𝗘𝗦𝗣𝗘𝗖𝗜𝗔𝗟 𝗛𝗔𝗟𝗟𝗢𝗪𝗘𝗘𝗡 + 𝟮𝟬𝟬𝗞

¡bienvenidos todos al especial de Halloween + 200K! esta es una manera de celebrar que llegamos a las 200mil vistas en el libro, y además para aprovechar en la época que estamos y volver a ver a nuestros protagonistas. Este apartado sigue el mismo patrón que el especial cumpleaños. De todas formas, sino recuerdas, te vuelvo a mencionar lo que debes tener en cuenta para no complicar tus ideas:

Aclaraciones
(antes de empezar a leer)

🌌 aquí pudieron detener el Apocalipsis del 2019 por lo que viven una vida normal, no pasó absolutamente nada sobre lo de Dallas, el viaje en el tiempo, etc. Por lo que no hay pistas, referencias, recuerdos (como quieras llamarlo) sobre el volumen 2.

🌌 claramente pasó tiempo, por lo que Cinco ya no se ve tanto como un niño (tomando en cuenta el gran cambio que tuvo entre la temporada 1 y la temporada 2, desde mi punto de vista)

🌌 como saben, la academia fue destruida por Vanya antes del Apocalipsis en sí, pero ya se reconstruyó.



Me encuentro en la sala leyendo uno de los tantos libros que hay en la biblioteca de la academia, casi siempre me la paso es haciendo esto ya que no tengo más con qué divertirme. Tocan el timbre, dejo el libro y voy allá un tanto confundida porque casi nadie viene. Abro mirando a los lados.

— ¡Dulce o truco! — oigo. Bajo mi vista encontrando a un par de niños disfrazados, muy pequeños.

— Oh... hola, eh... no tengo dulces, lo siento — ellos hacen un puchero — pero tengo otra idea que les puede gustar.

Me agacho, muevo mis manos formando una pequeña bola de humo negro y la rompo, un perrito sale de ahí muy alegre (obviamente formado por humo) los niños sonríen y se van con el por la calle. Suspiro y cierro la puerta detrás mía.

— ¿Ya están pidiendo dulces tan temprano? — pregunta Allison confusa, llegando de las escaleras.

— Es mejor a esta hora a que anden por la calle en la noche. Debemos comprar más golosinas, Klaus se las comió todas esta mañana porque vino de una fiesta ayer... a propósito ¿dónde están los demás?

— Vanya practica violín, Luther en su cuarto, y el resto haciendo sus cosas que no nos informan... oh, se me acaba de ocurrir una buena idea ¿por qué no nos disfrazamos? como en los viejos tiempos.

— ¿Crees que quieran?

— No lo sé, pero los obligaré: tú puedes convencer a Cinco y Diego, yo me ocupo de los demás para no complicarte.

— No prometo que vaya a lograrlo, ¿y por qué no usas lo de tu rumor? "oí el rumor de que se disfrazaban con nosotras en Halloween".

— Porque sé que sería una pérdida de tiempo y saldría todo peor, es mejor sin complicaciones, volvamos a ser una familia que celebra junta sin necesidad de usar nuestros poderes.

— Tienes razón...

Me voy decida a convencer a mis hermanos para que salgan con nosotras. De pequeños siempre salíamos en la madrugada a escondidas de nuestro padre, jugando por las calles y haciendo travesuras en la noche más aterradora del año. Eran buenos tiempos. Saco mi celular mientras camino por el pasillo y marco el número de Diego

— ¡Hola! oye, me preguntaba qué ibas a hacer hoy en la noche. Allison planeó que podríamos salir todos juntos y disfrazarnos.

— ¿No estamos muy grandecitos para eso, hermanita?

— Tenemos años sin hacerlo, puede ser una diversión para distraernos y recrear momentos. Si no te disfrazas, ella te va a obligar a que lo hagas.

— Bien... voy allá más tarde.

Cuelgo guardando el aparato en el bolsillo de mi falda. Recuerdo que la última vez que nos disfrazamos, papá nos regañó horriblemente al llegar en la mañana, ya que según él debemos quedarnos en casa ese día por nuestra seguridad y no le hacemos caso. A decir verdad, algunas veces se pasaba.
Subo las escaleras, una vez que llego a la última planta, toco la puerta; espero unos segundos y nadie abre. Hago una mueca. Escucho un sonido a mi lado.

