𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗗𝗜𝗘𝗖𝗜𝗢𝗖𝗛𝗢.

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪᴏᴄʜᴏ: sᴜʙɪʀ ʟᴀ ᴛᴏʀʀᴇ ᴊᴜɴᴛᴏs.

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— ¡¡No!! ¡Venus! —en lo que todo su equipo festejaba la caída de la Yeon, Baam intentaba no pensar en algo tan grave.

— Estará bien, solo la dejó dormida. —Endorsi lo miró con los brazos cruzados—. El supremo sabía que le daría problemas si no la dejaba inconsciente, por eso hizo eso.

— Pero... Igual me preocupa... —bajó la mirada entristecido.

Endorsi estaba atenta a las expresiones del morocho, a lo que sonrió.

“Oh, Rachel... Creo que Baam ya tiene a alguien más en la mira. Es una pena que no sea yo.”

— Venus es demasiado fuerte, ¿cree que después pasará lo mismo, señorita Endorsi?

— ¿Ah? Probablemente, ¿por qué?

— Para volverme mucho más fuerte y evitar que eso le vuelva a suceder a Venus o a mis amigos.

[...]

Los instructores quedaron asombrados con el corto combate que habían tenido Quant y la regular Venus, ambos fueron tan rápidos en cada golpe que daban, que hasta los instructores tardaron en procesar lo que había hecho cada uno en cuestión de segundos durante la pelea.

— Esa chica es increíble... —la instructora de pescadores miró atenta a la pantalla—. Apenas es una regular y ya tiene una técnica que puede controlar, a pesar de no ser la mejor. Y logró herir a Quant...

— Cierto... Pero todo eso se debe al poder de Gyeong. Venus es una Storm-quer, ¿lo olvidan? —otro instructor habló.

— Eso la vuelve aún más fascinante. —Han Sung Yu sorbio de su café.

Lero-Ro frunció el ceño, — No organizó la reunión. ¿Por qué?

— Era algo innecesario, en realidad. —mintió, esto muy a sabiendas de Ro.

——— Venus. ————————

Abrí los ojos lentamente, sintiendo la luz cegadora opacar mi visión. Dirigí mi mano a mis párpados para crear sombra y no quedar más cegada de lo que ya estaba.

— ¡Despertó! —alguien corrió del lugar, cerrando la puerta detrás suyo.

¿Qué pasó...?

Solo recuerdo que empezó la prueba y luché contra el supremo Quant...

Un momento.

¡La prueba!

Me senté sobre la camilla muy a duras penas, había abierto por completo mis ojos para ver en donde me encontraba. Era un pequeño cuarto de enfermería, probablemente me trajeron aquí cuando terminó la prueba.

Khun y Shibisu abrieron la puerta, siendo seguidos por lo que restaba de mi equipo.

— ¡Venus! ¡Estuviste asombrosa! —la chica de cabellos rubios y ropa rosada se acercó a mi cama y me miró con una sonrisa—. Nadie en el juego había podido hacerle un rasguño, ¡y tú lo hiciste sacar sangre!

— ¿De verdad? —suspiré de alivio, había podido protegerlos.

— Venus, ¿estás bien? —Shibisu se sentó en el otro extremo acompañado de Khun—. Corrimos a auxiliarte cuando el idiota del supremo me aventó a patadas.

— Todo está bien, no tengo ninguna herida. —le sonreí relajadamente.

Mi cuerpo se había regenerado perfectamente después del descanso largo que di en la enfermería.

— Menos mal. Casi me dio un infarto cuando supe que estabas luchando contra el supremo. —Khun me dio una mirada severa.

— Lo siento, es que no quería que nadie saliera lastimado... —rasqué mi nuca con nerviosismo.

— ¡Que linda!

— Lo conseguiste. —me sonrió finalmente el Khun.

Vi a mis compañeros, se veían felices de mi estado y lo que conseguí por haberles ayudado. Me sentía... Acompañada.

— ¿Ganamos? —no quería hacer la pregunta, sabía lo que debía pasar. Pero debía enterarme por sí acaso.

Todos se vieron entre sí entristecidos, pero después asintieorn con determinación.

— No,Venus. Pero todos hicieron un buen trabajo, en especial Khun y tú. Fueron los que más arriesgaron. —dijo Shibisu.

— Ya veo. —acaricié la cabeza de Aguero, él tomó mi mano sonriente—. Todos fueron excelentes en la prueba, estoy segura de ello. Y me imagino que el equipo B está haciendo la prueba en este momento, ¿cierto?

— Sí, pero pensamos que era mejor venir a acompañarte que verlos a ellos. —dijo Anaak. Eso me dejó sorprendida.

— De verdad... Gracias.

Khun me ayudó a llevarme cargando hasta la sala donde podríamos ser espectadores de la prueba del equipo B, y a lo poco que voy viendo apenas llegando, es que están demasiado mal.

— Se traicionan demasiado, no sé si yo sería capaz de hacer algo así... —recosté mi barbilla en mis brazos que reposaba en la mesa.

— No lo serias. Ya lo demostraste en la prueba con nuestro equipo. —Aguero me ofreció una barra de cholate, la cual acepté con gusto y desenvolví al instante de habermela dado.

El chocolate me había dado mucho sueño, y parecía ser que Khun también había recibido los efectos de la barra de chocolate.

— No quiero dormir, ¿y si Baam recibe daño? —bostecé, exhausta.

— No sé... —entre cerró los ojos—. Pero quiero dormir. No creo que le suceda algo malo.

Tiene razón. Una pequeña siesta no vendría mal.

