Capítulo 26 | 𝐑𝐄𝐔𝐍𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐋𝐀𝐒 𝐘𝐄𝐎𝐍
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DOS AÑOS ANTES
PISO 15.
Estaba desolada, me sentía como una roca imposible de romper, era gélida. Y sobre todo, dura.
Apuñalaba repetidas veces el cuerpo de aquel regular que se había atrevido a insultar a mi madre, la leyenda de la familia Yeon. No soportaba tener que seguir escuchando el nombre de alguien que jamás volvería a ver en mi vida. ¿Por qué las personas debían recordarme que lo perdí todo? No tenía a nadie, más que a Maschenny y a su estúpida arrogancia que me juraba poder. Había perdido comunicación con Khun hace un año, lo último que pude saber de él, es que cuidaba a Rachel y estaba formando un nuevo equipo en lo que se preparaba para dejar el equipo con Shibisu.
Había tenido compañeros muy amigables mientras subía, pero siempre morían a mis pies, y hoy no fue la excepción. Volví a quedar sola.
¿Era acaso este el castigo de tener tanto poder?
No podía dejar de encajar la punta de mi lanza contra el cuerpo del regular, este ya se veía deformado, y sólo unos cuantos que corrían a los lados me tachaban de desquiciada. Probablemente ya lo era.
Solté gritos de frustración, y por último tiré la lanza dorada y desgastada a un lado mío, ya tenía toda la ropa llena de sangre. Mi cabello estaba igual, o peor. Mejor me senté contra la roca que estaba a un lado del cuerpo triturado de la persona.
¿Un princesa de Zahard se vuelve así de loca por estas cosas? Llevo siendo candidata desde que comencé a subir el tercer piso.
Inhalé y exaspiré fuertemente, dejando mi cuerpo caer a un lado.
Mamá, Aurora, Khun, Rak, Baam... Los extraño...
Unos aplausos fueron lo único que logré escuchar después del increíble silencio que se había generado en el piso de pruebas. Ahora entendía porque no era marcada como vencedora, alguien más quedaba.
— ¿Quieres morir? —pregunté, sin ver al regular. Su sombra me había opacado la visión a la tierra.
— Por supuesto que no, pero te ves un tanto... Mal. —me ofreció la mano, pero no hice caso—. Escuché lo que dijo ese regular antes de que lo dejaras como queso. Yo habría hecho lo mismo que tú si hubieran insultado a la persona que más amo.
Arqueé una ceja y alcé la vista. Pensé por un momento que era Khun... Pero era alguien similar, femenina. Era una chica de al menos 1.70 centímetros, me tendía la mano, estas tenían las uñas puntadas de azul marino. Sus cabellos cortos, desordenados y azules eran casi igual de idénticos que los de mi amigo. Llevaba un vestido muy ajustado a su cuerpo bien formado, pero se le veía muy cómoda con él, por último, llevaba unas botas de agujetas que le llegaban a los muslos. También había notado los piercings en sus labios, cejas y orejas.
Sus ojos grandes y filosos esperaban una respuesta de mi parte.
— ¿Quién eres? —antes, pregunté.
— Vlatchka Khun, un placer. ¿Y usted?
— Venus. —susurré, volviendo a estar cabizbaja con las piernas extendidas y mis manos en el centro.
— Hija de Gyeong Yeon Storm-quer, ¿verdad? —se sentó a mi lado, ofreciéndome una sonrisa cálida—. No te preocupes, podemos subir juntas la Torre y olvidarás lo que te han hecho pasar.
La miré con desconfianza. ¿Quién se creía que era?
— No. Puedo sola.
— Llegará un momento en el que necesitarás un equipo, y es mejor que lo vayas consiguiendo ahora.
De repente, una presencia de shinsu fuerte azotó a nuestro al rededor, Vlatchka subió la mirada desinteresada, pudiendo ver al frente como alguien se nos acercaba.
— Creo que alguien se nos suma. —sonrió con arrogancia, me movió el hombro para alzar la vista, a lo que obedecí—. ¿Saben lo interesante que sería subir la Torre con dos chicas fuertes de grandes familias? Aunque es algo pesada, lleva siguiendome un buen rato para asesinarme.
— ¿Eres idiota, Khun? —la albina nos miraba seriamente con su katana alargada y llena de sangre, nos estaba analizando—. Te sigo porque eres de esa gran familia llena de arrogantes, me molesta tu existencia. —dirigió su mirada a mí—. A ti también te mataré.
