35. Kanima
❝Kanima❞
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NARRADOR:
Selena se detuvo junto a uno de los trenes justo en el momento en que Erica se abalanzó hacia Derek, besándolo con rudeza. El hombre correspondió al beso durante unos breves segundos y luego la lanzó violentamente al suelo. Mientras se limpiaba bruscamente la boca, le clavó una mirada furiosa a la chica.
—No vuelvas a hacer eso — advirtió Derek con firmeza.
—¿Por qué? ¿Por qué soy Beta? —cuestionó Erica agitada.
—Porque tengo a alguien más para ti —respondió Derek.
Isaac, tratando de recuperarse mientras se sentaba en el suelo, dijo:
—¿Terminamos? Tengo cientos de huesos que necesitan horas para recuperarse.
Selena, cruzándose de brazos con expectación, observó a Derek acercarse al menor. Se mordió el labio inferior con fuerza, evitando intervenir en ese momento. Quería ver hasta dónde sería capaz de llegar Derek con aquellos chicos que ella aún veía como un par de niños.
Él tomó uno de los brazos de Isaac, fingiendo interés por su dolor, y en cuanto se puso de rodillas, lo torció con fuerza hacia atrás, quebrándoselo. Isaac gritó de dolor de inmediato y el corazón de Selena se apretó en su pecho.
—Ciento uno —masculló Derek—. ¿Crees que te estoy enseñando a pelear? ¡¿Eh?! Te estoy enseñando cómo sobrevivir.
Selena dio un paso hacia Derek justo cuando soltó el brazo de Isaac y se enderezó. Al voltear, se encontró con la decepción impregnada en su mirada, lo cual la detuvo por completo.
—Deberían aprender a sobrevivir de ti —dijo Selena, con molestia.
—No te sentí llegar —murmuró Derek, observándola con confusión.
—Estabas más ocupado besando a una niña de dieciséis años y quebrándole el hueso a otro.
—Yo no... —Derek volteó hacia su manada y volvió a mirar a Selena—. Tú y yo vamos a hablar ahora.
—Ni siquiera lo pienses.
—Ahora —ordenó.
Derek corrió detrás de Peter hasta poder alcanzarlo. Se detuvo enfrente de él y lo miró confundido. Peter se detuvo cruzando sus brazos y esperó a que hablara como si no fuera consciente de lo que sucedía.
—¿Por qué le has dicho a Selena que las veremos esta noche? ¿Estás loco? Es luna llena —preguntó Derek, golpeando levemente el hombro de su tío—. Si ellas van, descubrirán...
—Lo que somos realmente —interrumpió Peter terminando la frase por él—. Exacto. ¿No crees que ya es tiempo de que suceda? Si llegan a descubrirlo por su propia cuenta antes de que se lo digamos, las cosas acabarán muy mal.
—¿Desde cuándo te preocupa lo que pase entre nosotros? —cuestionó Derek, alzando una de sus cejas.
Peter se encogió de hombros enseguida y caminó hasta detenerse junto a su sobrino. Ambos quedaron viendo al frente y él le señaló a Selena, quién se encontraba sentada cerca de su casillero dibujando algo en su cuaderno demasiado distraída para prestarles atención.
—Me preocupa ella... —Peter volteó a ver a Derek nuevamente— y lo que pueda pasarle mientras tú no puedas controlarte en luna llena.
—¿Qué? —preguntó atónito.
—¿Qué crees que pueda pasarle cuando estés deseando carne y ella sea lo primero que se te cruce por la cabeza? Es mejor que lo sepa, antes de que decidas degollar su garganta.
—¿Entonces piensas que lo mejor es tenerla en el mismo sitio donde yo estaré?
—Al menos estaré ahí para protegerla, al igual que a Paige.
Derek se quedó observando a Selena con el pulso acelerado mientras Peter le daba golpecitos en la espalda antes de desaparecer.
Cuando Derek les ordenó a todos que los dejaran a solas, se fueron sin rechistar. Aunque antes de hacerlo, Isaac le dio una corta mirada a Selena que a ella le costó descifrar. Bajó sus ojos hasta el brazo del chico justo donde él no paraba de sobarse y luego volteó a ver a Derek quién ya era consciente de lo que ella veía.
