₁₄ P̷͔̟͈͍͗̋ā̷Ŕ̶̛́͊̉̍̇t̵̕y̷̨͗̅

Ansan, 4̴͖̳̖͙͎̣̦͇̿ de m̶̧͉͙̖͗̔̓̐̏̇ą̴̪̩̫̝̰̈̿̊͂ͅr̶͇̟̝̠̲͗͗z̶͈̭̰̗̮̖͛̿̇̀̕ö̷͕͇̠̠̔̀͛̂̀͐́͝ͅ de 2̵̟̲͙̺̆̄͘0̶̨̨̳͈͙̫̑͑̒́̈́̈́̆̑1̷̗̳̗̩́9̴̰͈̣͋̔͝
YJ, 19 años. SB, 18 años. 

Pero su cuerpo jamás tocó el suelo, o por lo menos no ese que estaba alrededor de la casita del árbol. 

Cuando sintió el golpe sus ojos se encontraban fuertemente cerrados, y en algún punto sus oídos fueron invadidos por una música de disco algo lejana.

━¡Soobin! ━exclamó preocupado para luego abrirlos, viendo que estaba en la cancha interior de baloncesto de su instituto, pero no había rastro alguno del nombrado. 

Justo ahí era donde el centro hacía todas las celebraciones, y ese parecía ser el caso pues todo estaba decorado, con los altavoces sonando a todo volumen, tenues luces de colores, mesas llenas de bebidas, etc. Sin embargo, no había absolutamente nadie, y la ausencia de personas hacía que tanto la música como los pequeños sonidos de la ropa que causaban movimientos de Yeonjun hicieran eco en el lugar. 

Quería llorar, no sabía por qué, pero las lágrimas no salían. ¿Qué se supone que estaban celebrando en primer lugar y por qué se encontraba completamente solo? 

No intentó buscar una respuesta, estaba más preocupado por el menor. Él también había caído, debió haberse hecho daño. Y realmente quería buscarlo, pero la música se le hacía irritante a la vez que le causaba cierto temor. 

¿Como algo tan animado como lo es la típica música repetitiva de las fiestas podía causarle tanto malestar? 

Sabía la respuesta, e incluso podía verla en ese momento como un caminito de charcos de agua que daban a la única puerta abierta que había alrededor. 

No estaba seguro de qué debía hacer. No quería pasar a través de esa puerta, pero sabía que Soobin estaba allí. 

Y mientras entraba en un debate consigo mismo, su ansiedad aumentaba a la par que el volumen de la tortuosa melodía que salía de los grandes altavoces. 

Dejando de lado la idea de ir a por el menor, se dispuso a salir de este lugar y pensar con claridad lejos del escándalo. Sin embargo, el resto de puertas estaban fuertemente cerradas con las ramas negras anteriormente vistas. 

Una vez revisó la última puerta que le quedaba, frustrandose al ver las dichosas ramas, volteó llevándose un fuerte susto al ver que de repente apareció justo frente a la puerta abierta. 

Algo le estaba incitando a entrar, pero Yeonjun sabía perfectamente a dónde iba, y preferiría no tener que pasar por ahí. Esté Soobin o no, no era una opción. 

Ni siquiera se lograba ver el interior de ese lugar, solo una intensa oscuridad, como si fuera una especie de agujero negro. 

Si realmente pretenden que entrara ahí, estaban consiguiendo todo lo contrario. 

Cuando hizo amago de alejarse de la puerta, un fuerte dolor de barriga se hizo presente, haciéndolo llevar sus manos a este instintivamente. Ahí se dió cuenta que su brazo derecho estaba... Extraño. 

Era como si todo el antebrazo fuera de fantasma, con varias y pequeñas brumas a su alrededor

Yeonjun lo tocó con cuidado, y a pesar de que no notó en ningún momento el tacto de su propia mano, un fuerte dolor se hizo presente cuando la yema de sus dedos lo rozó. 

Se había roto el brazo, probablemente de la caída. También cree haber tomado algo de alcohol, pues no se siente en sus 5 sentidos. Recién notaba su vista borrosa y la cabeza le daba vueltas. 

Nunca antes se había sentido tan mareado, ¿qué diablos tomó y por qué nadie le detuvo? Se suponía que Soobin iba a vigilar que no se bebiera nada extraño. 

Soobin... ¿Dónde había dicho que estaba? 

Con esa cuestión rondando por su cabeza, un repentino llanto lo invadió sin razón. Un tanto curioso, cuando quería llorar no podía, pero ahora que no tenía ganas de llorar las lágrimas salían sin parar. 

¿Por qué era así? 

