🐇⤾·𝗧𝘄𝗲𝗻𝘁𝘆 𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁
Cuando Minkyung salió de su habitación para empezar su día lo primero que la recibió fue un olor a quemado y a su hijo soltar un grito, así que apurada caminó a la cocina donde estaba Jongho queriendo hacer el desayuno.
—Me corte— Le mostró su dedo índice.
—Ho— Su hijo cubrió su rostro con sus orejitas.
Sabía que regañarlo no servía de mucho, así que sacó a su hijo de la cocina y se fue a buscar algo para curar el dedo de Jongho, pero el conejito se fue de nuevo a la cocina para seguir buscando galletas, sólo que no recordaba dónde estaban.
—¡Jongho!— El conejito brinco asustado y se fue a dónde su mamá estaba— A la cocina no— Jongho asintió lentamente.
—Galletas— Murmuró.
Minkyung curó su dedo y después se fue por galletas, claro le advirtió que si volvía a entrar a la cocina se quedaría sin galletas y sin juguetes, así que Jongho procuró no ir a la cocina aunque quisiera, siempre le terminaban prohibiendo ir a la cocina.
En todo el día Minkyung se preguntaba si ella debía cuidar a su hijo en su celo, tal vez era lo mejor, pero quizás su hijo quería que alguien más lo cuidará, así que tendría que descubrirlo cuando su celo llegará y mientras pensaban escucho como un cristal se rompía.
—¡Jongho!— El conejito se alejo corriendo de la escena.
El timbre se escuchó, fue a abrir antes claro no notó que su hijo también venía así que cuando abrió lo vio saltar a la persona que había tocado el timbre, que para su buena suerte era Wooseok.
—Es una nueva bienvenida— Murmuró, Minkyung le sonrió.
—Sólo está a días de su celo, así que lo verás actuar algo distinto— Wooseok asintió.
—¡Vamos a jugar!— Habló Jongho después de saltar para cambiar de forma, y se lo llevó a su habitación.
—Suerte— Wooseok miró a la madre de Jongho y no entendió muy bien porque.
Hasta que finalmente entendió porque le deseo suerte, Jongho tenía demasiada energía, más que antes, Jongho saltaba por todas partes y varias veces tenía que atraparlo para que no se lastimara, Jongho en algún momento se fue a conseguir galletas aprovechando que su mamá había salido, y cuando regreso tenia mucha más energía así que Wooseok tuvo que buscar algún juego para que Jongho no saltará tanto, pero no funcionó así que tuvo que cuidarlo semana hasta que terminó exhausto y se dejó caer a la cama del menor.
—¿Uh?¿Ya te cansaste?— Jongho lo miró curioso, Wooseok asintió— Pero quiero jugar— Lo miro con una tierna expresión.
Wooseok lo miró y le sonrió, lo tomó para recostarlo sobre la cama y se colocó sobre él, Jongho se sonrojó con fuerza cuando eso pasó pues no se lo había esperado de ninguna forma, no supo porque el mayor hizo eso pero no le agradó.
—Wooseok...— El pelinegro lo miró, el menor negó— N-no me gusta esto— Murmuró— No está bien.
—¿No?— Jongho negó.
—No me gusta— El menor quería que Wooseok se quitará de encima de él— Wooseok— Pidió con la mirada.
—Aun no entiendo cómo es que puedes creerle a Yunho— El menor lo miró— ¿Por qué te aferras a él?— A Jongho no le estaba gustando su actitud.
—¿Qué crees que estás haciendo?— Jongho se asustó al escuchar Yunho.
—Estamos jugando— Yunho puso los ojos en blanco.
—Ya no quiero jugar— Murmuró el conejito que intentaba alejarse.
Yunho conocía ese tono en el menor, estaba a días de su celo, le quito a Wooseok de encima y Jongho cómo era de esperarse huyó.
—Eres un idiota— Salió de la habitación para buscar al menor.
Para su suerte Jongho no se escondió como usualmente lo haría, sino que estaba debajo de la mesa ocultando su rostro entre sus rodillas.
—Jong— El menor levantó un poco su cabecita— Sal de ahí— El menor negó— Por favor.
—¿Ya se fue?— Yunho ladeó su cabeza.
Se levantó y se fue a ver si su hermano ya estaba en la casa, ni siquiera le sorprendió que ya no estuviera ahí, regreso al escondite de Jongho y le sonrió.
—Ya no está— Jongho olfateo un poco antes de lanzarse al mayor haciendo que este cayera al suelo — ¿Estás bien?— El menor lo miró.
—No me gustó su juego— Murmuró entre pucheros.
—Ya lo creó— Ni siquiera intento levantarse sabría que Jongho no lo iba a dejar.