—¿Qué está pasando contigo exactamente? —inquirió Selena—. ¿Por qué siento que tratas de alejarme cada vez que puedes?, ¿por qué eres tan cruel con ellos?
Derek alzó la mirada hacia ella y frunció sus labios evitando soltar toda su carga en ese momento.
—Incluso si te lo dijera, no lo entenderías, Selena. Trato de hacer lo mejor que puedo, pero mientras esa cosa esté ahí afuera matando personas y a la vez tengamos que escapar de los cazadores, "hacer las cosas bien" no alcanza.
—Entonces no hagas nada. —Dio un paso hacia él sin quitarle la mirada—. O haz lo que quieras, ¿Sabes? No me importa. No me tendría que importar nada de lo que haces.
Derek se le quedó viendo y por mucho que lo intentara no podía no importarle lo que Selena pensaba sobre él. Incluso lo dudó mucho antes de morder a Isaac, ¿qué pensaría Selena sobre él? ¿Le tendría miedo? ¿Se alejaría? Por increíble que pareciera dada sus últimas acciones, estaba aterrado de perderla nuevamente. Pero no podía ignorar todo lo que sucedía en el pueblo y aunque su hermano insistiera en hacer las cosas debidamente correctas, Derek era alguien con una moralidad gris, al menos luego de todo lo que sucedió. Entonces decidió que mientras el corazón de Selena siguiera latiendo, no importaba su propia felicidad, debía alejarse de ella cada vez que pudiera.
Después de todo, Peter tenía razón: al besarla corrió con el riesgo del que Talia la había alejado y del que les advirtió a ambos si Selena lo recordaba todo.
La vio directo a los ojos y su antigua versión se le cruzó por la cabeza por un par de segundos, hasta que fue capaz de apartar la mirada de ella.
—Entonces vete. —Cerró los ojos con fuerza al escucharla detener su respiración—. Vete ahora.
—Eres un cobarde de mierda, ¿lo sabías? —Selena resistió el impulso de golpearlo—. ¿Recuerdas cuando luego de besarme por primera vez me dijiste que debía olvidarme de ello y que nada pasaría entre nosotros? Tenías razón y creo que es lo único inteligente que te he escuchado decir.
Selena le dio una última mirada antes de darse la vuelta e irse tan rápido como pudo sintiendo como a su corazón se le formaba una grieta.
«Mejor ahora que tarde» se dijo asi misma saliendo del lugar.
[...]
SELENA MCCALL:
—...Es un bestiario y lo tiene su abuelo —concluyó Stiles deteniéndose junto a las gradas.
—¿Seguro que se dice "bestiario"? ¿No quieres decir...?
—¡No! ¡Por dios! —Stiles pasó sus manos por su rostro con desesperación—. Allison, Scott y tú fueron cortados por la misma tijera, lo juro.
Hice una mueca confundida al no saber a lo que se refería mientras me sentaba junto a mi madre. Me saludó con rapidez antes de volver a buscar a mi hermano dentro del campo. Estaba demasiado preocupada ya que uno de los jugadores del equipo rival parecía haberse inyectado un tanque de esteroides antes del partido.
—Bien, como sea, debes avisarme cuando lo encuentres —le dijo abrigandose con su saco—. Y en lo que pueda ayudar, me lo haces saber. Me iré de aquí contigo.
Stiles asintió aunque creí ver cierta pizca de curiosidad al verme por unos segundos, luego se fue y me quedé viéndolo hasta que le quitó las llaves de la mano a Allison y salió corriendo. Le di una corta mirada a ella y una pequeña sonrisa antes de voltear.
Me llevé las manos a mi estómago justo donde se encontraba la herida que me había causado Peter y que comenzaba a cicatrizarse. No quería estar molesta con Allison, sobre todo porque Scott había logrado perdonarla y estaban juntos —a pesar de su "inteligente" plan de mantenerlo todo en secreto—, pero simplemente se me dificultaba porque en el momento en que cerraba los ojos, recordaba a su tía apuntando con un arma directo a la cabeza de hermano. Mis pesadillas eran sobre eso.
