23. El aullido
❝El aullido❞
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SELENA MCCALL:
Golpee la cabeza calva de Stiles antes de bajarme de su Jeep con rapidez. Él intentó atraparme, pero le fue difícil.
Al bajarnos, Scott se paró justo enfrente mío, así que Stiles lo tenía más difícil cada vez. Le sonreí con diversión antes de prestarle atención a las palabras de mi hermano.
—¿Acaso se les ocurre algo mejor?
Señalé a Stiles. No había dicho ni una palabra, pero la mayoría de veces en las que hablaba solía identificarme.
—En lo personal, ignoro los problemas hasta que desaparecen —dice y yo chasqueo los dedos.
—No tan personal porque yo igual. Scott lo sabe mejor que nadie.
Él asintió de inmediato.
Al poco tiempo, unas luces iluminaron mi rostro con tanta intensidad que preferí tapar mis ojos con las manos hasta que las luces se apagaron. Ví a Derek, quién cruzó mirada conmigo antes de bajar de su auto con la habitual seriedad en su rostro. Luego de lo ocurrido no tuve contacto con él. Ni siquiera yo sabía que era lo que quería, tal vez solo fue el momento para él, como me lo había aclarado y yo no creí en sus palabras.
Es que sus labios se sintieron diferentes, yo lo sabía. Jamás, nadie me había besado como él. No fue vulgar, pero sentí que lo necesitaba, por eso insistí en su razón. El beso fue deseado por su parte. Había más que una simple historia.
Sentí un golpe en el estómago y al voltear molesta me encontré con la sonrisa de Stiles.
—¿Él luce bien, verdad? —preguntó con picardía—. Tú luces perfecta.
—No —le dije antes de que siguiera.
Soltó un bufido rendido antes de buscar entre las cosas de su Jeep.
Stiles había estado enamorado de mí desde que lo conocí. Estaba segura de que había una razón por la que fuera tan intenso conmigo. Tal vez no estaba enamorado, solo estaba acostumbrado a mi presencia femenina o solo fue aquel beso que nos dimos de chicos. No era un orgullo para mí admitir que mi primer beso fue con el mejor amigo de mi hermano, pero fue así.
Jamás volví a jugar verdad o reto con ellos.
Me aclaré la garganta y caminé cerca del auto de Derek.
—¿Dónde está mi jefe? —preguntó Scott y yo lo miré confundida.
«¿Por qué estaría Deaton aquí?».
Me acerqué al auto de Derek y observé la parte trasera encontrándome con Deaton con cinta hasta en la boca y acurrucado en un rincón. Me tapé la boca asombrada mientras daba varios pasos hacia atrás y luego negué cerrando mis ojos.
—No voy a preguntar —dije haciendo señas de cierre cerca de mi boca—. Prefiero no hacerlo desde ahora.
—Derek cree que Deaton es el alfa —explicó Scott con brevedad.
—Y asumo que tiene una buena explicación para eso. —Miré a Derek—. Es Deaton, es imposible que sea el alfa.
—Para mí nada es imposible —dijo Derek cruzándose de brazos—. ¿A dónde vas? —preguntó detrás de mí.
Me voltee y ví que Scott estaba yendo hacia la escuela. Fruncí el ceño mientras le hacía señas a Stiles, quién aún seguía ofendido conmigo.
—Dijiste que tenía una conexión con el alfa —dijo Scott.
[...]
Me senté en el cordón de la vereda frente a la preparatoria mientras soltaba un suspiro. Derek se apoyó en su auto cruzado de brazos y observó el edificio detrás de mí. El silencio no era incómodo, pero sentía la necesidad de hablar, de decirle algo, aunque a la vez me era difícil hacerlo.
Derek y yo cruzamos miradas antes de escuchar el maullido de un gato sufriendo. Él soltó un suspiro mientras se llevaba una de sus manos y refregaba sus ojos decepcionado.
—¿Ese fue el primer aullido de Scott? —le pregunté y Derek asintió—. Tendría que haberlo grabado, sería una reliquia familiar. Es una vergüenza —dije, antes de soltar una enorme risa.
Mi teléfono comenzó a sonar y lo atendí de inmediato.
—¿Hola? —pregunté.
—Hija, ¿cómo estás? —la voz de mi madre me calmó.