Dicho eso, cerré los ojos y dejé que mi cabeza descansara cómodamente en mis brazos. Después me encargaría de ponerme al corriente con la prueba del equipo B, ahora solo necesito dormir.

— ¡Las pruebas han finalizado! ¡El equipo A falló y el equipo B pasó! ¡Todos los regulares deben reunirse!

Alcé la cabeza desorientada.

¿Tan pronto?

Había pasado un día desde el final de la prueba, varios regulares salieron heridos. Especialmente Rachel.

Pero... Ho murió.

— Entonces lo más probable es que Baam deje de subir la Torre solo para estar con Rachel. —murmuré sentada en la cama de Aguero, estaba hecha bolita con la cabeza sumida en mis rodillas.

Quería subir la Torre con él... Es una lástima.

— Sí. —el de hebras azuladas me miró de reojo. Hacía unos minutos que nos había contado lo de su hermana lejana María, y lo que había perdido después de haberle ayudado en convertirse en una princesa de Zahard, así abandonando a su  hermana biológica—. Me imagino que quieres que suba con nosotros, después de lo de tu madre y hermana le tuviste mucho cariño a Baam.

Ladeé la cabeza a otro lado sin querer responder. Tal vez tenía razón.

— No puedo hacer nada contra lo que vaya a decidir Baam. Debo seguir adelante sin importar qué, cumpliré los deseos que Aurora y la familia Yeon tienen sobre mí.

— Que complicada eres, tortuga dorada. —Rak mordió su plátano—. Ahora nos tienes a nosotros, especialmente a mí. ¡El inigualable Rak!

Solté una risa que no pude aguantar, pero que fue descendiendo cuando escuché la puerta del cuarto chirriar, dejando a la vista el cuerpo de Baam y su rostro tranquilo.

— ¿Baam? —musitó Khun.

— Necesito decirles algo.

Los tres lo observamos con duda y esperando a que hablara.

— Es posible que Rachel ya no pueda caminar. —soltamos un jadeo de sorpresa—. Dijeron que sólo un médico que sepa usar el shinsu puede curarla... Pero lleva tiempo, y cuesta una fortuna. Y también necesitamos a un experto, así que... Creo que voy a..

— ¡No! ¡No lo permitiré! ¡Eres mi presa! ¡No puedes ir... -

Baam interrumpió, — ¡Voy a ser las piernas de Rachel!

— ¿Qué? —alcé una ceja.

— Seré las piernas de Rachel... La ayudaré a subir la Torre. Me da igual lo que haya allá arriba, no me interesa ver las estrellas. Pero cualquier deseo que Rachel tenga lo volveré realidad... Eso es lo que yo quiero. No importa cuán difícil o peligro sea, seguiré subiendo. —hizo una pausa—. Mm... Sé que esto es mucho pedir, pero no soy tan fuerte o listo como ustedes... Y por eso quería saber si me acompañarán... No sé cómo se tomarán esto, pero ustedes son mis amigos más preciados. Quiero subir con ustedes.

Conecté miradas con Baam, este me sonrió con timidez, pero yo no pude formar ningún indicio de felicidad, enojo o tristeza. Estaba inerte.

¿Cuál era este sentimiento? ¿Acaso tenía envidia de la devoción que entregaba a Rachel? ¿O envidia de que él podía subir la Torre con la persona que tanto buscaba?

¿Y si son ambas cosas?

Tal vez lo que habría cambiado el suceso de las cosas, es si hubiera pedido a Aurora subir la Torre con ella un año atrás. ¿Eso me habría bastado?

Ahora solo quiero con ellos, para después encontrar a mi hermana en pisos más arriba. Estoy segura de que ella está bien, no muerta o desaparecida. Hay algo raro que se escapa de mi comprendimiento, pero pienso descubrir lo que es.

— Te acompañaré a dónde sea. —fui la primera en hablar. Baam esbozó una sonrisa mucho más grande.

— ¡Claro que sí, tortuga! ¡Cuenta conmigo! —Rak saltaba de alegría.

Aunque no me agradaba el hecho de que fuera Rachel. Fue egoísta con lo que nos pidió a Khun y a mí, después podría pasar lo mismo, ¿y si nos mentía a los cuatro también?

— ¿Difícil, dices? —Khun se puso de pie y le dio un pellizcon a Rak—. Esa es mi especialidad... Te escoltaré a la cima de la Torre con las artimañas más ruines que sean posibles. Prepárate, porque cuando empecemos, ya no podrás cambiar de opinión, por difícil que sea.

— Señor Khun, Rak... Señorita Venus... —Baam estaba demasiado feliz— ¡¡Gracias!! ¡Lo digo en serio!

— ¡Ven acá! —lo jalé a mí y lo abracé con fuerza en mi agarre, solo sentí el cuerpo de Baam contra mi torso y el cómo correspondía sin dudar—. ¡Seremos los mejores regulares que podrá tener esta torre!

— Eso es lo que quería escuchar. —Khun sonrió—. Y dime Baam, ¿qué es lo que quieres aprender primero?¿a engañar o a estafar?

— ¿Tengo que escoger una? —preguntó sin alejarse de mí.

— ¡¡No me ignoren, tortugas!!

— Khun... No le puedes enseñar esas cosas a Baam, aún es joven. —lo reprendí, pegando la cabeza de Baam a mi pecho mientras apuntaba acusatoriamente al ojiazul.

— Pero no eres su madre, el chico tiene que aprender algo para sobrevivir. —se cruzó de brazos.

— ¡¿Por qué me ignoran?!

— ¿Quién es ese muñeco parlante? —Baam miró a Rak.

— Mm, no recuerdo haber comprado esa cosa. —Khun también lo miró.

— ¡Idiotas! ¡Sepan cuál es su lugar!

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