➛ ⌈04⌋ 'Ritual antiguo'
❝RITUAL ANTIGUO❞
━🌻━
▌𝙷𝚘𝚕𝚒𝚜, 𝚜𝚘𝚕𝚘 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚍𝚎𝚌𝚒𝚛𝚕𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚌𝚘𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎𝚗 𝚜𝚒 𝚕𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚕𝚎𝚜 𝚊𝚐𝚛𝚊𝚍𝚊. 𝙰𝚜𝚒́ 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚖𝚎 𝚙𝚊𝚜𝚘 𝚕𝚘𝚜 𝚍𝚒́𝚊𝚜 𝚒𝚗𝚝𝚎𝚗𝚝𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊𝚌𝚝𝚞𝚊𝚕𝚒𝚣𝚊𝚛 𝚢 𝚎𝚜𝚌𝚛𝚒𝚋𝚒𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚊 𝚖𝚊́𝚜 𝚗𝚘 𝚙𝚘𝚍𝚎𝚛, 𝚖𝚎 𝚐𝚞𝚜𝚝𝚊𝚛𝚒́𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚍𝚒𝚎𝚛𝚊𝚗 𝚊𝚙𝚘𝚢𝚘 𝚎𝚗 𝚕𝚘𝚜 𝚌𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘𝚜 𝚜𝚒 𝚕𝚎𝚜 𝚐𝚞𝚜𝚝𝚊. 𝚗𝚘 𝚕𝚎𝚜 𝚝𝚘𝚖𝚊 𝚍𝚎𝚖𝚊𝚜𝚒𝚊𝚍𝚘 𝚝𝚒𝚎𝚖𝚙𝚘. 🫂
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NARRADOR:
Selena dio un mordisco a la manzana verde que sostenía, apoyándose en el hombro de Derek con desgano. Su ceño se frunció automáticamente cuando observó las páginas del libro que él leía con atención. Derek esbozó una pequeña sonrisa al imaginar la expresión confundida de Selena mientras intentaba comprender el contenido del libro.
Selena pareció resignarse luego de un par de segundos y se enderezó en su lugar. Sus ojos siguieron a Isaac yendo y viniendo con una caminata nerviosa, mientras este murmuraba cosas sin sentido.
—¿Qué sucede, Isaac? —preguntó Selena, dándole otro mordisco a su manzana.
—No confío en él —expresó sin rodeos—. No hay forma de que salga algo bien con él. No me gusta la idea y definitivamente tampoco me gusta él.
—¿A quién te refieres? —inquirió Selena.
Derek suspiró antes de responder a la pregunta.
—Habla de Peter, y, para ser honesto, nadie confía en él, pero es el único que puede ayudarnos. Créeme, sería más peligroso si intentara hacerlo yo mismo.
—Sigo sin confiar en él —mantuvo Isaac. Detuvo sus pasos y volteó a ver a Selena—. ¿Saben? Scott no confía en él y yo, en lo personal..., confío en Scott.
Derek detuvo su lectura y alzó la mirada un poco. Selena notó la tensión en sus hombros de inmediato.
—¿Confías en mí? —cuestionó Derek, alzando una de sus cejas.
Isaac le dio una mirada a Selena y notó la tranquilidad en su mirada. Esta le dedicó una ligera sonrisa mientras el menor seguía sosteniendo un libro entre sus manos, jugueteando nerviosamente con la tapa.
—Sí, confío en tí. Además, admito que me tranquiliza el hecho de que Selena esté aquí —confesó rápidamente, luego guardó silencio por unos cortos segundos—. Pero... sigue sin agradarme.
Derek se contuvo de rodar los ojos.
—No le agrada a nadie —puntualizó.
—Si no apestara a muerto, a mí me agradaría —comentó Selena, ganándose una ceja alzada por parte de ambos
La enorme puerta del loft se deslizó hacia un lado revelando la presencia de Peter Hale, el hombre del que hablaban. Su aspecto lo hacía parecer aseado a la vista, y una simpática sonrisa adornaba su rostro mientras escaneaba con la mirada al trio que lo observaba con atención. Isaac se enderezó en cuanto lo vio y les dio una rápida mirada a la pareja antes de cruzarse de brazos fingiendo seguridad; al menos sabía que Peter no trataría de hacerle daño en presencia de ambos.
