10 | LA MALDICIÓN DE AMARIS
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Las reuniones familiares nunca eran una buena señal para los Umbrella, las únicas veces en que sucedía era cuando el mundo se acababa y no tenían más opciones que unirse. Sin embargo, tuvieron de lado a los Sparrow cuando Allison mató a Harlan. Una trágica noticia, de la cual Viktor no estaba enterado, por lo que seguramente se armaría un escándalo por ello.
— Allison... ¿Estás segura de que es correcto? No quiero que él salga lastimado — Amelia intenta charlar con su hermana, esta ni siquiera le hacía caso, miraba a un punto fijo sin importancia — ¿Por qué no lo buscamos y le explicamos lo que pasó? Él lo entenderá.
— ¿Entenderá que asesiné a la persona que estaba protegiendo? Qué irónico. Si quieres contarle, adelante, de igual manera ya no se puede remediar. Está muerto y gracias a mí podremos volver a nuestra línea del tiempo— responde seriamente.
La castaña hace una mueca no muy convencida de su actitud y decide ir a sentarse sin más. ¿Por qué debía intentar arreglar un malentendido cuando la causante de el ni siquiera planea hacerlo? Mamá se paseó por la sala ofreciendo galletas, sin un ojo, hecho el cual ignoró.
— ¿Dónde están Viktor y Klaus? — pregunta Diego.
— Quizás ya se los tragó el Kugelblitz — Amelia le da una mirada regañona a Cinco por su sinceridad y este se encoge de hombros.
— ¿Qué le pasó a tu mano?
— No hay tiempo para charlar, siéntense de una vez— Ben se pone al mando de la situación.
— Bien, eh... Qué agradable ¿verdad? Estar todos juntos. Una gran familia feliz ¿estoy sudando? — Luther toma asiento al lado de Sloane.
— Sé que hay mucho rencor entre nosotros, no importa, ya pasó ¿no? ¿Hay alguna duda?
Número 2 alza su mano — si te mato ¿regresaría nuestro Ben? Hipotéticamente.
— Sigue hablando y perderás más sangre.
— Okey, si los gemelos testosterona terminaron, me gustaría idear un plan — Cinco interrumpe, aún así no pudo seguir, ya que Viktor apareció de repente.
— ¿Dónde está? ¿Qué le hicieron a Harlan?
— Ellos no hicieron nada. Fui yo. Asesiné a Harlan — confiesa número 3 sin tapujos, la pequeña balbuceó sintiendo sus ojos llorosos — no merecía vivir.
— ¿Qué? ¿Porque ellos lo dijeron? No tienes que obedecerlos, no tienen el derecho de decirnos qué hacer. Pudiste hablar conmigo y encontrar una solución — Amelia escuchó a Ben y Cinco apostando y se frustró un poco al pensar que no hacían nada por apoyar a su hermano. Se levantó posicionándose a su lado.
— Viktor tiene razón, no debiste actuar sin consultarnos.
— ¿Para qué? ¿Para que nos mintiese y se ponga de su lado? No seas tan ingenua, Amelia.
— Eso no fue lo que pasó.
— Sí, sí lo fue. Sé que Harlan mató a nuestras madres.
— Oh, un giro sangriento.
— ¿Quién lo admitió?
— Harlan. Después de que me mintieras en la cara.
— ¿Es cierto, Viktor? ¿Harlan empezó todo esto?
— Sí, pero... Su intención no era lastimar a nadie, él... Lo sé porque lo conocí. Era dulce, amable, hasta que lo volví uno de nosotros. Yo fui quien lo arruinó y si necesitan culpar a alguien, aquí estoy.
— ¿Piensas que no te culpo?
—No lo hiciste para salvar al mundo, es solo para lastimarme. Vengarte por...
— Sigue, di su nombre — Allison se acercó a sus hermanos, enfréntandolos sin temor.
— Deberíamos tomarnos un minuto... Bueno— Luther se regresó a su silla cuando la morena lo detuvo en señal de que no se metiese.
— ¿Lo matarte por Claire?
— ¿Lo protegiste por Sissy?
— ¡Yo no maté a nadie!
— ¡Pero pusiste a todo el mundo en peligro! ¿Sabes cómo se sintió ver que te esforzabas por proteger al culpable de que mi hija no exista?
— No se cómo traer de vuelta a Claire ¿sí? Nadie lo sabe, pero te acompañé. Lo intenté, de verdad.
— ¿A qué? ¿Ayudarme a llorar? Toda la familia espera que me trague mi dolor pero se desviven por aliviar el tuyo. Alguien tenía que pagar porque tú nunca lo harás. Destruiste el mundo, le quitaste sus poderes a Amelia, mataste a Pogo, casi a mí ¿y para qué? ¿Para que todos corramos a limpiar tu desastre? Ya me harté de eso.
— Allison, yo...
— ¡Cierra la boca! — gritó usando sus poderes. Viktor no podía respirar— Cada vez que logro construir una nueva vida para mí ¡acabas con el mundo y me lo quitas todo!
— ¿Cómo puedes hacerlo sin decir "oí un rumor"?
