━Capítulo Uno
❝ TODOS VAN A MORIR ASÍ QUE NO HAY NECESIDAD DE DESPEDIRSE ❞
╔════ 𓏲✮⊰ •˙❅✾❅ ᭕𖤐⊱ ════╗
〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟏☼︎༄.✰ 〙
–— caceria —–
╚═══════════════════╝
LAS COSAS ESTABAN REALMENTE TENSAS EN ALEXANDRIA DESDE LA RECIENTE MUERTE de Reg y Pete. A Rylie sinceramente le daba igual Pete, pero Reg fue una buena persona que nunca quisó hacerle daño a nadie y no se merecía lo que le pasó.
Al menos ahora tenían un peligro menos con el que lídear.
Sin embargo, Rylie no estaba del todo enterada del daño que sin querer eso le provocaron a Ron Anderson con aquella fatidica decisión. Él se lo buscó. Era un peligro andante y solo hicieron lo mejor para la comunidad.
Aunque algo bueno había salido de
todo este caos: Tara había despertado
y por lo visto se encontraba mejor.
Esa misma noche apenas dieron por finalizada la desastrosa reunión, Rowan fue a la enfermeria a saludar a la chica mientras el resto del grupo hacía lo que tenía que hacer. Pronto estuvó gran parte del grupo en la enfermeria con él.
Rylie lo que menos quería ahora era estar rodeada de personas. Lo que creyó que sería una noche tranquila resultó ser de todo menos tranquila.
Acababa de volver a reencontrarse con Morgan, el hombre que los cuidó cuando más lo necesitaron y eso le traía muchos sentimientos encontrados. Támbien ese asunto de la muerte de Reg y quizás en parte támbien las emociones fuertes de esa noche.
Por eso buscó la manera de alejarse un rato si eso era posible y nada mejor que sentarse encima del techo de un quiosco cercano al lago para pensar a solas.
Judith estaba en casa dormida con
Rick, Carl y Morgan para cuidarla si algo sucedía, aunque nada podía ser peor de lo que fue esa noche de muertes, así que estaba más tranquila de saber eso.
Su mente divagaba en lo sucedido mientras escuchaba el sonido de los insectos en medio de la oscuridad. Esa noche no había estrellas ni luna y todo estaba sumido en oscuridad, aunque un par de faroles iluminaban un poco.
Jugueteaba con la navaja en sus
manos mientras mecía sus piernas sobre la manera pues estas colgaban justo al borde del quiosco.
Estaba tan sumida en sus pensamientos que no se dió cuenta de la llegada de alguien más hasta que sintió la mano del desconocido tomar su mano y notó que se trataba de Carl Grimes.
Rápidamente dejó la navaja a un lado y se concentró en su acompañante.
El castaño simplemente le sonrió apenas cruzaron miradas y ella recargó su cabeza sobre su hombro con sutileza apenas el chico se sentó a su lado.
—No creí que regresaría —musitó Rylie con un tono meláncolico rompiendo el silencio —. La última vez que lo ví era un completo lunático, ni siquiera podía reconocernos bien y ahora aquí...
—Lo sé, las cosas están cambiando —respondió Carl acariciando su cabellera rubia con delicadeza —. Y ojala sean para un bien.
—¿Crees que estuvó bien todo eso?
Carl se quedó un instante intentando pensar en una respuesta que no sonará tan cruel para su chica.
—Lamento mucho lo de Reg, era un buena persona —comentó el castaño entrelazando sus dedos con los de ella para distraerse —. Aunque no lamento para nada lo de Pete. Maltrataba a su esposa y a sus hijos, si lo hubieramos dejado así quizás las cosas serían peor y lo siento por su familia, pero papá solo hizó lo mejor para todos.
—Tienes razón, Rick solo quiere protegernos.
El castaño sacudió su cabeza intentando dejar por la paz aquel tema y solo pasó su brazo por los hombros de la rubia de modo que logró acercarla un poco más y frotar sus hombros para entrar en calor.
La rubia sonrió aferrandose al torso
del chico y el mencionado dejó un casto beso en su sien con delicadeza sin soltar su agarre.