Selena le dio otro mordisco a su manzana, sin demostrarle ni una mísera reacción a Peter por su repentina aparición. El hombre ladeó la cabeza antes de hablar:
—Niños, para que lo sepan: sí, volver de la muerte dejó mis habilidades un poco disminuidas, pero mis oídos aún funcionan —les aclaró, dándoles una breve mirada a los tres—. Así que, si no es mucha molestia, les pediría que tuvieran la osadía de opinar sobre mi persona, enfrente mío.
Derek y Selena se le quedaron viendo, mientras que Isaac guardaba silencio al instante. Ni siquiera estaba seguro de estar ahí esperando por aquella ayuda a la que su alfa se refería, en primer lugar, así que mucho menos le diría que no le agradaba en lo absoluto su mera presencia en el lugar.
Pero, por otro lado, la pareja no tembló al contestar.
—No nos agradas. —Derek cerró el libro que sostenía, con fuerza.
—Y hueles a mi abuelo —comentó Selena, señalándolo con una de sus manos. Y cuando Peter creyó que podría ser un intento de halago pésimo, se dio cuenta de que ni siquiera era esa la intención de la chica—. Él está muerto.
Peter le dio una falsa sonrisa mientras caminaba hacie ellos.
—¿Estás insinuando algo? —cuestionó.
—Sí, que hueles a muerto, Peter —resopló y seguido volteó sus ojos—. Deberías bañarte más seguido.
—Bueno, ya —intervino Derek cuando se dio cuenta de que el hombre tenía intenciones de defenderse. Se puso de pie y señaló a su tío—. Cállate y ayúdanos.
Peter alzó sus manos en señal de paz y sonrió nuevamente.
—Me parece justo.
[...]
Derek acarició el rostro pálido y sudoroso de la chica con cuidado. Se preguntó si estaba sufriendo, incluso estando sumida en un sueño profundo. Sintió un escalofríos recorrer su espina dorsal al pensar en una lucha interna en la que probablemente la chica se estuviese enfrentando dentro de su cabeza. ¿Lo peor? Él no podría hacer nada, a pesar de que eso fuese todo lo que quisiera hacer. No pudo evitar el temblor de sus manos debido al arrepentimiento que lo había golpeado antes de lo esperado. Peter lo observaba desde un rincón de la oscuridad, y cuando sus miradas se encontraron, el menor notó la clara molestia en sus ojos; lo estaba culpando.
—¿Despertará? —preguntó Derek con desesperación, al notar qué los ojos de Selena se mantenían cerrados, pero parecían moverse debajo de sus párpados—. Ha estado así desde hace media hora.
—Es humana, Derek, me sorprende que aún siga con vida —intervino Peter, intentando mostrarse indiferente ante la situación, pero fallando en cuanto volvió a hablar ya que su voz perdió fuerza al intentarlo—. Esto no es un juego. La vida de Selena se ha arruinado..., incluso si no nos recuerda, todo estará tan perdido para ella.
—Las siguientes horas serán cruciales para que tengamos una idea cual será el nuevo camino de ella. No es momento para perder el control de nuestras emociones —advirtió Deaton.
—¡Ese es el problema! —Peter gritó enfurecido—. ¡Derek perdió el control desde que la quiso en su vida! Fue egoísta, pensó solo en él.
Derek volteó hacia él por unos segundos, viéndolo completamente perplejo luego de oír sus palabras. Dejó a Selena en el suelo con cuidado y se puso de pie para enfrentar a Peter con su rostro contraído en ira. Lo empujó con fuerza en cuanto lo tuvo enfrente.
—¿Yo fui egoísta? ¡Recuerda quién fue el que me convenció de esto! -Derek señaló a Selena manteniendo la mirada en su tío—. Todo lo que hicimos juntos se desvaneció en segundos, Peter, ¡todo! Tendré que vivir con eso. Tendré que dejar de amarla y ella jamás sabrá que lo hice.
