₉ S̷͊̑̂c̵͌̅h̴͙̋̅́͋ó̸͂̌o̶͓̍͒L̵͗̂͆̇

Ansan, ¿̶͔͖̭̐a̷b̸̯̫͑͛́ri̴͛̂́́̽̐l̵̠̓̕?̷̊̚͝ de 2̵̟̲͙̺̆̄͘0̶̨̨̳͈͙̫̑͑̒́̈́̈́̆̑1̷̗̳̗̩́9̴̰͈̣͋̔͝
YJ, 19 años. SB, 18 años. 

Al traspasar la puerta, de un momento a otro se encontraba flotando en medio de lo que parecía ser el fondo de una piscina, siendo invadido por el miedo a los pocos segundos de darse cuenta. 

Intentó nadar hacia la superficie, pero su cuerpo no se movía por mucho que lo intentara, así que simplemente se rindió e intentó mantenerse relajado aún estando en esa complicada situación. 

Sus párpados pesaban a la par que el agua empezaba a inundar sus pulmones. 

¿Finalmente obtendría el final que merece? ¿Podría remover el cargo de su conciencia que lleva tanto tiempo afectándole? 

No, siempre era así, moría dentro de sus sueños para acabar despertando y volver a la realidad, una también lo estaba lastimando en ese mundo donde supuestamente todo debería ser bonito.

No quería sufrir, pero tampoco quería despertar. 

Por eso se forzó mantener los ojos bien abiertos, dándose cuenta de que ya no estaba en el agua y volvía a respirar con normalidad. 

Aún viéndose tranquilo, su corazón se iba acelerando a medida que observaba a su alrededor. 

Tenía puesto el uniforme escolar y se hallaba sentado en una silla de metal en lo que parecía ser un aula de secundaria. 

Lo reconocía a la perfección, era su viejo instituto, ese donde pasó años asistiendo sin apenas faltar. 

Al mirar el cielo a través de las grandes ventanas, este estaba completamente negro, sin estrellas ni nubes, dejando inconcluso si era de día o de noche pues todo se veía con claridad. Otra vez, el gran corazón latiente reemplazaba la luna, y al igual que en la última ocasión, este latía al mismo ritmo cardíaco que el suyo.

Cuando se quiso levantar, se percató de que habían varias gotas de agua mezcladas con otras gotas rojas en su pupitre, notando así que estaba completamente empapado. 

El agua caía de su cabello mojado, ¿y el líquido rojo? 

No tardó mucho en averiguarlo. Cuándo limpió su rostro mojado con la manga, vio como la tela quedó impregnada con ese líquido, haciendo que la pureza del blanco de su camisa sea corrompida con un aterrador rojo intenso que aún no sabía qué era, o mas bien no quería saber, aunque en parte lo deduce.

Estaba saliendo de sus ojos, pero eso no le preocupaba ni asustaba, por eso lo dejó estar. 

Con pesadez, se levantó y caminó lentamente hasta salir al pasillo.

No había absolutamente nadie, solo él y el gran miedo que lo invadía por estar tan solo en el instituto. 

¿Miedo? No, era estrés, tal vez un poco de ansiedad, pues sabía lo que iba a pasar. Ocurría prácticamente a diario, ya era una rutina para él. 

Y como si fuera instinto, caminó hacia el aula de profesores, haciendo una pausa en mitad del camino para observar como la puerta que daba a la cancha de baloncesto interior estaba cerrada con varias cintas amarillas que ponían 'no pasar'. 

Había hermosas mariposas negras aleteando cerca de la puerta o incluso apoyadas en esta. Pero al contrario que otras veces, esta vez no alentaban a Yeonjun a ir, simplemente lo ignoraban. O quizás estaban allí para impedir que pase, quién sabe.

━Choi Yeonjun ━esa terrorífica voz que le ponía los pelos de punta fue lo que lo hizo seguir con su caminata, abriendo la puerta de su destino.

La sala de profesores, un lugar muy agobiante que siempre lo ponía extremadamente nervioso a pesar de visitarlo a diario.

Yeonjun se sentó en la silla que había frente a la gran mesa del adulto que lo llamó. 

Bueno, él no lo recuerda bien, por eso era una entidad sin rostro con un aura muy oscura y pesada que Yeonjun odiaba. 

━Choi, tus calificaciones han bajado mucho últimamente ━dijo su tutor. Debido a la nula presencia de sonidos de ambiente, su voz retumbaba mucho por todo el lugar, y sonaba mucho más aterradora de lo que recordaba, como si fueran varias voces distintas superpuestas, siendo la aguda la que más escalofríos le causaba.