——— ✮✧☾✧✮ ———
La mañana había comenzado de
buena manera. Morgan y Rowan habían charlado un poco como si nada nunca hubiera pasado, como si no se hubieran separado nunca por dos años enteros eso sin contar la última vez que se vieron y en la cuál el hombre se veía en un estado fisico y mental deplorable.
Rick también se les había unido a su amena charla de modo que parecían una familia unida y feliz.
Después del almuerzo Morgan y Rick salieron a dar una vuelta solos dejando a los tres adolescentes y a la menor de los Grimes en la casa. Aunque Rowan no se pudó mantener quieto y decidió que practicaría mécanica con Daryl.
Su hermana simplemente le dijo que
iba a ser más un estorbo que una ayuda porque no sabía nada y que si tenía algo de suerte no explotaría la moto de Daryl.
Rowan le sacó la lengua indicando que le daba igual para después ir al porche con el hombre a intentar ayudar.
Rylie por otro lado se encargó del aseo de la casa como toda una ama de casa puesto la casa estaba vacía mientras Carl se encargaba de darle de comer a Judith para después asearla y después
de eso la menor se quedó dormida y su hermano con ella.
Aprovechando que ya había terminado sus quehaceres de señora, Rylie fue a su habitación y se recostó en su cama con el libro de Los juegos del hambre para darle una leída y así matar el tiempo.
Justo estaba apenas por leer tranquila cuando miró por la ventana y vió algo
o mejor dicho alguien que terminó por llamar atención completamente.
Ron Anderson escalaba los muros que estaban detrás de la casa de los Grimes con cuidado.
La rubia dejó el libro abierto de par en par en la casa y guardó su cuchillo en la bolsa de su pantalón para después idear un plan para escapar sin ser vista.
No creo que Carl se de cuenta que no estoy, ¿o sí?
Sacudió su cabeza antes de abrir la ventana y con cuidado bajar hasta que tocó suelo firme. Finalmente se dirigió a los muros y con mucho cuidado escaló hasta que logró llegar del otro lado.
Apenas estuvó afuera rodeada por bosque se sintió extraña. La última vez que estuvó afuera fue cuando llegaron y de manera breve recordó lo horrible que era estar sin nada afuera de Alexandria.
Despejó su mente de aquellos pensamientos y se enfocó en no perder de vista al chico Anderson, quien no tardó en notar que lo seguían e intentó perder a la chica entre los arbustos.
Obviamente Rylie intentó ser lo más atenta posible y seguirle el rastro por entre los arbustos hasta que el chico se detuvó mirando a los lados y la rubia aprovechó esto para jalarlo de la camisa y empujarlo hacia el tronco de un árbol cercano.
—¿Qué demonios se supone que haces solo en el bosque, eh? —cuestionó Rylie sosteniendo su navaja cerca del cuello del rubio con firmeza —. Mas te vale que respondas.
—No es de tu incumbencia, Rylie —respondió Ron con fastidioso intentando apartarse, pero ella no lo dejó —. Vuelve con tu preciado noviecito, ¿quieres?
—No dejaré que vages por el bosque solo...
—¿Vas a escoltarme o algo así? —soltó
el rubio con sorna apartandose de ella para sobar su cuello —. Vuelve, en serio. No quiero que te involucres en esto.
—¿Y qué si quiero involucrarme? —preguntó Rylie retadoramente haciendo que el chico se girará a verla a los ojos —. ¿Quieres ir a ver dónde lo entierran, cierto? Dónde entierran a tu padre.
Ron apretó los puños al oír la mención de su padre y quizás de la impotencia, pero asintió un poco desanimado.
—¿Sabes qué era un mal sujeto, no? Nadie merece morir, pero era peligroso para la comunidad y para ustedes...
—Lo sé, solo que... olvidalo...
Rylie asintió antes de tomarlo de la mano y obligarlo a seguirlo por entre los arbustos.
El rubio sintió una chispa extraña recorrerle el cuerpo apenas sintió la calidez de la mano de la chica que no eataba helada como la suya.
—Uy, ¿a dónde vamos exactamente?
—Al oeste, tenemos que cruzar el puente —informó Ron sonriendole divertido a la vez que señalaba un lugar —. Sigueme tú a mi que si no te vas a perder, linda.
Rylie rodó los ojos y se dejó guiar por el chico.
