eres buena.

Yuri suspiró, — ¿Buena? Ojalá lo fuera del todo. —hizo una pausa, pensando en lo que había sucedido hace un minuto—. Tus hijas son especiales, y cuando estén subiendo la Torre querrán hacerles daño, lo sabes ¿no?

— Sí. Pero no las puedo detener.

— Eso lo sé. Pero me deja intranquila que estés tan relajada. —la miró por primera vez, con desconfianza.

— Las dos tienen misiones importantes que hacer en la Torre. Se lo debo todo a ellos. —dejó la taza en la mesa.

— ¿A quién?

— A V y Arlene Grace.

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