# Diecisiete
Chifuyu había tenido más confianza hacia ti, dejándote en el día con el en la casa.
Y en las noches bajandote al sótano, después de todo después de eso no había intentando huir.
Pero tenía un pequeño plan en tu cabeza, que suplicabas que funcionará.
Y es que ese mismo día Chifuyu le tocaba nuevamente ir a comprar, y tu te quedarías en la casa.
Cuando se fue, viste tu oportunidad esperando de quince a media hora.
Pegaste una oreja a la puerta para ver si escuchabas a algo o alguien, podías escuchar personas hablando.
— ¡Ayuda! ¡Auxilio! ¡Me tiene secuestrada! — gritas desde dentro d la casa esperando set escuchada.
No escuchaste respuesta, derrotada te apoyaste en la pared, empezando a llorar.
Pensabas que jamás podrías huir, de nadie y tendría que vivir así tus tu vida.
— ¿Hola? — escuchaste la voz d una señora mayor — ¿Hay alguien ahí?
— ¿¡Hola!? ¡Si, ayúdame por favor!
— Descuida, ya llamaré a la policía, ¿esta secuestrada? — la escuchas decir.
— ¡Si! ¡Por favor no se valla! — pides entre llantos.
— No se preocupe señorita, ya estoy llamado a la policía — informa ella
Tal vez ahora si podías huir.
Pero lo que no sabias es que en la casa habían micrófonos, y que Chifuyu estabas oyendo todo.
Para la suerte del humanoide, es que ya estaba regresando a la casa, vio como la señora hablaba con él oficial dictándole la dirección.
Chifuyu a sus lados viendo como las calles estaban totalmente silenciosas se acercó a la mujer.
Le quito el teléfono de un manotazo, haciendo que caiga y después lo piso haciendo que se dejara de servir.
— ¿Qué mierda le pasa?— pregunta la mayor
Si bien, Chifuyu parecía más humano que androide, por ello la señora no pudo darse cuenta de ello.
Fue las últimas palabras que escuchaste, te alejaste arrastrando de ahí.
Sabias que Chifuyu había vuelto, escuchaste como abrieron la puerta de golpe, el chico estaba con la señorita mayor sujetándola del cuello de la blusa.
La tiro hacia adentro de la casa cerrando la puerta, te vio con un rostro de decepción.
— ¿por qué? Estábamos tan bien ama, ¿por qué hizo eso? — pregunta el
— ¡Chifuyu, esto es obsesivo, es una mierda! — le reclamas
— Tendré que darte una lección — dice el — Pero antes acabare con ella
Viste como de sus cinco dedos sacaba pequeñas navajas, la señora se dio cuenta que no era un humano.
Chifuyu pasó esas cuchillas por su cuello, haciendo que ella se desangrara rápido, y después empezó a enterrar las cuchillas en su estómago.
Metía y acabas las cinco cuchillas la ves, la mujer estaba muriendo poco a poco.
Y en todo momento, el nunca despegó su mirada de ti.
Te arrastrabas a tus espaldas para alejarte de él.
Cuando no te diste cuenta y ya habías llegado a las escaleras, bajaste todas rodando hacia abajo.
Chifuyu se separó rápido d la señora para ir hacia ti, tu ya estabas hasta abajo, peor aún seguías consiente.
Con al poca fuerza que te quedaba entraste al sótano para cerrar la puerta.
Chifuyu se volvería loco al igual que tu, los dos perderían la razón de sus cinco sentidos.
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