—entonces... ¿Están pensando en escapar?

Piper detiene la taza de té centímetros antes de que entre en contacto con sus labios. Hay un leve temblor en sus manos, pero aún así no es lo suficientemente visible como para delatar su acto. 

La cerámica blanca está fría cuando hace contacto con su boca, y cuando logra reunir la voz más confiada que posee, habla calmada. —¿escapar?, No entiendo a lo que te refieres cariño.

Ella toma un sorbo. 

—se ha estado corriendo el rumor de que quieren escapar... Así que quiero formar parte del plan. Ir contigo.

El té le quema la lengua y casi escupe en consecuencia.

¿El rumor? 

¿Qué rumor?

¿así de fácil se acaba todo?

¿Así de fácil los meses de crear plan tras plan se desmoronan? 

Hay cierta parte de Piper que desea contarle la verdad; dile todos y cada uno de los pasos, del plan 'A' al 'Z', haz que la fantasía de una vida en compañía se haga realidad: escapar juntos, realmente lo ha llegado a soñar, pero la voz de esa pequeña hace eco en su mente y le repite cada vez lo que es real. 

Y, aún así, Piper no puede no amarlo; lo aprecia demasiado, haciéndola sentir cálida de una forma que nunca creyó que sería posible de experimentar por alguien más. 

Ve como el único ojo se clava en ella, expectante ante una respuesta. 

Piper deja la taza de porcelana en la pequeña mesa, y sólo ve únicamente a él; se esfuerza demasiado para sonreír, para sonreírle con la confianza que necesita aparentar, para sonreírle sin que el sepa que le oculta toda la verdad.

—oh dulzura, ¿para que escaparíamos de aquí si tenemos todo lo que necesitamos? —decir sólo esas palabras hace sentir a Piper nauseabunda.

No espera y se estira un poco sobre la mesa para poner su mano de carne y hueso sobre una de metal y empezarla a acariciar, como si nada pasara, como si nada cambiara.

Rico suelta un suspiro (o lo más parecido que puede a uno) y también le regala una sonrisa que se expresa en su único ojo, ingenuo. 

—tienes razón. Me alegro que no estes metida en todo esto. —Piper ve como el pecho de Rico sobre sale un poco, como si estuviera nervioso y finalmente pudiera respirar.

Al parecer el té le cayó mal. 

El sonido de una campana suena de pronto y rompe el extraño silencio, y Piper nunca ha estado tan agradecida con un objeto inanimado como ahora. 

Ella no es la primera en romper la mirada.

–las galletas ya están listas. —dice Rico, y Piper no espera a que lo repita para levantarse y dirigirse con un paso ligeramente más rápido hacia la cocina.

Algunas veces, (demasiadas), Piper se pregunta si él la ama como ella siempre pensó, después de todo Rico es un robot, sólo cables, chicles y programación, él no puede sentir, o al menos no por su cuenta.

El té agrio persiste detrás de su lengua. 

Y talvez Piper nunca significó algo para él, talvez desde un inicio la utilizo y sólo ella fue la que se hizo ideas de que lo que él sentía era amor. 

Trabaja en piloto automático, se pone los guantes, abre el horno y saca la bandeja de metal; sus manos tiemblan ante tantos pensamientos y el recipiente cae al suelo... junto con sus sentimientos.

No puede evitar del todo gritar con enojo un: "¡Santo cielo! "

Esta apunto de recojer todo y desecharlo donde es debido, pero la voz robótica que repite su nombre en desespero y los pasos apresurados la hacen detenerse en seco.

Cuando menos lo nota Rico ya está frente a ella, tomando su rostro entre sus manos, escaneandola en busca de alguna herida. Siempre tan exagerado. —Piper, dulzura, ¿estas bien?

Ella no evita la risita afectuosa que escapa de su pecho ante su preocupación sin razón, y mucho menos evita el como su cuerpo instantáneamente se inclina a su toque, las manos que se deslizan sobre las suyas.

—sí, estoy bien. No te preocupes querido. —dice para alejarse de forma suave, su mente medio en recoger su desastre y disfrutar de esta calma momentánea.

Rico sonríe, luciendo extrañamente aliviado. —me alegro. No te preocupes, yo lo levanto, de aseguró esta caliente. "

El robot no espera una respuesta, la toma delicadamente por la muñeca y la aleja para después empezar a recoger una por una las galletas.

Y es en estos momentos cuando las ilusiones vuelven, donde Piper verdaderamente cree que el sentimiento si puede ser mutuo. El como aveces el suele tratarla como si toda ella fuera de porcelana; el como aveces la toma entre sus brazos con una delicadeza que un hombre de metal no debería de tener, con ese miedo a lastimarla que supuestamente no debería de existir por qué él no la ama.

—te amo. —suelta al aire y sonríe al observar como el robot la voltea a ver y parpadea de forma lenta una sola vez. 

No pasan ni siquiera segundos cuando el responde, sin titubeó visible en su voz, cómo si se tratara de palabras firmemente grabas y ensayadas. —yo también te amo.

Ella realmente lo ama, pero eso no significa que pondrá en riesgo todo lo que los demas han sacrificado.

Tengo una seria debilidad con Piper y Rico 😭😭, espero haberlos capturado al menos un poco.

Gracias por leer uwu💗