𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗗𝗜𝗘𝗖𝗜𝗦𝗘𝗜𝗦.
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪsᴇ́ɪs: ʟᴀs ᴇsᴄᴏɴᴅɪᴅᴀs.
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——— Venus. ————————
Di un mordisco a la brocheta de vegetales que había pedido con anhelo, es una de mis comidas favoritas y que me encantaba como la preparaba mamá en la finca de las Yeon junto a mi tía y mis primas. Mientras, mis compañeros me invadían con preguntas sobre la princesa Yuri, se habían enterado de que la conozco y que es amiga mía y de mi familia Storm-quer.
— Está un poco zafada de la cabeza, pero nada del otro mundo. —saboreé el dulzor de la salsa sobre los vegetales—. No entiendo porque les aterra.
— ¡Bueno! Como tú la conoces desde hace años seguro te acostumbraste a su manera de ser tan terrorífica. ¡Podría incluso decir que es una líder mafiosa! —la princesa de Zahard, Endorsi, me apuntó con su tenedor sosteniendo una salchicha, se le veía divertida.
Rodé los ojos sonriendo de manera divertida, en cierta parte tenía razón con el apodo de “líder mafiosa”
— Entonces eso no te lo niego, creo que puede abarcar el tema de estar zafadas de la cabeza. —ambas reímos a la par. Me sorprendía que pudiera llevarme bien con Endorsi después de la pequeña tensión que tuvimos ayer en el comedor.
En lo que reía, me permití mirar a un lado a Baam, esperaba ver su reacción, pues él conoció a Yuri en el primer piso con Headon.
— No... No lo puedo creer. Fue tan amable...
Sonreí gracias a su expresión de desconcierto, era realmente adorable la perspectiva que tiene de todos. Solo espero que eso no le perjudique después.
Baam se topó con mis orbes, a lo que soltó una sonrisa agradable con algo de nervios. ¿Lo pondré nervioso? No es la primera vez que sucede. Oh, vamos, Venus... No seas una engreída.
— He de admitir que Yuri es muy amable. Siempre que iba a la casa de las Yeon nos traía regalos a mi hermana y a mí, además, se quedaba a jugar con nosotras. —regresé la mirada a mi brocheta—. Eso sí, cuando jugábamos era imposible de darse por vencida, no soportaba tener que perder.
— ¡Y es por eso que le llamaban la Zahard de Effenberg! —Endorsi formó una expresión de escalofrío.
— Bueno... Me dio una patada cuando la conocí. —dijo, con una pequeña sonrisa.
— ¿Te pateó? Pobrecito... —Endorsi siguió comiendo.
— La verdad es que no me sorprende. —sonreí de lado.
— ¡¡Pero no es lo que parece!! —se excusó, dejando a un lado sus cubiertos.
Ya estaba llegando al máximo de mi agotamiento, tenía que tomar dos clases consecutivas por portar con dos posiciones, eso conllevaba uno de los peores instructores que me podían asignar: el supremo Quant, portador de la posición hwayeomsa. Y yo al ser la única en esta prueba con tal posición, era más carga sobre mí.
— Es alucinante tu capacidad de crear un bang después de una clase con Quant, la felicito, señorita Venus. Es una estudiante ejemplar. —la bola de arroz me miraba y calificaba el bang que había creado con toda la última fuerza que me quedaba—. No esperaba menos de la hija de la alto rango Gyeong.
Sonreí, enmascarando mi rostro de cansancio, — ¡Muchas gracias! Solo doy lo mejor de mí. —dejé de formar el bang y me alejé de la zona donde se hacía el ejercicio.
Era el turno de Ho, le deseé éxito como siempre lo hacía a mis compañeros, después me trasladé a los asientos próximos al lugar, ahí Lauroe y Baam me esperaban.
— No te fue nada mal para haber estado en otra clase desde hace días. —dijo el bello durmiente desde sus mantas—. Felicidades, niña.
— Gracias, Lauroe. —asentí a él, y me puse en el asiento debajo a Baam—. Aún así, siento que no podría aguantar más tiempo en clases con el supremo Quant... Es demasiado ruidoso y altanero.
— Tranquila, Venus. Mañana ya será la prueba en equipos y dejaremos las clases. —escuché la voz alegre de Baam apoyándome atrás de mí, sonreí sin que él pudiese verme. Próximamente sentí como tomó mis cabellos traseros para empezar a peinarlos—. ¡Antes tenía el cabello igual de largo que usted! ¿Puedo ayudarle a peinarlo? Aunque no soy bueno en eso...
— Claro, Baam. —reí en bajo, pues él no podía dejar de llamarme por “usted”. Su inocencia me transmitía paz, así que no le cuestionaba nada.
En el proceso de observar los ejercicios, Baam me acomodaba el cabello en un intento de una trenza enorme y gruesa, claramente podía identificar el cómo sus dedos se enredaban en mis hebras doradas y onduladas. No fue para nada aún trabajo fácil.