—¿Todo bien? —preguntó mamá sacándome de mis recuerdos.
Sólo fui capaz de asentir.
—Sele... Sé que evité mucho hablar contigo sobre... sobre él, pero si necesitas hacerlo ahora...
—No —le respondí volteando hacia ella—. Todo está bien.
—¿Sí?
—Justo ahora, no tengo ganas de hablar sobre eso —dije volviendo la vista al campo—. Estoy bien.
—Okay —murmuró ella—. Okay.
[...]
Todos en las gradas nos pusimos de pie expectantes cuando Scott corrió en dirección al arco agitando su palo de Lacrosse. Cuando anotó todos estallamos en aplausos, silbidos y gritos hasta que aquel chico doblando su masa corporal se avalanzó contra él lanzándolo con fuerza contra el suelo.
Mamá y yo nos miramos al mismo tiempo antes de bajar las gradas con rapidez y correr hacia él. Allison estaba tomando su mano mientras murmuraba algo que parecía ajeno a lo que estaba ocurriendo. Me acerqué a ambos y evité mostrar alguna expresión horrorizada al ver la pierna rota de Scott. Justo antes de que llegara el abuelo de Allison, Scott se puso de pie con su ayuda fingiendo que estaba bien.
—Juraría que escuché un hueso romperse desde mi asiento —dijo mamá asombrada.
—¿Lo escuchaste? Yo hasta lo sentí —compartió el entrenador.
—No, de verdad, estoy bien —insistió Scott.
Me agaché hasta su pierna y fingí que la analizaba con detenimiento.
—Pues yo la veo bastante bien —dije, poniéndome de pie nuevamente.
Scott me agradeció por lo bajo mientras que Allison caminaba hasta su abuelo.
—Debemos irnos.
El hombre no quitó la mirada de encima de ambos, pero en especial de Scott y frunció el ceño con una diminuta sonrisa.
—Espera, quiero preguntarle otra cosa.
Me acerqué rapidemante a Allison y la tomé del brazo para llevarla lejos de la multitud en lo que Gerard hablaba con Scott.
—¿Stiles logró encontrar ese libro? —pregunté.
Ella negó enseguida.
—Me dijo que no hay nada.
—¿Entonces por qué aún no regresa?
Allison se encogió de hombros.
—No me ha vuelto a escribir.
—Bien, gracias —le dije intentando irme, pero ella me tomó del brazo a mí esta vez.
Bajó la mirada con un poco de timidez, pero al alzarla sentí más seguridad en ella como si se hubiese quitado las dudas.
—Siento mucho lo que hice, Selena —dijo finalmente sin quitarme los ojos de encima—. Realmente amo a Scott, sé que cometí el grave error al confiar en Kate, cuando la verdad era que ustedes siempre trataron de hacer lo correcto.
Solté un suspiro aliviando mis pulmones.
—Creo que eso era lo único que necesitaba de tí —le dije con una sonrisa—. Pero no me tienes que convencer de cuánto amas a Scott, sino de cuánto te importa.
Ella también me sonrió.
—Te lo aseguro, es de las personas que más me importan. Haría lo que sea por él.
Acaricié su hombro levente antes de caminar hacía atrás.
—Iré a buscar a Stiles.
[...]
NARRADOR:
A pesar de haber asistido a esa preparatoria años atrás, Selena tardó varios minutos en encontrar la oficina del director. Se convenció asi misma de que podría haber llegado antes si no hubiese estado todo tan oscuro. Al detenerse enfrente notó las llaves en la cerradura de la puerta, las quitó de ahí y al observarlas con atención se dio cuenta de que había un Pen Drive enganchado junto a las llaves. Stiles no le había mencionado nada sobre eso e incluso si no encontraba lo que estaban buscando, no dudó en que tal vez ahí habría información importante.
