➛ ⌈06⌋ 'Piedra de luna'
❝PIEDRA DE LUNA❞
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NARRADOR:
Selena se había quedado helada cuando escuchó las palabras de su novio; Érica estaba muerta, o al menos existía tal posibilidad.
Aquella pobre chica que se sentía débil y humillada cada vez que terminaba en el hospital, la misma que Selena animaba para que se sintiera normal y completamente capaz; Érica, una chica de la misma edad que Stiles, que Isaac... y que su pequeño y sobreprotegido hermano, Scott McCall.
Selena clavó sus ojos en el edificio a un lado del auto; Derek se había estacionado al llegar, asegurándose de que estuviesen totalmente tranquilos y en silencio. Esperaba poder contarle la verdad con todos los detalles que habían podido recolectar, solo con el objetivo de que ella no pudiera sentirse desplazada luego. Mucho menos aún con un hecho tan importante que seguro tendría, aunque sea, un impacto pequeño en su vida.
Los dedos de Selena tocaron sus labios de forma temblorosa, aún con sus ojos perdidos en la entrada de aquel edificio. Era incapaz de voltear hacia Derek y decirles que estaba bien, que podría superarlo cuando menos lo pensara. Sin embargo, Selena no quería mentirle, porque sabía que no lo olvidaría por la mañana. Alguien que conocía podría estar muerta, una niña ante sus ojos, una niña que creyó no tener opción. Luego de luchar una batalla de pensamientos en su cabeza, Selena al fin pudo voltear hacia Derek.
—Es solo una niña —dijo—. Una niña de diecisiete años, Derek.
—Lo es —susurró él, tomando su mano—. Y ahora tenemos que evitarlo, no podemos dejar que ellos se salgan con la suya. Tenemos que pensar en algo esta misma noche.
Selena frunció el entrecejo mientras Derek observaba sus ojos rojos.
—¿Esta noche? ¿No es luna llena? —inquirió.
—Es por eso mismo.
[...]
Cuando Selena comenzó a bajar las escaleras del loft, escuchó a Stiles golpearse contra la mesa de metal que había frente al gran ventanal. Observó a Peter reírse en silencio mientras el menor se quejaba de forma aguda, casi arrastrándose por el piso. Se preguntó qué había ocurrido, incluso creyó que Stiles se había hecho daño a él mismo considerando que era una amenaza para su propia vida desde el día en que nació; pero cuando notó a Derek con su puño alzado y observando el techo con estrés, encontró una respuesta antes de lo esperado.
Selena se sentó un par de escalones por encima de Peter, quien rápidamente escaneó su rostro y notó su preocupación al quedarse en silencio, en lugar de reprender a su sobrino por golpear a Stiles, lo cual solía hacer cada vez que Derek se metía con uno de ellos. De igual forma, a Peter le resultó más que divertida la situación cuando recordó las incontables veces en que Derek soñó con darle un par de palizas de pequeño.
—Atravesaré la pared —le aseguró Derek a Stiles; luego volvió la vista a los demás, apoyando sus manos en la mesa—. ¿Quién me seguirá?
Selena lo miró perpleja.
—Espera..., Derek, ¿vas a entrar ahí? —Cuando él asintió, ella se puso de pie—. Estás loco; ¿no fueron ellos quienes asesinaron a Érica?
—Aún no lo sabemos, Selena —le aclaró Derek.
—Claro que lo sabemos. Érica está muerta; Isaac la vio —interrumpió Peter—. Que lo quieran negar para mantener viva una falsa esperanza, es otra cosa.
Derek le dirigió una mirada de pocos amigos a su tío.
Selena bajó las escaleras, pasando por un lado de Peter, quien se quejó cuando ella lo empujó ligeramente. Scott se giró hasta su hermana e hizo un desdén con su mano para que se tranquilizara.
—Vamos, pequeños con complejo de héroes —habló Peter una vez más—. ¿Acaso creen que tienen oportunidad con una manada de alfas? Y si eso no les resulta lo suficientemente aterrador, intenten recordar que dos de ellos combinan sus cuerpos para formar un alfa gigante. —Cuando Selena lo escuchó, se sintió completamente atemorizada, hasta que Peter agregó:— Érica y Boyd eran demasiado dulces; los extrañaremos.
La chica volteó a verlo junto a todos los demás en silencio. Estuvo a punto de tirarle uno de sus zapatos por la cabeza, cuando Stiles atacó primero con el filo de sus palabras.
—¿Podrían matarlo de nuevo, por favor?
—No, déjalo, no soportaría que volviera y tuviera que soportar su hedor a muerto otra vez —dijo Selena, ofendiendo a Peter nuevamente.
—¿Podrías, por favor, dejar de remarcar eso? Me ducho todos los días y, por tu culpa, ahora serán dos veces.
—Pues intenta agregar cuatro más —aconsejó Selena, molesta.
El hombre rodó los ojos mientras bufaba.
—Derek, sabes que el riesgo es demasiado —dijo Peter, cruzándose de brazos.
Selena también se cruzó de brazos al tiempo en que caminaba al frente de ellos.
—No puedo creer que diré esto, pero estoy de acuerdo con él —suspiró y todos voltearon a verla sorprendidos; incluso Peter—. Excepto en asegurar la muerte de Boyd y Érica, creo que es demasiado arriesgado.
Derek se enderezó, clavando sus ojos en ellos.
—No me importan los riesgos, Selena. Se trata de ellos, y estoy dispuesto a ir a ciegas con tal de recuperarlos —aseguró.
—Bien, pero...
—No estamos seguros de Erica —interrumpió Scott—; pero si Boyd sigue vivo, tenemos que hacer algo. Tenemos que intentarlo.