— Te quedó hermosa. —halagué su intento de trenza, estaba un poco con cabellos de fuera y ladeada, pero lo que contaba para mí era su intención de hacerme sentir bien. Baam era algo consciente de que estos días no me había sentido con mucho ánimo.
— ¡Gracias! Rachel no me enseñó mucho de cómo recoger cabello, pero lo que podía ver cuando ella lo intentaba se me quedó aprendido.
Me di media vuelta en el asiento para encararlo, jalé una de sus mejillas con una enorme sonrisa y deposité un beso suave en la frente del castaño.
— ¡A-ah! —sus mejillas tomaron su color carmín característico sin dejar de sonreír—. Es demasiado buena conmigo, ¡gracias!
— No agradezcas, Baam. Esto es algo natural que hago cuando alguien realmente me agrada. —tomé un cabello ondulado de él, para después haberle ofrecido otra sonrisa tranquila.
No hables de Rachel, por favor...
— ¡Bienvenidos a la prueba grupal de posiciones, regulares! ¡Y felicitaciones a todos! —Lero-Ro extendió sus brazos mientras sonreía—. Esta prueba reúne a los veintiocho candidatos que aún no han pasado o reprobado. Y la harán en equipos de catorce personas. Los regulares deberán hacer la prueba con los equipos que les asignamos.
Pasé la vista a la tabla que se nos presentó con las posiciones y los equipos A y B. Enseguida me percaté de que estaba la posición de Hwayeomsa, con solo mi nombre en el lado del equipo A.
Alcé la mano para hablar, Lero-Ro me dio la palabra.
— ¿No es injusto que en un equipo haya una Hwayeomsa mientras que en el otro no? —quería sacarme esa duda.
Los demás me vieron y concordaron mi pregunta.
— No. —el resto gritó por la inconformidad—. Siguen siendo catorce de cada equipo, no hay nada más que decir.
— ¡Es injusto! —empezaron a abuchear—. ¡Mejor saquenla!
Fruncí el ceño por el comentario, pero Khun fue el primero en saltar a la defensiva.
— Cállate, idiota. Venus se merece más asistir a la prueba que tú.
— Khun, no es necesario armar un alboroto. —lo tomé del brazo para alejarlo, había visto que Lero-Ro solo esperaba que terminaran de discutir.
— Pero dijo algo estúpido. —me hizo caso.
— ¡Señorita Venus! ¡No haga caso a los demás! Sé que participará en la prueba y que la aprobará. —Baam se acercó a abrazarme.
Eso... No me lo esperaba. Si nosotros ganamos lo más probable es que el equipo de Baam vaya a perder y reprobar.
— ¿Ya puedo hablar? —se aclaró la voz el supremo—. No habrán cambios, y tal como dijo Aguero, es una excelente regular que ha estado a punto de aprobar, y nosotros le damos las oportunidades de escalar la Torre a los fuertes. Así que conformense o dejen la prueba.
Aún con lo dicho por Ro, escuchaba uno que otro murmullo de los participantes del equipo de Baam. Ya no pude seguir escuchando más, ya que fuimos asignados con nuestros equipos y apartados de los demás. Khun me recibió con una sonrisa, al igual que Shibisu.
— Somos un gran equipo. —Shibisu me abrazó por los hombros con aire de positivismo, eso me hizo sonreír y no apartarme.
Miré a lo lejos a Baam, me daba pena no compartir equipo con él, pero entiendo el porqué. Y... Está con Rachel.
Él se dio cuenta de que lo observaba, así llevandose una mano al aire para saludarme, sonriente. Le devolví el saludo de igual manera.
Lero-Ro prosiguió a explicar el sistema de la prueba, el cómo se seleccionaron los equipos con las puntuaciones anteriores, y que calificarían tanto a nivel individual como grupal. Los instructores de posiciones estarán evaluando individualmente, mientras que el supervisor calificará a cada equipo.
Después, el mismo supervisor Han Sung Yu dejó su taza de café a un lado para explicarnos las bases del juego “las escondidas”
Era sencillo, atrapar o huir con la insignia y ganar demasiados puntos dependiendo de la decisión que tomemos.
— ¡Supervisor! —llamó Shibisu a mí lado—. ¿Quién será el buscador?
Alguien hizo acto de presencia con una enorme risa espantosa.
— No puede ser... —hundí mis cejas con pesar—. ¿Ni aquí me lo saco de encima?
— Oh no. —se quejó el de pecas—. Te compadezco, Venus.
— ¡Excelente pregunta! ¡Sabía que tenía buenos estudiantes! —Quant nos miró con arrogancia en sus orbes—. ¡Seré yo el buscador de la prueba!
Todos volvieron a hacer ruido con la aparición del supremo instructor que nos ha estado enseñando a Shibisu y a mí. Definitivamente esta prueba sería divertida... O un caos.
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