12. Amarillo

❝Amarillo❞

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  NARRADOR:

  Luego de dar una larga caminata por el bosque, Selena llegó a la antigua casa de Derek. Miró a su hermano parado observando las patrullas y los oficiales hacer su trabajo. Stiles le había dicho que fuera ahí porque había una novedad con Derek. Selena no lo dudó y al llegar se sintió confundida.

  Se detuvo junto a su hermano y este le dio una mirada anonadado tan pronto como la escuchó.

  —¿Qué haces aquí? —preguntó y Selena notó un disgusto en el tono de su voz.

  —Stiles me dijo que viniera —respondió—. ¿Qué fue lo que pasó aquí?

  En ese instante, la mirada de Selena se cruzó con la de Derek. La observó por unos instantes hasta que él la desvío hacia Scott, quién intentó evitarlo. La chica estaba completamente confundida al verlo esposado y siendo guiado hasta la patrulla por un oficial. Intentó acercarse a él inconscientemente pero Scott le sostuvo la muñeca deteniéndola.

  —¿Qué haces, Sele? Es peligroso.

  —¿Qué pasó? —Ella volteó a ver a su hermano alzando ambas cejas—. ¿Qué hizo?

  —¿Recuerdas el cuerpo que buscábamos en el bosque la noche que me mordieron? —intento hacerla recordar, aunque era obvio que ella lo recordaba con lujo y detalle—. Fue Derek el asesino. Stiles y yo vinimos anoche y desenterramos el cuerpo, al parecer había una especie de flor, "wolfsbane" creo que se llama. Con eso rodeo el lugar y logró convertirlo en un lobo, pero al quitarlo tomó forma humana.

  La mirada de Selena estaba pegada en la patrulla donde estaba Derek. Le resultaba estúpido que él fuera capaz de hacer algo así y más encima jactarse de que protegería a Scott. Selena negó tan lento que ni Scott lo notó, aunque a lo lejos, detrás del cristal, Derek la observaba a través de un reflejo, solo para asegurarse de que ella no lo notara. Él sabía que no era culpable de la muerte de su hermana Laura y que por el contrario, el alfa que había mordido a Scott era el responsable. Aunque aún desconocía su identidad dado que siempre se lo encontraba como bestia y no había oportunidad en la que lo viera transformarse.

  A lo lejos vio a Stiles acercarse y supo que él entraría a la patrulla. Lo había descifrado en poco tiempo, entre Scott y él, Stiles era el más curioso y no estaría ahí de no ser que quisiera más información.

  Selena volteó a ver a su hermano.

  —No lo creo, Scott. Escucha, sé que parece alguien malo, pero hace poco tuve una conversación con él y... —volteó a la patrulla una vez más antes de volver a la mirada confundida de su hermano—. Le pedí que te protegiera y él aceptó, más encima me dijo que me protegería a mí. Parecía honesto.

  Scott tomó una postura más seria y la tomó por uno de sus brazos.

  —No lo conocemos, no sabemos nada de él, absolutamente nada. No todas las personas tienen buenas intenciones a pesar de parecer que sí. Stiles y yo sabemos lo que vimos. Derek la tenía enterrada junto a su antigua casa familiar. Eso es raro. —Luego soltó un suspiro—. No te acerques a él nunca más y mucho menos sola, Selena, ¿en qué pensabas?

  Ella solo se cruzó de brazos.

  —Algo me llevó a él.

  Selena le dio una mirada a Derek una vez más antes de voltear. Ignoró la voz de su hermano detrás de ella y siguió caminando hasta perderse en los árboles. La caminata era agotadora, sobre todo para ella que no hacía ejercicio. Sintió un escalofríos por todo su cuerpo al pisar una de las quebradizas hojas de otoño, no le dio importancia al creer que se debía a la brisa fresca.

  Pero algo la detuvo abruptamente.