¿Sus calificaciones habían bajado? No lo sabía, tampoco le importaba. Yeonjun estaba más concentrado en observar cada una de las gotas rojas saliente de sus lagrimales que caían al suelo. 

━No puedes dejarte llevar por lo ocurrido, tienes que seguir estudiando. 

¿Seguir estudiando? No podía, y no es que no quisiera, amaba sentir la satisfacción de tener buenas notas. Simplemente no puede hacerlo, y le angustiada ver como otros sí podían. 

¿Acaso era el único afectado? ¿Por qué el resto seguían sus vidas con completa normalidad? ¿Tan poco relevante fue lo sucedido? 

━Enfócate en tus estudios y todo te irá mejor, lo superarás. 

Con esas palabras sintió unas inmensas ganas de llorar, y por supuesto que no se contuvo. 

━No seas dramático, Choi, un accidente lo tiene cualquiera, supéralo y deja de llorar.

Cada palabra saliente por la boca de ese supuesto hombre eran como dagas punzantes clavándose en la espalda de Yeonjun. 

¿Estaba siendo dramático? Según él, no. 

¿Superarlo? Imposible. 

Pero que su tutor lo viera de esa forma le hizo sentir una extraña y dolorosa culpabilidad. 

¿Y si realmente estaba exagerando? No era el primero que le decía cosas así, pero Yeonjun no podía evitarlo. 

Sin molestarse en buscar una respuesta a su pregunta, Yeonjun salió de la sala sin siquiera despedirse. 

Estaba cansado de todos y de todo.

Estaba cansado de sí mismo y no sabía que debía hacer. 

Soobin... Sí, él siempre era la solución a todos sus problemas. Pero sabía que el menor no vendría, algo que aumentó su llanto, esta vez lleno de impotencia. 

Desesperanzado, se dejó caer de rodillas al suelo en mitad del pasillo, permitiendo que las lágrimas cayeran sin parar.

Seguía sin haber nadie más que él, y el tic tac del gran reloj cerca del lugar parecía estar muy ralentizado. Aún así, era molesto y se escuchaba demasiado alto. 

El tiempo pasaba muy lento cuando no estaba con el menor, pero a la vez podía pasar tan rápido que daba miedo. Porque aún con los segundos pareciendo largos minutos, todo había ocurrido... ¿Hace cuánto? ¿Dos o tres meses? No está seguro, pero Yeonjun lo seguía sintiendo como algo muy reciente, como si hubiera ocurrido hace tan solo unas horas. 

Se sentía atrapado en un tiempo que no puede controlar ni percibir, uno que era distante y cercano a la vez. Y aún habiendo perdido la capacidad de la noción, se le hacía tan notorio el paso del tiempo que cada maldito segundo dolía como si una bala fuera impactada justo en su cabeza. 

Yeonjun no está bien, y no tenía a nadie donde poder apoyarse. Ni siquiera a Hueningkai, quien supuestamente estaría ahí para ayudarlo cada vez que tenía algún problema. 

Qué mentiroso

Soobin no iría, lo sabía, pero Hueningkai no tenía excusa. Más sabiendo que él estuvo presente. 

Hueningkai lo sabía todo, Hueningkai sabía cuán roto estaba, Hueningkai fue el culpable de todo... 

...No, solo estaba buscando alguna excusa para aliviar su dolor, eso también lo sabía. Hueningkai realmente no hizo nada malo, y estar pensando mal de él lo hacía sentir como una basura de persona. 

━El culpable eres tú ━la repentina voz que rompía el angustiante silencio le hizo alzar la cabeza, encontrándose a aquel terrorífico Yeonjun de la última vez. Estaba igual que él, mojado y con sangre saliendo de sus ojos, pero esta vez no le daba miedo, al contrario, sintió cierto comfort en él. 

━¿L-lo soy? 

━Lo eres ━el Yeonjun extraño se agachó para estar a su altura con una sonrisa burlona en su rostro━. Y aún así no puedes siquiera aprobar unas asignaturas, te volviste muy inútil. 

No podía negárselo, así que solo se quedó cabizbajo. 

━¿Qué dirán tus padres cuando vean tus notas? 

Seguramente se sentirán decepcionados. 

━Tu madre está pagando el instituto. 

Y me da pena no dar resultados. 

━Estás siendo un estorbo para todos. 

Ya lo sabía

━¿Por qué no te matas de una vez? 

Pensé mucho en ello, pero el proceso me aterra. Hasta para eso soy un completo inútil. 

━Yo te puedo ayudar~ 

Antes de responder, el Yeonjun extraño chasqueó los dedos, y de un momento a otro los cristales del pasillo se rompieron, dejando que una gran cantidad de agua comenzara a entrar sin control.

