𝗡𝗘𝗪 𝗬𝗘𝗔𝗥 𝗦𝗣𝗘𝗖𝗜𝗔𝗟

ESPECIAL!

¡bienvenidos al especial de año nuevo y último especial del año! este ha sido un año muy malo para recordar, pero en cuestión de mi historia ha sido muy bueno. Gracias por el apoyo, sus comentarios y votos desde que comencé con esta historia en marzo de 2020. ¡los amx mucho y feliz año nuevo!

Aclaraciones
(antes de empezar a leer)

🌌 aquí pudieron detener el Apocalipsis del 2019 por lo que viven una vida normal, no pasó absolutamente nada sobre lo de Dallas, el viaje en el tiempo, etc. Por lo que no hay pistas, referencias, recuerdos (como quieras llamarlo) sobre el volumen 2.

🌌 claramente pasó tiempo, por lo que Cinco ya no se ve tanto como un niño (tomando en cuenta el gran cambio que tuvo entre la temporada 1 y la temporada 2, desde mi punto de vista)

🌌 como saben, la academia fue destruida por Vanya antes del Apocalipsis en sí, pero ya se reconstruyó.

🌌 Allison ya recuperó su voz.





NARRADOR OMNISCIENTE!

— ¡Amelia, apura, ya debemos irnos! — grita Cinco en la entrada.

Su hermana la morena organizó una cena familiar en un lindo restaurante cerca de su hogar, ella está muy empeñada en hacer el año nuevo con su familia algo que todos disfruten. Amelia tuvo un imprevisto de último momento, por lo que Cinco decidió esperarla en vez de que se fuera sola, los demás se fueron primero para adelantar. La chica baja las escaleras sonando sus pequeños tacones, pasando sus manos encima del vestido para evitar arrugas.

— Perdón, es que el vestido me hacía sentir incómoda al principio, pero era la etiqueta que se me olvidó cortarla— se disculpa llegando a su frente— ¿estoy bien?

— Sí, te ves... bien— dice mirándola de arriba a abajo, Cinco no es mucho de halagos pero puede jurar que la mujer al frente suya se ve simplemente hermosa.

— ¿Nos vamos? ya va a ser la hora de comenzar.

Antes de que diga algo más la toma de la mano jalándola a su cuerpo, ella jadea de la impresión. Coloca una mano en su cadera besándole. Se besan durante unos segundos antes de separarse para respirar. Él no se expresa con palabras, sus acciones lo definen.

— ¿Eso es una manera de decir que luzco atractiva para tus ojos? — pregunta sonriéndole levemente.

— Tómalo como quieras.

Ríe. Salen de la academia rumbo a su destino. En el camino se ven a las mayorías de familias juntas esperando para comenzar un nuevo año. Llegan a la dirección que les dió su hermana, un sitio muy elegante, típico de Allison. Entran diciendo su reservación y los llevan a una mesa grande donde están algunos de sus hermanos.

— Son las 10 en punto, podemos comenzar a cenar ahora — dice la chica sonriendo feliz.

— Espera... ¿y Klaus? — pregunta Vanya.

— Dijo que iría al baño, eso fue como hace una hora.

— Carajo, creo que lo oí hablar sobre un club cerca o algo así. No me sorprendería que se hubiese ido para allá. — cuenta Diego

— ¡No puede ser! no va a arruinar mi cena esta noche ¿pueden ir por él?

— Te acompaño, tal vez necesites ayuda con él — exclama Amelia mirando a Número 2 levantarse, Cinco toma su muñeca impidiéndolo.

— Ya es tarde, no puedes ir sola con ellos dos.

— Ven con nosotros, necesitamos a alguien que se le sea fácil obligar a la gente — lo piensa un poco y asiente, Luther hace una mueca, negativo, recordando los momentos penosos que pasó en la última fiesta a la que fue.

