Capítulo dos.
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Til Death Do Us Whole
Por weirdraccoon
Traducción por Hills-Hilla.
Merope se mordía las uñas nerviosa, mirando por la ventana con la esperanza de ver llegar a su hijo en cualquier momento. Tom Sr. estaba igualmente nervioso, paseándose por la habitación de un lado a otro. Tenía una breve carta en la mano, en la que los Malfoy expresaban su preocupación por el paradero del joven Riddle y exigían, más que pedían, el regreso del joven Alfa a tiempo para casarse con su hijo.
—Así no es él —rompió el silencio Merope, mirando a su marido con preocupación. —, suele volver antes del anochecer. ¿Deberíamos ir a buscarlo al bosque? ¿Y si se ha hecho daño?
Tom Sr. negó con la cabeza.
—Siempre tiene cuidado. Si no ha regresado es porque no quiere —expresó sombríamente. —Tal vez no debimos presionarlo para que se casara con Malfoy. Nunca le preguntamos qué quería para su vida. —musitó.
—Pero entendió por qué tenía que casarse con él —protestó Merope, pensando en su buen y obediente hijo. —Estuvo de acuerdo en que nuestra familia necesitaba un último empujón para ser incluida en la alta sociedad. Todo el mundo espera que fracasemos. Casarse con el Omega Malfoy les habría demostrado a todos esos engreídos que somos sus iguales.
Tom Sr. suspiró cansado y se sentó junto a su Alfa, cogiéndole la mano.
—Supongo que tener el apellido Malfoy a nuestras espaldas sin duda ayudaría —estuvo de acuerdo. —Sin embargo, hemos llegado hasta aquí solos. Puede que nos hayamos entusiasmado demasiado cuando Lord y Lady Malfoy enviaron su propuesta. Como ya he dicho, ni siquiera nos detuvimos a pensar qué quería nuestro hijo, o si es que quería casarse.
—Claro que quiere —frunció el ceño. —Quizá ahora no, pero lo hará —concedió. —Así no tendrá que preocuparse de encontrar pareja por su cuenta. Y con un Omega, ni nosotros ni los Malfoy nos preocuparemos por nietos que transmitan nuestro legado.
Tom Sr. soltó una risita. Como Beta, no entendía toda esa preocupación por el apareamiento y la reproducción. Sin embargo, tenía que admitir que quería lo mejor para su hijo, y una familia propia no era mala idea. Aunque Tom era un alma apasionada, se preguntaba si Omega Malfoy era un buen partido, emocionalmente, para él.
Además, tenía sus sospechas acerca de por qué los Malfoy de repente querían casar a su heredero con el hijo de un comerciante.
—Volverá —le prometió a su esposa. —Estoy seguro de que está a salvo. Sólo tenemos que mantener a los Malfoy ocupados mientras encuentra el camino de vuelta a casa.
Merope suspiró y apoyó la cabeza en el hombro de su marido. Sus ojos estaban fijos en la ventana, aún esperando a su hijo.
Mientras tanto, Tom finalmente estaba despertando en el lugar más extraño.
El joven Omega de ojos verdes que creía haber soñado lo miraba desde arriba, y había un hombre flotando junto al Omega, también mirando a Tom con una leve sonrisa en los labios.
—Parece que ha vuelto, muchacho —dijo el hombre pálido, alejándose. —Una ronda a cuenta de la casa. ¡Por los recién casados!
Hubo una exclamación de alegría alrededor, varias personas vitoreando y ofreciendo sus felicitaciones. El Omega, sonriente, ofreció una mano a Tom para ayudarle a levantarse.
—Qué noche de bodas —dijo el joven, quitándole el polvo de los hombros a Tom. —¡Mi nuevo marido pasó la mayor parte inconsciente!
—¡Eso es normal, querido!—Cacareó una mujer desde lejos. —¡Ahora es cuando empieza la diversión!
—¡Por nuestro joven novio!—El hombre de antes empezó un segundo brindis. —¡Ahora un magnífico esposo!
Tom miró a todos boquiabierto, liberando una mano del agarre del Omega para frotarse los ojos. No le ayudó a aclarar la vista. Seguía viendo cadáveres a su alrededor.
—¿Qué está pasando?—Exigió, mirando al Omega a su lado y soltando la otra mano cuando se dio cuenta de que el brazo del Omega no era más que huesos. —¿Quién-qué-dónde estoy? ¿Quién eres tú?
—Soy tu esposo, tonto —se rió el Omega, sonriendo suavemente. —¿O es que no te acuerdas? Hiciste tus votos tan espléndidamente —Mostró su mano izquierda, donde el anillo de Tom descansaba plácidamente en su dedo. —Admito que me pillaste desprevenido, pero te juré todas las mismas cosas después de que te desmayaras. —terminó tímidamente.