  Estaba a mitad del bosque cuando escuchó un grito tan fuerte que la obligó a caer de rodillas aturdida mientras llevaba sus manos a los oídos. Golpeó tan fuerte que sus rodillas se rasparon contra el jean que llevaba puesto. Incluso se quejó al sentir una pequeña piedra clavarse contra su piel. Antes de poder recomponerse, una imagen invadió su mente, tal cual como el día que los cazadores persiguieron a su hermano, fue una imagen rápida y algo borrosa, pero que logró distinguirla de igual forma; aquellos ojos azules una vez más, aunque antes de pintarse de aquél color, habían sido amarillos, un color idéntico a los pétalos del girasol, que parecían tener una pizca anaranjada.

  Selena comenzó a ahogarse lo que la obligó a toser con tanta brusquedad que sintió su garganta rasposa. Al hacerlo, expulsó unas finas gotas de sangre que quedaron en las hojas muertas en el suelo frente a ella. Se quedó observandolas mientras se enderezaba. Se limpió la boca con la manga de su abrigo aunque no había tanto que quitar y observó hacia todos lados asegurándose de que nadie la haya visto.

  Luego, solo se fue. Se sintió tan extraña que ni siquiera quiso preguntarse a si misma que había sido aquello. Aunque solo se convenció con una mentira a medias; tal vez seguía débil por no recibir la insulina por dos días.

  SELENA MCCALL:

  Ya era sábado por la tarde y yo me encontraba en la veterinaria terminando de acomodar algunas cosas. Ocupé el lugar de Scott ya que debía prepararse para el partido. Luego de la charla que tuve con Derek y escucharlo decir aquellas cosas la noche que irrumpió en nuestra casa, varias cosas me dejaron pensando. Sí, él estaba encerrado porque se asumía que había asesinado a aquella chica, pero parte de lo que me había dicho tenía sentido. Scott no sabía controlar lo que le pasaba y un partido de Lacrosse no era la mejor forma de contenerse. Quise hablar con Scott y tratar de hacerlo entrar en razón, tal vez lo hubiese conseguido si él hubiese tenido las mismas ganas de hablar conmigo.

  Era difícil de admitir para mí que comenzaba a sentirlo distante. Trataba de evitarme cada vez que le era posible y si estaba conmigo no me miraba o solo respondía con monosílabas.

  Scott era raro, pero no de esa forma. Tal vez estaba así porque estaba trabajando en la veterinaria con él.

  Solté un suspiro cuando logré subir una caja pesada arriba de uno de los estantes. Me sorprendió la cantidad de papeles importantes que podía manejar un veterinario. Golpee mis manos entre si para quitar el exceso de polvo y luego salí del cuarto. Me encontré, de golpe, con Deaton escribiendo concentrado encima del mostrador. Debió sentir mi presencia porque enseguida levantó la mirada hacia mí y en cuanto encontró mis ojos él me dió una media sonrisa, no pude evitar devolvérsela.

  —Tengo algo para ti. —Me tendió el papel en el que anteriormente estaba escribiendo.

  Se lo recibí confundida.

  —¿Qué es? —comencé a leerlo.

  —Es la dirección de una cafetería que necesita recepcionista y mesera. Te darán el trabajo si lo aceptas, he hablado con el dueño.

  —¿Me estás despidiendo? —no sabía como sentirme al respecto.

  Él negó enseguida.

  —Si quieres seguir trabajando aquí no tengo ningún problema, en lo absoluto, pero sé que te sientes incómoda ya que piensas que estás invadiendo el espacio de tu hermano. Esa es una opción para ti, es tu decisión.

  Le sonreí de inmediato y no pude evitar abrazarlo. Fui muy bien recibida porque él me lo devolvió sin dudarlo.

  —No podré agradecertelo nunca, Deaton.

  Me separé de él y caminó hacia uno de los estantes para acomodar algunas cosas ahí.

  —Con un "gracias" me es más que suficiente

  —Gracias —dije con una enorme sonrisa.

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