𝗘𝗡𝗗 ⊹ 𝚂𝚠𝚎𝚎𝚝 𝙳𝚛𝚎𝚊𝚖𝚜 💤

Mundo de los sueños, 4 de marzo de 2022.

Yeonjun, 22 años. Soobin, 18 años. 

De un momento a otro, todo rastro de la escayola desapareció. 

Ya no tenía el brazo roto, y las lágrimas en su rostro habían desaparecido por completo. 

Seguía en el bosque. 

El cielo volvía a ser del rosa pastel que tanto extrañaba, pero en vez del lindo sol, ahora en este solo se encontraba su corazón palpitante. Mas no lucía realista como cuando tenía pesadillas, era un corazón mecánico el cual tenía dos agujas que se movían en círculo, como si fuera una especie de reloj vivo con tranquilas pulsaciones. 

Aún con ese inusual cambio, Yeonjun no le dió importancia porque se mantuvo cabizbajo, con la mirada perdida en el suelo mientras avanzaba lentamente. 

Todos los árboles se apartaban para dejarle paso. Y luego de unos minutos, logró salir del bosque, solo que la salida lo llevó hacia el pasillo de su viejo hogar. 

¿Qué mejor que empezar el inicio del final justo donde empiezan sus sueños? Después de todo, sería la última vez que lo vería, así que dar un paseo por ese lindo mundo antes de eliminarlo por completo sonaba como una gran idea. 

Aunque no tenía voluntad suficiente como para detenerse a observar detalladamente. Es consciente de que le podría dar mucha nostalgia y se arrepentirá, así que debía ser un paseo rápido. Y es gracias a que ese mundo forma parte de su conciencia que este le estaba ayudando en su cometido, facilitándole el camino al dejar las puertas abiertas. 

Así salió de su hogar, sin necesidad de tomar el pomo y detenerse a ver como Soobin y él desaparecían de cada una de las imágenes que decoraban el pasillo para que, posteriormente, todo a sus espaldas se fuera desvaneciendo al mismo ritmo que su andar, imposibilitándole el poder retroceder. 

Pasó por delante del parque donde tuvo muchos momentos en su infancia. 

No había absolutamente nadie. De hecho, no había nadie en todo el mundo en general, causando un hermoso silencio que solo era perturbado por los tick tacks del reloj del cielo y el mágico tintineo que hacían las partículas de todo lo que iba desapareciendo. 

Era un poco agobiante porque le daba a entender que ya no podría cambiar de opinión, pero a la vez le llenaba de tanta paz interior que sus músculos se encontraban algo adormecidos, como si siempre hubiera necesitado eso en primer lugar. 

Una vez pasó el parque, este también comenzó a desaparecer. 

No podía ir a Sunshineland porque se encontraba demasiado lejos, pero desde ahí lograba verlo a la perfección. 

La gran plataforma flotante donde estaba el campo de girasoles y el majestuoso castillo... Todo se desmoronaba lentamente con el pasar de los segundos. Pero no era algo que causara sentimiento alguno en Yeonjun, por lo que siguió su andar. 

La casa-nevera de Hueningkai, el jardín de Taehyun, la feria, la biblioteca de Beomgyu, la casa del árbol, la escuela y, finalmente, la cancha interior de baloncesto. 

Había pasado por todos ellos, y desde que siguió su camino, estos se desvanecieron por completo, siendo lo primero en desaparecer todo lo que involucraba tanto a Soobin cómo Yeonjun. Como por ejemplo los dibujos que hicieron, las flores que alguna vez plantaron, sus peluches, los regalos que le habían hecho a cada uno de sus amigos... 

Ahora solo faltaba un lugar, siendo el único que quedaba en ese mundo, por lo que sería donde terminaría su paseo: la piscina. 

Traspasó la puerta abierta sin siquiera pensarlo, llegando a ese sitio donde todos sus problemas empezaron. 

Aunque había desarrollado una fuerte fobia al agua, ahora mismo no sentía absolutamente nada al ver la piscina llena. Simplemente se mantuvo cabizbajo, dando lentos pasitos hacia el borde de esta, viendo como el suelo a su alrededor estaba repleto de mariposas negras muertas. 

Sin embargo, desde que vió el llaverito de la luna durmiente, alzó la mirada con incredulidad, encontrándose ahí a su amado Soobin sonriendo ampliamente al verlo, contagiando un poco a Yeonjun.

Esa sería la última vez que estaría en el mundo de los sueños, porque que destruirlo es la única solución posible a sus problemas. Así que ver una vez más al pelinegro lo volvía todo más sencillo.

━¿Sabías que te amo? ━interrumpió el cómodo silencio con una sonrisa triste, a lo que Soobin asintió. 