—Estoy con Scott. Pronto iremos a casa _dije fingiendo tranquilidad—. Te prometo que está ayudándome con algo.
—Está bien —comenzó a reír—. Solo te llamaba para recordarte que debes estar bien para mañana. Debes ir a trabajar.
Asentí recordándolo.
—Sí, es cierto. Pondré la alarma.
—Bueno, Sele, tengo que colgar. Nos vemos.
—¡Adiós! —saludé animada, aunque luego mi sonrisa se apagó lentamente.
Habían muchas razones por las cuales yo decidí trabajar para ayudar a mi madre. Ella no merecía pasar por todo sola, no luego de dar toda su vida por Scott y por mí. Yo no quería seguir siendo una carga para ella, y aunque siempre lo negara, yo sabía toda la verdad acerca de ella.
Mis abuelos la dejaron sola luego de que ella se casara con mi padre porque creían que ella merecía algo mejor que un borracho bueno para nada, pero en lugar de ayudarla, la abandonaron. La dejaron con un monstruo sin mencionar que tenía hijos.
Cerré mis ojos con fuerza de solo recordar todo lo que pasamos.
Mi madre había sido una guerrera y lo seguía siendo. Siempre la admiraría. Era a la única mujer que tenía en un pedestal.
—¿Era tu madre? —preguntó Derek aclarando su garganta.
Yo solo asentí.
Noté un reacción extraña en Derek al mencionarla, una media sonrisa había dibujado antes de verme y volver a la seriedad.
Se escuchó un rugido mucho más fuerte y aterrador.
NARRADOR:
Scott y Stiles regresaron corriendo con una sonrisa hacia donde estaban Selena y Derek.
—¡Los voy a matar a ambos! —gritó Derek molesto—. ¿Qué diablos fue eso? ¿Intentas llamar a toda la ciudad a la escuela?
Scott extendió sus brazos.
—No sabía que sonaría tan fuerte.
Stiles sonrió orgulloso de su mejor amigo.
—Sí, fue fuerte. Fue ¡asombroso!
—Cierra la boca —masculló Derek
—Ay, no seas cobarde.
Selena se cruzó de brazos mientras Scott miraba con atención el auto de Derek. Frunció el ceño enseguida y volteó a ver a su hermana.
—¿Qué pasó con él? —preguntó.
Confundidos, Selena y Derek miraron el auto y se sorprendieron al no ver a Deaton ahí dentro.
—¿Qué?
—Yo no hice nada —dijo Derek.
—Obvio que no, estuviste con...
Algo golpeó a Selena de repente tirándola al suelo. Cuando alzó la mirada se encontró con uno de los peores escenarios que había visto en su vida. El mismo monstruo que había intentado dañarla aquel día del partido, estaba enfrente de ella sosteniendo a Derek por la espalda mientras él escupía sangre.
Se quedó inmóvil.
NARRADOR:
Scott tomó a Selena por los hombros con tanta fuerza que fue capaz de empujarla hacia atrás con tanta facilidad, como si hubiese movido una pluma. Aunque los tres habían quedado atónitos ante el ataque hacia Derek, solo Scott fue capaz de reaccionar con rapidez. Selena logró ponerse de pie luego de un par de tropiezos con la ayuda de los tirones de Scott y los dos, junto a Stiles, corrieron hacia la escuela. Scott abrió las puertas principales y los tres se metieron a dentro a una velocidad increíble.
Selena asumió el roll de hermana mayor tomando a Scott de la mano y empujando a Stiles hacia atrás.
—¡Hay que buscar algo para trabar la puerta! _gritó ella acercándose a la puerta.
Stiles se acercó también y miró por la pequeña ventana en la puerta hacia afuera. Cuando Scott notó las intenciones de su mejor amigo se negó automáticamente. Pero sin esperar ni un minuto más, Selena abrió la puerta y salió seguida por los gritos de su hermano y aunque Stiles intentó sujetarla para evitar que saliera, no lo logró.
Selena se agachó y tomó la herramienta que Stiles tenía en sus manos antes de soltarla al correr. Ella estaba por enderezarse cuando a lo lejos notó a aquella bestia acechándola, y justo en ese instante, sintió una extraña molestia en el pecho donde alcanzó a tocarse con una de sus manos antes de escuchar los gritos de Scott y Stiles llamándola. Su vista se volvió a enfocar en dirección al Jeep de Stiles y se dio cuenta de que el alfa comenzaba a acercarse a ella con rapidez. Selena se puso de pie de inmediato y corrió hasta meterse en la escuela de nuevo.