— ¿Qué quieres? estoy ocup... — Cinco se calla al verme, quita su ceño fruncido y me mira tranquilo — ¿qué sucede, Amelia?

— Hola, yo... vine a hablar contigo sobre algo ¿tienes tiempo?

Abre la puerta para mí y paso. Me siento en su cama que está desordenada, él se queda parado a mi frente esperando a que le hable.

— Verás, debido a que casi no hemos pasado tiempo como familia, Allison planeó que vamos a salir juntos esta noche ¿puedes?

— Paso.

— ¿Cómo que "paso"? pero... pero... ¡es Halloween! ¡el único día del año donde puedo ver a los demonios y charlar con ellos!

— Sí ¿y qué? sabes que no me gusta festejar nada y mucho menos con esos idiotas que parecen niños de Kinder.

— Eso es irónico... — susurro, me mira — no dije nada. Pero por favor, no necesariamente tienes que disfrazarte si no quieres, a tí no te obligaré porque sé cómo eres pero... ¿podrías al menos venir?

— Tengo cosas más importantes que jugar y pedir dulces a desconocidos.

Me quedo pensando, no quería llegar a esto, pero él me ha obligado. Nunca pasa tiempo con los demás y temo que eso pueda ser un problema algún día.

— Okey, entonces iré a buscar mi disfraz, el más atrevido que encuentre ya que después de todo, soy una adulta. — hablo caminando lentamente a la puerta, me observa de reojo— voy a irme a una fiesta con Klaus, Allison y Vanya a conocer gente y tú estarás aquí preocupado de que tu novia se está hablando con otros chicos o algo peor, besándose con ellos porque su novio la dejó tirada.

— Ni se te ocurra hacer eso o vas a ver — entre cierra sus ojos señalándome con su dedo índice, sonrío con inocencia al darme cuenta que he logrado mi objetivo — bien, iré, pero nada de disfraz.

— Okey, yo le digo a Allison para que no se enoje contigo. — me acerco a él, lo tomo de las mejillas dándole un beso, posiciona sus manos en mi espalda baja

— Si te pones un disfraz atrevido, no vamos.

Río levemente y me separo, abro la puerta y salgo para ir a preparar todo.




(——)








Me coloco al frente del espejo acomodando mi cabello, ato mis zapatos y tapo mi cabeza con la capucha roja. Sí, soy Caperucita Roja. Es un personaje que me gusta mucho desde pequeña, nunca tuve la oportunidad de disfrazarme de ella. Recuerdo que un día cuando era pequeña, mamá me cosió un lindo abrigo de algodón idéntico al del personaje, lo guardé durante años. Me recuerda mucho a ella.

Salgo de mi cuarto bajando las primeras escaleras, después las segundas que son las más grandes, llegando hasta la entrada, donde están la mayoría de mis hermanos; Allison está disfrazada de pirata, Vanya de albañil. Aguanto una risa al ver a Luther, quien obligó mi hermana a cambiarse. El sombrero de pirata lo hace ver muy rudo.

— Oh, qué dulce, nunca olvido que andabas con esta capa a cada rato a los 7 años. — exclama la morena.

— ¿Cómo lo conservaste tanto tiempo y sigue pareciendo nuevo?

— Tengo mis trucos— muevo mis dedos al aire sacando un poco de polvo negro de ellos con una sonrisa.

Nos quedamos hablando esperando a los demás. Escucho un sonido que conozco a la perfección y me giro un poco, mirando a Cinco bajando las escaleras con su típica cara de viejo amargado. Alza una ceja cuando llega a mi frente.

— ¿Vas a ir... así? — pregunta mirándome de arriba a abajo.

— sí ¿qué tiene? ¿me veo mal?

— La falda está muy corta y se te ve mucho el pecho por el corsé.

— Ay, cálmate, tiene medias oscuras y no se le notan mucho las piernas por detrás por la capa. Hay disfraces mucho peores afuera, deberías buscarte una novia en vez de andar molestandola — interrumpe Diego la conversación, dándole un zape en la cabeza.

