Capítulo 71 | 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎 𝐒𝐎𝐋𝐀𝐑 𝐘 𝐋𝐀𝐒 𝐀𝐋𝐌𝐀𝐒

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NARRA BAAM

— ¡Y ahora, el próximo rehén abordará el submarino! ¡El próximo rehén es del equipo de Jue Viole Grace! ¡El señor Arkraptor!

Subí la mirada a la gran jaula donde tenían a mis amigos encerrados, no pude ver mucho desde acá, solo un considerado brillo que me decía que el señor Arkraptor ya había sido seleccionado para mandarlo al submarino. He de admitir que estoy algo nervioso... Me gustaría tener a Venus para apoyarme, pero debe permanecer a salvo, eso es lo único que me deja tranquilo.

— ¿Quieres salvarlos a todos y ganar el juego a la vez? ¿En verdad crees que puedes lograr una victoria tan  perfecta? ¡Qué arrogancia! Esa es una forma muy arrogante de pensar, Jue Viole Grace. —dijo Hoaquín, tenía una expresión seria, y por fin no lo veía con una sonrisa amarga. Yo le devolví la mirada—. Solo los más fuertes sobreviven en la torre. Los fuertes devoran a los débiles, y aquellos que son todavía más fuertes devoran al resto. Las bestias no pueden existir si no tienen una presa que cazar. ¿Y tú quieres convertirte en el héroe que los salve a todos en un mundo como este? Es realmente aterrador y arrogante pensar eso, Jue Viole Grace.

Fruncí el ceño, y en ese preciso momento una punzada aterrizó de repente en mi cabeza, por lo que formé una mueca de dolor. ¿Por qué me tenía que pasar esto justo antes de empezar? No quiero poner en peligro al señor Arkraptor...

Puede que seas arrogante, pero mi Venus quiere que salves a todos los que puedas mientras ambos entren en las posibilidades de hacerlo.

¿Quién... Quién eres? No pareces ser la voz del “poder” que hay en mí.

Bueno... Soy alguien que realmente ama a mi querida Diosa, Venus. Tendré que hacer esto rápido para que el idiota de tu poder no me saqué a patadas, así que tranquilízate, ¿sí? Mi Diosa me lo pidió, no deberías preocuparte.

Uhm, ¿de qué hablas? ¿Venus de verdad me quiere ayudar? No me ha quedado en claro quién eres para agradecerte, pero hm, muchas gracias.

Sí, sí, ve a salvarlos, muchacho.

Una corriente eléctrica sacudió mi cuerpo, me sorprendí al sentir mi cuerpo más leve de lo que ya era. No lograba sentir nada más que eso, pero creo que me es suficiente para ganar.

Y espera a que llegue la parte divertida.

Asentí para mí mismo, e hice como si nada en el exterior.

— ¡Comienza el descenso! ¡En marcha!

NARRA VENUS

No sabes cuánto detesté su aura amable, espero que no tenga que necesitar más, aunque lo veo imposible.

Gracias, señor Evander. Yo espero volver a hablar con usted más adelante, quiero hacerle varias preguntas de mi madre y el alma de mi lanza.

¿De Gyeon...? Suena interesante. La verdad es que quiero evitar hablar del idiota que hay dentro de la sonnenjäger, pero como eres tú... Lo dejaré pasar.

Venus, cariño, nos veremos mucho más adelante, ahora te dejo todo a tu cargo. Éxito, y sigue escalando hasta llegar a la perfección.

¡Muchas gracias! Lo tomaré en cuenta.

Cuando la cuenta regresiva llegó a la marca de veinte Dálares, tanto Hoaquín como Baam se lanzaron al vacío del gran cañón. Me sorprendió ver que el asesino aceptó participar, supongo que algo hirió su ego, o se cansó de ver que Baam era el único yendo de acá a allá.

Sonreí al ver el mismo fuego que yo controlo rodeando a Baam, ahora peleaba junto a Hoaquín en el aire, él yendo un poco más atrasado que el morocho.

— ¿Ese no es tu fuego solar? ¿Qué hace utilizándolo? ¡Es demasiado veloz! —Vlatchka frunció el entre cejo. No se creía lo que veía.