Cuando el agua le llegaba por las rodillas, Yeonjun entró en un fuerte ataque de pánico que le hizo hiperventilar con desespero. 

Por eso tardó en darse cuenta de que habían varias manos sujetándolo para mantenerlo pegado al suelo con el fin de que acabara ahogado una vez todo quede completamente inundado.

Usando la poca fuerza que le quedaba, pudo zafarse de las manos y corrió sin rumbo ni intención de mirar atrás hasta que entró en la única clase donde extrañamente el agua no llegaba, suspirando con alivio una vez cerró la puerta tras de sí. 

Al observar los carteles pegados en las paredes llenos de palabras y frases notó que se trataba del aula de inglés, la asignatura que peor se le daba. 

En su pupitre había una hoja junto a su estuche amarillo peludito, y aún con los nervios invadiendole por completo, se sentó para ver mejor el contenido del folio. 

Un examen de inglés, el peor de sus miedos y los principales causantes del gran estrés que sentía en la escuela. 

Al contrario de lo que parecía hace un rato, Yeonjun sí se preocupaba mucho por sus notas, en especial si era de inglés. 

Soobin siempre le ayudó a estudiar inglés a cambio de que él le ayudara con matemáticas, y es por esto que llegaba a esforzarse el doble. 

Ver la carita de felicidad de su novio cuando le enseña su examen aprobado era uno de los momentos favoritos de Yeonjun, pero todo eso se había acabado. 

Ya no estaban juntos, por lo que dejaron de ayudarse entre ellos. Aún así, sentía que debía aprobar y enorgullecer al menor. 

Tomó el bolígrafo de su estuche y se dispuso a hacer el maldito examen, pero nada más leer el primer enunciado, las palabras que no entendía comenzaron a salir de la hoja para atosigarlo rondando a su alrededor mientras estas sonaban fuertemente en su cabeza. Estaba muy frustrado por no saber ni siquiera cómo se pronunciaban. 

Yeonjun no lograba comprender nada, y lágrimas de impotencia volvieron a salir, haciéndole soltar el bolígrafo sin cuidado para tapar sus oídos con las manos, esperando poder dejar de escuchar palabras y frases en inglés, las cuales parecía sonar directamente desde su mente, pues nada impidió que se escucharan tan ruidosas.

Choi, why aren't you writing? 

El rubio alzó la cabeza muy sorprendido al escuchar la enojada voz de su profesora de inglés, pero ella no estaba allí. En su lugar había un gran ojo en la pizarra observándolo atentamente.

━Y-yo... 

━IN ENGLISH

Yeonjun se retorció en su asiento, y de repente se sintió muy observado. 

Buscando quien más lo estaba mirando, se encontró con que cada mesa a su alrededor tenía varios ojos dirigiendo su atención únicamente a él. 

Todos le estaban mirando, y su ansiedad no hacía más que aumentar en el momento en el que muchos murmullos se hicieron presentes, sobre todo cuando estos se escuchaban cada vez más fuertes.

Mientras Yeonjun enterraba los dedos en sus rubias hebras deseando arrancarse la cabeza para dejar de escuchar, los carteles de las paredes empezaban a derretirse; las mesas se estaban rompiendo solas sin explicación alguna; el suelo se llenaba de raíces negras que comenzaron a crecer por toda la clase; e incluso el aula empezó a temblar como si de un leve terremoto se tratara. 

Yeonjun tenía el estómago revuelto, y no por el temblor, si no por la mezcla de sentimientos que sentía en ese momento. 

Tenía muchas ganas de vomitar. Yeonjun sabía cómo salir de ahí, pero no estaba muy seguro de hacerlo, aunque las tijeras que se encontraban dentro de su estuche se veían muy tentadoras. 

Agobiado por las palabras en inglés sonando a su alrededor ante la atenta mirada de los aterradores ojos y con los murmullos incomprensibles de fondo, finalmente se decidió. 

Tomó las tijeras y en un movimiento rápido las pudo clavar justo donde se encontraba su corazón. 

Mucha sangre empezó a salir, pero al contrario de lo que creyó, no dolía y fue bastante fácil. Solo que perdió toda la fuerza de su cuerpo, por lo simplemente se desparramó en la silla hasta que cayó al suelo, donde sus ojos empezaron a cerrarse poco a poco. 

Yeonjun logró ver el llavero de la luna durmiente de Soobin en el suelo, justo a su lado, causando que en sus labios se formara una leve y dolorosa sonrisa antes de que todo se volviera oscuro.

Contador de muertes de Yeonjun: 1093.

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