Capítulo Seis

Felix iba caminando tranquilo por los pasillos, aunque seguía algo afectado por lo ocurrido recientemente en los baños.

Tenía como objetivo buscar a Seungmin y a Hyunjin, pero dos figuras se interpusieron en su camino, haciendo que se detenga.

—No creas que porque ese rarito te defendió, te vamos a dejar en paz—Eran los mismos chicos del baño—Ya vemos como eres, te haces el angelito y por eso todos te aman, pero eso no funciona con nosotros.

—Hablas y te llevas bien con todos para sentirte bien contigo mismo, desapareciste solo para llamar la atención al darte cuenta que ya no te la daban como antes... Das pena, Felix. Ojalá te des cuenta que no siempre serás el centro de atención, que no siempre todos te darán el cariño que buscas en otros porque tu padre no te quería.

Felix se quedó sin palabras, observándolos a ambos con un nudo en la garganta.

Quizás lo que ellos decían era cierto.

No. Se prometió a sí mismo que nunca nadie le iba a tratar de mala forma, él era más que aquellos comentarios despectivos.
Su mirada triste se endureció, pero no dijo nada, simplemente se les quedó mirando de manera fija con aquellos ojos muertos.

—¿No dirás nada?—Preguntó uno de ellos después de un rato de silencio, algo desconcertado por la mirada del rubio.

Una sonrisa de lado apareció en su rostro.

—¿Hablan de dar pena, cuando ustedes hacen sentir mal a los demás para sentirse "poderosos"?—Dejó salir una irónica risa—Por favor, son patéticos... Y esos siempre mueren primero...

Ambos chicos se quedaron helados por las últimas palabras del rubio.

—¿Qué rayos dijiste?

Felix no dijo nada, les dio una última sonrisa y pasó de ellos.

Pobrecitos, no sabían lo que les esperaba.

☠︎

—Estás muy rara.

Haerin detuvo sus movimientos y observó a Yeonjun con confusión.

—¿De qué hablas?

—Todo el día me has estado pidiendo que te de cariños y palabras de apoyo—Señaló—Eso lo haces cuando te sientes realmente mal.

La chica apretó los labios y tomó asiento bajo la atenta y preocupada mirada de él.

—Me están pasando cosas un tanto raras...—Comenzó diciendo, pero al instante se arrepintió—Es una tontería, no te preocupes...

—No creo que sea una tontería si te tiene así. Puedes decirme si quieres.

Haerin le miró en silencio y cuando estaba por hablar, la puerta de la sala de ensayo se abrió de golpe.

—Yeonjun, eres un idiota.

El mencionado frunció el ceño ofendido.

—¿Ahora qué hice?

Han Jisung se acercó a grandes zancadas, mientras que la chica que venía con él se reía bajito y le seguía a paso lento.

—¿Por qué no me dijiste que Lee Minho baila tan bien?

Yeonjun hizo una mueca al escuchar aquel nombre.

—¿Y por qué tendría que saberlo? No tenía ni idea, no me interesa.

—Ahora te lo estoy diciendo—Jisung se cruzó de brazos—¿Por qué no le ofrecemos que entre a la academia? Tiene potencial.

—No.—Negó rotundamente.

Se puso nervioso cuando Haerin, Jisung y Sooha, la chica que venía con el antes mencionado, alzaron una ceja.

—¿Por qué esa respuesta tan segura, Choi?

—Si él quisiera entrar a la academia, ya lo habría pedido—Se excusó al instante.

Haerin negó con la cabeza.

—Todos sabemos que no te agrada, Yeon, pero no por eso no le vas a permitir hacer algo que le gusta.

—¿Por qué vienen en mi contra y dicen cosas que ni saben?—Se indignó el líder de baile—Veamos, ¿qué viste exactamente, Han Jisung?

—Estaba bailando en ese patio que ya nadie usa, su amiga Minju le acompañaba. Debí haberlo grabado, te juro que nunca había visto a alguien bailar tan fluidamente.

Jisung carraspeo ante la mala mirada que le dio Yeonjun por sus palabras.

—Digo, después de ti...

—Después hablemos de eso—Sooha interrumpió—Debemos ensayar.

—Pero Hyunjin aún no llega y lo necesitamos.

Y como si hubiera intuido que lo llamaban, Hyunjin apareció en la puerta algo agitado.

—¡Ya llegué! Perdón la demora...

—¿Por qué tardaste tanto? Haerin y yo llevamos aquí como media hora.

—Un amigo se encontraba mal y antes de venir tenía que estar seguro de que estaba mejor.

Haerin alzó una ceja con curiosidad ante su respuesta.

—¿Qué amigo?

—Felix.

La expresión de la chica cambió.

☠︎︎

A la salida, cuando las clases finalizaron, Felix caminaba con expresión neutra.