— Digamos que le presté un poco de mi poder con ayuda del señor Evander. —comenté como si no fuera algo extraño, pero Vlatchka soltó un quejido de confusión.

— ¿Tu verdadero yo? ¿El que me contaste de camino a la primera ronda?

— Ese mismo.

— Mierda... Se me olvidaba que son complementos. —se tomó la cabeza, a lo que yo reí en bajo.

— Siento que es un milagro, y le agradezco al Dios que nos creó como un complemento. Sin Baam, yo... Tal vez seguiría hundida en la miseria del tercer piso, lo más probable es que me hubiera negado rotundamente a ti y a Asteria. —mi sonrisa se rebajó—. No habría conocido lo que es la pureza en una persona.

Mi mejor amiga se quedó en silencio analizando mis palabras, ella seguía en el trabajo de mejorar su empatía y egoísmo con los demás, me pone feliz que realmente lo intenta para comprenderme y a los problemas de los demás.

— ¡¡No!! ¡Esa es...! —escuché a Sachi gritar, así que dirigí mi mirada confundida al vacío donde ahora Baam seguía descendiendo sin ser perseguido por Hoaquín, solo que este último tenía arriba de su cabeza su espada que parecía haber tomado un color más blanco envuelto de shinsu.

— ¡¡¡Baam, atrás de ti!!! —no pude evitar gritar esas palabras. La atención del mencionado rápidamente se fue hacia atrás a donde le mencioné.

Una gran oleada de shinsu se desprendió de la espada del asesino, yendo directamente al cuerpo de Baam que se encontraba abajo de él. Vlatchka y yo tapamos nuestros rostro con nuestros antebrazos al sentir un poco del shinsu llegar hasta acá.

— ¡¡Baam!! —di un paso al frente, ya iba a saltar para ir por él. No podía dejar que algo le pasara, no me lo permitiría en lo más mínimo.

— ¡Venus, tonta! —Vlatchka me tomó del brazo, olvidándose de cubrirse al igual que yo. Nuestros cabellos volaban a una dirección contraria por la oleada—. ¡Es una trampa, piénsalo! ¡Por algo no te incluyeron en la ronda, ni a Aurora! ¡Porque quieren probar la paciencia de ambas, y ver si no son unas estúpidas que no saben controlar sus impulsos! ¡No pueden dejar que entren suicidas fáciles como tú!

— ¡¡Entonces con más razón tengo que ir por Baam!! ¡Él...!

Sabía que no eran seguras las palabras de Vlatchka, ella solo hacía la suposición más cercana a lo que nos mostraban. Pero eso no me importa.

Un fuego solar floreció entre tanto shinsu, eso me hizo girar la cabeza al vacío con los ojos bien abiertos. Él...

— ¡¿Es el fuego de la tortuga dorada?! —gritó Rak a mis espaldas.

— Parece que sí... —Daniel afirmó igual de impactado.

Baam... Él pudo usar mi fuego. Y veo que la última copia de Hoaquín también se acercó cuando Baam utilizó mi fuego solar, lucía decepcionada y con ganas de insultar de buena manera al asesino. No podía culparla, es un ser sin una pizca de piedad.

Ella se acercó bastante a Baam, le apuntó con una espada en el pecho, y después de haberle dicho unas palabras inaudibles para mí, le encajó el filo en todo su pecho. ¿Qué acaba de hacer? Entre abrí mis labios de la sorpresa, pero por alguna extraña razón no temí por lo que acababa de presenciar, presentía que le beneficiaría en algo.

— Confías demasiado en él. —Vlatchka se percató de mi estado sereno.

— ¿Cómo no hacerlo? Es a la mejor persona a la que le puedo encargar el destino de esta torre. —sonreí muy ligeramente sin dejar de ver al castaño de mirada infantil—. Llegué a pensar que padre hacía un “buen trabajo”, pero ahora veo que no hace nada por el bien de los demás. Es un ser egoísta y malvado, especialmente por el tema de mis hermanas.

— Me imagino que sabes varias cosas que no puedes contar a la ligera. —murmuró, y tenía razón, tal vez después hable con ella—. Por cierto, Venus. ¿Tienes padre? Digo, todos tenemos... Pero jamás has hablado de él.