— Lo dudo. —Vlatchka se puso de pie—. Mejor formemos un equipo, las tres somos fuertes, eso nos permitiría muchas cosas al subir la Torre, ¿no creen? Dejemos nuestras indiferencias por un rato.
Se parece a Khun...
Entre cerré los ojos, — No me interesa.
— Antes que nada, ¿cómo te llamas? —demandó la de ojos zafiro azulados a la chica con la coleta amarrada en lo alto de su cabeza, su cabello era totalmente laceo y blanquecino como sus orbes y piel, le llegaba hasta las caderas con el cabello amarrado.
— Asteria Arie. —respondió, emobobada en mi lanza que había arrojado hace apenas unos minutos—. ¿Es tuya?
Alcé una ceja, — Sí.
Pareció meditarlo un poco.
— Entonces formaré equipo con ustedes. Me interesa luchar contigo, y a mi arma también. —dijo con su voz inexpresiva.
Sacó un pañuelo y limpió toda su katana.
— Bueno... Eso fue mas rápido de lo que pensé. —a Vlatchka se le veía triunfante—. Andemos, no falta casi nada para subir al siguiente piso.
Ella no entiende... Que no necesito a nadie para subir.
Ya no quiero perder a nadie más...
Me levanté y agarré mi lanza, antes de seguirles el paso le escupí al cuerpo del regular que había asesinado. Lo despreciaba.
¿Qué más da? Las perderé de vista cuando avancemos una prueba.
— Se nota que son difíciles de domar, ¿qué las convirtió así? —Vlatchka ladeó la cabeza para vernos.
— Así soy desde que nací. —dijo con simpleza la Arie.
Me quedé en silencio.
— Ya veo... Después hablemos bien. Ahora convirtamonos en las diosas de esta torre, y acabemos con los fuertes.
PISO 21—ACTUALIDAD
Venus se dejó la flor característica de la familia Yeon, desde que se había convertido en una princesa de Zahard, tenía que portar con el símbolo de su familia y con el de la mismísima familia Zahard. La flor la tenía puesta en un arete, mientras que en su cabello tenía un pequeño moño con el símbolo de Zahard.
Pasó entre las filas de regulares que buscaban sus habitaciones en el piso cíclido blanco, específicamente en esta zona residencial. Muchos de ellos se le quedaban viendo a la belleza inhumana de la Storm-quer, definitivamente, los rumores de su hermosura eran ciertos.
— ¡Princesa Venus! ¡Es un honor verla por aquí! —esa era una de las tantas cosas que decían.
— Gracias. —ella les sonreía amablemente.
Entró a la habitación correspondiente, topandose con sus dos familiares cercanos en la familia Yeon. Venus las saludó agradablemente y fue hasta ellas para sentarse al lado de su prima.
— ¡Princesa Venus! Me alegra tanto volverla ver, y esta vez siendo una autoridad espléndida. —halagó la mayor.
Sonrió, — ¡Muchas gracias! Es algo complicado... —miró a su lado y abrazó a su prima—. Yihwa... Te extrañé.
La de ojos cuarzo rosados, correspondió dudosa al abrazo, pero hizo el mayor esfuerzo para tapar su breve incomodidad. Había tenido una conversación un tanto extraña con Jue Viole Grace, en la que él se exaltó cuando descubrió que Yihwa pertenecía a la familia Yeon, él de inmediato le había preguntado por una tal llamada “Venus”, a lo que ella confundida, respondió.
— No te he visto en casi siete años, Venus. —se alejó de ella y acomodó su deadema—. También me enteré sobre Aurora, lo siento mucho.
— No se preocupen, pero prefiero no hablar de Aurora por el momento. —hundió sus cejas con una pequeña sonrisa para pasar desapercibida.
La mujer que estaba frente a ellas quiso evitar una problema, así que mejor se dispuso en hablar.
— ¡Qué hermosas se han vuelto! Sin duda, son mujeres de la familia Yeon. —entrelazó sus manos—. Así que hace tres meses que llegó la princesa, y sólo uno en el que usted llegó, señorita Yihwa. Es increíble, ¿cómo han podido subir tan rápido? Sé que se volverán en unas buenas supremas.
Yihwa rió un poco, — Me halagas, señorita Ryua.
—El entrenamiento es esencial. —Venus probó un poco de su bebida.
