•◦ 𝗗𝗢𝗦 ◦•




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𝟮𝟰 𝗱𝗲 𝗙𝗲𝗯𝗿𝗲𝗿𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟭
𝖬𝗂𝗅𝗍𝗈𝗇 𝖪𝖾𝗒𝗇𝖾𝗌, 𝖨𝗇𝗀𝗅𝖺𝗍𝖾𝗋𝗋𝖺

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El día se presentaba bastante soleado, más de lo normal a lo que los habitantes del lugar estaban acostumbrados, las aves se podían oír cantar y el clima se pronosticaba normal, pero esto pasó a segundo plano en cuanto Max se despertó por la mañana, sintiendo su boca seca, un muy tenue dolor se presentaba en su cabeza y ciertas náuseas de por medio. El chico sabía que todo se debía a la cantidad de alcohol que había consumido la noche anterior, que si bien, no fue bastante, al tener tan poca resistencia a la bebida, había logrado causar ciertos estragos en él, agradecía a la vida que el día de hoy se habían suspendido sus entrenamientos y toda actividad en la fábrica para darle descanso a los trabajadores que tuvieron que sacrificar todo el día de ayer para que la presentación del monoplaza fuera un éxito.

El rubio se encontraba en la terraza de su departamento, sentado en una de las sillas del pequeño comedor que ahí tenía, aún portaba su pijama que consistía en un pants gris y una camisa negra de algodón, en cuanto se despertó cancelo la idea de desayunar algo, solo se encargó de prepararse una gran taza de café, misma que ahora llevaba hacia sus labios para tomar un buen trago.

Dejo la bebida en la mesa frente a él, tomo el trapo que había humedecido con agua helada, lo coloco sobre su frente y cerro los ojos, sintiendo como este refrescaba su sien disminuyendo levemente su malestar, dentro de él pensaba en no volver a consumir tequila de esa manera, no sabía en qué momento se había dejado llevar tan fácil por la bebida, pero en cuanto se preguntaba eso, cierto par de ojos viajaban a su mente.

Max apretó sus parpados con fuerza, soltó todo el aire que había llenado sus pulmones anteriormente, por más que trataba de descubrirlo, no sabía qué fijación comenzaba a tener su mente por su compañero de equipo, jamás había pasado por una situación así y no entendía de donde había surgido, el rubio golpeo sus sienes con suavidad al escuchar como su celular sonaba indicando la entrada de una llamada, quito el trapo de su rostro y lo lanzo sobre sus muslos, tomo el aparato para leer la pantalla, era Kelly, sin pensarlo respondió la llamada, llevo el teléfono hacia su oreja al tiempo que de nuevo llevaba la taza a sus labios para ingerir el contenido.

— ¿Ya estás listo? — cuestiono la morena con entusiasmo, Max frunció el ceño al no entender.

— Kelly es mi día libre, por favor no me digas que quieres ir de compras para actualizar mi guardarropa, al cual no le cabe ni una sola prenda más — suspiro el menor.

— No sé si recuerdas, pero ayer quedamos de ir a comer con Sergio y su hermana Paola — Max en automático se enderezó en su asiento.

Comenzó a rememorar la pasada noche, desde la presentación, pasando a cuando acepto beber en compañía de Sergio y llegando hasta el final de la velada, impacto su mano en su frente al recordar que el mismo fue el que emocionado dio pie a esa salida.

— Por Dios, ¿Acaso no pudiste detenerme? — dijo él con coraje, la chica solo río en el altavoz.

— Te encontrabas extrañamente feliz, ¿Quién era yo para bajarte el ánimo? — el chico escucho como un claxon sonaba con fuerza — ¡Fíjate imbécil! — al escuchar a su amiga negó.

— Deberías concentrarte en manejar en lugar de estar en llamada — comento tratando de desviar la atención de él.

— Como sea, paso por ti en media hora, ponte alguno de los outfits que deje listos anoche en tu closet, ya hablaremos de lo sucedido — sin más Kelly colgó.

Max se puso de pie y pataleo sobre el piso al momento que negaba con su cabeza, su ánimo no era el mejor, no quería alimentar lo que fuera que pasaba por su cabeza al ver a Sergio de nuevo, llego a pensar que podría librarse de cualquier encuentro con el mexicano de aquí a la próxima semana que comenzaban los test de pretemporada, pero al parecer no sería así.

No le quedo más que tomar la taza, ingerir el café restante de un solo trago, para después ingresar a su departamento a darse una buena ducha que lo llevara a despejarse y lograr alistarse antes de que su amiga llegara.