—¡Felix!—Una voz le llamó.

Era Haerin, venía corriendo hacia él y su rostro demostraba que estaba preocupada. El chico se detuvo a esperarla.

—¿Qué ocurre?

—¿Estás bien? Hyunjin me dijo que te sentías algo mal hace un rato.

—Oh—Felix no pudo evitar sonreír ante su preocupación—Estoy mejor, era un simple dolor de cabeza.

—¿En verdad? Él dijo que te veías mal...

—Vaya, gracias—Bromeó, haciendo que la chica abriera sus ojos en demasía al percatarse.

—¡No lo decía en ese sentido! Ya sabes, que te veías enfermo... Bueno, eso tampoco suena mucho mejor.

El rubio soltó una leve carcajada, por lo que Haerin hizo lo mismo.

—Ya estoy mejor, Haerin. Gracias por tu preocupación.

Pero entonces, la sonrisa de Felix desapareció.

—¿Tú estás bien? Ese día cuando estaba en tu casa, después de que fueras a ese cuarto estuviste muy rara y apenas respondías lo que te decía—Haerin le miró desconcertada—Y hoy te vi junto a ese chico Yeonjun. Te veías desanimada.

—...Estoy bien—Se forzó a sí misma a sonreír.

Felix iba a decir algo más, pero justo Seungmin y Ruiqi aparecieron.

—Estuve hablando con Seungmin—Comenzó diciendo la recién llegada—Y llegamos a la conclusión de que sería divertido que un día salgamos los cuatro.

—¿"Llegamos"?—Preguntó el castaño indignado—Literalmente te pusiste a mi lado, comenzaste a hablar sin que pudiera responder algo y luego dijiste eso de salir los cuatro. Que, por cierto, tampoco pude responder.

Haerin y Felix rieron, mientras que Ruiqi sonreía en grande.

—¿Pero acaso me vas a decir que mi idea es mala? ¡Sería muy divertido!

—Apenas te conozco.

—Pues para eso son las salidas, para conocerse.

Seungmin frunció el ceño y observó a su mejor amigo, quien se encontraba divertido por la situación. Para el castaño eso era extraño, en unos cuantos días ya había estado con alguien que no era Felix en su casa y ahora una chica está organizando una salida en la que él está incluido.

—Entonces quedamos con que un día tenemos que salir los cuatro—Ruiqi dijo animadamente y luego se despidió de ambos, yéndose con Haerin.

—¿Qué acaba de pasar?

El castaño cuestionó en cuanto las dos chicas se perdieron de vista. Felix soltó una risita y negó con la cabeza, tirando del brazo de su amigo para que comenzara a caminar.

☠︎︎

En la noche, que era de todo menos tranquila, unos gritos desgarradores se escucharon.

—¡No! ¡Por favor no lo hagas!—Un chico gritaba lleno de pánico, miedo y dolor.

El rubio frente a él simplemente sonrió mostrando los dientes.

—¿Que por favor qué?—Se burló de su petición acercándose un poco más.

El chico le escupió en la cara, haciendo que la sonrisa del rubio se borrara. Se limpió asqueado.

—¿Qué mierda acabas de hacer, imbecil?

—E-Escucha Felix... No sé qué te ocurre, pero déjame ir ya. ¡También a Seungho! Déjanos ir...

Felix alzó una ceja escuchándolo.

—¿D-Dónde tienes a Seungho? No le has hecho nada, ¿verdad?

—Oh—El de pecas volvió a sonreír—Claro que no.

Minjae suspiró algo aliviado y luego la tos lo invadió. Trató de llevarse las manos a la boca, pero tenía éstas atadas.

—Suéltame por favor... P-Prometo que nunca más nos burlaremos de ti ni te amenazaremos.

—Estoy seguro de que no lo harán—Felix asintió sin borrar su sonrisa—Cien por ciento seguro...

Tiró del hilo de una ampolleta y aquella luz se encendió, iluminando una parte de la casa abandonada en la que se encontraban.

Minjae gritó horrorizado al ver lo que estaba en la parte iluminada.

Era Seungho, se encontraba muerto.

Tenía al estómago abierto lleno de sangre y sus tripas se hacían ver, su cara tenía varios hematomas, sus brazos y piernas también se encontraban atados y se veía algo de sangre en su cabeza.

—¡¿Q-Qué le hiciste?! ¡Dijiste que no le habías hecho nada!—Exclamó removiendose inquieto.

—¿Y de verdad me creíste?—Se burló—Te dije que los patéticos siempre mueren primero.

Y mientras Minjae dejaba escapar otro grito horrorizado, Felix abrió mucho su boca haciendo ver sus filosos dientes y mordía con fuerza el abdomen del chico.

Se había encargado de que ellos no se burlaran de él o lo amenazaran otra vez.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top