Diego, Amelia y Cinco se van en busca de Klaus. En el camino, la chica usa sus poderes para localizar bien el club, algo que logra fácilmente. El moreno no para de quejarse de que tiene hambre y el menor va distraído sin importancia. Cruzan una esquina quedando justo en frente de su destino, el chico toma el brazo de su novia.

— Hay un guardia en la entrada y estoy seguro que no me dejará entrar, los espero adentro — se teletransporta.

Caminan haciendo la pequeña fila hasta llegar a la puerta, muestran sus identificaciones al vigilante y pasan. Al principio la música se escuchaba lejana pero después de cruzar otra puerta, es una locura. Habían personas saltando/bailando al ritmo, luces neón y silbidos eufóricos. Número 5 aparece.

— Hay que dividirnos, así podremos encontrarlo rápido— indica Número 2, se va.

Cinco no pierde tiempo y entrelaza su mano con la de Amelia, jalándola para ir en busca de su hermano. Se meten entre las personas con dificultad. Diego, por su parte, decide no acercarse y busca directamente por el bar. Conoce al chico y sabe que irá directamente a la zona de bebidas.

— ¿Diego? — escucha a sus espaldas, se gira encontrando a Natalia, la chica que conoció en el supermercado el día de navidad. — ¿cómo estás? ¡no pensé que venías a estos sitios!

— ¡Yo tampoco! ¿qué haces aquí?

— Vine con mi hermano y unos amigos, nuestros padres están de viaje y pues ya sabes, somos chavos.

Suelta una risita por el dicho. — ¿has visto a un chico de tatuajes con cabello castaño?

— Mmmmm creo que no ¿lo estás buscando? si quieres puedo acompañarte, mi hermano ya está ebrio como un vagabundo... o si deseas podemos tomar algo, supongo que no te irás por ahora ¿o sí?

— Eh... ¡no!

Ella sonríe y los dos se van a la barra. Empieza a sonar una canción energética haciendo que todos griten y salten con más ganas. La pequeña pareja se separan entre tanto ajetreo, separándose lejanamente entre la gente. Cinco, al no ver a su chica, se teletransporta a una base más alta y alejada para buscarla entre la multitud.

— ¡Eh! ¿cómo entraste aquí? — cuestioma un guardia al verlo, lo coge del saco.

— ¡No me toques, basura!

Lo toma de la muñeca fuertemente alejándolo, peleando con el señor. Amelia no sabe ni cómo salir de ahí, todos son mucho más altos que ella. La empujan sin problemas de lado en lado dándole mareo. Un hombre se acerca a ella tratando de pasarse de la raya, intenta alejarse.

— ¡Oye, imbécil, deja a la chica! — le grita un desconocido empujándolo, ambos comenzando a discutir.

Amelia se va discretamente— ay, esto es una locura... ¡cinco! ¿¡dónde estás!?

El guardia se aleja del niño al notar la revolución en la pista de baile, va hacia allá para controlar la situación. Cinco acomoda su corbata muy molesto y ve a Amelia saliendo como puede de la gente.

— ¿Qué pasó? — pregunta confundido ayudándole. Le ignora al ver a su hermano el drogadicto como si nada en una esquina hablando con otras personas, sus vestimentas muy peculiares. Anda rápidamente allá.

— ¡Hey, chicos! ¿qué hacen aquí? ¡quédense para la fiesta! — les reconoce.

— Klaus, ¿podemos irnos de una vez? este lugar es un infierno y mira que para mí eso sería un halago pero no lo es— le habla Amelia un tanto molesta con él, calmándose

— ¡No seas idiota! — le grita Cinco dándole un empujón enojado, él no sabe controlar su ira. Él se cae de lo drogado que está.

Uno de los amigos de Número 4 al notar la molestia del castaño (que siempre tiene), se tira encima de él para pelear. Amelia abre sus ojos preocupada. Diego llega de repente.

— ¡Cinco, deja de golpearlo!

— ¡Llamen a seguridad!