Alzó la mirada cuando vio un par de luces alumbrar directamente hacia ella a través de la ventana de la oficina. Entrecerró los ojos e interrumpió la luz del auto alzando su mano. El partido ya había terminado así que la mayoría ya se estaba yendo y por su mente se cruzó el deseo de que Stiles no se hubiese ido aún y dejado todo así porque no se quedaría sola en aquel enorme edificio sólo para encontrar nada. La única razón por la que permanecía ahí era por él, porque de la misma forma en la que se preocupaba por su hermano, se preocupaba por Stiles, aunque le gustara negarlo enfrente de él.
Cerró la puerta de la oficina con llave y se las guardó en el bolsillo del saco.
El ruido de sus zapatos hicieron eco a través de las paredes del pasillo, así que Selena decidió sacárselos para evitar que alguien pudiera escucharla, incluso si creía que no había nadie acechándola para matarla, temía que algún conserje o profesor la encontrara y la enviara a la salida.
Con extremo cuidado de no hacer ruido, buscó en todos lados y nada parecía indicarle que había alguien más en la escuela aparte de ella, hasta que al pasar junto a la puerta de la piscina el ruido del agua en movimiento captó su atención de inmediato. Abrió la puerta con cuidado esperando encontrarse con un par de alumnos divirtiéndose por la noche luego del partido. No lo encontraba raro, ella recordaba que en sus tiempos lo hacían con bastante frecuencia.
Cerró la puerta detrás de ella y caminó lenta y cuidadosamente hasta la piscina. De lejos vio a alguien dentro del agua y cuando se acercó logró distinguir a Stiles y a Derek quejándose de algo entre si mientras escupían el agua que tragaban al hablar. Selena estuvo a punto de estallar de risa, pero se absutuvo de hacerlo y caminó más cerca de ellos.
—¡Oigan! —los llamó en un susurro y Stiles volteó a verla aterrado, aunque Derek no pudo hacerlo compartió el mismo sentimiento que el menor al escuchar la voz de Selena—. ¿Qué hacen?
—No, no, no —repitió Stiles—. ¡Corre!
Selena frunció el ceño confundida y se volteó en todas las direcciones para confirmar que estaba sola.
—¿Qué? ¿Por qué?
—¡Ahí viene! —gritó Derek repentinamente—. ¡Salta al agua!
—Ustedes están locos, yo no...
—¡Salta ahora! —gritaron Derek y Stiles al unisonido.
Selena se quitó el saco con rapidez, tiró sus zapatos al suelo y se lanzó al agua sin pensarlo antes de que su cuerpo fuera atacado por las garras del Kanima, quién había emergido de la oscuridad debajo de las gradas y corría en su dirección.
El corazón de Stiles se calmó cuando vio a Selena salir del agua soltando todo el aire que había retenido en sus pulmones. Ella se volteó asustada encontrándose con el rostro horripilante de aquella criatura que la observaba con detenimiento.
—¡Que mierda! —gritó horrizada intentando correr hasta Stiles y Derek, aunque luego tomó conciencia de que estaba en el agua y comenzó a nadar.
—¡Mujer, vas a matarme! —soltó Stiles mientras tragaba agua—. Cuando te diga que hagas algo lo haces.
—Entendido —dijo ella, acercándose a ambos. Frunció el ceño al ver que Stiles estaba sosteniendo a Derek y este apenas se movía—. ¿Por qué está quieto?
—Esa cosa le cortó el cuello y no puede moverse, su vida depende de mí —explicó Stiles con rapidez.
—Gracias por recordarme lo miserable que me siento por eso —dijo Derek y Stiles lo hizo tragar más agua—. ¡Voy a matarte! —le gritó una vez que escupió el líquido.
—¿Sabes que podría dejarte morir ahora? —dijo Stiles mirando con una sonrisa triunfador a Selena.
—Oigan, dejen de querer matarse entre sí —intervino ella volteando sus ojos—. ¿Por qué no entra al agua y nos termina de matar?
Stiles alzó una ceja.
—No tenemos idea, no se nos ocurrió —soltó un bufido—. Tal vez no quiere mojarse... como Scott.
Selena lo miró con una sonrisa divertida.
—Bueno, tú no te quedas atrás.
