Capítulo 38 | 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐄𝐐𝐔𝐈𝐏𝐎

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NARRA VENUS

— Peleaste con Viole... —Yihwa se sentó junto a mí al borde de la cama en la que descansaba Miseng—. Fue sospechoso, pero lo supiste arreglar.

Bajé los ojos a mis piernas, las adorné con una bellas botas oscuras que me llegan hasta las rodillas. No estaba muy de humor para hablar, siempre que quiero estar con Baam hay algo que me lo impide.

Se ve tan... Diferente...

Su cabello creció mucho, ahora es más fuerte y monstruoso. Antes yo le daba clases de manejar shinsu, pero ahora él es el maestro en ello, o algo mejorado almenos.

— ¿Venus? —pasó una mano por delante de mi rostro.

Subí la mirada, — No te preocupes. Cualquier cosa yo me haré responsable. —me levanté y le di un último vistazo a Miseng—. Dime si se despierta en algún momento, me gustaría recibirla.

— Ah, sí... —respondió confundida—. ¿Qué te sucede?

— Nada en especial. —agarré mi lanza y abrí la puerta, ofreciéndole una pequeña sonrisa—. Vengo luego, Yihwa.

Salí de la puerta sin esperar una respuesta de ella. Caminé por el extenso pasillo lleno de regulares que seguían observando las batallas. Ahora había empezado la de Ran contra Anaak.

Me habría detenido a ver un poco, a no ser porque me topé de golpe con el cuerpo de alguien más.

— ¡Auch! —me quejé.

— Idiota. —Asteria me jaló del brazo y me llevó a un lugar muy rebuscado, ya casi no veíamos a ningún regular—. Vlatchka está aquí, pero hay que tener cuidado cuando salgamos.

— ¿Qué? ¡Asteria! —la empujé al interior del cuarto, y la cerré detrás mío para después habérmele lanzado a los brazos a mi amiga—. ¡¿Cómo...?! ¡¿Qué haces aquí?! ¡Mejor dicho! ¡¿Cómo fue que llegaste al equipo de FUG?!

— Oh, ya llegaron. —Vlatchka en la cama se quitó la máscara para verme—. Buena pelea, Venus. No esperaba menos de ti y tu capacidad de zafarte de problemas.

— ¡Vlatchka! ¡Ah, estamos juntas de nuevo! —mis ojos picaron de lágrimas de felicidad.

— Tranquila. —Asteria la abrazó para tranquilizarla. Ella a pesar de ser fría, también quería a grandes rasgos a la Yeon y a la Khun—. Cuando sucedió lo de la mano de Arlene, Nobic y Ran me ayudaron a no ser aplastada por los escombros. Pero quedamos en un lugar cercano y la maniática con orejas de conejo nos detuvo, al igual que Viole. Nos ofrecieron unirnos a su equipo, y acepté, pero solo fue porque sabía que las encontraría de nuevo.

Cerré los ojos con fuerza y seguí abrazándola.

— Me alegro de que hayas salido bien... Pero lo lamento por no haberte detenido, no podía...

— No fue tu culpa, ni de nadie de nosotras, Venus. —dijo Vlatchka—. Fue de FUG. Los idiotas que secuestraron a nuestra amiga, y que se llevaron consigo a Viole.

— Sí... Ellos... Me las pagarán. —fruncí el ceño.

— Me gustaría regresar con ustedes, pero sigo haciendo equipo con ellos. Además, me tienen bien revisada de las salidas. Solo ahorita que no está el idiota de Reflejo es que tengo mas libertad, incluso Viole me dejó dar un paseo.

— ¿Baam? —pregunté.

— ¿Baam? —preguntó de vuelta, pero confundida—. ¿Quie- Oh, entonces sí era él.

— ¿De qué te diste cuenta? —la ojiazul la miró.

— Se intentó a acercar a mí para hablarme, me estuvo diciendo que está de mi lado y que jamás le haría daño a una amiga de Venus. —rodó los ojos—. Pero decía tu nombre a la ligera. Sentí que era el chico del piso de pruebas, pero no sabía si  confirmarlo.