—Mi mamá no me deja estar en la cocina, dijo que si entraba me dejaría sin galletas y sin juguetes, no le vayas a decir que estoy aquí— Yunho sonrió y asintió.
—Sera nuestro secreto— El conejito dejo salir un pequeño chillido completamente feliz.
—¿Tú me vas a cuidar otra vez?— El pelinegro negó— ¿Por qué? Yo quiero que tú me cuides— Jongho lo miró con un puchero en sus labios.
—No creo que tú mamá este de acuerdo— El menor ladeó su cabeza— Pasará rápido.
—Quiero que tú me cuides— Se cruzó de brazos— Por favor, prometo que no te voy a morder— A menos que sea muy necesario, pero eso no debía saberlo.
—No lo creo Jongho— Aprovecho que se descuido para poder levantarse y sacar al menor de la cocina.
—¡Yo quiero que tú me cuides!¡Debes cuidarme!— Empezó con un tierno berrinche— ¿Por qué no quieres cuidarme?
—No es que no quiera...
—Entonces cuídame— Comenzó a modo de berrinche y Yunho tuvo que detenerlo tan pronto como empezó— Por favor, yo quiero que me cuides.
—Entiende que eso no es posible— Jongho se cruzó de brazos y frunció su ceño y también su naricita, molesto obviamente— No te puedo cuidar, está vez no.
—No será diferente a la vez anterior— Murmuró.
—Esta vez estoy enamorado de ti— La mueca del menor se suavizó y lo miro con ternura— Además te pones muy cariñoso.
Jongho lo besó y Yunho sin ningún problema le devolvió el besó, apretó su cintura cuando el menor abrazo su cuello y se acomodo, Yunho no tardó en saber que era lo que el conejito quería saber pero dejo que creyera que él aún no sabía nada, fue divertido sentir los sutiles toques del menor, claro dejo de ser divertido cuando escucharon a Minkyung.
—Jongho ya llegué— Yunho tuvo que apartar al menor y este por supuesto que se quejó.
Jongho se molestó un poco pues fue interrumpido, pero no se podía molestar más porque su mamá se podría enojar con ellos.
En ese momento el conejito estaba en una fase que le gustaba llamar “Quiero conejitos”, por alguna extraña razón que ni siquiera Minkyung sabía, solamente empezó a llamar así meses antes de cumplir dieciocho años, aunque Minkyung tenía una teoría.
—¿Pasa algo?— El par se miró y negó.
—¿Yunho me puede cuidar?— Minkyung miro a su hijo y negó— Pero...— Minkyung lo miró fijamente— Está bien— Escondió su rostro en el cuello del mayor— Conejitos— Balbuceó, Yunho lo escucho y no supo si preocuparse o asustarse— Bonitos conejitos— Yunho ya se estaba asustando.
Minkyung los miro y pensó que quizás no sería tan fácil cuidar a su hijo está vez, por algo estaba pidiendo que Yunho fuera quien lo cuidaba, algo debió aprender con él que quería repetir, o quizás era porque ambos tenían sentimientos, tenía que pensar muy bien si dejar que Yunho lo cuidara o ella.
Al llegar su celo Jongho se negó a dejar que entrará, aún si el dolor era fuerte él no quería que ella entrará quería a Yunho y sólo a él. Al final Minkyung terminó llamado a Yunho para que cuidara a su hijo, el pelinegro no esperaba eso pero no podía negarse no cuando Minkyung se mostraba preocupada porque su hijo prefería aguantarse el dolor a abrirle, le dejo un par de instrucciones que le hubieran ayudado mucho la primera vez y después se fue.
—Aqui vamos de nuevo— Murmuró— Jongho, pued-...— La puerta fue abierta y Jongho se le lanzó encima para besarlo, si no fuera por la pared hubieran caído— J-Jongho, basta— Soltó en un tono firme, tal y como Minkyung le dijo para que Jongho se calmara, y funcionó— Solamente te voy a cuidar— El menor abulto sus labios.
—¿Conejitos?— Preguntó con su cabeza ladeada y una de sus orejitas alzada.
—No, vamos por tus pastillas— Jongho no se bajó sólo reafirmó su agarré para que Yunho lo llevará.
Yunho no sabía que tenía con los conejitos, la primera vez que lo cuido no mencionó nada de eso, quizás eso se debía a qué ahora ellos ya conocían sus sentimientos, se cuestionó si Jongho sería más calmado que Hongjoong, porque el mayor siempre estaba de malhumor y todo le molestaba incluso que respirarán el mismo aire que él y no exageraba al decir que Hongjoong les gritaba que no respirarán el mismo aire que él, pero como fuera no quería descubrirlo.
Ese día le fue mucho mejor que la primera vez y esperaba que los días siguientes también le fuera bien, de verdad lo esperaba.
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