(——)







Cinco y Klaus caen al suelo cuando 4 guardias del club los echan a patadas por la puerta trasera del lugar. Después sale otro de ellos empujando a Amelia, tan fuerte que manchó todo su vestido de lodo. Se mira a sí misma sin creerlo. Inmediatamente Número 5 reacciona y va hacia el guardia listo para darle una paliza, pero este le cierra la puerta en la cara antes de que pueda hacer cualquier cosa.

— Ya no tiene caso, Cinco, se arruinó — dice triste la pequeña del grupo. Él hace una mueca con molestia por no poder haber hecho algo.

— Ay, no se preocupen ¡nos dejarán entrar otra vez! ¡soy amigo del dueño! — dice Klaus.

— ¡Ya no habrá próxima vez, Klaus! ¿qué no ves? a Amelia casi la aplasta una multitud de personas y literal la echaron al barro — explota Cinco enojado a más no poder.

La puerta se abre otra vez dejando ver a Diego acompañado de Natalia, ambos riendo, pero dejan de hacerlo al notar la escena al frente de sus ojos.

— Mierda, creo que se me olvidó qué venía a hacer — murmura Número 2.

Número 5 rueda los ojos y sigue a Amelia quien empezó a caminar para ya irse. Los demás los siguen, Nat se despide de Diego yéndose por el otro lado. Antes de salir del callejón, tres hombres aparecen con unos cuchillos, sus ojos rojos y un aliento apestoso indicando que están drogados.

— ¡Déjennos todo lo que tengan!

— ¿Es una broma? ¡ya me cansé! ¡intenté estar calmada toda la noche pero ya se está pasando el universo! — exclama Amelia demasiado molesta, lo más que ha estado en algún momento. Pone sus ojos blancos y dos sombras salen de sus costados. Habla con una voz gruesa que no es de ella — ¿van a seguir jodiendome? ¡quiero ver que lo hagan!

Los hombres se van corriendo sumamente asustados por lo acabado de ocurrir. La chica vuelve a la normalidad suspirando, ya más tranquila por haberse desahogado. Mira a sus hermanos con una sonrisa avergonzada, ellos están en shock.

— Okey... creo que ya fue suficiente por esta noche para tí — dice Cinco intentando esconder su sonrisa orgullosa. Toma de los hombros a Amelia para que siga caminando y no se angustie más.

Tratan de llegar a tiempo a la cena, casi corriendo por las calles. Los dejan entrar a pesar de los aspectos sucios que tienen. Suben las escaleras al segundo piso encontrando a los demás familiares.

— ¡Oh, Dios! — exclama Allison sorprendida dejando caer su cuchara mirando a su hermana, Vanya igual — Amelia ¿qué te pasó? tu vestido...

— Tranquila, no es nada. Me hicieron enojar — responde, toma varias servilletas y se limpia un poco.

En ese momento el reloj suena indicando las 12 en punto, significando que ya es año nuevo. Todos se abrazan entre sí. Amelia da una mirada al pequeño salón buscando a alguien en especial, hasta que lo encuentra parado en el balcón. Va hacia allá. Se para a su lado observando los fuegos artificiales en el cielo que reciben un nuevo año.

— Al menos llegamos a tiempo— murmura la chica sonriendo levemente.

— Sí... al menos — ríe, toma su mano. Cinco mira detrás vigilando y se acerca dándole un dulce beso en los labios.

El teléfono de Amelia interrumpe el momento, el chico suspira separándose, rodando sus ojos.

— Lo siento, espera y reviso — lo saca del bolsillo. Se sorprende al ver un mensaje de Dylan, su ex, que no lo ve en más o menos medio año.

— ¿Quién es? — da un vistazo enseguida, frunce su ceño al ver el nombre. Coge el celular y lo estrella contra la pared de la impotencia — te compraré otro mejor pero no vuelvas a hablar con ese imbécil ¿entendido?

Asiente lentamente. Está un poco molesta por lo que hizo pero le dará uno nuevo así que eso la compensa. Amelia le da un abrazo tierno a Cinco y este le corresponde suavemente, pasando los primeros minutos del nuevo año al lado de la persona que más quiere.

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