— Baam... Algo pasa. —me tomé un cabello y miré insegura a la pared—. Tengo que traerlo devuelta lo más pronto posible. Siento que lo están usando.

— Estás en lo correcto. —Asteria se acomodó las mangas de su kimono—. Hablemos después, ahorita seguramente me estarán buscando. —caminó a la puerta y nos dio un vistazo—. Las extrañé...

— Idiota... Te metiste en eso por tus ganas de pelear. —sonrió mi amiga de hebras azules—. Pronto estarás con nosotras de regreso.

— Eso espero. —después me miró—. Y, Venus, trata de no meterte en problemas. Ya sabes lo que podría pasar si se enteran que intentas involucrarte con un candidato a asesino de FUG.

— ¿Eh...? —susurré—. Lo siento... Tengo que ayudarlo.

Asintió, — Sabía que no me harías caso.

La fiesta nocturna ya iba a comenzar, después de los acontecimientos asombrosos de las batallas individuales. Me dijeron Arkraptor y Wangnan que Anaak y Ran perdieron por culpa de un pepino parlante, eso fue impactante, la verdad...

Acomodé mis largos cabellos correctamente en lo que Vlatchka terminaba de ponerme iluminador y sombra brillosa en mis párpados. Por último, me colocó gloss para resaltar el rosa natural de mis labios.

Le sonreí y ella a mí, — Eres hermosa. —tomó mi mentón y me observó con cuidado—. Nada mal para ser una princesa.

Reí, — Gracias. Vayamos a la fiesta, tengo curiosidad por ver a mis amigos.

— Claro. —se enderezó.

Tomé mi vestido, era uno nuevo que me había mandado Maschenny. Venía con una nota que decía “no vistas los mismos vestidos cuando tienes quién te mande a diario. Lucha con estos, para que vean que eres igual de elegante que yo, o algo similar.” era demasiado lindo y adecuado para una fiesta de noche.

La música en vivo resonaba en mis oídos, y los gritos de alegría no tardaron en aparecer cuando entré por la puerta junto a Vlatchka.

— ¡¡Princesa Venus!!

— ¡¡La princesa se ve hermosa!!

— ¡¡Tan hermosa luchando y en fiestas...!!

Sonreí a los que me saludaban al pasar a un lado, en lo que Vlatchka no se molestaba en ir a la mesa donde Arkraptor, Wangnan y el chico de fuego de los Blitz.

Mientras sonreía a todos, a la lejanía podía ver al equipo de Baam que me miraba fijamente, en especial él. Fue por ello que dejé de saludar a los regulares, y mejor fui a acercarme un poco más.

Sigue estando con ellos... No puedo hablarle ahora.

— Hey, Vlatchka. —llegué a la mesa de mis amigos, ahí todos me miraron, y fui perseguida con la mirada de los demás regulares.

— ¿Mm? —se giró a verme.

— Ah, y hola, chicos. —les sonreí.

— ¡Que linda te ves, Venus! —Wangnan me sonrió de igual manera, provocando un sonrojo ligero en mis mejillas.

— Gracias. —volví a ver a Vlatchka—. Ya vengo, iré a arreglarme de otra manera el cabello en los baños, ¿sí?

— ¿No quieres que te acompañe? —preguntó.

— No, tranquila. —de reojo, noté como Baam se separaba de su equipo sin que se diesen cuenta—. Ya vengo.

Salí corriendo.

— ¡¿Venus?! —gritó mi nombre confundida.

Tengo que... Encontrarlo.

Por suerte traía unas botas que me permitían correr a mi gusto, además, el vestido era lo suficientemente largo como para dejarme ir tranquilamente.

Busqué en el pasillo por donde lo vi escabullirse en un principio, pero cuando me fijé bien, ya no estaba en ninguna parte. Fruncí el ceño rápidamente. ¿Cómo desapareció tan veloz? Me da miedo...

Iba a cruzar el pasillo, hasta que choqué contra el cuerpo fuerte de alguien, por lo que solté un quejido de molestia y retrocedí dos pasos sobandome la cabeza.

Abrí los ojos para comenzar a quejarme, pero vi sus ojos amarillos mirarme sorprendidos.

— ¡¿Endorsi?!

— ¡¿Venus?!

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