Stiles y Scott cerraron las puertas detrás de ella y con una agilidad sorpréndete, Selena colocó la herramienta entre el mango de ambas puertas para trabajarlas. Los tres se voltearon a ver.
—Nunca más vuelvas a hacer eso, Sele —suspiró Scott.
—Lo siento —lamentó Selena.
La chica se acercó a la puerta junto a Stiles y observó a través del cristal buscando a la bestia, pero no hallaron a nadie ahí afuera. A Selena aún le preocupaba Derek, pero no quiso decir nada, sobre todo a Scott, quién sospecharía de inmediato.
Luego debatieron en si la puerta resistiría el golpe del Alfa o no, todos concordaron en que la respuesta era negativa. Selena volteó hacia su hermano cuando en el eco de la preparatoria se escuchó el aullido de la bestia. Los tres corrieron casi al instante hacia uno de los salones más cercanos y mientras Selena y Scott intentaban mover un escritorio para ponerlo contra la puerta, Stiles los detuvo diciendo que no serviría de nada, porque de igual forma entraría sin ningún problema.
—Es tu jefe —le dijo Stiles decidido a su mejor amigo.
—¿Qué? —preguntaron los hermanos al unisonido. A ninguno de los dos le parecía la idea de que el alfa fuera Deaton. Lo conocían y sabían que él sería incapaz de hacer algo así, incluso si fuera obligado, no lo haría. Era un inocente veterinario para ellos, sobre todo para Selena.
—Él es el alfa.
—No es posible —negó Selena—. Es Deaton, vamos.
—¡Si es posible! Desapareció y segundos después ¡boom! Le clava las garras a Derek y lo arroja.
Selena volvió a llevarse una de sus manos al pecho cuando un par de imágenes llegó a su mente junto al susurro de un nombre dejándola anonadada. Lo retuvo en la punta de su lengua hasta que escuchó a Stiles:
—¡Derek está muerto! El que salga sangre de su boca no califica como herida menor.
—Esperen —detuvo Selena.
Scott la vio desorbitada mientras escuchaba el latido de su corazón y luego, sus ojos parecían a punto de largar lágrimas.
—Creo que sé quién es —finalizó.
—¿Quién es quién?
Scott alzó su mano hasta Stiles para que no siguiera hablando y se acercó a su hermana con cuidado.
—Selena, estás alterada. Tu ritmo cardíaco está acelerado —habló Scott con cuidado.
Ella negó enseguida.
—Creo que es Peter, Peter Hale. Algo me dice que es él.
Scott y Stiles compartieron una mirada confundida.
—¿De qué hablas? —preguntó Scott.
—Del alfa. —Selena alzó la mirada—. Creo que Peter Hale es el alfa.
[...]
Luego de las palabras de Selena, Scott no podía concentrarse. Stiles había propuesto irse con su Jeep, pero cuando el alfa lanzó la batería de su auto hacía el salón en donde los tres estaban, habían optado por usar el auto de Derek y aunque Stiles lo había descartado, Selena había dicho que se llevarían a Derek también. Después de todo, ella sabía que él haría lo mismo por ella o sólo se creía muy ingenua para creer eso.
Stiles alumbró con la linterna una de las puertas y Scott detuvo a su hermana y mejor amigo sosteniendolos por el estómago.
—Oí algo.
—¡¿Qué?! —preguntó Stiles exaltado.
Selena lo obligó a callarse con las manos.
—Escóndanse —mascullo Scott.
Stiles abrió uno de los casilleros y se escondió haciendo un terrible ruido y mientras Scott buscaba dónde esconderse, Selena abrió la puerta dentro de los vestidores que llevaba a la oficina del entrenador. Luego, solo abrió la última puerta que daba al pasillo y su silueta se hundió en la gran oscuridad del lugar. Su respiración hacia eco mientras el aire fresco golpeaba su pecho. Un dolor puntiagudo comenzó a molestarle en la cabeza. Se llevó una de sus manos y acarició la cabellera mientras daba un paso hacia adelante. Estaba segura de que era un simple dolor de cabeza, aunque no fuese del todo cierto.
