I THINK THEY CALL THIS LOVE... !
━ ━━ CHAPTER TWO: halloween
written by ANN ━━ Ⓒ 2024

"BUT YOU KNOW WHAT THEY SAY, YOU CAN'T HELP WHO YOU FALL FOR. AND YOU AND I FELL LIKE AN EARLY SPRING SNOW."

━━ I bet you think about me, Taylor Swift.

A Vivienne siempre le emocionaba Halloween. Aunque ya tenía 18 años, nunca había asistido a una fiesta de disfraces ni se había animado a hacer algo especialmente emocionante para esa fecha. Había dejado atrás la costumbre de pedir dulces con su mejor amiga unos años antes, pero aún mantenía una especie de emoción silenciosa cada vez que llegaba octubre. Las decoraciones en las tiendas, las luces naranjas en las calles, el olor a calabaza y el aire fresco le daban esa sensación de nostalgia y alegría que no podía explicar del todo.

Este año no esperaba nada diferente; pensaba celebrarlo de manera tranquila, quizás viendo películas de terror en su departamento. Pero en el fondo, había una pequeña chispa de ilusión, como si algo inesperado pudiera suceder.

Y así fue...

Hola Viv!!
Viv
Viv
No me digas que estás dormida 🥲
05:03 p.m.

Nick, perdón
Estaba dormida, qué pasó?
05:07 p.m.

Estás muy cansada?
Del 1 al 10?
05:08 p.m.

Quizás un 5
¿Por qué?
05:08 p.m.

Quería saber si querías
acompañarme a la fiesta de
la universidad, no quiero estar solo
05:09 p.m.

Si Nick, está bien
Voy contigo
05:13 p.m.

Va
En un rato paso por ti
05:29 p.m.

Vivienne se apresuró a salir de la cama con una sonrisa emocionada y abrió su armario de par en par. Ese día había llegado la oportunidad perfecta para usar uno de los disfraces que había ido comprando a lo largo del año. Con el corazón latiendo de entusiasmo, buscó entre sus prendas hasta encontrar el vestido azul que había adquirido en una tienda en línea. Siempre había soñado con disfrazarse de princesa, y hoy podría hacer realidad esa pequeña fantasía.

Sosteniendo el vestido frente a sí, lo admiró un momento antes de ponérselo. Lo acompañó con unos guantes blancos de seda y añadió un toque especial con algunas joyas de su abuela, cuidadosamente guardadas en su cajonera. Con el atuendo casi completo, recogió su cabello en un elegante peinado, rociándose con su perfume favorito para añadir el toque final.

Cuando Nicholas llegó, apenas tuvo tiempo de echarle un vistazo a Vivienne. El tiempo no estaba de su lado, y sabían que si no se daban prisa, llegarían más tarde. Una vez en el auto, Nicholas aprovechó los momentos de silencio para mirarla de reojo. Le bastó con esas rápidas miradas para confirmar lo que había sospechado al verla de pasada: se veía increíble.

Él, por su parte, había elegido disfrazarse como Anakin Skywalker de Star Wars. El traje oscuro, los guantes de cuero y la capa le daban un aire misterioso que, sin duda, le quedaba bien. Aunque no lo dijera, en su interior se sentía seguro y cómodo, se sentía bien consigo mismo.

────Quiero que sepas que no soy mucho de asistir a fiestas, así que por favor no me dejes tanto tiempo sola. ────pidió la castaña antes de salir del auto cuando llegaron a la universidad.

────No te preocupes, no me iré de tu lado. ────le aseguró él mientras le abría la puerta para que pudiera bajar. ────Por algo te invité para que vinieras conmigo.

────Gracias. ────murmuró, agradeciendo el gesto.

La fiesta se llevaba a cabo en el patio central de la universidad, un espacio al aire libre que, gracias a la arquitectura antigua del edificio, tenía un aire inquietante. Las paredes de piedra y los arcos góticos, cubiertos de telarañas artificiales y adornos oscuros, hacían que el lugar se sintiera como un auténtico castillo encantado. Los corredores estaban apenas iluminados por luces tenues, añadiendo un toque de misterio a cada rincón.

Las luces brillantes y la música retumbante llenaban el patio, creando un ambiente vibrante que, sin embargo, comenzaba a sobreestimular a Vivienne. No estaba acostumbrada a las multitudes; prefería los espacios tranquilos, donde podía relajarse. Aun así, el saber que estaba allí con Nicholas le brindaba cierta calma. Miró a su alrededor, esperando que él regresara pronto con las bebidas.