Mi cuerpo se tensó ante sus palabras. ¿Cómo puedo escapar de esa pregunta?

— Creo que nací por un milagro. No recuerdo haber tenido un padre de verdad.

Yihwa recibió a Arkraptor que fue rápidamente subido a la plataforma con nosotros, pasé de la conversación incómoda que tenía con Vlatchka, y mejor huí a donde el mayor descansaba.

— ¡Arkraptor! —lo abracé, y él al instante me correspondió al abrazo con una sonrisa algo exhausta—. Estoy demasiado feliz por verlo a usted y a Prince en perfectas condiciones.

— Princesa... No se preocupe por nosotros. —se separó de mí y posó su mano derecha en mi cabeza—. ¿Cómo estás tú? No creo que ver todo estos sea fácil para ti.

— Aunque no lo creas, no estoy preocupada. Sé que Baam pasará de todo esto con éxito, como siempre lo ha hecho a pesar de los enemigos que quieren destruir su humanidad. —tanto Yihwa, como Prince y Arkraptor me vieron con curiosidad, pero los tres sonrieron—. Mi hermana y Asteria también regresarán, así que ya no le temo a nada más que a perderlos a ustedes y mis demás amigos, pero dudo mucho que pase.

— Venus... Eres muy positiva para un momento así. —mi prima me acomodó mi falda que se había arrugado un poco—. No está mal, agradezco que te mantengas como lo eras de niña. No sabes cuánto deseé que pasara. No seas como las demás Princesas de Zahard desconsideradas, tú debes mantener tu flama ardiendo para siempre.

Formé una sonrisa de alegría cuando terminó de hablar, jamás creí que Yihwa me llegaría a decir algo como eso, era algo que yo también deseaba tanto como ella.

— Lo prometo. —le di un abrazo.

La voz del anfitrión nos hizo mirar al cielo, — ¡Ahora bajaremos al siguiente rehén del equipo de Hoaquín! ¡Empieza!

La chica que anteriormente peleó con Yihwa fue lanzada por el submarino, y cuando el contador llegó a cinco Dálares, Baam fue el único en correr a máxima velocidad hasta la chica con alas. Fue sorprendente ver cómo el nuevo poder que le brindó la copia de Hoaquín fue capaz de hacerlo más fuerte de lo que ya era, incluso podría jurar que se volvió más rápido que yo.

— ¡El equipo de Hoaquín rescató con éxito a su rehén! ¡El equipo de Hoaquín recibe diez Dálares!

Definitivamente hay algo nuevo en Baam, sus ojos brillan más de lo normal y se pueden ver con claridad varias sombras de luz revolotear dentro en sus cuencas.

— ¿El equipo de Hoaquín tiene veintidós Dálares en estos momentos! ¡Y el equipo de Viole tiene treinta y dos! ¡Ambos equipos han salvado a dos rehenes! —nuevamente, el ruido de las cadenas fue un indicador del siguiente turno—. ¡Empezaremos la siguiente ronda con el rehén del equipo de Jue Viole Grace!

Miseng era sostenida por unas muñequeras de metal, hundí mis cejas entristecida y deseando que el asesino no se volviera a involucrar en una pelea con Baam, eso le quitaría las posibilidades de rescatar a Miseng.

— ¡¡Miseng!! —el equipo Cerdo Agridulce fue el que más gritó el nombre de su querida compañera.

— ¡Empiecen!

El submarino fue abierto con velocidad junto al conteo de las marcas de Dálares. En el número veinticinco Baam y Hoaquín avanzaron de un salto al aire que daba paso al ácido abominable.

— ¡Ambos bajaron al mismo tiempo! ¡Esta vez tiene la intención de terminarlo! —Boro hizo que mi piel se erizara.

Mi confianza siempre estará sobre ti, Baam. Tienes que salir de esto para seguir compartiendo tiempo con nosotros y todos tus amigos. Miré de soslayo a Rak que también se le veía nervioso, así que puse mi mano derecha en su cabeza y la acaricié con sutiliza, para haber proseguido a ponerme de cuclillas a su lado, observando la carrera de ambos regulares.