— Es un pequeño regalo residual de Harlan—Dejó de una vez por todas libre a Viktor de sus ataduras, quien tosió tratando de recuperar aire. Se inclinó hacia él — Debimos dejarte sola en el sótano.
— ¡Allison, basta!
Número 7 la aleja dándole una cachetada. La sala se queda en total silencio viendo cómo se retira sin más, Amelia mira a su hermana con temor, sabiendo que no tenía más remedios y si seguía así, perdería a una de las personas más importantes para ella.
— Deberías estar arrepentida.
— ¿Disculpa? — miró a número 8 con gracia y egocentrismo — siempre eres así. Intentas ayudar a otros porque tú ya estás jodida. Deja de hacerte la chica buena, Amelia, todos sabemos lo mala que puedes llegar a ser.
—No lo suficiente como para tratar a alguien que quiero así. Hay una diferencia entre nosotras: yo soy mala y tú eres cruel. No te compares.
Número 2 apretó su mandíbula y, en un movimiento, le arrancó el collar en su cuello destruyéndolo. La castaña abrió sus ojos en shock al ver los restantes del relicario tirados en el suelo, hecho diminutas partículas, sabiendo que ni siquiera con magia podría repararlo.
— ¿Por qué debo tener de mi lado a una hermana que ni siquiera es capaz de usar sus poderes para ayudar a su familia? Qué decepción— habló la morena duramente volviendo a su silla.
Amelia sintió un nudo en su garganta y manos temblando, así que sin más, se fue de allí. Entrando a la primera habitación que hallase. Se apoyó en el lavamanos soltando lágrimas, asustada por el monstruo en que se había convertido Allison.
Sacó su libro tratando de hallar un hechizo de recomposición. Alzó su vista al espejo al escuchar un estruendo y su corazón se aceleró al verse a sí misma justo detrás suya. Se quedó mirándola mucho rato. No entendía qué pasaba, el por qué sucedían esos encuentros, no tenía una explicación razonable.
— Te sientes triste por tu collar ¿no es así? — sonaba exactamente como ella, a diferencia de que tenía piel más pálida y cabello totalmente negro— ¿matar a la culpable te haría sentir mejor?
— ¿Quién eres? — le pregunta aún viéndola en el espejo — ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me persigues?
— Amelia... Deberías saber muy bien quién soy. Nos conocemos desde que naciste.
— ¡Amelia! ¿Estás ahí? — Oye la voz de Dylan al otro lado de la puerta. La desconocida sonríe al oírlo.
— Oh, a él lo recuerdo mucho. Era tan dulce. Lástima que lo hice tan malo contigo — Am frunce su ceño confundida— he hecho muchas cosas de las cuales jamás has hallado una respuesta ¿nunca te has preguntado por qué de un día para otro Dylan se comportaba tan agresivo contigo o por qué cuando Cinco regresó por primera vez la puerta se había trabado? Pequeños indicios demuestran grandes acciones.
Se giró a verla pero en un minuto se había ido. La buscó por el baño, ya no estaba. Estaba totalmente enloquecida. No sabía qué le pasaba. Se volteó para abrir la puerta e irse, sin embargo, la chica regresó. Las luces parpadearon y sombras estaban a su alrededor.
— ¡Amelia! ¡abre la puerta!
— Hagamos un trato: cuando este pequeño y tonto mundo vaya a desaparecer, ya que en algún momento lo hará, te poseeré para que no sufras dolor. No te preocupes por la pasadia, el infierno te gustará. Es oscuro pero es bonito.
— Estás loca ¡ya déjame en paz! — retrocede.
— ¡No me estás escuchando, Amelia! — su voz se hizo grave con una expresión furiosa.
— ¡Ya basta!
— Así es, sigue asustándote, como cuando eras una estúpida niña. Dime ¿quién era el demonio que hacía que te hicieras pis en tu cama cuando tenías 3 años? ¿El que te decía que mataras a tu familia? Si me hubieras hecho caso, no estarías pasando por todo esto ¡cuando estés débil, será el momento donde yo tomaré tu vida y la controlaré a mi placer!
Diego tumbó la puerta del baño, hallando a Amelia parada en medio de la habitación con sus ojos en blanco.
— ¡Amelia, reacciona! — Cinco la sacude por los hombros— parece estar en un trance.
—¿Qué hacemos?
— Debe haber algo aquí que sirva — Luther toma el libro del piso, buscando rápidamente con ayuda de Sloane.
— ¡Amelia! ¡revive! — Diego apartó a su hermano comenzando a moverla bruscamente — ¡Amelia, despierta, esto es muy tenebroso! ¡despierta!
Cinco observó una figura en el espejo, sin saber por qué veía a dos Amelias al mismo tiempo. Agarró un trapeador y rompió el espejo de una vez. Amelia despertó, lloriqueando asustada, Ben se acercó dándole un abrazo.
— Amelia ¿Qué diablos te pasó? ¡parecías poseída!
— Amaris — habló Fei, llamando la atención de todos — era ella.
— ¿Quién carajos es Amaris?
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