────¡Volví! ────exclamó abriéndose paso entre los demás estudiantes. ────No hice tu bebida tan cargada, para que no te vayas a sentir mal.

────Gracias, Nick. ────dijo tomando el vaso que era de ella. ────No había podido ver tu traje completo, pero te ves genial...podría decir que casi igual a Hayden Christensen. ────bromeó.

────¿Tú crees? ────añadió siguiéndole la broma. Ella asintió con un movimiento de cabeza. ────Por cierto, Viv, te ves hermosa hoy. ────le dijo, su voz casi ahogada por el sonido de la música.

Vivienne parpadeó sorprendida, y luego, como si el cumplido la hubiera tomado por sorpresa, bajó la mirada, apenada, pero una sonrisa tímida se asomó en sus labios. Nicholas no pudo evitar sonreír también; había algo enternecedor en esa reacción tímida que la hacía aún más especial. Sus ojos seguían fijos en ella, y aunque no dijo nada más, el silencio entre ellos estaba cargado de significado.

Con un poco de valentía, ella alzó la vista y lo miró directamente.

Las palabras de Nicholas parecieron quedar suspendidas en el aire, llenas de un significado que ambos todavía no podían entender. Había algo en la forma en que él la miraba, una mezcla de ternura y certeza, como si le dijera con los ojos que para él, ese momento era algo que jamás olvidaría. Vivienne sintió un leve escalofrío recorrer su espalda y, por un instante, supo que había algo mucho más profundo entre ellos de lo que podía comprender.

────¿Por qué no vamos con los demás? ────se limitó a decir con una sonrisa nerviosa y el vaso entre sus manos temblando un poco debido a sus nervios.

────Sí, me parece bien. ────respondió al instante, intentando que el momento fuera menos incómodo para ella.

Los dos se dirigieron a la pista y se unieron al grupo de amigos de Nicholas.

Después de un rato de bailar, sintiendo que la energía de la fiesta se intensificaba, decidieron salir un momento del bullicio. Se dirigieron hacia un pasillo más tranquilo, donde las luces tenues creaban un ambiente acogedor. Al llegar a un pequeño balcón que daba al patio, se sentaron en el borde, dejando que sus piernas colgaran despreocupadamente.

El aire fresco de la noche trajo consigo una sensación de calma. Vivienne respiró hondo, sintiendo cómo se disipaba la sobrestimulación que la música había traído. Miró a su alrededor, viendo las sombras de sus compañeros disfrutando de la fiesta a lo lejos.

────No puedo creer lo divertido que ha sido. ────dijo ella, dejando escapar una risa ligera. ────Es mejor que quedarme a ver Scream en mi habitación.

────Gracias por acompañarme, Viv. ────respondió Nicholas, mirándola con una sonrisa. ────Sé que nos conocemos hace poco, pero siento que te conozco de años.

Ella lo miró con curiosidad, sintiendo que había más en esa afirmación. Nicholas parecía contemplar algo en la distancia, como si las luces de la fiesta le recordaran momentos pasados.

────Hace mucho que no me sentía así. ────confesó. ────En realidad hace tiempo no iba a una fiesta.

────¿Por qué? Realmente parece que estos ambientes son lo tuyo.

────Hace no tanto que estoy soltero y cuando estás en una relación todo el tiempo lo inviertes en la otra persona. ────respondió. ────Pero ya sabes lo que dicen, uno no elige de quién se enamora.

Vivienne asintió, recordando que la mayoría de sus ex-amores parecían ser un recordatorio de que el amor no es para ella.

────Eso es correcto. ¿Qué pasó con ella?

────Terminé con ella hace un par de meses. Fue complicado... pero fue lo mejor. No era fácil, había algo que no funcionaba entre nosotros. Ya sabes, se quejaba de que no podía ir a verla tan seguido y siempre hacía menos lo que a mí me apasionaba, cosas así.

Vivienne sintió una punzada de empatía. Era un momento vulnerable y sabía que, aunque era un tema difícil, era importante para él hablarlo.

────¿Y tú, Viv?

Ella comenzó a reír.

────El amor y yo no nos llevamos muy bien que digamos, pero lo siento, Nick. No es fácil salir de una relación, especialmente si has compartido tanto con alguien. ────dijo, con sinceridad.