Cuidando el eco de sus pisadas, caminó por la orilla del pasillo temiendo que en cualquier momento el alfa le apareciera y arrancara su garganta sin ningún remordimiento y con gran facilidad. Escuchó un par de ruidos, pero no le dio importancia y solo siguió su caminó hasta que escuchó el grito de alguien más. No era la voz de Stiles ni de Scott, asumió que debió ser alguien de mantenimiento, pero se quedó inmóvil una vez más cuando vio a su hermano junto a Stiles corriendo a gran velocidad en dirección a ella.
—¡Selena, corre!
S. cott tomó la mano de su hermana y la tironeó hasta la puerta de salida que estaba a unos pasos de donde ellos estaban. Al llegar, los tres chocaron con dureza contra la puerta y al ver que no se movía, Scott miró entremedio y se dio cuenta de que había un contenedor obstruyendo la salida.
—No moriré aquí —dijo Stiles siguiéndole el paso a Scott—. Seré el doble de perdedor si muero en la escuela.
—Saldremos vivos de aquí —Selena intentó ser positiva—. Te quiere a ti, ¿verdad, Scott?
—Sí, Derek dijo que era más fuerte con una manada, por eso me busca —recordó.
—¡Genial! Un hombre lobo al que le gusta trabajar en equipo, ¿es hermoso? Claro que sí —bramó Stiles.
Scott y Selena se detuvieron cuando, del otro lado del edificio junto a ellos, vieron al alfa en el techo. Selena tomó el brazo de Scott y Stiles con rapidez y los empujó hacia ella para comenzar a correr. El alfa atravesó el cristal haciendo un estruendo y revoleando los vidrios en todas las direcciones.
Luego de un rato corriendo por la mayor parte de la escuela, los tres se detuvieron en el sótano donde el pecho de Selena subía y bajaba mientras intentaba recuperar el aliento. Le pareció correr una maratón antes de detenerse ahí y aún así, el alfa les había seguido el paso.
—Corran —murmuró Scott para Stiles y Selena.
Le hicieron caso de inmediato y mientras corría, Selena tiró al suelo todo lo que se le atravesaba en el camino para evitar que la bestia los alcanzara con mayor facilidad.
[...]
Selena se sorprendió cuando Scott le dijo que Allison estaba en la escuela. ¿Cómo sabía que él estaría ahí? La probabilidad de que Scott le había enviado un mensaje era nula, ya que en ningún momento le había visto el teléfono a Scott fuera.
Selena se acercó a su hermano y le quitó el teléfono mientras éste hablaba con su novia.
—Este no es tu teléfono —dijo Selena notando que parecía nuevo—. ¿Qué pasó con el que te di?
Scott soltó un suspiro mientras se tomaba el pelo con fuerza. Infló los cachetes y dejó escapar el aire antes de responder.
—Tuve que comprarme otro luego de que Derek lo rompiera.
Abrió los ojos asombrada.
—¿Derek hizo qué?
—Lo sé, pero fue mi culpa.
—Scott, un teléfono cuesta mucho _dijo lamentando la pérdida de dinero—. Voy a matar a Derek.
Stiles resopló recordándole a Selena la presunta muerte del hombre.
—Rematar —aclaró.
[...]
Cuando la policía llegó, a Selena se le devolvió el aire a los pulmones y comenzó a circularle mejor. Aún sentía como su cuerpo temblaba luego de que Scott intentara atacarla. No había sido un rasguño grave, pero por unos momentos creyó que terminaría muerta a manos de su hermano.
Lo primero que hizo al salir de la escuela, fue ir al lugar en donde se suponía que estaría tendido Derek, pero al no verlo ahí supo que él aún seguía con vida, aunque tendría problemas legales. Volteó a ver a su hermano y recordó que él le había dicho a todos que Derek era el que intentaba matarlos.
«¿Cómo podría ser él?» pensó Selena recordando todas las veces que la había salvado a ella y a Scott.
Vio de lejos a Deaton y sonrió. Al menos él se encontraba bien.
Volvió la vista al lugar en donde estaba Derek y se puso de cuclillas al ver sangre en el césped. La tocó con sus dedos y una vez más.
Ojos azules.
Ojos jóvenes volviéndose azules.
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