Pronto ya habían llegado al dichoso puente, obviamente iban por debajo para no ser visto por el automóvil en el que iban ambos adultos y no tuvieron más opción que seguir apesar de que Rylie ya eataba cansada de caminar por entre las piedras y demás.
Perdí mi condición. Esta comunidad me hizó mucho más inútil, pensó ella.
—¿Por qué no lo dejamos aquí? —pidió Rick a su acompañante deteniendose apenas se adentró un poco al bosque.
Rylie y Ron estaban ocultos cerca del auto, pero del otro lado detrás de unas rocas escuchando su conversación.
—Tú no eres así, lo sé —reconoció Morgan sosteniendo las dos palas antes de avanzar un poco más.
—Ey, no es cierto...
Morgan simplemente tomó su pala para comenzar a cavar a un par de metros de su amigo.
Rylie no tardó en escuchar unos ruidos extraños detrás suyo y no tardó en percatarse de la presencia de un par de caminantes a nada de abalanzarseles.
—Ron, corre —pidió la rubia mirando al rubio paralizado así que tomó su mano y lo obligó a moverse —. No te detengas.
Ahora eran solo dos adolescentes rebeldes que huían de una pequeña manada de aproximadamente diez caminantes por entre el bosque.
Rylie sintió un corte en la mejilla porque una rama con espinas le rozó, pero no se detuvó hasta que Ron tropezó y al ir de su mano agarrado la hizó caer también.
Rápidamente la chica sacó su navaja y
se abalanzó sobre una caminante que iba hacia un paralizado Ron, con algo de esfuerzo la tumbó y le incrustó su arma acabando al instante con ella.
—¡Ron levantate y pelea, tienes que hacerlo! —exclamó Rylie forcejeando con otro caminante —. ¡Hazlo, ahora!
Sin embargo, Ron estaba en el suelo asustado y para colmo ni siquiera sabía como usar un cuchillo como se hacía.
La chica empezó a retroceder con el caminante y un pedazo de tierra detrás suyo cayó al vacio así que con cuidado se apartó dejando caer a ese y a otros más.
De la nada apareció Rick empujando a la chica al borde del acantilado y haciendo a Ron apartarse de dónde estaba.
—¿¡Qué carajos hacen aquí!? —
exclamó Rick furioso desde el suelo disparandole a un zombie —. ¿¡Por qué demonios huiste de la casa, Giselle Everson!?
—Perdón, yo solo quería...
—Calláte, lo hablaremos en la casa —interrumpió Rick con un tono enojado poniendose de pie —. Vaya que es serio.
Rylie se pusó de pie a la vez que ayudaba a Ron también sintiendose realmente mal por el tono que Rick usó consigo.
Nunca le había gritado, no como lo haría un verdadero padre.
—¿Qué estás haciendo aquí, Ron?
—Quería ver dónde enterraban a mi padre —respondió el chico acercandose un poco al acantilado algo cansado.
Rylie intentó mantenerse tranquila y enfocó su vista en lo que estaba frente a ellos. Aquello la volvió a poner de los nervios. Eran millones de caminantes.
Morgan sacó sus binoculares para ver mejor mientras Rick y los dos chicos se mantenían atentos observando.
—Ahora entiendo.
—¿Qué cosa?
—Como sigue en pie la comunidad —respondió Rick al moreno sin apartar la mirada del lugar —. Llegan caminantes a los muros, pero unos cuantos. Tal vez la mayoría terminan aquí.
Ron aprovechando que los adultos estaban en su mundo quisó irse de vuelta a la comunidad, pero antes de que pudiera hacerlo Rick lo detuvó.
—Voy a volver —anunció Ron con desden al hombre —. Estoy bien.
—No deberías estar aquí —anunció Rick con frustración tomandolo de la camisa.
—Da igual lo que pienses...
—No es lo que pienso, es lo que se. No puedes protegerte, yo te voy a enseñar, pero ahora no tienes idea de lo que haces —comenzó a decirle con un tono de regaño mirandolo a los ojos enojado —. Y si vienes aquí moriras. No va a ser rápido y jamás va a acabar porque seras como ellos, eso pasará.