Él sonrió levemente, apreciando su comprensión.

────Gracias. Pero en cierto modo, creo que es una parte necesaria para poder seguir adelante. A veces, simplemente no puedes evitar lo que sientes por otra persona. ────Se giró hacia ella, un destello de emoción en sus ojos. ────Como dije, nadie escoge de quién se enamora.

Vivienne sintió que su corazón latía un poco más rápido. La conexión entre ellos se sentía más intensa.

────Es cierto. Nunca sabes cómo o cuándo pasará. ────Se sintió un poco audaz. ────Yo siempre he creído que el amor es como esa primera nevada de primavera. Te sorprende cuando menos lo esperas.

────Exacto. ────dijo él, iluminándose.

Mientras conversaban, algunos amigos pasaron por el pasillo, riendo y disfrutando de la noche. Uno de ellos, un compañero de clase, los vio y se acercó con un vaso de bebida en la mano.

────¡Hey Nick! ¿Qué hacen aquí tan apartados? ¡La fiesta está en su mejor momento! —gritó, con un tono juguetón.

Nicholas se echó a reír, pero Vivienne se sintió un poco cohibida por la interrupción. Sin embargo, no podía evitar sonreír al ver la alegría de sus amigos.

────Solo tomando un respiro. ────respondió Nicholas. ────¿Quieres unirte a nosotros?

El amigo se unió a ellos en el balcón, y la conversación se desvió hacia anécdotas divertidas de la universidad. A medida que hablaban, Vivienne se sintió más cómoda, riendo con ellos y disfrutando de la compañía. Pero había momentos en que su mirada se encontraba con la de Nicholas, y ambos compartían sonrisas que parecían decir más que las palabras.

Cuando el amigo se fue a buscar a otros, Nicholas volvió a centrar su atención en Vivienne.

────Me alegra que hayamos salido un momento. ────dijo, su voz suave. ────La fiesta puede ser un poco abrumadora.

────Sí, lo es. ────concordó ella. ────Pero me alegra haber venido contigo.

────A mí también. ────Se quedó mirándola un momento, como si evaluara el espacio entre ellos.

Vivienne sintió que su corazón se aceleraba. No sabía exactamente lo que quería decir, pero había algo en su tono que le hacía desear más momentos como este.

────Creo que deberíamos volver pronto. ────sugirió.

Nicholas sonrió, y sus ojos brillaron.

Era como si algo en el ambiente, algo alrededor de ellos, fuera diferente a cualquier otro momento o lugar. A su alrededor, el murmullo lejano de la música y las risas se volvía apenas un eco, difuminándose ante esa paz inesperada que compartían. No era una tranquilidad vacía, sino una que les llenaba el pecho con una suave calidez, como si, por un instante, el mundo los hubiese dejado a solas en su propio pequeño universo.

Nicholas y Vivienne se miraron en silencio, ambos sintiendo la extraña armonía que los rodeaba, esa sensación de que no importaba lo que ocurriera a su alrededor, porque allí, en ese pasillo tranquilo y apartado, todo parecía encajar. Había una comodidad nueva, una paz que casi podían palpar en el aire y que ambos podían sentir, pero ninguno se atrevía a reconocer en voz alta. Era como si ambos supieran que, de decirlo, esa magia frágil podría desvanecerse en un suspiro.

Él la miraba con esa mezcla de ternura y sorpresa, como si descubriera algo en ella que no había visto antes, y al mismo tiempo, como si esa conexión especial fuera algo que hubiera estado esperando sin saberlo. Ella, por su parte, lo observaba con una timidez genuina, como si temiera romper el encanto del momento. Sin embargo, su sonrisa no podía ocultar la alegría que sentía, una especie de alivio de saber que estaba con alguien que la entendía sin necesidad de palabras.

────Es curioso cómo algunas cosas se sienten... bien, sin razón aparente. ────murmuró Nicholas, rompiendo el silencio, aunque su tono era suave, como si no quisiera interrumpir la serenidad que compartían.

Vivienne asintió lentamente, sus ojos fijos en él, sintiendo que en esas palabras había una confesión silenciosa que ambos comprendían. Se sentía cómoda y segura.

Y aunque ninguno de los dos se atrevía a poner en palabras lo que realmente sentían, en ese momento, bajo el cielo nocturno y el resplandor tenue de las luces, ambos supieron que esa paz no era casualidad.

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