—Tampoco sabrá a quién amaba en realidad —masculló Peter y tensó su mandíbula, reteniendo el aire en sus pulmones. El movimiento de sus fosas nasales delataron lo difícil que le resultaba el solo hecho de respirar.
Deaton les dio una mirada antes de decidir que lo mejor era que no debía interrumpir. Talia ya no se encontraba en aquel lugar, pero le había asegurado a Derek que ella se encargaría de llevar a Selena con su madre al despertar, solo debía hacer algo primero.
Derek tragó con dificultad mientras miraba a Peter atónito.
—¿A qué te refieres? —inquirió, intentando parecer molesto, pero la verdad era que se encontraba muy confundido—. ¡¿Qué quieres decir?!
—¡Está despertando! Derek, Peter, vengan —llamó Deaton, cortando la tensión del momento.
DEREK HALE:
Mis ojos se fijaron en las garras de Peter por unos breves segundos que parecieron tornarse una eternidad, solo logré apartar mi mente de los recuerdos cuando él agitó las manos y se acercó en dirección a Isaac mientras hablaba sobre algo con Selena; ni siquiera pude prestarle atención. Bajé la mirada al suelo y sentí aquel temblor familiar en mis manos. Intenté calmarlo apoyándolas en mi mentón, y aunque parecía no detenerse, fue suficiente para que ninguno de ellos lo notara. Para ese punto, ya comenzaba a luchar contra mi propia mente. Todo se volvía más real, más complicado..., más difícil de esconder.
Pasaban los días, y mi comportamiento ya no era solo el miedo a que sucediera, era una realidad de la que Deaton me había advertido.
Escuché la voz amortiguada de Peter pidiéndole a Isaac que se tranquilizara, de lo contrario, no podria sacarle demasiado. Tenía razón. Las lágrimas en los ojos de Lena aparecieron enfrente de mí como si fuese de las peores torturas a las que estaba sometido.
Una de sus suaves manos se apoyó encima de mi hombro, de la misma manera en la que lo había hecho antes, solo que esa vez me acarició un poco, antes de ponerse de cuclillas a un lado de mi asiento. Descendió su mano sobre mi espalda y me acarició con delicadeza hasta que sus delgados dedos se arrastraron hasta mi mentón, donde aún tenía mis manos juntas. Mis ojos verdes encontraron los avellana de ella y arqueó ligeramente la comisura de sus labios. El solo hecho de observarla, funcionaba para que mis latidos dejaran de doler y mis pensamientos se tranquilizaran.
—O estás más preocupado por Isaac de lo que creí, o te sucede algo más -habló Selena en voz baja, dejando que sus dedos viajarán hasta mi mejilla donde se detuvo para acariciar un instante—. Eres callado, pero tus ojos siempre están diciendo algo.
Voltee a ver a Peter y este me devolvió la mirada. No fueron demasiados los segundos en los que nuestros ojos se conectaron, pero supe que habían miles de advertencias en ellos. Movió la mano para lucirme sus garras y tragué con dificultad antes de devolver la vista a Selena. Le sonreí a medias, pero sin demostrarle mis tormentos.
—Este es un ritual antiguo que practican sobre todo los alfas con experiencia. Si algo sale mal, no hay vuelta atrás. Pero Isaac es un hombre lobo, aguantaría más que una persona normal. —Suspiré—. Eso espero.
—Entonces... —Selena alargó la palabra antes de proseguir—, ¿es eso lo que te tiene tan preocupado?
Sus ojos me observaron con curiosidad, mientras que sus manos volvían a descender hasta las mías. Ella era Selena; una chica dulce, amable y dispuesta a escuchar a todos en cualquier momento sin importar sus propios problemas.
Estaba a punto de responder con una respuesta falsamente positiva, hasta que escuché la voz de Peter.
—Bueno, un pequeño error podría paralizar a alguien —le comentó a Isaac una vez que se posicionó detrás de él—... O matarlo.
Selena me dio una corta mirada de reojo antes de soltarme las manos y ponerse de pie. Sentí, que al separse de mí, me quitaba parte de la tranquilidad que me había brindado hacia solo minutos atrás.
