𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗗𝗜𝗘𝗖𝗜𝗦𝗜𝗘𝗧𝗘.

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪsɪᴇᴛᴇ: ᴄᴏᴍᴘᴀɴ̃ᴇʀɪsᴍᴏ.
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——— Venus. ————————

ÁREA DE SEGURIDAD—EQUIPO A

Hacía un tiempo que no cargaba con mi lanza, la mantenía en mi habitación para no traerla estorbando todo el tiempo, igualmente no la necesité para tomar mis clases de posiciones. En este momento solo podía relajarme estando tirada en el suelo del área de seguridad, tal vez planeariamos algo, Khun es el más inteligente aquí ahora mismo.

— Que prueba tan difícil, ¿eh? —Shibisu suspiró rendido—. Un supremo es casi como un ejército, pero en un hombre.

— Pero hay una ventaja, parece el supremo más débil de todos. —dijo el ojiazul a mi costado, restándole importancia a Quant.

No sabe lo que dice.

— Bueno, es cierto. Fue mi instructor y sí parecía débil. —Shibisu se lo cuestionó—. ¿Y tú, Venus? También fue tu instructor.

— Está demente. —cerré los ojos para descansar.

— ¡En eso tiene razón! —se palmeó la frente el de pecas—. Auch.

— Eso da igual, tenemos de todas las posiciones, y sumamos a una hwayeomsa al equipo, eso le quita las probabilidades de ganar. Además, no puede utilizar objetos ni fortalecer su cuerpo. Solo puede usar el shinsu una vez, no está mal. —Aguero apoyó al más decaído del equipo, le dio unas palmadas en el hombro y se alejó.

— Pero sigue siendo un supremo, Khun.

— Debemos tenerle cuidado. —abrí un ojo para hacer contacto visual con Khun. Se lo estaba tomando todo muy a la ligera, y eso me preocupa.

— Cierto... —se encogió de hombros y dio media vuelta para ver a lo que restaba del equipo—. ¿Qué les parece si nos animamos y escogemos un líder? ¿Qué tal si votamos?

— Sabes bien que voto por ti, eres un líder por naturaleza. Y creo que ellos piensan igual. —apunté a Shibisu y unos más en el fondo que no reconocía del todo.

Khun sonrió, — De acuerdo. Entonces está decidido, yo seré el líder. —me miró—. Y gracias por el cumplido, Venus. Al menos sé que congeniamos bien en batalla.

— ¡Eso fue rápido! ¿Sabías que te escogeríamos? —Kancho se acercó.

— Bueno, ya me conocen. —sonrió.

Es un engreído de primera, pero qué más da. Me cae bien.

— Bien... ¿Qué tal si festejamos mi nombramiento con una pregunta? ¿Cómo atraparemos al buscador?

— ¡¿Qué?! —Kancho se asustó.

— Estás loco, ¿verdad? —terminé abriendo los ojos completamente, enarcando una ceja gracias a la pregunta de celebración.

— Oh, Venus. Esperaba que lo entendieras. —se hizo el indignado.

— Sé que estás loco, lo lamento. —bromeé, recibiendo una mirada burlesca del Khun—. En fin, ¿cómo lo haríamos? Por experiencia propia les digo que Quant es... Especial y acelerado. Él dijo que sería flexible con nosotros, pero lo contrario, él es capaz de llegar al extremo de matarnos para impedir salir victoriosos.

— ¡Entonces atraparlo será aún más difícil! —Rozéal rascó su barbilla.

— Ahí te equivocas. —la sonrisa de Khun demostraba su dominio en el tema—. Ni siquiera se la pasa por la cabeza que quisiéramos atraparlo. Él piensa que no puede perder contra nosotros, así que solo pensará en cómo atraparnos. Y además, no cree que un grupo de regulares se atreva a capturarlo. Nos subestima porque es un supremo, y ha subido toda la Torre. No somos nada en comparación.

Ladeé la cabeza, las cosas que decía estaban ya captando toda mi atención, así que me puse de pie y observé atentamente las palabras de todos.

— Me gusta. Cuenta conmigo. —la rubia con la varita de shinsu sonrió—. A parte, dijeron que le darían más puntos al equipo que le robara la insignia.

— De acuerdo, cuenta conmigo.

— ¡¡Y conmigo!!

Ya todos estaban poniéndose de acuerdo con aceptar. En cambio yo, puse una mano en el hombro de Khun.

— Sabes que confío en ti. —dije con algo de timidez.

— Gracias, Venus... —respondió con total sinceridad, para después regresar a su semblante arrogante—. Entonces atrapemoslo. Pero primero... necesito un señuelo.

Puse mi lanza para que tocara la superficie en lo que esperaba alguna orden de Khun.

“Ya irá por las escaleras, ¿estás lista?” me llamó Aguero a través del artefacto.

— Siempre. No debo hacer mucho, ¿no? Ni siquiera los cinco minutos reteniendolo. —susurré, para que mis compañeros no escuchasen.

“Sí. Tampoco hagas movimientos que vayan a provocarlo a seguir peleando contigo”

— Bien. —guardamos silencio por unos segundos—. Gracias por contarme tu plan...

“Solo a los más especiales les puedo contar.”

Reí en bajo, — Claro.