Selena apretó su mandíbula enfadada.
—¿Pero...? —preguntó Derek.
—¿Quién es la otra chica? La que está con Boyd.
[...]
Selena caminó de un lado al otro por el loft, mientras refunfuñaba palabras que no tenían sentido para Stiles ni para Peter. El último nombrado abrió un ojo, alzando una de sus cejas con impaciencia; el ruido de sus pisadas se volvieron insoportables con el pasar de los minutos para él, y al notar que Selena no tenía intenciones de detenerse, se aclaró la garganta.
—Preocuparte no hará que sus posibilidades de morir se reduzcan —comentó Peter, atrapando la atención de la chica—. Yo solo digo.
—Estoy molesta —aclaró Selena, acercándose a él y dejando a Stiles solo frente al ventanal, con la mirada perdida en la luna—. ¿Acaso ellos pueden arriesgarse, pero si yo quiero ayudar, me lo niega?
—Porque es un riesgo que vale tomar para seres sobrenaturales, no para simples humanos sin instinto de supervivencia —intentó bromear, aunque a Selena no le causó ni la más mínima gracia. Peter ignoró su ira y cerró sus ojos nuevamente, acomodándose en el sofá. Sentía que estaba en el ojo de la tormenta con aquellos que él consideraba niños—. Solo duérmete y te despertaré cuando vuelvan, o cuando encontremos sus cadáveres, lo que pase primero.
—Ja, ja. ¿Has considerado ser humorista? —preguntó Selena, sentándose junto a él.
Peter sonrió.
—No, no lo he considerado. ¿Dices que me iria bien?
—Sí, lo bueno es que ya tienes dinero para vivir, porque de comediante comerías directamente de la basura. —Selena casi logró reírse de su propio chiste cuando notó de reojo cómo Peter la miraba enfadado.
Se quedaron en silencio cuando escucharon a Stiles quejarse por quinta vez en lo que llevaba la hora. Peter comenzaba a perder los estribos con ambos; mientras él intentaba dejar las preocupaciones a un lado, Selena y Stiles no dejaban de recordarle lo que estaba sucediendo.
Selena se puso de pie nuevamente, volviendo a su estado de desasosiego, y se sentó en una de las sillas junto a la mesa. En cualquier otro momento, jamás se habría puesto a leer los planos; sin embargo, debido a los nervios que le provocaba la espera, Selena comenzó a leer todo lo que estaba en cada uno de los papeles, mientras escuchaba a Stiles y a Peter conversar sobre guaridas de hombres lobo. De no haber estado tan concentrada en su lectura, habría soltado una risa nasal en cuanto Peter se burló de Stiles asegurándole que vivía en una "red subterránea de cavernas ocultas en el bosque".
—Wow, ¿de verdad? —preguntó Stiles asombrado, habiéndose tragado la mentira completa.
Peter rió.
—No, idiota; vivo en un departamento del centro.
Cuando Selena terminó su lectura, le pidió permiso a Stiles para tomar más hojas de su mochila. Al principio se sintió intimidada por la cantidad de papel que había, pero si existía algo con lo que pudiera ayudar, estaba dispuesta a leer una enciclopedia de ser necesario.
—¿Por qué esperar a la luna llena, eh? ¿Por qué no matarlos cuando quisieran? —Stiles caminó hasta Peter.
El hombre, sin abrir sus ojos y aún recostado en el sofá, respondió:
—Tal vez piensen que es poético.
Selena resopló.
—El único que piensa que asesinar debería ser poético eres tú —dijo, sin perder el hilo de su lectura.
—Además de eso —señaló Stiles, estando de acuerdo—, ¿no crees que ya tuvieron tres lunas llenas para ser poéticos? —cuestionó.
Selena detuvo su lectura cuando sus ojos encontraron un material demasiado particular. Frunció el entrecejo a la vez que lo repasaba una y otra vez, como si no terminara de entender por qué estaba ahí y por qué parecía ser una coincidencia bastante aterradora.
—¿"Piedra de luna"? —preguntó lo suficientemente fuerte para que ambos la oyeran—. Parece un nombre muy literal, ¿no les parece?
Stiles observó a Peter confundido cuando este se levantó del sofá de inmediato. Su semblante contraído en desconcierto, mientras se acercaba velozmente a Selena, que lo observaba del mismo modo que Stiles. El hombre se detuvo junto a ella y leyó rápidamente la misma página en la que Selena se había detenido. Ella observó cómo los dedos de él temblaban y le fue difícil darse cuenta de lo preocupado que en realidad se encontraba el mayor, sobre todo luego de haber estado negando tal cosa con sus actitudes ante la situación.
—Sé que suena aterrador el nombre, ¿pero qué sucede exactamente? —preguntó Stiles, parándose al otro lado de donde Selena estaba sentada.
—Las paredes de la bóveda están hechas de "Piedra de luna" —explicó Peter y enseguida agitó una de sus manos hacia Stiles—. Llámalos. Llama a Scott, tienen que saberlo.
Selena se levantó al escucharlo, poniéndose en estado de alerta.
—¿Qué sucede, Peter? —El rostro pálido de ella dejaba ver el pánico dentro suyo con claridad. Tuvo la impresión de que sus manos se enfriaron junto a las plantas de sus pies, mientras que por su mente pasaron miles de posibilidades, y ninguna de ellas buenas.
—No quieren que se maten entre ellos —dijo Peter—, quieren que maten a Derek y a Scott.
Selena abrió su boca queriendo decir algo, pero le fue imposible lograrlo. Cuando menos lo notó, en una de sus manos colgaban las llaves del auto de Derek mientras corría fuera del edificio; seguida por los llamados de Peter y Stiles.
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