—Y me imagino que llevas práctica en esto —cuestionó, apoyando sus manos en la cintura, mientras lo miraba con una ceja arqueada—. Quiero decir, no es la primera vez que haces esto, ¿cierto?
—No, tranquila. Llevo varias veces haciéndolo. —Peter sacó sus garras sacudiendo su mano y le sonrió a Selena—. Jamás he paralizado a nadie.
Fruncí el ceño mientras que Isaac y Selena soltaban un suspiro de alivio. Al instante parecieron darse cuenta de a lo que Peter se refería.
Isaac estuvo a punto de protestar cuando Peter clavó sus garras en su cuello de forma brusca. Sus quejidos se perdieron en el aire mientras sus intentos de zafarse se debilitaban gradualmente. Selena quiso intervenir, dando un paso adelante, pero hizo algo que captó mi atención: llevó una mano detrás de su cuello y apretó tanto los dedos contra la piel que esta se volvió pálida, con la forma marcada en rojo de sus dedos.
Mi cabeza giró hasta Peter en busca de respuestas, pero noté que él apenas tenía noción de lo que estaba sucediendo. Su mente se dividía entre los recuerdos bloqueados de Isaac y la realidad en la que estábamos. Regresé la mirada hasta Selena y me puse de pie en cuanto la vi tambalearse. Me acerqué a ella tan rápido como pude y en cuanto vi su rostro, entendí que el plan de aquella noche no había resultado tanto como esperábamos.
Su nariz sangraba con abundancia, como si se hubiese golpeado contra el suelo varias veces. Su rostro pálido y sudoroso me transportaron a la noche en que perdimos a Paige y parte de Lena. Todo pareció suceder tan rápido que apenas tuve tiempo de rodearla en mis brazos.
Para ese momento, Peter se había separado de Isaac y ambos se encontraban intentando regular sus propias respiraciones.
Selena me miró evidentemente aturdida.
—¿Qué pasó?
Sentí la mirada de todos sobre mí, junto con las intensas ganas de escapar de aquel tormentoso pasado e impredecible futuro.
Todo tan difícil de ocultar.
[...]
NARRADOR:
Derek cayó al suelo de rodillas, respirando agitadamente. No recordaba haber presenciado una tormenta similar en los últimos años; y en una noche con luna llena, logró alterarlo más de lo normal.
Enterró sus manos tensas en el lodo mientras cerraba sus ojos con demasiada fuerza, como si, de alguna forma, estuviese suprimiendo un grito desgarrador de dolor. Sintió las puntas de sus dedos arder cuando, poco a poco, sus garras fueron desapareciendo. Se sentía completamente abandonado en medio de tantos árboles; y sabía que de las pocas cosas que lo calmarían, no podría encontrarlas en ese lugar. Se llamó idiota, una vez más, por despertar de aquella forma; desconcertado y semidesnudo en medio del bosque. El agua de la intensa lluvia se aglomeraba bajo sus manos y rodillas; al tiempo en que el pecho de Derek, subía y bajaba de forma agitada con el solo recuerdo de ella.
Bajó la mirada y se perdió en su propio reflejo distorsionado sobre el charco en donde estaba arrodillado. Sus ojos azules brillaron con más intensidad ante su viva imagen; Lena nunca lo abandonó.
Habían pasado dos años desde aquel traumático suceso. Dos años en que la vio por última vez; y dos años en los que Selena no había abandonado su mente ni por un segundo. Le resultaba extremadamente difícil ignorarla en su preparatoria, hacer como si nunca hubiese existido, sobre todo ante personas que sabían sobre su relación. Una diminuta lágrima luchó por brotar cuando recordó las incontables veces en las que se disculpó con ella en un susurro al pasar por su lado, como si le debiese su completo arrepentimiento.
Una ráfaga de viento sacudió su cabello y acarició ferozmente su piel desnuda, sacándolo de lo que pudo haberse convertido en su ancla temporal. Cuando un estruendo se escuchó detrás de él, Derek alzó su cabeza al frente clavando sus ojos en la casa de ella y rugió con fuerza.