El chico frunce el ceño y lo tomo del brazo para que se calme antes de que lo golpee.

— ¡AJÚAAA! ¿listos para el atraco al banco? — grita Klaus llegando, vestido de vaquero. Saca droga de su bolsillo y un arma de juguete — ¡tenemos de todo aquí, hasta un viejo vestido de niño!

— Hay que irnos, ¡se acabarán los dulces y no regresaré a casa sin mi bolsa de chocolates!

Todos comienzan a salir de la academia, yo los sigo y Cinco me sigue a mí. Hay muchísima gente en la calle con disfraces de todo tipo, es muy divertido, tenía mucho tiempo sin sentir esa sensación de terror. Pasan un grupo de chicas al frente de nosotros y los hombres se quedan mirándolas, ya que van vestidas de Playboy. Número 3 le da un golpe en el brazo a Número 1 por su mirada. A Cinco no le hago nada porque sé que las observa sin interés.

— ¿Y si vamos a la casa embrujada esa? escuché que es la mejor de la ciudad — asegura Allison

— Claro, pero acompañadas. Escuché que hay pervertidos que se meten ahí y se aprovechan de las chicas — cuenta Diego

— Ugh, eso es asqueroso.

Nos aproximamos a la entrada de la casa y compramos nuestros boletos. En la fila le doy cuenta que una niña está llorando, por lo que uso mis poderes disimuladamente haciéndole también un perrito de niebla negra como el de la mañana. Sonrío al verla reírse. Entro a la casa con Cinco, ya que nos dividimos en grupos para que así sea más emocionante. Se escuchan lechuzas y todo está un tanto oscuro, dándole ese aspecto terrorífico. Lo bueno es que este lugar está solo.

— ¿Por qué no me hablas? — pregunto al chico al notarlo tan callado.

— Porque no me gusta que vayas por la calle así — responde directo — no es porque no me hagas caso, sino que hay muchos chicos en la calle que tratarán de aprovecharse de tí por eso.

— No quiero hacerte enojar así que no discutiremos. Sé que no querías venir, perdón por obligarte... solo viniste por mi insistencia.

Suspira. Me da un abrazo y yo le correspondo. Separo mi cabeza de su hombro mirándolo.

— Pero no puedes negar que te gusta mi disfraz, noté tu mirada cuando bajabas por la escalera — digo sacando una pequeña sonrisa.

—Tienes razón, me gusta mucho— admite. Baja su mirada a mi pecho algo descubierto, que está pegado al suyo. Se acerca por un costado de mi oído — el lobo quiere comerse a Caperucita.

Trago en seco sonrojándome ¿enserio quiere coquetear conmigo ahora? no me molesta, pero si alguien nos encuentra besándonos, no creo que nos vaya bien. Ignoro mi cabeza cuando me besa atrevidamente, le sigo sin más opciones. Doy un brinco leve cuando sus manos tocan mis piernas y un poco más allá que no diré exactamente dónde.

Nos separamos de golpe al escuchar un grito muy fuerte, seguido de un espectro o algo así yéndose por el pasillo.

— Mierda.

— Ay no... debemos buscar a los demás— susurro. Cinco me mira confundido.

Nos teletransporta afuera de la casa embrujada, donde vemos a nuestros hermanos comiendo hot dogs en un puesto. Iba a decirles algo pero el espectro volvió a pasar al frente de nosotros rápidamente, algunas personas lo notaron por lo que se asustaron y gritaron.

— ¿Qué carajo? — pregunta Diego asombrado.

— ¿Ustedes están viendo lo que yo veo? — pregunta Klaus.

— Tal vez accidentalmente invoqué un demonio por andar haciendo figuras amigables para niños, tomaron su forma habitual y lo trajeron— exclamo rascando mi nuca

— ¿Que hiciste qué?

— Es un Charro noir, es una representación mexicana del diablo que se encarga de castigar moralmente a las personas. Si no lo detenemos, será peor.