Yeonjun lo sabía, pero no estaba dispuesto a admitirlo, y es que en esa fiesta, en esa maldita fiesta, fue cuándo Soobin lo dejó, y no quería volver a repetir todo, no podría aguantarlo porque lo ama demasiado como para dejarlo ir por una segunda vez. 

¿Segunda? No, no era la segunda, este tipo de sueños se repetían constantemente, una y otra vez, sin parar. 

No sabía cuánto tiempo había pasado desde entonces, pero a lo largo de este ha soñado con la desagradable escena del menor dejándolo múltiples veces, tantas que era imposible contarlas con una ambas manos. 

Yeonjun jamás podría superarlo, eso también lo sabía perfectamente, porque Soobin era su todo, y lo abandonó dejando promesas incumplidas

Da igual si no está presente, a donde quiera que vaya, Soobin seguirá siendo parte de Yeonjun. De verdad que lo ha intentado, pero no puede sacarle de su mente. Es como si el pelinegro fuera un virus del que nunca podría deshacerse, y no sabe si esto le gusta o lo odia.

El llanto de Yeonjun aumentó, llegando incluso a soltar fuertes gritos que no se lograban escuchar por culpa de la música. 

En esa fiesta, él, un chico con el corazón roto, se encontraba completamente adolorido mientras lágrimas caían por sus pómulos, y eso a nadie parecía importarle. Por eso tiene ese recuerdo como algo tristemente solitario, un escenario donde él rogaba por ayuda a la absoluta nada en un lugar donde solo parecían estar él y el gran dolor de la ruptura. 

Era desgarrador.

A Yeonjun le encantaría poder vivir sin Soobin. O mejor dicho, necesitaba aprender a vivir sin Soobin, pero le era imposible, porque este siempre estaba ahí para recordarle cuánto daño le había hecho. Vivía en sus sueños siento tan amable y lindo como siempre que era una tortura, una tortura que no podía evitar al ser la única manera de poder estar con el menor. 

Odiaba su forma de amar a Soobin, pero ajeno al dolor, se sentía tan bien amarlo que no podía soportarlo. 

Yeonjun deseaba volver a tener todo eso, ¿podrían volver a estar juntos de nuevo? No lo sabe, pero ya estaba cansado de sufrir a pesar de que fue él quien causó todo esto. 

Siente que morir es la única forma de obtener todo el mal que merece y a la vez conseguir la tranquilidad que tanto desea de una vez por todas. 

Y eso haría, estaba dispuesto a cometer un suicidio esa misma noche. Quizás beber hasta que le de un coma etílico sería la mejor opción. Sí, es un buen plan. 

Se acercó a pasos rápidos hacia la mesa donde estaban todas las bebidas intactas y ni se molestó en revisar qué era cada cosa, simplemente tomó grandes tragos de lo primero que se cruzaba por su camino. 

Cuando ya apenas podía pensar, se dejó caer en el suelo, observando a su alrededor con desinterés, pues tampoco es que pudiera ver todo con claridad. 

La música se escuchaba cada vez más lejana y distorsionada, y mientras la cabeza de Yeonjun daba vueltas por el gran mareo, una mariposa negra se posó en su nariz, recibiendo la completa atención del rubio. 

━...Siempre me acabas matando, pero ahora estás tardando mucho en hacerlo ━murmuró Yeonjun con notoria embriaguez. 

━No tiene sentido matarte cuando realmente quieres morir ━respondió el insecto, sorprendiendo al chico aún en su estado. Tal vez sea por tener más alcohol que sangre en su cuerpo, pero era la primera vez que la mariposa hablaba. 

Aún así, no estaba lo suficientemente cuerdo como para cuestionarse ello, por eso siguió la conversación como si nada. 

━¿Por qué no? 

━En primer lugar, esto no ocurrió. Ese día nunca bebiste alcohol y aquí estaban todos tus amigos, disfrutando junto al resto del instituto. Desde hace tiempo estás alterando mucho las cosas para hacerte daño, Yeonjun, y sé que no te gusta sufrir. ¿Por qué haces esto? 

━M-me lo merezco... ━respondió con dificultad. 

━No, no te lo mereces. 

━Fue mi culpa. 

━No lo fue. 

━Sabes que sí. 

━Yeonjun, tú no hiciste nada malo, eres inocente. 

━Entonces, ¿por qué me haces daño? 

━Solo intento despertarte, pero eres tan cabezota que sigues soñando. 

━No quiero despertar, Soobin está aquí. 

━Tienes que dejarlo de una vez, es malo para tí. 

━Lo sé, pero... ━un sonoro sollozo salió de su boca━... Lo amo tanto... 

Hubo una breve pausa hasta que la mariposa agitó las alas para decir: ━Yo te puedo ayudar, solo tienes que despertar. 