Selena volteó cuando escuchó a la criatura caminar por la orilla de la piscina. Se acercó a ellos dejando a Derek en el medio y cuando estuvo a punto de quitar la mirada de encima del Kanima, observó como intentó tocar el agua, pero se apartó enseguida como si le causara pavor.
Selena y Stiles compartieron una mirada.
—Parece que no sólo no quiere mojarse... —murmuró Selena.
—Le tiene miedo al agua —agregó Stiles.
[...]
—Que mal momento para haberme puesto una camiseta blanca —murmuró Selena, notando como su brasier negro se transparentaba a través de la tela.
Stiles observó de reojo confirmando que lo que decía Selena era cierto, aunque al ver a Derek notó una mirada que pudo describir como asesina. Se aclaró la garganta y miró al frente de nuevo.
—Bien, creo que puedo nadar hasta la orilla y tomar el teléfono para llamar a Scott —Aportó Selena, observandolos a ambos.
—A penas sabes nadar. Agarra a Derek y voy yo —habló Stiles luego de tragar un poco de agua—. Realmente es pesado.
—No, deja que yo lo haga. —La chica le dio una corta mirada a Derek, realmente no quería acercarse a él.
Derek escupió agua y luego bufó.
—De verdad me genera un amor inexplicable dentro de mi como se pelean por quién no quiere mantenerme con vida —dijo Derek con ironía—. Pero, ¿podrían tomar una decisión rápida? Hemos estado casi dos horas aquí.
—Bien —murmuró Selena acercándose a él para colocar su brazo alrededor de sus hombros y luego sostener su mano del otro lado. Se hundió por un par de segundos por el peso repentino, pero salió de inmediato—. ¡Estoy bien! Estoy bien —les hizo saber, recuperándose.
—¡Ve! —le gritó Derek a Stiles al verlo quieto.
El menor comenzó a nadar hasta la orilla con rapidez, mientras Selena no dejaba de darle miradas a Derek. Se convenció asi misma de que tenía que comenzar a acostumbrarse a su presencia porque mientras las cosas estuvieran difíciles en Beacon Hills, ellos se encontrarían, no importaba cuanto tratara de evitarlo.
Selena lo sostuvo con su otra mano alrededor de su torso para acomodarse mejor y éste volteó apenas a hacia ella por un par de segundos. Luego desviaron la mirada rápidamente al escuchar los gritos de Stiles.
—¡Voy a morir! —gritó con desesperación al ser arrastrado fuera de la piscina por aquella criatura—. ¡Ayuda!
—Ay por dios —murmuró Derek y volteó hacia Selena con temor—. Oye, mi vida vale más que la de él, de verdad.
—Lo siento —se disculpó Selena antes de soltarlo.
—¡Lena...! —gritó el hombre hasta que comenzó a hundirse.
Ella lo vio durante unos cortos segundos confundida por la mención de aquel apodo hasta que volvió a la realidad por los pedidos de ayuda de Stiles. Nadó lo más rápido que pudo hasta la orilla y tomó uno de los zapatos que dejó en el suelo y se los lanzó a la criatura logrando que soltará a Stiles. Ella corrió hacia el menor y lo ayudó a ponerse de pie mientras éste tomaba el teléfono del suelo, luego, Selena le lanzó el otro zapato justo en la cabeza. Ambos se dieron una mirada rápida antes de lanzarse al agua.
Stiles salió a la superficie en un par de segundos alzando el brazo para que su teléfono no se mojara aún más y dejara de funcionar, pero Selena nadó hasta el fondo con velocidad donde estaba Derek recostado y sin moverse. Lo tomó de la camiseta con desesperación y lo llevó con esfuerzo hacía arriba.
Ambos comenzaron a respirar con dificultad, sin quitarse la mirada de encima.
—Es bueno saber cuál es tu prioridad —dijo Derek con la voz entrecortada.
Selena soltó una pequeña risa agitada.
—Bueno, ambos somos conscientes de quién tiene más probabilidades de morir —dijo, volviendo a sostenerlo de la misma forma que lo estaba haciendo antes.