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La pierna de Max se movía de arriba abajo de manera descontrolada, la uña de su dedo índice derecho estaba más que desgastada, pero aun así él seguía rebajándola con sus dientes, no fue hasta que Kelly dio un golpe con su palma derecha sobre el muslo de su amigo para controlarlo.

— Vuelves a mover la pierna, y te juro que te la corto — ella lo señaló con su índice, Max rodó los ojos.

— No entiendo que seguimos haciendo aquí, ni siquiera llegan, podríamos irnos antes de que — el rubio dejo de hablar al ver como por la puerta del lujoso restaurante ingresaba Sergio acompañado de Paola.

Su atención se centró en el mexicano, el neerlandés lo miro descaradamente de arriba abajo, su cabello lucía levemente mojado provocando que algunos de sus risos se adhirieran a su frente, la barba que noto el día de ayer ahora predominaba aún más sobre su rostro, está en conjunto de los lentes de sol que portaban lo dejaron con la boca seca, Checo vestía unos jeans azul oscuro rectos, acompañados de una playera blanca de algodón que por el estampado podía notar que eran parte del patrocinio de AlphTauri, pues él tenía la misma en su closet, una chamarra de lona tipo bómber en azul marino complementaba el outfit en conjunto de unos tenis del mismo color.

Max tragó en seco al momento que sus mejillas se sonrojaron al darse cuenta de que lo había mirado como maniático, y mucho más cuando escucho como Kelly reía levemente, al instante la miró.

— ¿Qué es tan divertido? — pregunto tratando de olvidar lo sucedido.

— ¿Es muy lindo cierto? — agrego ella con burla recordando lo que Max le había dicho la noche anterior cuando salían luego de despedirse de los hermanos, el rubio la observo frunciendo el ceño sin entender, la chica palmeo su hombro — Te hemos perdido, por la tarde hablaremos de ello — dijo ella para luego ponerse de pie y recibir a los hermanos.

El menor se quedó perdido observando el pequeño florero que fungía como centro de mesa, no entendía lo que acababa de hacer, había analizado de pi a pa el aspecto de su compañero, y eso no era todo, le había agradado por completo el look del mismo, "Kelly tiene razón, es muy lindo" pensó en su interior.

— Déjalo, se le fueron las cabras al monte — Max regreso a la realidad cuando escucho la voz de Sergio quién dejaba un leve apretón en el hombro del menor al momento que tomaba asiento a su derecha.

— Yo, lo siento — se excusó — Tengo un poco de jaqueca por lo de ayer — los cuatro rieron logrando que Max se relajara — Ya se imaginaran.

— No debiste sonsacar al niño de esa forma para que tomara tequila — Paola dejo un golpe sobre la cabeza de su hermano, esto logro relajar al rubio.

— Óyeme, más respeto, estamos en un lugar público — Sergio sobo su cabeza y termino por enredar sus dedos entre su cabello para acomodarlo levemente, gesto que logro que Max mordiera su mejilla por dentro.

— Discúlpennos por llegar tan tarde, Max no fue el único que se pasó de tragos anoche — Sergio sonrió con pena ante las palabras de su hermana — Me costó bastante trabajo despertarlo.

— Ni que lo digas, cuando llegue por Max, él apenas se salía de bañar y me rogaba como niño pequeño que le permitiera venir en pants, no saben lo que batalle para que accediera a ponerse la ropa — Sergio carcajeo.

Pero en automático miró a su compañero con disimulo mientras los otros tres presentes seguían la conversación, su cabello rubio estaba perfectamente peinado, Checo llevo sus ojos al rostro del menor, la leve cantidad de bellos que decoraban sus mejillas y barbilla lo hacían lucir levemente mayor, Max vestía un suéter ligero acanalado en color blanco hielo que se adhería por completo a su torso, unos pantalones chinos en azul marino cubrían sus piernas y unos tenis completamente blancos complementaban el look, sin olvidar su característico reloj, accesorio que había notado nunca faltaba en su muñeca siempre que lo veía, lucía muy pulcro, elegante y ¿Guapo?, Sergio hizo un mohín con su nariz ante su último pensamiento.

Rasco su barbilla incómodo por su pensar sin despegar la mirada del ojiazul, Max por su parte, se había percatado de como el mexicano lo analizaba desde el momento uno, su piel se erizó sin saber como reaccionar, trato de enfocarse en la conversación de las mujeres, pero al final su instinto gano, se giró y miro a Checo, logrando que los ojos de ambos se conectaran, así él confirmó que esos ojos café con un toque de verde que aparecían constantemente en su mente, definitivamente eran los de su compañero, llevándolo a sonreír.