Finalmente Rick se giró hacia la rubia detrás de Ron y los señaló a ambos
—Ustedes dos vendrán conmigo y ya. No lo compliquen.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Al volver a casa Rowan estaba sentado en la mesa de la sala comiendose una fruta fresca cuando vió llegar a Rick y a su hermana de repente. Sinceramente la había perdido de vista, pero sabía bien que ella siempre volvería.
—¿Se puede saber dónde te metiste?
Rylie sintió su corazón salir por el tono mandón con el que su hermano le habló, pero la verdad era de esperarse.
—Aquí la señorita presente creyó que escaparse del Alexandria con Ron sería una estupenda idea —informó Rick con un tono igual de enojado que el menor mientras iba por un vaso de agua —. Si no llegaba a tiempo habrían muerto.
—¿Eres conciente de que te escapaste sin avisar y encima ni siquiera llevabas un arma?
—Claro que llevaba con que defenderme...
—Sí, una estúpida navaja —soltó Rowan con enojo señalando su pequeña arma —. Quiero la verdad, Giselle. ¿Por qué te escabulliste sin decir nada?
—Ron quería ver dónde enterrarían a su padre y no iba a dejar que se adentará al bosque solo —respondió Rylie apenada a la vez que tomaba asiento en la silla frente a él —. No sabe defenderse solo.
—Arriesgaste tu vida por ese chico —comentó Rick de repente llamando su atención —. Alguno de esos caminantes pudó morderte o caer al acantilado.
—Perdón...
—Ningún perdón garantiza la seguridad de mi hija —interrumpió el hombre con firmeza antes de señalarla con un dedo —. No quiero que vuelvas a salir de estos muros tan lejos, ¿me oiste jovencita?
Rylie asintió algo cabizbaja antes de que enfocará su vista en el mayor de los Everson.
—Y tú quiero que vigiles a tu hermana.
El rubio asintió también algo regañado. Primera vez que Rick Grimes regañaba a los Everson como si fuera su papá y por lo visto Rick se tenía en ese concepto en cuanto a su relación con los Everson.
—No digo que te prohibo salir del todo, pero si alguno de ustedes lo hace por lo que mas quieran avisen al menos.
—Está bien, papá.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Rick no dudó en convocar a todos a
una reunión para tratar el asunto de la cantera infestada de caminantes para entre todos buscar una solución y por supuesto proteger su nuevo hogar.
Rylie estaba castigada después de
lo sucedido con Ron así que no tenía permiso para salir de los muros de Alexandría a menos que Rowan o Rick se lo permitieran. Obviamente su hermano claro que podía hacerlo puesto que entre todos los alexandrinos se unieron para comenzar a construir un par de cosas que sirvieran como un impedimento para que los caminantes no lograran llegar del todo al lugar.
Aunque por ahora gran parte de los alexandrinos y algunos miembros del grupo habían salido a poner en marcha su plan para eliminar a la horda y por supuesto que ella no ayudaría pues Rick no la quería arriesgar ni a su hijo.
Por ende durante alrededor de dos semanas estuvó viviendo lo que se denominaría una vida normal de chica adolescente. No le molestaba, pero si le aburría no hacer nada divertido.
Esa mañana convenció a Carl de salir
a pasear con Judith pues estar todo el
día sin hacer algo productivo más que comer, limpiar, preparar comida y esas cosas de ama de casa ya la agobiaban.
Carl empujaba suavemente la carriola dónde iba la menor de los Grimes, quien por cierto apenas estuvó afuera no dejó de señalae todo mientras balbuceaba.
Rylie por otro lado iba agarrada del brazo del chico y cualquiera que los viera al pasar pensaría algo como: "La parejita feliz" o "Parecen la familia feliz".
Al caminar Rylie notó a lo lejos los muros y maldijo mentalmente luego de recordar que su hermano andaba por allá afuera ayudando y ella no.
Justo esos malos pensamientos se
fueron apenas vió a Ron y Enid sentados en el cesped fresco frente al lago, exactamente unas palabras le vinieron
a la mente "Por lo visto tendre que compartirte mi lugar favorito". Al parecer ahora Enid también sabría del lugar favorito de Ron para pensar.