—¿Qué?
—Toma, pareces a punto de desmayarte otra vez —dijo el hombre pálido, empujando una taza llena de algo humeante hacia sus manos. —Ten cuidado. El hedor de la muerte es difícil de tragar la primera vez.
Tom dejó caer la taza y retrocedió un par de pasos.
—Debo estar soñando —murmuró. —Todo el estrés de la boda me está afectando. Ya está. Me despertaré en cualquier momento.
—Eres divertido —dijo el Omega, de repente de vuelta a su lado. —Esto no es un sueño. ¡Esta es la tierra de los muertos! ¿Te gusta la música? Aquí te encantará. Cada noche es una fiesta.
—¿Qué?—repitió Tom, aturdido.
—Bueno, todo el mundo acaba aquí, ya sabes —explicó el hombre de antes, apoyándose en lo que parecía la barra de un bar. —Y nosotros estamos aquí por el resto de la eternidad, así que pensamos que, ¿para qué soportar una eternidad de aburrimiento y tristeza cuando podemos divertirnos?
—¡Y tenemos algo que celebrar esta noche! —Gritó la mujer, rodeando con un brazo huesudo los hombros del Omega. —¡Por fin se ha casado Harrykins! Esta fiesta durará siglos, te lo aseguro.
—Me arrancaría la cabeza si pudiera, querido Harry —sonrió el hombre, inclinándose ante el Omega y mostrando su cabeza casi cortada. La cabeza quedó colgando durante un segundo antes de que el hombre se levantara y pusiera otra taza en las manos de Harry. —¡Bebe!
El Omega sonrió e hizo lo que le decían, recibiendo otra ronda de vítores del resto de los clientes. Luego volvió rápidamente al lado de Tom y le ofreció su taza.
—Paso, gracias —dijo Tom, mirando el líquido humeante con inquietud.
—Tú te lo pierdes —sonrió Harry y se lo bebió. —En realidad, es bueno una vez que te acostumbras al ardor.
Tom se limitó a asentir, todavía intentando averiguar cómo despertarse.
—Te mostraré el lugar, ¡ven!—Afirmó Harry alegremente y jaló a Tom detrás de él. —Ese es Nick, su hermano intentó decapitarlo, pero el hacha no estaba tan afilada como podría haber estado —se encogió de hombros despreocupadamente. —Esa es Bella. El marido la empujó por las escaleras demasiadas veces y aterrizó mal —la mujer abrazó a Harry, susurrándole algo al oído que le hizo reír antes de volver a beber con otras personas. —Ah, y ese es Ron. Sus matones se acercaron demasiado a un lago.
El pelirrojo los saludó desde su mesa. Tom pudo ver lo que parecían quemaduras de cuerda en sus muñecas y cuello, y tragó saliva. Bella tenía una herida abierta en un lado de la cabeza y Harry... Cuando Tom prestó atención, pudo ver una puñalada justo sobre su corazón.
—¿Todos aquí tuvieron una muerte violenta y horrible?
—Bueno, supongo —tarareó Harry. —¿Cómo moriste tú? Ah, y ahora que lo pienso, ¿cómo te llamas? Nos saltamos algunas formalidades antes de casarnos, ¿verdad?—Se rió entre dientes y sonrió a Tom —Me llamo Harry.
—Tom —dijo Tom. —Y no estoy muerto —frunció el ceño. —, a no ser que me dieras un ataque en el bosque, claro.
—¿En serio? —Harry lo miró con curiosidad. —¡Eh, Nick! ¡Tom no sabe si está muerto!
Nick se acercó y golpeó a Tom en las costillas, ignorando su resoplido molesto.
—Bueno, la mayoría no deja de respirar hasta pasadas algunas décadas. Hábito, creo —Luego puso la cabeza sobre el pecho de Tom. —Oh, vaya. Este sigue latiendo. ¿Dónde dijiste que lo encontraste, Harry?
—Sobre mi tumba —dijo Harry simplemente, y Tom casi se atragantó ante la idea de estar parado sobre los restos de alguien sin saberlo.
—¡Eh, Harry! —llamó Ron desde su mesa. —¡Ven aquí un momento!
Harry miró a Tom y sonrió disculpándose.
—Vuelvo enseguida —prometió y se escabulló al lado del pelirrojo.
Tom aprovechó para buscar una salida, pero fue detenido por una mano sobre su frente. Olvidó que Nick le estaba estudiando.
