09. El padre de Allison

❝El padre de Allison❞

╚═════════🌻════════╝

  SELENA MCCALL:

  Debía admitir que nada de eso estaba siendo fácil para mí. En toda la noche solo pude cerrar los ojos por cinco minutos y por más de que me estuviera muriendo de sueño, no logré nada más que descansar la vista.

  La alarma comenzó sonar y yo no tuve más remedio que levantarme, aunque al hacerlo me sentí algo mareada. Hacia como dos días no recibía mí inyección diaria de insulina, no porque no quería o me había olvidado, sino que no tenía dinero. Las enfermeras del hospital donde trabajaba mamá a veces me ayudaban consiguiendo un poco, pero no podía ser una carga siempre y el dinero salía de sus bolsillos.

  Caminé hasta mi mueble y busqué debajo de la madera el poco dinero que me quedaba. Era suficiente para la inyección de hoy, luego me preocuparía por mañana.

  Me preparé lo más rápido posible y con cuidado de no hacer mucho ruido para no despertar a Scott. Mamá pasaría a buscarme en el auto para ir al hospital justo a las 5 AM, todo debía hacerse antes de que Scott se fuera a la escuela para que no sospechara, aunque fácilmente podría mentirle, no era algo que me gustaba hacer.

  Bajé las escaleras y me coloqué el abrigo que reposaba en el perchero junto a la puerta principal. Abrí la puerta y salí para toparme con la brisa fresca de la mañana. Subí el cuello de mi abrigo hasta mi nariz para no respirar el aire fresco y luego enfermarme, debía cuidarme lo máximo posible.

  Mamá ya me estaba esperando con una sonrisa. Claro que nada de eso era fácil para ella, pero siempre se mostraba positiva ante todo y por un segundo me vi reflejada en ella. Yo era igual cuando se trataba de Scott.

  Al llegar al hospital, no tardé mucho en recibir la inyección, no había demasiada gente en el lugar así que me alivie cuando a las 5:48 ya estaba volviendo a casa.

  Pero mi mente divagó mientras bajaba del auto y mi madre entraba a la casa. Nada de lo que había vivido la noche anterior había sido un sueño, habían pasado las horas y el recuerdo seguía en mi cabeza y las sensaciones en la punta de mis dedos. Era mucho más que un simple sueño, era un hecho. Todo eso era real, el brillo de los ojos de mi hermano y los ojos de Derek.

  «¿También los de mi cabeza?» me pregunté,  caminando a la casa.

  Lo primero que hice fue entrar con cuidado al cuarto de mi hermano, verlo durmiendo me dio la tranquilidad que necesitaba sentir. Si él estaba tranquilo y si nada en él estaba mal, yo estaría bien. Cerré la puerta tratando de hacer el mínimo ruido posible.

  NARRADOR:

  Scott abrió sus ojos luego de que la luz cesara, eso indicaba que su hermana se había ido. Se puso de pie mientras intentaba vestirse con una mano, con la otra sostenía su teléfono donde le escribía a su mejor amigo un mensaje de texto corto pero que logró escenderle la curiosidad a Stiles de inmediato. Él le hizo videollamada enseguida. Scott tardó unos segundos en contestar ya que se había enredado con su propio pantalón y había caído al suelo. En voz baja maldijo porque no quería que nadie supiera que él estaba despierto, pero al atender la llamada de Stiles, lo primero que escuchó fue un grito con aquella voz chillona que escuchaba cada vez que algo se trataba de su hermana. Dio vuelta los ojos y le hizo seña para que disminuyera el tono de su voz.


  —¿Selena rara? —preguntó Stiles esta vez en un susurro—. Amigo, no es ninguna novedad y menos luego de lo que vio.

  —No me refiero a su actitud como tal, sigue siendo igual conmigo. Me refiero a que ahora que percibo mejor a las personas, siento que hay algo mal en ella.

  —¿Te refieres a qué crees que te oculta algo? —Stiles alzó ambas cejas y luego se encogió de hombros—. Sabes que siempre pensé eso, Selena no es muy sincera que digamos, la he pillado muchas veces mintiendome.

  —A tí siempre te miente, hermano. La has cansado con tus insistentes ganas de invitarla a salir —bromeó Scott, pero luego volvió a su seriedad—. Es diferente, lo sé, algo no está bien.

  Stiles infló sus mejillas y luego soltó el aire mientras pensaba. Se volteó a ver a Scott con rapidez. A pesar de la hora, él se mostraba con bastante energía, aunque junto a su escritorio tenía un canasto lleno de latas vacías de bebidas energéticas.


  —¡Tal vez está saliendo con alguien!

  Scott soltó un suspiro y lo saludó con una mano antes de cortarle la llamada. Podría haberle hecho caso a la sugerencia de su amigo, de no ser que él había sentido algo raro la noche anterior, cuando Selena lo había encontrado en el bosque. No fueron sus latidos, había sido algo más, algo que jamás había sentido antes.

[...]
 

  Selena estacionó enfrente de la preparatoria y mientras esperaba a su hermano encendió la radio del auto. No sé escuchaba de lo mejor, pero necesitaba relajarse de alguna u otra forma.

  Luego de recoger a Scott, ella debía buscar trabajo y con un poco de suerte lo lograría. En un pueblo tan pequeño como lo era Beacon Hills, no habían muchas oportunidades. Bajó el volumen de la música cuando vio a su hermano salir junto a una chica. Ella sonrió enseguida. «Esa debía ser Allison» pensó, mientras se ponía unos lentes oscuros. Estaba tan emocionada observando la forma tan bonita en la que Scott actuaba con la chica que no se percató cuando la chica se estaba yendo hasta que su hermano se puso serio tan rápido que también logró acabar con la emoción de Selena. Scott alzó la mano con algo de temor y saludó a alguien, confundida se deslizó un poco hacia el asiento del copiloto y lo vio. Se quedó helada, sin importarle que su pierna comenzaba a acalambrarse, cuando reconoció el rostro del posible padre de la chica.

  Era el hombre del bosque, el mismo que estaba cazando a su hermano y que casi le entierra una flecha a ella.

  [...]

  Derek se sentó a mitad de las escaleras dentro de la casa muerta en llamas. Observó con detenimiento la punta de sus dedos y notó una ligera suciedad en ellos, no importaba dónde tocaba, sus manos terminaban manchadas con cenizas.

  Levantó la mirada y sus ojos se clavaron en la puerta enfrente de él. Sintiendo un ardor en su garganta formarse, se la aclaró y quitó la vista de ahí. No importaba dónde mirara, en cada esquina de su casa había recuerdos, incluso partes de ellos se encontraban en la punta de sus dedos.

  Tomó su cabeza entre ambas manos y deslizó sus dedos por su cabello. Habían miles de razones para sentir un vacío en el pecho, pero Derek no sólo lo tenía ahí, estaba a su alrededor. Aquella casa estaba igual de vacía que su propio corazón. Había cura para aquel dolor y soledad, claro que la había, pero si él trataba de acercarse de más, él estaría dañandola.

  Derek levantó la mirada una vez más, sintiendo la sangre de sus venas arder. Se puso de pie y se detuvo antes de abrir la puerta. Cerró sus ojos y lo recordó todo por última vez. Había una razón para no abrir la boca y él debía aceptarlo.

  Tal y como lo hicieron todos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top