Sin proponerselo sintió una sensación extraña invadiendo su estómago. Ver a Enid con Ron como si nada solo le hacía pensar que quizás su hermano estaba haciendose ilusiones o algo con alguien que por lo visto ya tenía novio.
Simplemente le restó importancia y tiró un poco del brazo de su pareja para que avanzarán, pero antes de eso una voz conocida los detuvó.
—¿Carl? ¿Rylie?
Ambos se giraron un poco encontrando a Gabriel parado a unos pocos metros de ellos con una mirada entristecida.
—¿Qué?
—Oyeron lo que hablé con Deanna sobre su grupo.
—¿Qué quieres? —espetó Rylie con firmeza dando un paso al frente algo molesta.
—Hablaba de mí, no de ustedes o de su grupo. Ahora lo entendí y quiero servir —comenzó a decirles seguro de sus palabras y un gesto de arrepentimiento —. Se que quisieron enseñarme en mi iglesia, pero si voy a aprender ahora.
Carl soltó un suspiro.
—Tienes que hablar con los demás.
—Si, es verdad.
Después de eso el chico se dió la vuelta sin más, pero antes de que el sacerdote se fuera por completo el castaño volvió a girarse un poco sorprendiendo a Rylie.
—Te espero a las tres, lección de machete.
Y después de eso ambos adolescentes volvieron a retomar su paseo.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Después de aquel breve paseo los adolescentes volvieron de nuevo a su casa. Justo después de dejar a una adormilada Judith en su cuna, Rylie se coló a la habitación de su novio con su libro entre sus manos dispuesta a leer.
—Parece que el paseo la arrulló —anunció Rylie acercandose a la cama al mismo tiempo que quitaba sus zapatos y dejaba en un cajón su navaja —. Cayó rendida en la cuna.
—Si lo note apenas llegamos —respondió Carl pasando la pagina de su comic demasiado concentrado.
—Ahorita estaría ayudando allá afuera
y nada, aquí estoy aburrida —comentó la rubia haciendo un puchero molesta recostandose en el pecho deo chico —.
Y todo por culpa de ese niño Anderson.
Apenas terminó de decir aquello la
chica se cubrió la boca, pero entonces se dió cuenta de su error muy tarde.
Rápidamente Carl dejó su comic de lado y la miró a los ojos. Había una chispa de enojo en sus preciosos ojos azulados.
—¿Qué mierda tiene que ver Ron en tu castigo? —exclamó Carl con molestia y al no obtener respuesta se enojo más —. Te estoy hablando, Giselle. ¿Qué hacías afuera con Ron a solas? ¿No saliste por una ardilla, cierto? Me mentiste.
Dios, si se enojo ahora...
—Perdón, no creí que tuviera tanta importancia decirtelo —musitó Rylie con una risa nerviosa mientras jugaba con sus dedos —. Además, no quería que te preocuparas.
—¿Qué hacías en el bosque con ese?
—Solo lo acompañe porque quería
ver dónde enterraban a su padre —respondió la rubia intentando calmar
su agitado corazón y sus manos —. No sabía defenderse y... ¿estás celoso?
El semblante de Carl pasó de la colera al pánico.
—¿Celoso? ¿De Ron? —preguntó Carl con diversión haciendo una mueca y pronto se enserio —. Claro que lo estoy. No soporto que este siempre queriendo tu atención o verlos juntos. No quiero que me cambies...
—¿Te estás oyendo, vaquero? —exclamó Rylie con diversión acercando su rostro al del chico —. ¿Por qué te cambiaría por un traumado? Nada se le compara a mi novio, contigo tengo todo lo que buscaba.
Carl sonrió antes de inclinarse y romper la corta distancia que los separaba para así unir sus labios en un ansioso beso.
—Me amas con locura, pero eso no
quita el echo de aún sigo algo molesto —musitó Carl con un tono más grave justo sobre sus labios algo agitado luego de separarse unos segundos.
—Bien, ¿qué haré para que no te enfades más?
—No lo sé tendras que averigüarlo...
Rylie sonrió picara antes de abalanzarse sobre los labios de Carl fundiendose en un nuevo beso más necesitado, en el que Rylie aprovechó para pasar sus manos por el cuello del chico y el castaño simplemente descendió sus manos hasta la cintura de ella.