Pérez imitó el acto, brindándole una sonrisa a su compañero, mismo que comenzaba a ser parte de su círculo cercano gracias a sus agendas compartidas, momento que lo llevo a reflexionar en que Max y él estaban formando una buena amistad, cada vez convivían más y podía darse cuenta de que el rubio poco a poco tomaba más confianza hacia él, fue como concluyo que con el paso de los días el neerlandés se podría convertir en un muy buen amigo para él, y no tenía nada de malo reconocer que alguno de sus amigos era bastante atractivo y guapo, ¿O sí?

Los hombres tuvieron que terminar con su ensoñación al momento que el mesero abordo a su mesa para tomar su orden, pero aun así la mente ambos estaba llena de preguntas, de las cuales ambos encontrarían las respuestas con el paso del tiempo sin saberlo.





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El plan con los hermanos Pérez había resultado todo un éxito, Max y Kelly habían pasado una tarde bastante agradable en compañía de los mexicanos, las chicas reafirmaron que una excelente amistad las uniría al compartir bastantes cosas en común, hacerle bullying a Checo y Max resulto ser su favorita, estos últimos también pasaron un rato bastante agradable, lograron acercarse aún más y conocerse el uno al otro.

Sergio descubrió que Max no es fanático de la comida marina, aunque amaba el sushi, siempre y cuando este fuera un maki relleno únicamente de pollo, pues tampoco era fanático de la carne, solo comía lo necesario de esta para cumplir con sus requerimientos, además, el rubio le confesó que no era nada fanático de las gaseosas, no le gustaba la sensación del gas en su garganta y el mismo terminaba inflamando su estómago, al final de la comida el menor resalto que en sus días libres siempre consumía un postre al terminar sus alimentos, este era gran amante de los mismos, ahí fue donde Kelly termino confesando que el neerlandés era gran fanático del chocolate, en todas sus presentaciones a excepción del blanco, pues consideraba que era una farsa y que no contenía nada de chocolatoso.

Max por su parte, descubrió que el pecoso es gran amante de los cortes de carne, siempre que un plan incluya algún corte de por medio él estará ahí, Sergio amaba los mariscos siendo estos alguno de sus alimentos favoritos desde que era un niño, el mexicano era fiel a las gaseosas siempre y cuando estas no tuvieran azúcar, fue cuando Paola se atrevió a comentar que desde pequeño su hermano repetía que él podía vivir de solo comer "Hot Nuts" y beber "Coca-Cola" avergonzándolo, por último, Sergio pidió un carajillo, dejándole saber al menor, que restaurante que visitaba era restaurante en el que tenía que pedir esta bebida considerándose el mismo un catador de Carajillos, e incluso contaba con su top 10 que prometió compartirle pronto.

Esta información terminó siendo valiosa, y ambos decidieron guardarla dentro de su memoria, por si en algún momento llegaban a necesitarla para sorprender a su compañero con algún detalle, ya sea por un cumpleaños o cualquier fecha especial, al menos eso pensaban.

Al abandonar el restaurante los cuatro se despidieron, acordaron juntarse lo más pronto posible, pues la comida hacía resultado todo un éxito, que claro estas fueron palabras de las chicas, ya que tanto Checo como Max seguían perdidos en sus pensamientos aunque se enfocaran en no demostrarlo.

Más tarde en el apartamento de Max, Kelly y Penélope habían decidido pasar un rato con él, los amigos recogieron a la pequeña al salir de su comida y ahora se encontraban en el piso de la sala jugando con las pequeñas figuras de princesas que la menor comenzaba a asignarle a cada uno.

— Oh vamos Pi, ¿Por qué Cenicienta? Ya hemos hablado acerca de eso — la niña rio.

El neerlandés no era amante de la historia de dicha princesa, para él, la mejor princesa de todas, era Rapunzel, gracias a su hermana Victoria, Max se había vuelto un gran fan de "Tangled", volviéndose así la historia de la rubia y Flynn Rider, su favorita, pero, resultaba que también Penélope era gran fan de la misma, haciendo así imposible que compartiera dicha muñeca con el rubio.

— Ok mi amor, será mejor que abortemos la misión — intervino Kelly — Ven aquí — la niña tomó asiento en los muslos de su madre — Ha llegado la hora de tu película — Penélope aplaudió emocionada.