La luz de su cuarto se encendió y justo cuando él estuvo a punto de correr en su dirección, alguien más se lanzó encima suyo. Sus cuerpos se deslizaron algunos metros por encima del lodo, pero Derek no dejó de forcejear en ningún momento.
—¡Cálmate! —le ordenó Peter con un grito ensordecedor. Cuando su sobrino bajó la mirada como un perro avergonzado, él se acercó—. Tranquilo, Derek, vamos a casa.
Pero Derek no lo escuchó y, en su lugar, corrió lejos de él, desapareciendo más al fondo en aquel oscuro bosque.
[...]
Selena ignoró el tercer mensaje que recibió en lo que iba de la tarde; sabía de quién se trataba y no estaba de ánimo para responderle.
No tenía idea de a qué se debía la constante insistencia de su padre con comunicarse con ella; tampoco le daba demasiadas vueltas al asunto. Su mente se encontraba muy ocupada con otros pensamientos luego de lo que había sucedido por la mañana. Mientras limpiaba una de las mesas en donde previamente había desayunado una pareja de ancianos, Selena no dejó de repetir las palabras que Derek le había dicho para tranquilizarla antes de dejarla en su trabajo: "No te preocupes, no es nada malo". A pesar de que ella confiaba más en Derek últimamente, siempre tuvo la sospecha de que algo le estaba ocultando detrás de aquellos ojos que la miraban con tanto cariño. Es decir, tal vez la vio y se enamoró de ella, ¿no?, pensó varias veces Selena. Al mismo tiempo, le resultaba extraño creer que Derek se encariñara de alguien de forma tan fácil e instantánea. Incluso ella misma se preguntó en qué momento se había enamorado de él y no pudo evitar pensar que el amor se sintió tan nuevo como antiguo.
Selena se pasó el dorso de la mano por encima de su frente antes de suspirar con agotamiento. Caminó hasta la cocina, en donde sacó la basura, y luego salió por la puerta de la misma para dejar la bolsa negra en un contenedor dentro del callejón. Se quedó un rato con las manos en sus caderas, recuperando el aliento luego de hacer tal esfuerzo, lo cual le resultó extraño, ya que no solía sentirse tan cansada por aquellos mínimos esfuerzos.
Cuando se adentró nuevamente a la cafetería y llegó al mostrador, escuchó la campanilla de la puerta sonar. Se acomodó la vicera roja antes de alzar la mirada forzando una sonrisa para atender a lo que ella creyó que sería su próximo cliente; sin embargo, su sonrisa se volvió genuina al ver a Derek caminar dentro, con las manos en los bolsillos de su pantalón mostrándose más tranquilo de lo que en realidad estaba.
—¿Y tú, qué haces aquí? —inquirió Selena, enarcando una de sus cejas—. Creí que te quedarías con Isaac.
Derek se arrimó al mostrador y le depositó un corto beso en la frente antes de besarla en los labios.
—¿Puedes salir más temprano? -preguntó luego de carraspear—. Necesitamos averiguar más sobre lo que Isaac vio, así que acudimos a Deaton. Tal vez tarde bastante y luego no podré pasarte a buscar. Tienes dos opciones: te pasa a buscar Peter luego o te llevo ahora a mi Loft..., él también está ahí.
—¿Así que las dos opciones incluyen a Peter?
Derek formó una mueca con disgusto.
—No me gusta más que a ti-respondió con amargura—; pero..., no puedo creer que diré esto, pero prefiero que Peter esté contigo ahora que estamos siendo acechados por una manada de alfa.
Selena soltó una pequeña risa antes de asentir con la cabeza.
—Está bien, de todos modos no hay demasiada clientela. Espérame unos minutos, tengo que buscar mis cosas.
Derek buscó algo con la mirada y Selena lo notó enseguida, deteniéndose antes de darse la vuelta.
—¿Qué pasa?
—¿Por qué estás sola? —quiso saber, frunciendo el ceño.
—Es que...—Selena señaló detrás de ella—, bueno, es hora de descanso, pero quise quedarme aquí.