—Sí, sí, estás muy vivo —murmuraba Nick para sí. —¿Cómo se las arregló para arrastrarte hasta aquí? —Sacudió la cabeza. —Ese chico, siempre haciendo lo imposible.
—¿Harry? —preguntó Tom, apartando al hombre de él.
—Bueno, sí —asintió Nick. —No muchos pueden ir y venir del mundo de los vivos con tanta facilidad como él —explicó. —Y por supuesto, nunca nadie se ha casado o arrastrado a una persona viva hasta aquí. Apuesto a que ni siquiera se dio cuenta de que lo hizo, no si pensaba que estabas tan muerto como él.
Les interrumpió un piano. Tom reconoció la canción de inmediato, era su favorita. Levantó la vista y encontró a Harry sentado al piano cerca de la barra con su amigo pelirroja haciendo callar a todos los demás. Entonces Harry empezó a cantar y Tom sintió como si alguien le hubiera echado un cubo de agua fría en la cabeza.
Estaba despierto.
Estaba en el mundo de los muertos.
Estaba casado con un Omega muerto.
—Harry tiene muchos talentos —sonrió Nick con complicidad.
Tom respiró hondo y notó un increíble aroma que lo cubría. Parece que Harry no perdió ni un minuto en marcarlo. Miró a Nick, pero el hombre no mencionó nada.
—¿Cómo es que tiene olor si está muerto?—preguntó Tom. —No huele mucho —hizo una mueca ante el comentario de mal gusto. —Lo siento.
—Oh, no hay necesidad de disculparse —Nick hizo un gesto con la mano. —Y no sabíamos que Harry tenía olor. Ya no respiramos y no nos importan los olores ni la biología. Todos somos iguales en la muerte.
Tom frunció el ceño ante la falta de respuesta y siguió observando a Harry. Si sincero consigo mismo, el Omega era guapísimo y sólo podía imaginarse su aspecto cuando estaba realmente vivo. Llevaba el pelo oscuro alborotado y sus ojos verdes brillaban incluso en la otra vida. Su baja estatura y su delgada figura le daban un aspecto inocente, que contrastaba perfectamente con la picardía de sus ojos y su sonrisa.
Y su voz era hermosa.
Tom estaba realmente encantado.
—¿Qué le pasó? —preguntó en voz baja cuando Bella se acercó a su lado.
La mujer tarareaba la canción, pero se detuvo en cuanto la pregunta de Tom salió de sus labios. Frunció los suyos y miró con tristeza al hombre más joven al piano.
—Déjame adivinar, él cotilleó sobre nuestras muertes, pero se olvidó de explicar la suya. —suspiró, poniendo los ojos en blanco de una forma cariñosa —Harry era el heredero de una familia rica. —comenzó a explicar, bajando la voz para que nadie más pudiera oírla. —Un día, conoció a un Lord. Alto, moreno y guapo. También misterioso y nervioso como una mierda, si me preguntas, pero bueno, solo lo conozco porque Harry me habló de él. El pobre muchacho ni siquiera quiere pronunciar su nombre, lo llama el-que-no-deberá-ser-nombrado.
—¿Y?—preguntó Tom, haciéndola volver a la normalidad.
—Y Harrykins cayó rápido y fuerte —explicó Bella con una exhalación cansada. —El-que-no-debe-ser-nombrado dijo que compartía el afecto del Omega, pero mamá y papá no aprobaban la relación, así que decidieron fugarse. Harry tuvo que robar una buena suma de dinero y joyas a su familia y reunirse con su Señor en el bosque. Saldrían de la ciudad y encontrarían su felicidad por sí mismos —hizo una pausa dramática. —Excepto que Harry no conoció a su verdadero amor en el bosque.
Bella se detuvo de repente, mirando detrás de Tom con un brillo en los ojos. Tom se volvió y encontró a Harry mirándolos con los ojos entrecerrados. Pareció serio por un momento. Tom echó de menos la sonrisa y el aire travieso que lo rodeaban antes.
—Encontré la muerte —terminó. —Me apuñaló por la espalda, metafóricamente, y me rompió el corazón, literalmente. —miró a Tom y su rostro volvió a iluminarse. —Pero eso ya no importa. ¡Me encontraste, te casaste conmigo y ahora viviremos felices para siempre!
Tom tragó saliva. Aunque no tenía muchos problemas con eso, ya que aún podía oler el embriagante aroma del Omega, y aunque no le parecía nada mal, todavía tenía que pensar en sus padres y en sus responsabilidades en el mundo de los vivos. Todavía formaba parte del mundo viviente.
—Harry, yo... —empezó, pero fue interrumpido por Ron, el otro amigo de Harry.
—¡Harry! ¿No puedes cantar otra canción? A todos les encantó.