En un instante en medio de un ataque
de hormonas el castaño la alzó un poco para acomodarse mejor de modo que la acomodó justo sobre sus piernas para estar mucho más cómodos. Y aquí las cosas subieron un poco a otro nivel.
El chico besaba el cuello de su chica suavemente haciendola retorcerse aún encima de sus piernas causandole en el proceso un dolor que no era ni malo ni bueno producto del placer que sentía.
—Ry, solo quedate quieta —pidió Carl con la respiración acelerada tomandola de los hombros cuidadosamente.
Rylie detuvó sus movimientos centrando su atención en los ojos ligeramente dilatados de Carl, al igual que ella respiraba entrecortado, tenía los labios algo enrrojecidos y entreabiertos. Las mejillas de Carl estaba teñidas de un perfecto color rosado por alguna razón.
—¿Paso algo malo, Carl?
—No lo sé, es que yo...
Apenas estaba por comentarle sobre algo cuando se escucharon sonidos como de explociones y balazos viniendo de afuera así que el chico la dejó en la cama sentada para ir a ver por la ventana.
—
¿Qué sucede?
Carl se giró para verla, pero se quedó mudo por unos segundos hasta que le explicó como pudó lo que vió.
—Nos están atacando, uno de los vigilantes cayó al suelo en llamas...
Rylie se pusó de pie acomodando sus ropas antes de rebuscar en sus cajones cercanos a la cama su navaja mientras Carl rebuscaba en sus cosas un fusil.
—Quieren guerra, guerra tendran —musitó Rylie con un tono decidido a la vez que salían de su habitación.
Sin embargo, antes de bajar las escaleras la rubia se adentró a su habitación para asegurarse de que Judith estaba bien. La bebé dormía placidamente en su cuna y la rubia sonrió para después cobijarla.
Carl la observó desde el marco de la puerta sonriente. Si que Rylie tenía un don para los niños.
Rápidamente ambos bajaron las escaleras encontrandose con Carol en la sala.
—Los ví de arriba, vienen de
todas partes —anunció el castaño visiblemente preocupado a la mujer.
—Ustedes quedense aquí protegiendo
a Judith —pidió Carol antes de darse la vuelta y dirigirse a la puerta.
Afuera era un desastre y no hacía falta que se asomaran por las ventanas pues los gritos se oían fuerte allá afuera.
Carl vigilaba los rincones de la casa
con Rylie siguiendo sus pasos. No traía una gran arma con ella, pero nadie
sabía de lo que era capaz con un objeto punzante.
De pronto un ruido proviniente de afuera hizó que se pusieran alerta así que Carl se acercó a la puerta con mucho cuidado y le hizó una seña a la rubia para que se acercará.
Cada uno a lado de un muro.
Carl contó hasta tres y justo en ese momento la puerta se abrió cuando eataban a punto de atacar al individuo.
Ambos bajaron sus armas al notar que solo se trataba de Enid.
—Hola...
—Pudiste haber llamado, ¿sabes? —comentó Rylie acercandose para cerrar la puerta —. Fácilmente pudimos hacerte trizas.
—Perdón —musitó Enid para
después pasarle a la rubia un manojo
de llaves —. Tengo esto, no quiero
que lo encuentren.
Carl y Rylie solo se pusieron en marcha a la sala con sus armas en sus manos, listos para usarlas de ser necesario.
—¿Dónde está Rowan?
—Fuera, ¿por qué te interesa? —
soltó Rylie de forma brusca sin querer
al darse la vuelta hacia ella.
—Da igual, solo quería despedirme.
—Ve atrás —pidió Carl restandole importancia a sus palabras señalandole el lugar —. Si vez uno avisanos.
—No me quedaré.
—No te irás de aquí —anunció Rylie impidiendole dar un paso más a la chica —. No sabes protegerte, ni tú ni el resto. ¿Quieres morir? Porque eso parece. Ahora sientate. Nuestra prioridad es proteger a Judith.
La castaña asintió con cansancio así que todos se sentaron en el suelo dandose la espalda.
—No los dejaremos —musitó Carl intentando comtrolar su respiración agitada antes de dirigirse a Enid —. ¿Los viste?