— Claro. Por cierto, ¿entonces ahora viven con sus equipos? ¡me imagino que son unos compañeros fantásticos! Me imagino que vienen de una gran familia, como la de ustedes. —sonrió.
Venus miró a Yihwa para que ella hablase primero, esto la tomó desprevenida, pero aceptó con nervios en su interior.
— Ah... No es tan así... —jugó con su malteada, aún nerviosa—. No provienen de grandes familias, pero sí son buenas personas. Nos hemos llevado bien desde la última prueba. —sonrió con los ojos cerrados—. A veces es difícil. En realidad, habríamos fallado la última prueba si yo no hubiese descubierto el plan del enemigo ni hubiese hecho algo al respecto. Es difícil cuando nadie entiende, realmente.
A la señorita Ryua se le veía emocionada con semejante heroina.
— ¡Que humilde! Ayudas a tu compañeros sin presumir. ¡Eres tan noble y tienes tanto estilo!
— No, no es cierto. Solo hice lo correcto... —entre cerró los ojos.
— ¿Y usted, princesa? —la mujer ahora se interesó en la de hebras doradas y brillantes.
Dejó de beber para hablar.
— Estoy haciendo equipo con una Arie y una Khun, son demasiado fuertes, por lo que no hay ningún problema. —le gustaba presumir que sus amigas eran de las mejores regulares, simplemente ya se sentía en una nueva casa que no se le ha escapado de entre sus manos—. Me gustaría que las conocieran, pero por ahora están algo ocupadas entrenando...
— ¡Se entiende! Las compañeras de una princesa deben ser sumamente fuertes y de buen carácter, ¡así que está bien! ¡Me alegro tanto por usted! —la mujer tenía mucha emoción por estar hablando con una de las regulares más queridas del momento.
Venus rió y habló un poco más de sus compañeras, mientras que Yihwa tan sólo escuchaba y tomaba su malteada con ojos de molestia. Ahora se sentía opacada debido a la situación de Venus.
— Ah, por cierto, ¿escucharon los rumores? Un nuevo candidato a asesino de FUG se unió a esta prueba.
Yihwa dio un brinco en su asiento, esto siendo notado por la princesa de Zahard, quien hizo como nada.
— Escuché un poco, ¿por qué? —la miró con interés Venus.
— Dicen que es enorme y que sus poderes son monstruosos, y que los ojos ocultos tras su cabello largo son tan aterradores que te dan escalofríos. ¡Y también dicen que deambula por ahí con repugnantes compañeros, que roban dinero y acosan a mujeres! —todo esto lo contó con miedo.
Venus soltó una ligera risilla, — ¿En serio? No suena tan mafioso, después de todo.
— Bueno... Yo no sabia nada de esos rumores. —su prima volvió a sonreí inocentemente.
— Aún no te has enterado... Tenga cuidado, señorita Yihwa. Tal vez ese mal tipo vaya tras de ti... La verdad es que no dudo para nada las capacidades de la princesa, pero aún así piensen ambas en protegerse por si acaso... Son hermosas...
— Sí... Tienes razón. —la de ojos rosados no dejaba su semblante amable por nada en el mundo—. Gracias por contarnos esto, debemos tener mucho cuidado Venus y yo.
Venus arqueó una ceja, pero terminó asintiendo en la conversación.
Ya se estaban despidiendo y preparándose para que cada una tomara su rumbo. Pero ya en el pasillo, Yihwa frenó a Venus, la ojidorada esperó a que dijera algo su prima.
— Venus... ¿Tú te has topado alguna vez con ese candidato a asesino de pura casualidad?
La mencionada ladeó la cabeza, confundida, — No que yo recuerde, ¿por qué? ¿tú sí?
— ¡No! Para nada... Solo tenía curiosidad por saber en quien de ustedes dos sería capaz de ganar una batalla, me pareció interesante.
— No te puedo responder eso, ya que no dispongo de información al respecto de aquel candidato. —hizo una pausa—. Nos vemos, Yihwa. Espero que nos encontremos pronto en una prueba, aunque creo que será evidente que sí.
— Claro... Buena suerte con tu equipo. —tomó uno de sus brazos y miró al suelo.
— ¡Igualmente! —se alejó a paso calmado y elegante.
Yihwa estaba confundida. Ese candidato a asesino sabía el nombre completo de Venus... Cuando solamente muy pocos podrían reconocer ese apellido que era contado como una leyenda.
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