Derek se esforzó por no sonreír.
—¡Oigan! ¡Scott me cortó la llamada! —avisó Stiles nadando hacia ellos.
Selena abrió la boca enfadada.
—Juro que al teléfono lo tiene de adorno.
—Me habló en voz baja, así que seguro estaba en algo más —informó Stiles, deteniéndose enfrente de Selena—. Aunque deberías golpearlo por eso —agregó, alzando una ceja.
—De eso estoy segura —compartió Selena.
[...]
Selena soltó un suspiro agotada al darse cuenta de que su fuerza ya no estaba resistiendo y sus brazos comenzaban a adormecerse. Había pasado casi media hora desde que Stiles intentó comunicarse con Scott y aún no había indicios de que aquella criatura tuviera la intención de irse, así que no tenía muchas esperanzas de que salieran pronto de la piscina.
Notó un leve apretón en la mano que sostenía la de Derek y volteó a verlo sorprendida.
—Creo que comienzo a moverme —murmuró al ver la expresión de Selena.
—Genial —dijo Selena—. Genial. Sólo espero que Scott llegue de forma mágica porque sino...
—¡Scott! —gritó Stiles al verlo entrar.
—Gracias a dios —suspiró ella.
La criatura apareció enfrente de él y Scott se transformó mientras se agachaba dispuesto a pelear.
Stiles ayudó a Selena a llevar a Derek hasta la orilla y los tres salieron de ahí mientras Scott era lanzado a un espejo detrás de él haciéndolo trisas. Selena sostuvo a Derek hasta que él comenzó a moverse poco a poco preparándose en caso de que tuviera que pelear.
Scott sostuvo un pedazo del espejo entre sus manos listo para enfrentarlo, pero la criatura se detuvo al ver su reflejo y de forma repentina se trepó en las paredes y salió por el ventanal del techo logrando que los pedazos de vidrio cayeran al agua.
Los tres voltearon a ver a Scott.
[...]
Selena se puso su saco y luego sacó las llaves en donde se encontraba el Pen Drive que su hermano le pedía con insistencia. Se lo arrebató de las manos en cuanto pudo y lo colocó en la computadora. Los tres se acercaron a la pantalla con el ceño fruncido al ver los textos en un idioma que ninguno de ellos entendía.
—¿Eso es un lenguaje? —preguntó Stiles.
—¿Y cómo sabremos que diablos es?
—Se llama Kanima.
Los tres voltearon al oír la voz de Derek. Selena se quedó confundida al ver a Erica parada junto a él.
—¿Lo supiste todo este tiempo? —cuestionó Stiles.
—No. Sólo cuando se confundió con su propio reflejo —respondió Derek con seriedad.
—No sabe lo que es... —murmuró Scott.
—Ni quién —agregó el hombre.
—¿Hay algo más? —inquirió Selena.
Derek volteó a verla y ella se abrigó aún más con el saco mientras se preguntaba mentalmente como él no era capaz de sentir frío.
—Sólo Historias, rumores...
—Pero, ¿es cómo nosotros? —preguntó Scott.
—Cambia de forma, sí, pero, no... No está bien. Es una...
—Una abominación —completó Stiles.
Derek asintió dándole la razón. Este estuvo a punto de voltearse junto a Erica, pero Scott lo detuvo ante la mención de su nombre. Selena alzó sus manos hasta su boca e intentó calentarlas con su aliento.
—Debemos trabajar juntos. Debemos decirle a los Argent.
—¿Confías en ellos? —Derek se molestó enseguida al oír la propuesta de Scott.
—Nadie confía en nadie, ese es el problema —enfatizó Scott—. Discutimos sobre bandos cuando hay algo mucho peor, más rápido y mucho más fuerte que nosotros matando personas, ¡y aún no sabemos nada sobre él!
Derek negó sin estar de acuerdo con él. Le dio una última mirada a Selena, que Scott alcanzó a notar. No era la primera vez que se daba cuenta de las actitudes del hombre con su hermana y una enorme duda comenzaba a surgirle.
—Sé una cosa: si lo encuentro... lo mataré.
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