—Son personas. Este lugar no se puede proteger tiene muchos puntos ciegos —informó Enid con un tono decaido a los chicos —. Así que es como Rowan y yo nos pudimos...
—Pudieron entrar, pero no saldran —musitó Rylie interrumpiendola con voz pausada —. Todos van a morir así que no hay necesidad de "despedirse", ¿bien?
—Okey, no lo haré...
——— ✮✧☾✧✮ ———
Cuando Morgan y Rowan llegaron a Alexandria todo parecía ser un caos. Para empezar cerca de los muros por afuera había un trailer chocado contra la torre de vigilancia que no dejaba de hacer ruido con su pitido.
Rápidamente ambos se dieron una rápida mirada antes de acercarse a revisar el interior del camión.
Había un caminante en el asiento
del conductor queriendo alcanzar a Spencer, quien sostenía un cuchillo
en su mano dispuesto a acabar con él.
Sin embargo, Morgan con su palo lo atravesó y acabó con él mientras Rowan se encargaba de apagar la bocina.
Pronto ambos se quedaron en silencio escuchando la voz de una mujer del otro lado de los muros rogando vivir.
—¿Qué pasó?
—Vinó un grupo —informó Spencer
aún asustado y exahusto —. Saltaron los muros, están matandonos.
—Debemos entrar —anunció Rowan visiblemente preocupado antes de digirise al hombre —. ¿Vienes?
Spencer no dijo nada cosa que le indico a ambos que no vendría con ellos así que Morgan asintió antes de bajar del camión.
—Corre.
Ambos se adentraron a Alexandria y apenas estuvieron dentro encontraron una escena grotesta. Había un hombre dandole hachazos a un cuerpo, pero al verlos se detuvó para correr a ellos.
Morgan se apresuró a actuar amenazandolo con su palo de modo
que logró detenerlo antes de que
llegará a aceecarse más a ellos.
Rowan sacó cuidadosamente la pistola en su bolsillo apuntandole al hombre que no dejaba de moverse de un lado a otro con su hacha en sus manos.
—¿Rápido o lento?
—Eso mismo debería preguntarte —musitó Rowan.
—Largate, por favor...
—Será lento para ti, amigo —respondió el desconocido antes de señalar a cierto rubio —. Y de ti me hare cargo después...
Apenas terminó de decir aquello el hombre de la W se acercó a ellos con su hacha alzada dispuesto a atacarlos, pero alguien apareció apuñanadolo y Rowan aprovechó para dispararle a la cabeza.
El desconocido bajó su capucha negra y se percataron de que solo se trataba de Carol.
—No era necesario...
—Claro que lo era, iba a matarnos —soltó Rowan mirando al hombre con una enorme preocupación —. Carol, ¿dónde está mi hermana?
—Está a salvo en casa con Cael y Judith. ¿Volvieron todos?
—No, están ocupados.
—¿Ya lo hicieron? —preguntó Carol pintando en su frente una W con sangre del muerto.
—No hubo opción.
—Esta gente no tiene armas.
—Podía detenerlos...
—Si tuvieran armas las usarían.
—¿No me oíste? —soltó Morgan siendo totalmente ignorado.
—Hay que llegar a la armeria antes que ellos —pidió Carol realmente alarmada mientras quitaba unas cadenas del cuerpo —. Sino nos detenemos podría funcionar.
—No tienes que matarlos.
—Claro que sí.
—Carol —exclamó Morgan con reproche haciendo que lo mirará —. No eres así.
Carol simplemente se pusó de pie volviendo a tapar su rostro antes de mirar a ambos hombres.
—Debo llegar a la armeria y necesito su ayuda.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Carol llevaba aparentemente atados a Morgan y Rowan de las manos con la cadena. Los tres se dirigían de manera descuidada a la armeria, con suerte no los descubrirían.
El miedo de Rowan creció al ver como dos de esos maniaticos se acercaban a Carol y la pasaron de largo.
—Doble presa, buenas presas.
Apenas se fueron esos dos, Morgan se detuvó al ver a uno de ellos queriendo matar a Gabriel.
—Camina —pidió Carol apresurada jalando la cadena para que siguiera —. Dejalo.
—No.