El hombre se quedó en silencio durante unos segundos sin poder despegar la mirada de su pareja. Cuando los ojos avellanos de ella se cruzaron con los verdes suyos, este se relamió los labios, inseguro. La realidad era que Derek se encontraba completamente atemorizado; tampoco ayudaba el hecho de que uno de los alfas, Ennis, fuese el monstruo protagonista de aquella noche perturbadora. Sabía que le había comentado a Scott que su intención era contarle la verdad a Selena, pero no sabía si era lo correcto, ciertamente. No hizo falta ni comentarlo a medias para que Selena se sintiera conectada con su pasado fantasma, solo tuvo que presenciar el mismo escenario de aquella noche cuando Talia le quitó sus recuerdos. Eso lo mantenía intranquilo, incluso cuando no estaba enterado de los sueños que había tenido ella cuando recién comenzaban a acercarse.
Aquellos ojos azules...
Selena se llevó la mano a la parte posterior de su cuello mientras se perdía con la mirada en los dedos inquietos de Derek. Fue la campanilla de la puerta principal lo que los llevó a ambos de vuelta a la realidad.
—¡Hey! —saludó uno de sus compañeros al entrar, con una radiante sonrisa. La luz del sol traspasaba cada fibra de su pelo rubio, haciéndolo lucir de un dorado fantasioso. Derek asintió con la cabeza en forma de saludo cuando el chico se detuvo a su lado y lo miró con simpatía. Ya se habían visto antes, pero no habían hecho más que saludarse con un asentimiento—. Has venido más temprano, ¿ha ocurrido algo?
Selena sonrió con los labios cerrados y enseguida negó.
—No, no, nada de eso —respondió haciendo un desdén con su mano—. Olvidé que tenía que hacerme un chequeo general, así que tendré que irme antes. —Selena le dio una corta mirada al reloj de su muñeca antes de resoplar. Derek alzó ambas cejas con sorpresa al verla mentir con tanta naturalidad—. Se me ha hecho tarde. ¿No tienes problemas con eso, cierto?
El rubio, llamado Simon, negó al instante al escuchar su explicación. Si fuese verdad o fuese mentira, no era de su incumbencia. Además, había notado que a Selena realmente le importaba mantener su trabajo.
—Para nada. Has estado trabajando mientras nosotros comíamos como cerdos hambrientos allá afuera —bromeó—. Ve tranquila, yo te cubro.
Selena recogió sus pertenencias en un instante, intercambió saludos con Simon y tomó la mano de Derek para salir juntos de la cafetería. Cuando la brisa de la tarde acarició suavemente su rostro, un leve choque con un hombro desconocido la hizo girar ligeramente. Su mirada se encontró con la de una mujer de mediana edad, quien la observaba con el ceño fruncido, como si su sola presencia le resultara familiar. Por un instante, el tiempo pareció detenerse mientras Selena se recuperaba del inesperado impacto. La chica sintió un intenso bombeo golpeando contra su pecho y se detuvo. Derek percibió, así que apretó su mano antes de atraer su atención tomándola del mentón. El tiempo recuperó su velocidad normal y los ojos de Selena se clavaron en los de él, transmitiéndole tranquilidad inmediata.
—¿Estás bien, Sele? —la evidente preocupación en sus ojos la hizo carraspear—. ¿Selena?
Los primeros movimientos de la chica fueron torpes, pero en cuanto se recuperó, Selena asintió con una sonrisa de labios sellados.
—Estoy bien —respondió luego de inspirar profundamente—. Estoy bien, no te preocupes.
No muy convencido, Derek apretó sus labios y asintió con brevedad. Selena buscó a aquella misteriosa mujer con la mirada una última vez, solo para darse cuenta de que ya no se encontraba ahí.
Agitó la cabeza intentando despejarse de tanto agobio y siguió a Derek hasta el auto.
[...]
¿Por qué él me está mirando tanto? Pensó Selena.
¿Por qué ella me está mirando demasiado? Pensó Peter.
Selena resopló antes de bajar la mirada hasta su teléfono y se removió en el sofá que estaba junto a las escaleras, incómoda.