━Yo te amo más~ 

Yeonjun no pudo evitar reír por el tono aniñado. Ese era el Soobin de siempre, tan lindo e infantil que podía reconocerlo a kilómetros━. Lo dudo~ 

El menor rió, pero al momento cambió su semblante a uno más serio━. Así que... ¿Este es el final? ━preguntó con curiosidad. 

━Eso creo. Pero antes me gustaría darte mis más sinceras disculpas. 

Soobin ladeó la cabeza algo confundido━. ¿Uh? ¿Por qué? 

━Por no haber sido lo suficientemente valiente como para salvarte aquel día; por no haber valorado mi vida a pesar de que tú sacrificaste tu futuro para salvar el mío; por no haber cumplido mi promesa de quedarme a tu lado; por haber tratado de sacarte de mi vida; por amarte y desearte aún sabiendo que no tengo derecho a hacerlo... Por todo ━respondió tan tranquilo y sincero que se sorprendió a sí mismo━. Pero, ¿sabes? Una vida sin tí es peor que cualquier otro castigo que me pueda dar la vida, por eso pretendo terminar todo de una vez por todas. 

Con esa respuesta, Soobin sonrió muy orgulloso de él y miró a otro lado para pensar un poco. Cuando terminó su rápida reflexión, extendió la mano justo delante de Yeonjun, y este no dudó ni un segundo en tomarla hasta entrelazar sus dedos, sonriendo en demasía al volver a sentir esa cálida mano que tanto amaba. 

Sería la última vez que tendría esa agradable sensación, y aún así no estaba dispuesto a retroceder. 

Soobin lo guió hasta el borde de la piscina, donde se detuvieron para admirar los brillantes ojitos del contrario. 

━Soobin-ah, aunque todo termine, ¿estaremos siempre juntos? ━cuestionó Yeonjun un poco tímido. 

━Por siempre y para siempre ━la suave voz de Soobin hizo a Yeonjun cerrar los ojos, especialmente cuando notó los brazos del menor abrazándolo tan cálidamente que Yeonjun se sintió muy protegido. 

Ahora que finalmente tenían un pacífico momento a solas luego de tantos sueños desagradables, se estaba dando cuenta de que Soobin realmente es su todo. 

Daba igual donde estuviera, mientras Soobin lo acompañara podía sentir en lo más profundo de su corazón lo que significaba el verdadero hogar.

Todo este tiempo, su hogar fue Soobin, no la casa de Ansan ni la de Seúl, mucho menos ese mundo de los sueños. Solo que al ser este último el único sitio donde podía verlo, es donde más tiempo quería pasar a sabiendas que no era tan lindo como parecía. Sin embargo, ahora que ese mundo de los sueños no tenía nada más que ellos dos, le parecía tan perfecto que no se arrepiente de nada.

Y así, unas últimas lágrimas de felicidad salieron de los ojos de Yeonjun mientras en sus labios se formaba una cálida sonrisita a la vez que se acurrucaba en el pecho del menor.

━Dulces sueños, Yeonjunnie... ━fue lo último que logró escuchar de su lindo novio antes de que este hiciera que ambos cayeran al agua. 

Aunque se estaban hundiendo, no se molestó en forcejear por salir de sus brazos e intentar nadar hacia la superficie. Yeonjun solo abrió un poco los ojos para admirar como las hebras azabache de su amado se rizaban ahora que estaban bajo el agua para luego llevar su vista a la superficie que no quería alcanzar por preferir quedarse entre los brazos de Soobin. 

Ahí logró ver la distorsionada imagen del corazón mecánico en el cielo, cuyo tick tack se iba ralentizando poco a poco mientras se desvanecía, al igual que ellos dos. 

No lograba verlo bien, pero estando abrazados, ambos iban desapareciendo en pequeñas partículas tintineantes como había ocurrido con todo lo demás. 

Yeonjun sonrió una última vez. Estaba agradecido de finalmente haber llegado a esa situación. Definitivamente ahora puede decir que es feliz porque sabía que su promesa de estar siempre juntos se había convertido en una realidad. 

Por eso, se aferró más a Soobin y cerró los ojos esperando pacientemente a que el momento llegara a su fin. 

Seguían hundiéndose, pero todo se detuvo en el mismo instante en el que el reloj dejó de moverse. 

Después de eso, un silencio absoluto  bastante reconfortante gobernó en la absoluta nada, pues todo había desaparecido por completo.

Ya no había mundo de los sueños.

Ya no había Soobin.

Ya no había Yeonjun.

Y aún con la desaparición de ambos, puedo confirmar que siguen y seguirán juntos durante toda la eternidad.

Contador de muertes de Yeonjun: 1.

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