En el proceso, Hoaquín le tiró un movimiento con su espada al contrario, pero este lo evitó utilizando el fuego solar que le presté, de todas maneras se notaba que tenía una que otra dificultad para controlar las llamas y lograr esquivarlo a tiempo. Y como si se tratara de la velocidad de la luz, Baam se acercó lo suficiente para haberle podido asestar un puñetazo en la quijada al albino.

— Un golpe directo. —susurré, siendo escuchada por mi compañero cocodrilo.

— Tortuga dorada, tú le prestaste ese fuego, ¿verdad? —me miró de reojo.

Asentí feliz, — Sí, es lo que mejor puedo hacer desde acá.

— Sabía que puedes ser una gran esposa para la tortuga negra.

Mis mejillas se encendieron, e inconscientemente le di un puñetazo en la cabeza a Rak que lo dejó con un chipote. Me tapé la boca arrepentida y le pedí perdón, pero él me siguió gritando.

— ¡Espera, Rak! —apunté hacia abajo, Baam estaba creando una... Espada—. Acaba de crear una espada a base de shinsu... Eso es... Extraordinario.

Dio un corte descontrolado del cual solo brotaban las enormes cantidades de shinsu anaranjadas que seguían siendo cubiertas por mi fuego solar. Había olvidado todo lo que estaba pensando por estarme quedando embobada viendo lo extravagante del nuevo arma. Hoaquín se veía demasiado molesto de tener que ver cómo Baam usa una parte de su poder para contraatacar.

— ¡Comenzaré la cuenta regresiva hasta uno!

— ¡Viole! ¡Ya ni queda tiempo! —Arkraptor se acercó a la orilla de la plataforma y se sostuvo para gritarle al castaño que estaba inmerso en el poder.

Sin embargo, ellos dos siguieron chocando espadas sin dejar de brotar el shinsu descontrolado anaranjado y azulado de ambas partes. Esto tiene que detenerse si no queremos que Miseng muera, es obvio que Baam está consumiendose en el poder de la espada.

Hubo un movimiento que formó Baam, que hizo una enorme capa de shinsu poderosa y difícil de atravesar, esto consumiendo a Hoaquín, quien intentó detenerlo.

— ¡¡Baam, ya ganaste!! —grité con todas mis fuerzas, llamando la atención de mi equipo y del de FUG. De fondo logré escuchar que el conteo había llegado al número dos—. ¡¡Ve por Miseng y olvídate de Hoaquín!! ¡¡Por favor!!

La lluvia de shinsu cayó sobre nosotros sin hacernos daño al ser cantidades mínimas sin fuerza. Mis cabellos alargados volaron hacia un lado aún con el shinsu llegando a mi rostro desesperado, Baam me vio desde su altura y asintió inmediatamente.

El castaño sostuvo en sus brazos a Miseng, por lo que la mayoría soltamos un suspiro de alivio, especialmente yo y el equipo Cerdo Agridulce.

— ¡¡El equipo de Viole salvó a la rehén!! ¡Hoaquín ya no puede continuar el juego! ¡¡El ganador es... El equipo de Jue Viole Grace!!

— ¡¡Baam!! —sonreí con una fina capa de lágrimas en mis ojos, él se aproximaba a nosotros arriba de su plataforma de shinsu azul.

— ¡¡Venus!! —de un brinco se bajó de la plataforma y corrió a grandes zancadas hasta mí, rodeandome fuertemente con sus brazos musculosos que me brindaron calidez—. ¡Muchas gracias por haberme dado de tu fuego! ¡Lo agradezco demasiado!

— ¡No lo agradezcas! ¡Cualquiera haría eso... Por la persona que más aprecia. —lo último lo dije en un pequeño susurro para que solo él me escuchara. Baam alzó la mirada a mis orbes dorados, y un leve sonrojo apareció en sus mejillas que no trató de ocultar.

— Tú eres la principal razón por la que hago esto, Venus... —acarició mi mejilla izquierda suavemente, creando un sentimiento agradable en mi estómago. Eran como mariposas.

— Y tú eres la principal razón por la que sigo estando así de viva, Baam...

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