—En realidad, me siento cansado —dijo Harry, mirando a Tom por el rabillo del ojo. —Quizá más tarde. Tenemos tiempo —bromeó. —Voy a enseñarle el lugar a Tom. Este bar no es el único lugar en el mundo de los muertos, ya sabes.
—Sí, pero de todas formas todos pasamos la mayor parte del tiempo aquí dentro —le guiñó un ojo Bella. —¡Disfruten de su luna de miel, tortolitos! —Y tiró de Ron hacia una mesa.
Harry se volvió hacia Tom, y Tom se imaginó qué, si Harry pudiera sonrojarse, estaría tan rojo como una manzana en ese momento. Tom le ofreció el brazo y Harry lo tomó alegremente y lo condujo fuera del pequeño pub hacia lo que parecía ser un colorido pueblo donde la muerte... vivía.
—Así que, Tom... —Harry le sonrió. —¿Has jugado alguna vez a las veinte preguntas?
Tom puso los ojos en blanco y siguió a su Omega por el pueblo. Pasaría por alto cualquier pregunta sobre la muerte de Harry, pero era una buena forma de conocerse, concedió.
Sin saberlo, no era el único que jugaba a las veinte preguntas.
De vuelta al mundo de los vivos, Lord Voldemort estaba interrogando a Lucius y Narcissa sobre el joven Alfa que se había escapado del ensayo de su boda.
—¿Y de verdad crees que es un buen prospecto para Draco? —preguntó, mirando atentamente a los padres del Omega. —Claro, es un Alfa, pero eso ni siquiera importa en los tiempos de hoy en día. Si el muchacho demostró ser incompetente durante el ensayo, debe ser igual de incompetente para mantener a su familia.
Lucius y Narcissa intercambiaron miradas. Era la única forma de salvarse de la vergüenza. Por supuesto, no iban a contarle nada de eso a ese tal Lord Voldemort.
—Pareces tan... apasionado —comentó Narcissa con sorna. —Lady Voldemort debe de ser una compañera afortunada.
—Oh, no, no —Voldemort sacudió la cabeza con tristeza. —Me temo que sólo soy yo. Confieso que he estado disfrutando hasta ahora. Viajando, explorando y gastando mi fortuna en mí mismo. Sin embargo, ahora que he vuelto para quedarme. he conocido el sentimiento de soledad. Por eso, en parte, no entiendo por qué ese joven Alfa pudo levantarse y desaparecer cuando tenía a un Omega tan hermoso prácticamente en sus manos —suspiró dramáticamente. —Si fuera yo, amaría a Draco hasta el fin de nuestros días.
Lucius y Narcissa intercambiaron otra mirada. Lucius asintió una vez y Narcissa carraspeó. Voldemort ocultó una sonrisa de satisfacción y ofreció toda su atención.
—Deberíamos considerar que Tom Riddle puede haber huido porque no aceptó nuestra propuesta —dijo Narcissa lentamente. —En ese caso, para evitar avergonzar a nuestra familia y al pobre Draco, bien podríamos aceptar otra oferta de matrimonio, siempre y cuando sea lo mejor para Draco.
Lucius también se aclaró la garganta.
—Sabíamos que Riddle no era tan digno de confianza como esperábamos —coincidió con su esposa. —No le enseñaron lo suficiente sobre negocios y acuerdos contractuales. Estoy seguro de que Draco, por su parte, es perfectamente consciente de su papel en este mundo.
Narcissa asintió lentamente, mirando a Voldemort a los ojos.
—Estamos abiertos a discutir cualquier tipo de propuesta que tenga para nosotros, Lord Voldemort —habló con claridad.
Draco, que había estado espiando desde lo alto de las escaleras, volvió corriendo a su habitación y cerró la puerta. Sacudió la cabeza y se miró en el espejo. Había esperado que su matrimonio con Riddle lo salvara de sus padres y de su supuesto papel. Sin embargo, si lo casaban con otro Lord, no habría forma de que escapara de ese tipo de vida.
Ya no sería el Omega perfecto de sus padres, sería el Omega perfecto de su marido.
Deseaba poder ser sólo Draco, como se sentía cuando estaba hablando con Tom esa misma mañana... Incluso si no tenían mucho en común, o si había algo extraño en el olor del Alfa, Draco sabía que a los Riddle no les importaría alguna "actitud rebelde" por su parte.
—¿Dónde estás, Riddle? —murmuró, mirando por su balcón hacia el bosque.
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Nota del autor.
esto es divertido. me pregunto por qué dejé de hacerlo. ah, sí, bloqueo del escritor... bueno, esto no suena tan mal, creo.
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