Khun dejó de hablar, por lo que mantuve la vista fija en cualquier punto del lugar, pues todo estaba oscuro.

— Sabía que estarían aquí. —apareció su voz mezquina y juguetona, haciendo eco en todas las escaleras circulares—. Tomando en cuenta la velocidad del blanco y la concentración del shinsu, el blanco debe estar en el ascensor del segundo círculo. Tengo que ser rápido para alcanzarla. Así que les daré una breve lección.

Rodé los ojos claramente aburrida de sus largas explicaciones de shinsu y exploradores.

La luz del faro dejó de alcanzar al supremo. Rápido, miré a todos los lados posibles.

— ¡¡Ataque al azar!! —todos mis compañeros comenzaron a gritar y lanzar sus tipos de habilidades y armas al vacío.

No tardaron en escucharse las peleas cortas que Quant mantenía con los regulares.

No me gusta esto de escuchar a mis compañeros sufrir...

Mm...

— ¿Eso es todo? —dijo eso el pelirrojo ya que tiró a dos regulares—. ¿Acaso no planeaban retenerme aquí durante cinco minutos? Esfuercense más.

Yo... No puedo dejar que salgan más heridos.

((Mientras tanto en la sala del equipo B))

Todos los regulares del equipo vociferaban y creaban bulla para que el supremo Quant derribara con éxito a los regulares del equipo A.

— ¡Sí! ¡Vamos supremo!

— ¡Genial! ¡Matenlos a todos!

— ¡Que pena da el equipo A!

En cambio, Baam permanecía inmóvil, esperando que sus amigos estuviesen bien. Temía por el estado de ambos, y esperaba que Venus no se arriesgara como normalmente lo hacía.

— ¡¿Qué hace?!

— ¡¿Quién es esa idiota?!

Endorsi y Baam miraron la pantalla asombrados. Especialmente el de ojos dorados, sonrió con alegría ver a su amiga bien.

— ¡¡Es Venus!!! —dio un salto de alegría, pero sus compañeros lo miraron de mala forma.

((De regreso al equipo A))

No podía verlos caer uno por uno, eso no es lo que me enseñaron mi mamá y mi hermana.

Di un enorme salto desde el final del escalón en que estaba, dejándome descender en el centro de las escaleras de caracol que fácilmente me conducirían hasta el supremo Quant.

“¡¿Qué haces?! ¡¿Venus?!” Khun me gritaba desde el faro.

— Salvar a mis compañeros.

Quant miró mi llegada, a lo que soltó una enorme sonrisa que no pudo disimular. Vi a mis lados en las escaleras que mis otros compañeros querían bajar ya, pero que al verme se quedaron de piedra.

— ¡Mi estudiante favorita! ¡Veamos en qué te convertí!

Apunté la lanza en dirección a sus piernas de un movimiento bastante rápido, en el aire hice la postura de lanzamiento, y finalmente la lancé. Quant esquivó a duras penas, llevándose solamente un poco de su ropa de la pierna.

— ¿Me quieres perforar? ¿Acaso me estás subestimando?

Sonreí, soltando un bufido y por fin logrando aterrizar en el suelo sin algún daño.

— Para nada, usted es un buen maestro. —mi brazo derecho fue prendido en llamas—. ¿Probamos?

— Con gusto. —se puso a la defensa, pero jamás quitaba los brazos que posicionaba detrás de su espalda.

No tenía al alcance mi lanza, esta ahora estaba anclada al piso rocoso y liso. Así que me acerqué de un brinco a Quant para asestarle un golpe con mi brazo en fuego.

Los dos nos movimos fluidamente en el pequeño espacio que teníamos, tanto él como yo hacíamos el intento de darnos un golpe, pero era casi imposible. Eso creo que lo molestó, ¿cómo una regular podría esquivarlo en su propio juego? Jamás se lo perdonaría.

— ¡Para de moverte tanto!

— Ahorita, con gusto. —comenté sarcásticamente sin dejar de moverme. En un momento prendí sin que se diera cuenta mi otro brazo, era algo que me había enseñado controlar el supremo entre las clases.

Mi mano tocó su espalda de un golpe, quemandole la ropa.

— ¡¡No ataques por la espalda!! ¡¿No aprendiste de mis clases?!

Me agaché con los pies en punta cuando me lanzó una patada al rostro.

— Filo ardiente. —susurré, creando una daga de fuego con mi brazo izquierdo.

Aproveché que tenía su torso al alcance, y pasé mi extremidad cerca de sus costillas para hacerle más daño en sus partes vitales, mi puñal de fuego le formó una línea de sangre al lado de su costilla derecha. Soltó un quejido y se alejó.

— ¿Pero qué...?

— No me subestimes por ser una regular. —deshice el fuego de aquella mano para tomar mi lanza.

Soltó un bufido, lo más probable es que se sentía humillado.

— No eres más fuerte que yo.

Desapareció sin previo aviso. Lo busqué con la mirada, pero al dar vuelta sobre mis talones, me lo encontré cara a cara.

Mis reflejos fueron rápidos, solo pude reaccionar con una patada en su estómago, mientras que al mismo tiempo sucedía que me daba un golpe en la nuca con la palma de sus manos para dejarme inconsciente.

Lo último que mis ojos me permitieron ver, fue como se retorcía del dolor en el suelo con la tos saliendo de su garganta.

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