— Amelia ¿cómo se te ocurre hacer eso hoy? ¡es Halloween! ¡la época que más conexión tiene con el infierno! quién sabe qué hará esa cosa por ahí, pusiste en peligro a la ciudad y tal vez al mundo entero

— Cállate, Diego. Amelia no tiene culpa de esto, solo estaba intentando ayudar. No es momento para buscar culpables. — me defiende Cinco enojado — ¿qué es lo que hay que hacer para detener esa cosa?

— Debemos encontrarlo, así podré enviarlo de vuelta. Hay que separarnos para cubrir terreno pero tengan mucho cuidado, acecha a las personas solitarias porque son presas fáciles. Si lo encuentran, llamen.

Asienten y se van por caminos distintos. Me doy la vuelta caminando rápidamente para buscar al demonio. Esto es lo peor que he hecho, me siento demasiado tonta ¿cómo se me ocurrió hacer eso? obviamente los espíritus aprovechan y toman un camino para venir al mundo de los vivos, debí pensar en eso antes.
Pasan unos minutos donde no encuentro nada sospechoso, ando por un camino en el cual no hay tantas personas y hay neblina.

— Oye, nena ¿estás perdida? ¿quieres que te ayudemos? — preguntan a mis espaldas, sé que son un grupo de chicos de más o menos mi edad que no dan buena espina. Continúo mi caminata — espera ¿a dónde vas? andan muchos lobos sueltos por ahí, hermosa.

Uno de ellos toma mi brazo, iba a decirle algo pero se echa para atrás cuando Cinco aparece en medio de ambos, observándolo con aire intimidante.

— Ella no necesita tu ayuda, aléjate.

— ¿Qué me vas a hacer, eh, niño?

— Vuelves a decirme "niño" y te corto el cuello con la rama de ese árbol— frunce su ceño.

Nos vamos de allí. Oigo al grupo de chicos maldiciendo por no haber logrado su objetivo; buscar chicas y aprovecharse de ellas. Le doy un beso en la mejilla al chico cuando nos encontramos lejos.

— Gracias— agradezco.

Escucho un grito, el espíritu pasa por encima de nosotros y se va enseguida. Tratamos de alcanzarlo con la teletransportación, se dirige a la feria central de la ciudad. Nos encontramos con nuestros hermanos.

— Hay que hacer algo, se dirije hacia esas personas

— Yo me encargo— se limita a decir Klaus antes de mover sus manos e invocar a varios fantasmas, quienes ahuyentan al demonio de la multitud cambiando su dirección.

Vamos al campo donde el espíritu está dando vueltas y nos colocamos a su alrededor para no dejarlo pasar. Comienzo a usar mis poderes atrayéndolo hacia mí, se resiste pero los demás me ayudan a que funcione. Empieza a convertirse en polvo. Abro mi boca metiéndolo ahí y caigo sentada en el césped de golpe de la impresión. Toso.

— ¿Estás bien? — cuestiona Allison..

— Sí, sí, no te preocupes. Esto es parte del problema de regresar a los demonios a sus dimensiones...

— eso fue... ¡muy cool! ¡el mejor Halloween que hemos pasado! espíritus malos, acción ¿crees que podamos repetirlo el año que viene?

Todos nos reímos por el comentario emocionado de Número 4. Decidimos irnos de una vez por todas a casa para descansar de la noche tan ajetreada que tuvimos. Cierro la puerta de la academia, Cinco toma mi mano deteniéndome con él en la entrada esperando que los demás se vayan.

— Debo admitir que estoy de acuerdo con Klaus, este ha sido le mejor celebración del día de brujas — asegura.

— ¿Sabes? estoy muy cansada por culpa de ese demonio, me espera mi cama con las sábanas frías... ¿quieres acompañarme hoy? podríamos ver uno de mis DVDs que compré recientemente.

— Mmmm... ¿solo una película? no tengo tiempo para eso, pero sí para otras cosas— ladea su cabeza con una mirada muy extraña, sonrío un tanto avergonzada— mejor hablemos de esto cuando estemos en tu cuarto.

— ¿Una carrera hasta allá?

Él se teletransporta a las escaleras sin responder y me mira con una sonrisa orgullosa, recostado en el barandal. Ruedo mis ojos riéndome y me voy corriendo para alcanzarlo, pero no puedo por culpa de sus poderes que llevan la ventaja.

El resto de la historia lo sabremos más adelante.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top