Yeonjun le dió muchas vueltas a esa idea. ¿Quería superarlo? La verdad es que no, necesita seguir aferrándose al menor, pero estaba cansado de vivir en constante agonía. 

¿Ya habrá sufrido todo lo que merece? ¿Y si no era suficiente? No, definitivamente no era suficiente, pero no aguantaba más, por eso accedió. 

━Ayúdame, por favor... ━rogó casi en un sollozo. Por primera vez en mucho tiempo, Yeonjun realmente quería hacer algo por mejorar.

Con ello, la mariposa pasó de ser completamente negra a tener unas pequeñas manchas blancas por sus hermosas alas. 

Pero antes de que esta pudiera decir o hacer nada, alguien había tomado sin cuidado al pequeño insecto y arrancó sus alas de par en par, matándola en el proceso. 

La expresión de Yeonjun era de puro horror. Todo estaba tan tranquilo, pero de la nada su piel se erizó por el malestar que le causaba ver cómo su única esperanza era eliminada justo delante suya. 

Al alzar la vista, comenzó a temblar de miedo. 

El que había matado a la mariposa era ni más ni menos que él mismo, pero esta vez era una especie de muerto viviente. 

No tenía ojos, y de los agujeros de estos salían varios bichos de la putrefacción; su piel estaba en tonalidades grises y azules, con varias zonas llenas de heridas sin cicatrizar cuya sangre era muy espesa y parecía una especie de vómito marrón lleno de coágulos; el brazo derecho estaba completamente rasgado hasta el punto de poder ver los huesos, los cuales estaban rotos; podía ver varios orificios por sus piernas donde los gusanos parecían moverse. ¿Qué diablos le había ocurrido?

Ese Yeonjun se agachó para poder quedar cara a cara con el aterrado Yeonjun real, y le regaló una amplia sonrisa mientras acariciaba su rostro con sus mugrientas manos. 

Al abrir la boca, varios bichos salieron de esta acompañado de un fuerte y asqueroso aliento. Yeonjun no podía moverse para nada, la mezcla de estar asqueado y aterrado le impedían siquiera poder reaccionar. 

━Ya no puedes pedir ayuda, Yeonjun, es demasiado tarde para eso. 

Yeonjun no podía responder, se sentía intimidado por la enojada y profunda voz del contrario. Por lo que simplemente se mantuvo quieto sin poder apartar la mirada del horrendo "Yo". 

Míranos, es imposible revertir esto. 

Tras esas palabras, el Yeonjun real pasó observó su propio cuerpo, notando como poco a poco su piel se iba poniendo en el mismo estado que el contrario. 

━¿Q-Qué? ━preguntó con temor. 

Le hiciste prometer a Soobin estar siempre a tu lado, pero fuiste tú quien lo apartó. Desde entonces te has estado pudriendo tú solito. 

━Y-Yo no quería h-hacerle eso a Soobin... 

━No querías, pero lo hiciste. Ahora vivirás soñando constantemente, porque eso es lo que mereces: estar atrapado en un bucle que tú mismo creaste sin darte cuenta de que esto te matará tarde o temprano. 

━¿M-Me vas a matar? 

━¿Por qué debería? Ya estás muriendo de todas formas. 

No lo había notado hasta ahora, pero las mismas ramas negras que sellaban las puertas estaban creciendo a su alrededor, rodeando lentamente sus extremidades. 

Al ver su cara de sorpresa, el Yeonjun extraño lo dejó de lado para empezar a caminar por el rastro de charcos ━ahora rojos━ que llevaban hacia la única puerta abierta. 

Yeonjun lo seguía con la mirada mientras las ramas permanecían creciendo e invadiendo su cuerpo, empezando a estrujarlo poco a poco hasta el punto donde sus huesos comenzaron a romperse, causando unos desagradables 'cracks' que sonaban preocupantemente fuertes. 

La mejor forma de remover tu consciencia es no despertando, Choi Yeonjun. Asume las consecuencias de tus actos ━soltó el contrario antes de pasar a través de la puerta y desaparecer. 

Yeonjun cayó hacia un lado, quedando todo su cuerpo acostado en el suelo mientras las ramas solo seguían estrujándolo más y más. Aunque él no sentía dolor alguno, pero sí notaba un hilo de sangre bajando por su boca. 

Sus ojos se tornaron oscuros y sus párpados empezaban a caer. Observó con la mirada perdida como las alas de la mariposa muerta en el suelo volvieron a tornarse completamente negras. 

Y así, con la música de disco retumbando tanto como antes, una última lágrima salió hasta que finalmente sus ojos se cerraron cuando las ramas lo aplastaron por completo, dejando salpicaduras de sangre por todo el lugar.

Contador de muertes de Yeonjun: 1094.

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