Y entonces Morgan se liberó de las cadenas y Rowan no tuvó más opción que zafarse también. Ambos corrieron a la armeria que estaba ya cerca, pero se encontraron a varios más.
—Afido, ¿de dónde sacaste el arma?
Rápidamente Carol y Rowan dispararon acabando con los que se les cruzaban en su camino y al ver que unos más salían de una casa cercana corrieron a las escaleras directo a la armeria.
La mujer loca se abalanzó sobre Carol aventandola contra las armas y Rowan no perdió el tiempo en quitarsela de encima para después soltar un puñetazo limpió y acuchillarla justo en el cuello con un cuchillo tirado en el suelo.
Rápidamente Carol ya de pie se encargó de uno más que quería entrar acabando con él.
Una vez despejada la habitación se disponían a tomar las armas o al menos Rowan cuando la mujer lo detuvó y
le hizó una seña para que guardará silencio y con cuidado se acercó al armario con su cuchillo alzado.
—¡No, no me mates!
Solo era Olivia.
Aquello relajó a Carol, quien bajó su arma y descubrió su rostro para que la mujer pudiera tranquilizarse.
—Tranquila, ¿hay alguien más? —musitó Carol presurosa y su paciencia se agotó rápido —. ¡Olivia!
—No, no hay nadie más.
Rápidamente Rowan fue por una bolsa
y se acercó junto a Carol para llenarla con armas. El chico no tardó en ver la la espada afilada de su hermana y varios de sus cuchillos así como su pistola así que los guardó en su bolsillo y se pusó el estuche de la espada en su espalda.
—Ven, ahora —pidió Carol a la asustada mujer señalando la puerta —. Bloquea esta puerta apenas nos vayamos. ¿Sabes disparar?
Olivia negó asustada.
—Parate aquí —exlamó la mujer apresurada pasandole un arma antes de señalarle al frente —. Dedo aquí, apunta allí. Si ves que viene uno gatilla y no pares hasta que este en el suelo.
Rowan terminó de equiparse con su
arco también sobre su espalda y ambos salieron de la armeria cerrando la puerta en el proceso.
—Iré con mi hermana —anunció Rowan deteniendo a Carol un momento.
—Cuidate por favor.
El rubio asintió antes de salir corriendo en dirección a la casa con su pistola en manos. Justo se dirigía para allá cuando vió a un hombre corriendo tras Ron.
Estaba por auxiliarlo cuando un
disparo lo detuvó en medio de la calle y se giró encontrando a Carl con un fusil en manos apuntandole al malherido hombre.
En la puerta de la casa estaba Enid, quien pareció soltar un suspiro de alivio apenas vió al rubio.
Rápidamente Rylie salió de la casa al ver a su hermano y este le pasó su espada.
—Por favor no me mates, por favor —suplicó el desconocido entre jadeos de dolor a Carl —. Mi pierna, ayudame...
El error de Carl fue acercarse demasiado pues el hombre lo agarró de la pierna e intentó tirarlo consigo, pero la rubia le cortó el cuello a tiempo salpicandose de sangre una bota y el pantalón.
—Entra Ron, podemos protegerte —anunció Carl señalandole el interior de la casa sin apartar la mirada del muerto.
El chico se giró a ver a Enid antes de volver su vista al trío de asesinos que eran esos chicos y negó para después salir corriendo. Ni los llamados de Rylie lo detuvieron.
—¡Vamos, todos adentro!
Carl solo se dejó arrastrar de la muñeca por Rylie y todos entraron a la casa.
Después de un rato los gritos y el fuego pareció cesar, pero las muertes recientes no eran algo que pudieran procesar más tarde. Los tres chicos se encargaron de supervisar el perímetro; Carl y Rylie por la zona de enfrente y Rowan arriba.
Rylie notó el cadaver del hombre al que degolló en el cesped cercano a la casa y se alejó de la ventana algo asustada.
Carl se acercó a ella con una nota en manos que no tardó en pasarle.
"Sobrevivan como puedan".
Enid se había ido.
La rubia fue a revisar arriba para ver
a su hermano y cuál no fue su sorpresa al notar que el chico no aparecía por ningún lugar de arriba que era dónde
se suponía estaba.
Rowan también se fue y supusó que traería a Enid de regreso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top