Por otro lado, Peter no podía dejar de mirarla con nostalgia; incluso cuando era lo que sus pensamientos aclamaban, no era capaz de despegar sus atentos ojos de encima de ella. El solo hecho de observar cómo se mordisqueaba el labio inferior cada cierto momento lo llevaba de vuelta a su juventud; en donde, por primera vez en mucho tiempo, tuvo la repentina necesidad de velar por el bien de alguien aparte de sí mismo. Peter se vio de pie en la posición de protegerla como lo había hecho Talia con él; como un hermano mayor debía proteger al menor.
Los recuerdos de Peter lo sumergieron en un mar de pena y angustia ante el cálido sentimiento de amor fraternal.
—¿Así que eres el tío de Derek? —Selena alzó ambas cejas con sorpresa—. ¡Por dios! ¿Cuántos años tienes, entonces? Luces muy joven para ser el tío de alguien —detuvo sus palabras abruptamente y le dio una mirada de reojo a Derek, quién estaba revisando el pasillo del hospital ansiosamente—. Disculpa que sea un tanto descarada, pero ¿la madre de Derek lo tuvo joven?
Peter se cruzó de brazos y enarcó una ceja.
—Sí, soy su tío. Soy muy sensible con respecto a mi edad, pero sí, sé que luzco joven. Te disculpo, descarada —respondió a todas sus dudas sin detenerse. Le dio una mirada a Derek—. Antes de que llegue su madre, nos iremos.
—Sí, sí —dijo Derek acercándose a la camilla de Selena—. Lo siento, me había olvidado que eras diabética.
Selena negó con su habitual sonrisa a pesar de aún encontrarse algo débil.
—Yo también suelo olvidarme, no te preocupes. —Suspiró antes de mirar a Peter, quién al ver qué ella le prestó atención, relajó sus facciones—. Gracias por traerme, me caes bien.
—Entonces he fallado —bromeó, aunque su rostro seguía reflejando seriedad.
Selena frunció su entrecejo con diversión.
El resoplido de Selena lo devolvió a la realidad. Peter carraspeó antes de ponerse de pie mientras ella lo seguía con la mirada.
—¿Tú lo sabes, cierto? —Le pregunta de Selena, lo tomó por sorpresa—. Sabes por qué sentí lo que sentí cuando entraste a los recuerdos de Isaac. Me imagino que sí, ya que tu mirada delataba tu preocupación.
Peter soltó una ligera risa para no demostrar lo nervioso que lo puso sus sospechas. Escuchó los latidos del corazón de Selena.
—No me preocupas —mintió ágilmente.
Selena se cruzó de piernas, aún sentada en el sofá, y lo observó con atención. Los latidos de Selena comenzaban a intensificarse y Peter lo notó, aunque se escuchaban ligeramente débiles.
—No insinué que tu preocupación se debiera a mí —le aclaró, antes de ponerse de pie. Avanzó unos pasos hacia él y lo miró con el ceño fruncido—. Tal vez lo que te preocupa, es lo que pasó en sí. Derek también me observó desconcertado, como si hubiese estado sorprendido y a la vez extrañado. Yo también lo estoy; y estoy asustada también.
Peter clavó sus ojos celestes en los de ella por una fracción de segundos, en los que se cuestionó, seriamente, que tanto sabía él en realidad. Enseguida bufó con la intención de que no sospechara aún más.
—Deberías dejar este tema a un lado, teniendo en cuenta que estamos siendo amenazados por alfas —dijo de forma relajada, aunque el bombeo constante de Selena lo comenzaban a alterar—. ¿Fue extraño? Sí, ¿qué más da? ¿Para tí que no ha sido extraño hasta la fecha? ¡Por favor, estamos en Beacon Hills! Sospecha cuando las cosas no sean raras un día....
Bum.., bum...,bum...
—¡¿Podrías calmarte?! —gritó Peter, sacándose de sus casillas.
Selena lo miró atónita ante su cambio brusco de actitud.
—Estoy calmada —susurró.
Peter frunció el ceño, confundido.
▌Cualquier duda,
me lo hacen saber➛
..
༝༚༝༚
..
Tiktok: gimeverlark.
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