Kelly dejó su celular en manos de la niña luego de seleccionar la película del día, Nemo fue la elegida, Penélope se recostó sobre el hombro de su madre y comenzó a ver la pantalla.

— Así que, ¿Checo? — cuestionó Kelly mirando a su amigo, quien desvió la vista de su celular hacia el rostro de la mayor mientras levantaba una ceja, no entendía el porqué de la pregunta — Lo analizaste con detenimiento el día de hoy — ella sonrió.

— Si, bueno, en realidad me quede viendo a la nada, sabes que me sentía muy mal y cansado, era normal que estuviera desorientado — Max alzo los hombros tratando de parecer despreocupado.

— Y yo vuelo — Kelly negó — El día de la presentación, note tu comportamiento, estabas tan concentrado en cada gesto y movimiento de Sergio que no sé, me diste varias señales — el rubio se puso de pie.

— ¿Señales de qué? — cuestionó levemente exaltado.

— No has considerado que, tal vez, existe la remota posibilidad — ella pausó mirándolo con los ojos entrecerrados — De que, ¿Sientas algún tipo de atracción por el? — Max abrió sus ojos con sorpresa.

— Claro que no Kelly, eso es imposible — negó con su cabeza.

Max tenía claro sus gustos personales, así como su orientación sexual, si bien no había tenido muchas novias esto era gracias a que estaba completamente enfocado en su carrera como piloto, pero estaba cien por ciento seguro que desde siempre, solo había sentido atracción por personas del sexo opuesto.

— Sabes de antemano que me gustan las chicas — Kelly rio ante sus palabras.

— Existe la bisexualidad niño — soltó ella como si nada mientras acariciaba el cabello de su hija.

— Lo sé, no soy tonto — chistó su lengua — Pero, no tengo ningún tipo de atracción hacia Sergio es solo — los pensamientos de Max viajaron de nuevo hacia la tarde compartida con su compañero de equipo.

Recordaba perfectamente como había aprendido algunos de los ademanes del mexicano, el cómo fruncía el ceño cada que hablaban sobre algo que no entendía, como su nariz se arrugaba y sus ojos se hacían pequeños cuando comenzaba a reír, la extraña manía que tenía por limpiar los bordes de sus labios cada que llevaba un bocado de comida a su boca y hasta como limpiaba el borde del vaso cada que el mesero remplazaba su bebida.

— A eso me refiero — las palabras de Kelly lo sacaron de su ensoñación, ella sonrió burlona mientras Max rodaba sus ojos — No lo puedes negar, algo pasa en tu interior cada que lo ves, incluso te acabas de sonrojar solo de recordarlo.

Las mejillas de Max se pusieron aún más rojas al verse descubierto por su amiga, titubeó un par de veces sin saber qué decir, hasta que logró hilar las palabras.

— Simplemente, es admiración Kells — confeso tratando de convencerse así mismo — Checo es uno de los pilotos más experimentados en la parrilla, indudablemente puedo aprender mucho de él, ¿No lo crees? - volvió a tomar asiento al lado de su amiga.

— ¿Lo crees tú? — cuestionó ella de regreso

El neerlandés enmudeció, un gran debate comenzaba en su interior, su lado racional le repetía una y otra vez que lo obvio era lo que él decía, admiraba mucho a Sergio, su compañero de equipo no era cualquier piloto, el mexicano había logrado increíbles hazañas dentro del deporte motor, y estaba seguro de que podía aprender bastante de él para complementar sus conocimientos y así en un futuro, lograr ser un gran campeón.

Aunque persistía una espina dentro de su corazón, que no le permitía estar en paz, pero a partir de ahora trataría de ignorarlo y aprender lo más que pudiera de su compañero.

— Claro que lo creo, Sergio y yo formaremos una gran pareja, le demostraremos a todos que dominaremos la pista, ya está — Max simplemente se puso de pie y se dirigió al pasillo de las habitaciones, adentrándose en la que le pertenecía.

Kelly no hizo más que suspirar, su amigo podía ser demasiado terco cuando se lo proponía, ella estaba segura de que Max estaba desarrollando sentimientos por el mayor más allá de la admiración como piloto, pero por supuesto, el neerlandés se negaría a aceptarlo al ser algo a lo que no estaba acostumbrado, ella haría el intento porque el menor se diera cuenta de lo que en realidad estaba pasando dentro de su corazón, antes de que fuera demasiado tarde, y alguien más ocupara los pensamientos de Sergio.


 

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